El ramo leonés es un elemento indispensable en Navidad. Con sus orígenes paganos como elemento de los ritos de fecundación de la tierra, fue convirtiéndose al cristianismo y engalándose con los años hasta como lo conocemos hoy en día Velas, dulces, frutos de invierno o cintas visten estos días al ramo para recordar de dónde viene y lo que representa. Decorarlo como manda la tradición es todo un rito cargado de historia y de guiños al pasado.
La navidad más leonesa. Museo Etnográfico Provincial de León |
ANA GIL 06/12/2015
Es el heredero cultural del Ramo de Fin de Año y uno de los emblemas más característicos de la Navidad en la provincia. Es el ramo leonés, que se engalana estos días para darle el toque de la tierra a las fiestas que están a la vuelta de la esquina y de las que ya todo el mundo habla. No hay rincón navideño y leonés que se precie sin uno de estos curiosos elementos decorativos que tanta historia recogen.
Se reconocen con facilidad: una estructura triangular de madera con un pie de soporte, adornada con frutas de invierno, con dulces típicos de estas fechas, citas de colores, flores de papel...
Según cuentan, el ramo leonés, tan decorado hoy en día, tiene su origen en algo tan sencillo con la rama de un árbol perennifolio. Los ornamentos en un principio brillaban por su ausencia, si bien fueron incluyéndose con el paso del tiempo, a la vez que se le añadía un soporte de madera que la sujetase y con el que ha llegado hasta nuestros días. Costumbre pagana en un principio, con la llegada del cristianismo a la provincia, el ramo se vio abocado a convertirse antes que a desaparecer. Fue entonces cuando fue adoptado por la Iglesia y reconvertido en Ramo de Navidad.
Es frecuente ver estos días ramos de muchos tipos, si bien el más común en Navidad es el triangular, en el que además se incluyen doce velas como recuerdo de los doce meses del año.
Decorarlo es todo un rito en el que hay que emplearse a fondo, pues de elegir los detalles con esmero dependerá el éxito del resultado final.
La asociación leonesa Raigañu detalla algunas de las claves a la hora de elaborar este elemento triangular que recuerda al Árbol de la Vida y que guarda en su fondo un canto a la fecundidad de la tierra. El Ramo de Nadal, que es el heredero cultural del Ramo de Fin de Año, puede llevar algunos de los siguientes elementos.
La navidad más leonesa. Museo Etnográfico Provincial de León |
Velas: Con ellas se festeja el inicio del alargamiento de las horas solares. Suelen llevar seis en cada brazo
Ornamentos vegetales: Recuerdan su origen arbóreo y pueden ser tardón, laurel, romero, hiedra, muérdago... Con una pequeña rama para recordar su origen arbóreo es suficiente y suele colocarse sobre el vértice superior del triángulo, aunque también puede ir en los otros dos. El verde y los tonos rojos son uy utilizados, pues representan las hojas y los frutos del árbol.
Cintas de telas de colores: De colores muy vivos, pueden ser de diversas formas y calidad. Lisas trenzadas, formando cadenetas o en lazadas, se utilizan también para sujetar otros adornos. Pequeños trozos de lana o hilos de colores también se emplean en ocasiones.
Frutos de Invierno: Llaman a un año de fecundidad. Algunos como las manzanas o las naranjas aportan colorido al ramo. Castañas, cayucos, bellotas o nueces también forman parte de esta decoración.
Dulces: Representan el alimento que no debe faltar. Son muy utilizados los dulces navideños como las roscas y las rosquillas. Los caramelos ‘prendidos’ como en una cuelga de cumpleaños o los bastones de caramelo también se emplean.
Encajes: Los paños blancos con puntillas o encajes son muy comunes en el Ramo de Nadal.
Papeles: En algunas comarcas como en Omaña es frecuente elaborar ornamentos con papel de seda, cintas de papel, flores, cadenetas o adornos para las velas.
Armazón: Algunos son ya toda una decoración en si mismos. Labrados a mano, a torno o talladas con hermosos símbolos célticos del sol, constituyen verdaderos tesoros. Siempre será de madera, si bien los hay pintados de dolores, oscurecidos o barnizados.
Desde Raigañu matizan que no es necesario que un ramo contenga todos estos elementos. «El equilibrio y el buen gusto determinará el impacto estético de cada ramo».
Son muchos los pueblos, asociaciones, instituciones y casas particulares que adornan a su manera el ramo para celebrar la Navidad. En el local de artesanía y decoración Artesanos Leoneses —ubicada en la calle Buen Suceso— exponen, hasta le próximo 5 de enero, una colección de más de 80 ramos tradicionales. Una buena oportunidad para apreciar de cerca los detalles de este elemento cargado de historia que deja buena parte de su decoración a la imaginación. Eso si, siguiendo y respetando la tradición para que rezume la historia que lleva dentro.
Un cántico para completar la ofrenda
El cántico forma parte de la ofrenda como un elemento más. El desarrollo de la ofrenda del Ramo, sea cual sea el motivo de celebración, sigue siempre el mismo esquema, según explica la asociación leonesa Raigañu:
—Primero se pide permiso al sacerdote o al mayordomo para entrar en la iglesia.
«En el portal santo
están las doncellas,
licencia pedimos
para entrar en la iglesia».
(Boca de Huérgano)
—A continuación y ante el altar, se relata el nacimiento de Cristo - en el caso del Ramo de Navidad que se suele celebrar después de la Misa de Gallo -.
«Cristianos estad atentos,
os referiré la historia
del humilde».
—Después se describen las ofrendas.
«Bien cargado le traemos
de manzanas y de peras,
higos, castañas y uvas
y todas las cosas buenas». (Fresno de la Vega).
—Y por último la despedida.
«Adiós, nuestro señor cura,
y toda la vecindad;
les deseamos que pasen,
un buen día de Navidad·. (Ariego de Abajo)
Todo este ritual deberá estar interpretado por las mozas y portando el Ramo, habitualmente, un mozo.
Así lo explica Raigañu, que realiza continuas labores de estudio y catalogación de los ramos existentes en la provincia (286) hasta el momento, así como de letras de cánticos (166).
Canto del Ramo. Museo Etnográfico Provincial de León |
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