El Sábado Castañero es una vieja tradición festiva de
Riello, en Omaña, con la que el sábado anterior a Navidad las gentes iban a la
feria y asaban las castañas.
El fuego, las castañas y los vecinos, es el Sábado Castañero./ MARIA CARRO |
Loli Rodil Osorio | 19/12/2015
Es Riello tierra de ferias, desde antiguo. Y de
las más nombradas era la del Sábado Castañero, la semana (el sábado)
anterior al día de navidad, siendo la más concurrida y famosa de Omaña y
todo su contorno, al menos en esta época del año.
Consistía en un mercado de compra - venta de toda clase de artículos de vestir,
aperos de labranza, calzados y comida. A Riello se acercaban ese día gentes de Valdesamario,
Soto y Amío, la Cepeda, Murias de Paredes, Babia, Luna, Las Omañas etc. y,
por supuesto de la mayoría de los pueblos de Riello.
Ya el día anterior arribaban al pueblo algunos de los vendedores, sobre todo
aquellos que venían de puntos más lejanos, como los castañeros del Bierzo,
que antiguamente, cuando el acarreo de mercancías se hacia a lomos de mulos,
entraban en Omaña desde el berciano pueblo de Campo de Martín Moro subiendo por
el Campo de Santiago, hasta llegar a Fasgar y tras atravesar todo el Valle
Gordo continuaban hasta Riello.
A primera hora de la mañana comenzaban a colocar sus pequeños puestos al
rededor de la iglesia y la carretera. La mayor parte de los visitantes, accedían
a Riello andando y los que venían de lugares más lejanos en caballerías o en
carro, si lo que traían a vender o pensaban comprar eran artículos pesados.
El postre
La gente del lugar aprovechaba para procurarse alguna vianda extraordinaria
para las fiestas de Navidad, no muchas ya que había poco dinero y se hacían
todos los dulces y de más viandas en casa. Lo que sí adquirían siempre eran
castañas, que como en Omaña apenas las había, éste era un fruto muy apreciado
en la comarca. Todas las familias compraban, según las posibilidades
económicas que cada cual tuviera, unos, varios kilos y otros solo unas pocas,
pero era raro que en las fiestas navideñas en las casas de la comarca no se
comieran castañas como postre. De ahí el nombre de esta antigua feria.
Si había alguna boda cercana era frecuente aprovechar a comprar en esta feria
las donnas que el novio regalaba a su novia. También era un día propicio para
que aquellas personas que tuvieran alguna prenda de vestir nueva la estrenasen,
sobre todo las mozas.
El mercado propiamente dicho duraba hasta la hora de comer, los que vivían en
pueblos cercanos se iban a almorzar a sus casas, los demás comían algo en las
cantinas o del fiambre que traían de casa y en los puestos de las castañeras
alguna castaña asada. También los feriantes se iban marchando, aunque quedaban
abiertas hasta el anochecer las entonces numerosas tiendas del pueblo.
Por la tarde había un concurrido paseo por la carretera y juego de bolos.
Al atardecer la gente mayor se iba hacia sus pueblos, solo quedaban mozas y
mozos para asistir al baile que se hacia hasta la hora de cenar. Este consistía
en jotas, baile chano, valses y en los últimos años pasodobles, que
tocaban las estupendas pandereteras que siempre hubo en Omaña. A partir de los
años 30-40 se incorporo el acordeón y el baile ya se hizo también al son de su
música.
Después de la cena la fiesta continuaba en casonas y cantinas. Ya tarde los
mozos de cada pueblo se juntaban para marchar hasta sus casas.
El Sábado Castañero duro hasta los años 50-55 en que la gente y el comercio
adquirieron otra forma de vivir, de comprar, de vender y de desplazarse con
otros medios de transporte. También jugó un papel importante para su
desaparición el gran descenso demográfico, haciendo de esta feria que durante
siglos fue importante para mucha gente se extinguiera totalmente y en muchos
años solo perdurara en el recuerdo.
Recuperar la tradición
Fue Luis Arias de la Asociación Cultural Omaña, quien quiso rememorar un
poco esa fiesta que en tantas ocasiones había escuchado nombrar a su abuelo y
organizó un Sábado Castañero que aunque no tenia casi nada que ver con el de
antaño, sirvió como evocación y para darlo a conocer a la gente más joven. Así
el 17 de diciembre del 1988, al anochecer hubo un pasacalles por las calles de
Riello, al son de la dulzaina y el tamboril y posteriormente un animado baile
en lo que fueron las escuelas del pueblo y que ahora es un salón de actos
multiusos. Como recordatorio a falta de puestos de castañas y de castañeras se
entregaron a todos los asistentes unas castañas en un cacharrito de barro.
Posteriormente, hacia 1997-98 otra asociación, Ares de Omaña, también
organizó durante varios años en Riello ‘Sábados Castañeros’ con diferentes
actos, incluidos pregones a cargo de diversos ponentes, que recordaron aquellos
tiempos lejanos y tan diferentes a los actuales. Desde hace unos años ha vuelto
de nuevo a celebrarse el Sábado Castañero. Es una fiesta que el pueblo realiza
en recuerdo de aquella gran feria. Hay varios actos entre los que destaca una gran
fogata donde se asan castañas para todos los asistentes, algún acto
cultural y unos puestos de objetos de artesanía.
De esta manera el Sábado Castañero quedara en la memoria de las generaciones
actuales y esperemos que en las futuras, así sobre todo los descendientes de
estas tierras, sabrán que hubo una feria con ese nombre que fue muy importante
para nuestros antepasados.
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