jueves, 27 de octubre de 2016

COLABORACIÓN: ES TEMPORADA DE SETAS…

De cardo, boletus, senderilla, San Jorge, níscalo…

"El mejor setero no es el que llega a casa con más cestas llenas, sino aquél que después de salir del bosque, no deja ningún resto o huella visible de su estancia"

Autor: Toño Morala

En el año 1961 ya se comercializaban setas en Castilla y León.
Hoy el otoño trae y tiene setas, muchas setas. Ya es temporada de setas, y andan los seteros con las cestas abiertas y navaja encorvados y con trajes de agua y botas cuando llueve. Ya les ves de lejos, mirando al suelo de tierra y poca hierba y matojos. Pero eso sí, hay que tener mucho cuidado y saber bastante de micología, esa ciencia que estudia setas y hongos; no se pueden coger a la ligera sin tener ni idea salvo que le metas a la barriga un buen susto lleno de retortijones y demás, e incluso la terrible muerte envenenado por las malas setas no comestibles. De ahí la necesidad de ante cualquier duda ponerse en contacto con las buenas gentes de asociaciones seteras y micológicas para que den su opinión sobre si son comestibles las recogidas en los buenos campos de nuestra provincia. León es un sitio magnífico para la recolección de estos manjares tan apreciados por los buenos paladares y gourmets. Hay buenos pinares y campos para las diferentes especies de hongos. El tiempo cuando acompaña, es un gran aliado para que nazcan sin ningún problema; algunos asocian la luna con el nacimiento y mejora del crecimiento de setas. Algo habrá cuando los entendidos hablan y comentan al respecto. “Con luna creciente cesto menguante, con luna menguante cesto abundante”, dice el refranero popular. 

Boletus de álamo a  esgalla, más de 50 kg.

Desde el inicio de los tiempos, los hongos y el hombre han ido evolucionando conjuntamente a lo largo de la vida. Los hongos han sido utilizados como alimentos, como elementos transformadores de los mismos, para la cura de enfermedades e incluso se han utilizado como sustancias alucinógenas en fiestas y ceremonias religiosas. Procedentes de las culturas prehistóricas han aparecido vestigios donde ya los pobladores europeos empleaban los hongos y setas. Los restos arqueológicos descubiertos han permitido rescatar de sus ropas y vestimentas, hongos secos utilizados como base para encender fuego y como alimentos propios, tal es el caso del hombre primitivo hallado congelado en los Alpes Suizos. Los relatos procedentes de la civilización Micénica hace unos 3.500 años, indican que su propio nombre puede deberse a una seta. Los egipcios ya tenían en cuenta a los hongos y podrían haberse utilizados con fines rituales, como así lo demuestra una pintura mural egipcia de la tumba del faraón Amenemhet que data de 1450 a. C. y también recogidos en forma molida en vasijas de las tumbas faraónicas, donde se les suponen fines curativos para realizar el gran viaje del muerto hacia la otra vida. Así mismo, producían pan y cerveza, en los que sus procesos de fermentación eran consecuencia de la intervención de hongos microscópicos. 

Riquísimos boletus y vadinias.

El naturalista romano Plinio el Viejo, establece en sus escritos las primeras normas para distinguir los hongos comestibles de los venenosos. Durante la Edad Media, como consecuencia de la enorme influencia religiosa, los conocimientos procedentes de los naturalistas griegos y romanos pasaron al olvido. Esta característica produjo un enorme retraso en el conocimiento de los hongos y aunque no se produjo ningún avance significativo en su conocimiento, sin embargo estuvieron muy presentes en la vida medieval. Su consumo además se vio afectado al aparecer el hongo parásito de los cereales (Claviceps purpúrea).

Una  cesta de Boletus reticulatus  y pinicula.

Una buena y correcta limpieza es fundamental. Si la riqueza y peculiaridad de aromas, sabores y texturas que poseen es lo que hace que las setas se consideren un manjar apetecible, las setas que más se han conseguido reproducir con éxito son los Champiñones (Agaricus bisporum) desde hace 100 años; el Pleorotus ostreatus (la seta “gris” de los supermercados), el Agrocibe Aegerita (seta de chopo) y en China y Japón el Shitake (Lentinus) que desde más de 200 años se consigue cultivar. A la hora de escoger los ejemplares para conservar hay que tener presentes algunas cosas; es necesario utilizar ejemplares jóvenes y no parasitados; debemos escaldarlos siempre al menos durante 5 minutos en agua hirviendo. Si se quieren setas congeladas en casa (las industriales es otro tema), esta forma de conservar se puede realizar de dos maneras, con las setas “al natural” o congelando las setas ya cocinadas. Hay que saber que las setas con láminas quedan algo peor y que no debemos de congelar las setas en crudo, y menos lavarlas, ya que al descongelarse se convertirán en una masa gelatinosa. En caso de querer congelar al natural, debemos escaldarlas, secarlas muy bien, y guardarlas en bolsas o recipientes especiales para congelador. Cuando congelemos setas cocinadas, debemos de hacerlo inmediatamente después de su preparación (una vez frías) y en un buen congelador.

Unas buenas setas


 Setas secas; aquí hay que hablar de nuestro gran amigo Simón López Quero, que allá en Valcuende las recoge y cuelga… no todas las setas valen para secarse. Hay que escoger setas que no sean parasitables (Rebozuelo; Marasmius; Colmenillas, Boletus en lonchas…). Si las setas no son muy gruesas las secaremos enteras, sino las laminaremos. El proceso de secado se puede realizar ensartando o atando las setas con hilo y colgándolas, o bien extendiéndolas sobre un papel de periódico o de embalar. En ambos casos hay que hacerlo en lugar seco y aireado. Una vez secas las podemos guardar en bolsas o tarros bien cerrados o bien molerlas para hacer polvo de setas, óptimo para condimentar guiso o sopas. Las setas secas hay que consumirlas en el año si no se ponen rancias. Estas son algunas de las setas comestibles que podemos encontrar por nuestra provincia: Boleto del pino, Bola de nieve, Champiñón, Hongo comestible, Matamoscas, Níscalo, Parasol, Pie azul, Seta de caña, Seta de chopo negra, Seta de los caballeros, Perrochico o Seta de San Jorge, Seta blanca de chopo, Seta de cardo, Senderilla....  Consejos; ante la mínima duda, no la coja. Si no está seguro de que es comestible, déjela o si la ha cogido tírela. No consuma las setas fermentadas, incluso las comestibles, podrían ser indigestas.

Setas de cardo

 No recoja todas las setas, deje siempre algunas para que así se dispersen sus esporas, y en los próximos años siga habiendo setas. Cortar las setas con navaja. No las arranque para no estropear el micelio subterráneo que en la próxima temporada dará más setas. No usar recipientes cerrados, utilizar cestas de mimbre abiertos (si tienen agujeros mejor) porque así reciben el aire y no fermentan tan rápidamente. Nunca utilice bolsas de plástico. Algunos de los buenos cocineros han puntuado de esta manera a las diferentes clases de setas; ponemos algunos ejemplos: Amanita cesaria (8-10), Agaricus campester (7-10), Boletus aereus (8-10), Boletus pinicola (8-10), Boletus reticulatus (8-10), Cantharellus cibarius (6-10), Coprinus comatus (6-10), Lactarius snguifluus (7-10), Macroepiota procera (8-10), Russula cyanoxanta (8-10), Tricholoma portentosum (8-10)… y así hasta un buen montón de setas riquísimas para cocinar de mil y una de maneras. 
Qué se puede decir…
 Boletus Pinicula.
                                             



Un ejemplar de Macrolepiota.













Y ahora tenemos que hablar de este gran amigo, Ángel Pescador; setero, gran cocinero y mejor persona, y que nos pone siempre de tapas en su taberna de Mansilla, desde buenísimas tortillas de patatas, cebolla y varias clases de boletus, ensaladas varias en crudo con manzana, kiwi, e incluso con melocotones de su propia cosecha. Unos revueltos de setas varias con huevo a la plancha que quita el hipo a un dinosaurio, y varios guisotes con setas como ingrediente principal, y eso sí, siempre frescas, pues se levanta pronto y se marcha a ellas, y es muy difícil que venga de vacío; de esa manera, casi siempre tiene algo bueno que ofrecer y además muy abundante. A las buenas setas… “A la plancha o revueltas, son una caricia que el paladar aprecia. Delicado manjar de carne carnosa… un emparedado de Macrolepiota. Guisadas con patatas o gratinadas con puerros, espero que te gusten. ¡Y buen provecho!”.

Otra buena cesta de setas de San Jorge.

miércoles, 19 de octubre de 2016

PIEZA DEL MES DE OCTUBRE

      La bodega. Los espacios del Vino

Investigador: Luis Vicente Elías Pastor
                      Doctor en Antropología. Experto en cultura del vino.

Domingo, 23 de octubre 18,30 h.

 Área 14 El alimento y su producción. Planta Primera. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas. Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa en el mes de octubre para la actividad “Pieza del Mes” la disertación sobre la maqueta de una bodega subterránea leonesa exhibida actualmente en el área del alimento y su producción. En esta ocasión el riojano Luis Vicente Elías Pastor, Doctor en Antropología, experto en cultura del vino y autor de múltiples libros y artículos de investigación sobre este tema en particular será quien nos hable del patrimonio cultural de la vid y del vino a través de una visión fundamentalmente espacial.

La bodega subterránea como espacio de producción es el lugar grupal tradicional familiar de elaboración y transformación de la materia prima, la uva (en sus diferentes variedades, que por resumir históricamente en León se concentraban en mayor medida la Mencía en El Bierzo y la Prieto Picudo en el Sur de León) en sus diferentes productos elaborados (vinos, vinagres, alcoholes, etc.) destinados fundamentalmente al autoconsumo.
   
Uva Mencía. Foto Mas

La disposición de conjuntos agrupados de distintas bodegas familiares en lugares específicos del entorno de los pueblos, normalmente alejados de las casas y sin estructuras arquitectónicas superiores más allá de las cumbreras que conforman la excavación de las propias bodegas conforman un paisaje característico propio de los páramos, penillanuras y piedemontes del Sur de León (y otras áreas limítrofes).
Los elementos visualmente más representativos de las bodegas son tanto sus fachadas construidas sobre un corte a plomo en el desnivel del terreno en clara pendiente, sus cumbreras abombadas producidas por el vertido de las terreras producidas en la excavación interior de la propia bodega, así como las zarzeras o pozos de ventilación que culminan al exterior en chimeneas de caperuza troncopiramidal así como algunas de tendencia cuadrangular (para facilitar la descarga superior de la materia prima).

Estructuralmente la bodega se distribuye desde su portada, habitualmente construida en ladrillo, rematada a modo de frontón triangular o curvo, con puerta de madera provista de rejilla de ventilación por la que se accede bien en las de profundidad a un estrecho y largo pasillo descendente que desemboca en una gran estancia donde se sitúa el lagar, sus estructuras y artilugios asociados (cubetas de pisado, decantación, oxigenado, pozos ciegos, así como prensas, cubas y utensilios relacionados con el embasado de los distintos líquidos resultantes); si bien en las más superficiales se accede directamente al lagar o a una sala que lo precede (es en estas últimas donde podemos apreciar alguna variante resultante de la existencia de ventanas propiamente dichas hacia algún lateral de la portada).

Bodega de Fontecha del Páramo.

En el propio lagar se distribuyen diversas cubetas y pozos, así como en las paredes suelen practicarse hornacinas de distinto tamaño asociadas a la disposición de cubas o espacios de almacenamiento, cuando no practicando nuevas galerías y correspondientes hornacinas según el volumen, necesidades de almacenamiento requeridas o incluso posibilidades de ampliación laterales (sin entrar en conflicto con otras bodegas excavadas). En las distintas salas suelen realizarse las ya aludidas troneras de ventilación para favorecer la evacuación del anhídrido carbónico que se produce durante la fermentación, así como alguna de mayor calado que aludíamos a su funcionalidad de carga por vertido superior.

El lagar con el prensado de la uva.
Prensadas las uvas, el mosto cae en la lagareta, en este
caso a través de una teja. Bodega Velilla de los Oteros.

La panoplia de utensilios, mobiliario e iluminación suele ser reducida. Al tratarse de un lugar de producción, la omnipresente prensa de gran tamaño suele ocupar un espacio profuso en la sala principal. A este tipo de utillaje debemos de agregar distintos artilugios como encorchadoras, pipas, cubas, limpiadoras, cubetas, etc. que facilitan los distintos tipos de almacenaje y transformación, así como también la presencia de elementos simples de iluminación a base de cera, aceites o alcoholes.



El complementario uso social que también poseía la bodega (o que fue adquiriendo progresivamente durante toda su historia), ha hecho que favoreciera la existencia de cierto mobiliario y ajuar tendente a la corta estancia y algo más en el desarrollo de lo que popularmente se denominaban “las meriendas”, como lugar de reunión en torno a compartir “un vino” y lo más unas viandas, en la que la participación resulta casi exclusivamente masculina (hasta el último cuarto del siglo XX asociado a tabúes culturales restrictivos de espacios de reserva y reunión, autojustificados en posibles alteraciones fitosanitarias o alimentarias de los productos), que suplían las veces de lo que más tarde serían bares, teleclubs, tabernas, peñas, etc. como lugares de agrupación local, hitos de reunión y adhesión donde se tejen las necesarias redes sociales clientelares, familiares, etc. así como lugar de discusión y cierre de transacciones, mentideros o celebración de hitos festivos en el ciclo del calendario agrícola anual.


Pero también es cierto que como Espacio de Producción, éste llega más allá de la Bodega. Partiendo de las primeras labores de la Vendimia, en los momentos en los que la tecnificación aún no ha afectado a dichas labores de recolección, se hacía necesaria la participación de toda la unidad familiar (sin distinción de edad o sexo), que podría ser ampliada (incluso varias unidades), tejiendo redes de ayuda mutua que se desarrollaban en torno a los primeros momentos del otoño en que comenzaba la vendimia de los denominados aquí “barcillares” (o varcillares) hasta el prensado de la uva. Si bien el trabajo final del embasado y cuidado para los distintos tipos de fermentación y trasvase o encubado (labor que se continuaba en el tiempo estacional, anual o plurianual, mediante las consabidas crianzas y reservas o bien traslado de la “madre” de los vinagres), así como la disposición final en botellas y su encorchado, era ya realizado de forma exclusiva y consuetudinaria por el Pater Familias ayudado por los hijos varones de mayor edad.

El mosto dentro de  la cuba.



Finalmente reseñar aquí que solamente en algunas de estas bodegas y de forma complementaria también se produjo el destilado del alcohol mediante alquitaras y alambiques, tanto para la elaboración de sus distintas variantes de orujos y licores como por sus propiedades astringentes, curativas y conservadoras.

La bodega representa por lo tanto la socialización de un lugar de trabajo, añadiendo hitos de cohesión social, familiar y grupal donde el espacio del vino adquiere tintes sagrados de tipo civil. Pero éste no es su único territorio, puesto que debemos partir del análisis del espacio de producción del viñedo como elemento generador del Paisaje, analizando el territorio, las condiciones medioambientales, las formaciones de las cepas tanto horizontales como verticales así como los elementos complementarios como cercados, accesos, terrazas, bancales, chozos, cobijos y otras construcciones tradicionales; todo desde un planteamiento basado en la máxima de que “el trabajo de la viña ha ido modelando el paisaje a lo largo de los siglos”, conformándose el viñedo como un elemento patrimonial de gran importancia que llega a ser considerado en algunas zonas como Patrimonio de la Humanidad.

Una jarra de la bodega de Velilla de los
Oteros.

Y continúa más allá, puesto que el vino ha generado otros ámbitos de desarrollo nuevos o diferentes, que han evolucionado desde las antiguas cooperativas colectivas o bodegas unificadoras, ya de producción fabril, hasta formas tan punteras como las Estaciones Enológicas, las Granjas formativas o los actuales espacios de Turismo del Vino.

Esta charla por lo tanto supone un repaso etnográfico a los territorios de la vid y del vino, partiendo de la bodega como lugar de transformación de la uva de la mano de un investigador antropólogo especialista que nos ofrecerá otras visiones también extraleonesas que enriquecerán esta la nuestra, la Cultura del Vino.

Bodega. Foto Mas
ACTIVIDAD REALIZADA

D. Luis Vicente Elías Pastor.
Pieza del Mes "La bodega. Los espacios del vino".

Pieza del Mes "La bodega: Los espacios del vino".

D. Luis Vicente Elías Pastor.
Pieza del Mes "La bodega. Los espacios del vino".



domingo, 16 de octubre de 2016

NOTICIA: "Tiempo de sonajeros"

José Mari ‘El cestero’ de Corniero, es uno de los clásicos de esta artesanía, a la que se dedica en cuerpo y alma en la soledad de su pueblo de montaña. Tampoco son buenos tiempos para este oficio y él lo resume con humor: "Vendemos sonajeros".

José Mari, ‘el cestero’ de Corniero, rodeado de algunas de las piezas que crea:
papeleras, cestas de todos los tamaños, sonajeros. | MAURICIO PEÑA

Fulgencio Fernández | 16/10/2016
lanuevacronica.com
Dedicaba Toño Morala el último de sus preciosos reportajes semanales a los artesanos cesteros, en general, y los derivados a los que se vienen dedicando estas buenas gentes.

Leyendo a Toño, recorriendo las vidas de estas gentes, recordamos que en el almacén de las gentes que te vas encontrando por el camino dormía un ejemplo que ni pintado para el reportaje, José Mari, ‘El cestero de Corniero’, un artesano a tiempo completo y más desde que un grave accidente trabajando en la presa del pantano de Riaño le impida otros trabajos de más exigencia física. «En realidad lo mío siempre había sido la cestería, la artesanía, pero no siempre estás cosas te dan para vivir y había que andar a otras cosas, pero yo donde realmente estoy a gusto es en mi taller, con mis cosas».

- No siempre fueron buenos tiempos para la artesanía, ¿lo son ahora?

 - No, ni mucho menos. Ahora es muy complicado darle salida a estos cestos grandes que ves por ahí, o a estas papeleras grandes. Igual vendes una al año, vamos tirando con estas cosas pequeñas para recuerdos o cestos para los huevos y, sobre todo, para ir a setas, que hay mucha afición a cogerlas. Lo que mejor salida tiene son los sonajeros, parece una broma pero es la realidad. No son caros y ya se sabe que para los niños se escatima mucho menos y lo lleva mucha gente para regalos, para detalles...

- La vida es como los tiempos, de sonajeros.

Sonríe y otro artesano con un puesto cercano en una feria abunda en darle la razón y remata con un refrán: «Ya se sabe, gente de Oviedo, gaita y tambor». 

- No son de Oviedo los malos.

- De los chinos ni hablamos.

Y ahí coinciden en su sonrisa cómplice. No son tiempos de buscar el trabajo bien hecho y bien rematado, cuidado, a mano, con tiempo... «Nunca falta quien te diga aquello de estos en los chinos cuesta 4 euros».

- Y en el todo a 100... pues 100 pesetas, aunque ya no las haya. 
No son los tiempos de alas gentes que entienden la vida con la tranquilidad y la paciencia que la afronta José Mari, ‘el cestero’ de Corniero, un artesano que ha convivido con el oficio desde niño, cuando iba al río o a los arbustos del pueblo a hacerse con juncos para seguir todo el proceso. «Ahora ya los compro, me sale más rentable porque el río está impracticable, no te puedes acercar porque es un bosque y, además, ahora está prohibido todo, no se puede cortar nada en la orilla». Lo dice y hace un gesto como de no entender nada. Realmente no lo entiende pero hay muy pocas cosas que parezcan sacar de quicio a este cestero de Corniero.


Cuando sí tuerce el gesto y su rostro se entristece es al preguntarle por una fecha y un lugar, el pantano de Riaño, las obras de construcción de la presa que anegó el valle. «Fui a trabajar allí, como tanta gente de esta comarca y tuve un accidente terrible, caí desde el alto y creo que paré en un andamio pero ya a muchos metros... No sé cómo no me maté».

Da apuro hacerle hablar de ellos. Las lesiones fueron muy graves, las secuelas también, estuvo sin conocimiento... 

Pero lo cuenta, regresó a su pueblo, a su gente, a sus conversaciones y paseos y allí fue recobrando las ganas de volver a trabajar, de ser nuevamente «el cestero de Corniero». Y lo es.

El verano ha sido la época de mayor actividad. Hay un buen número de ferias y mercados de todo tipo en los que José Mari es un habitual , en estas fechas ha ido participando en las últimas ferias que «el invierno ya se viene asomando por detrás de La Pintas».

- ¿Ventas?

- Vamos tirando, ya te lo dije, son tiempos de sonajeros.

Llegan los días de tranquilidad en Corniero, de paseos cuando lo permite el tiempo y, sobre todo, de horas de tranquilidad en el taller, el portalón o lo que sea. Sólo interrumpidas por las conversaciones, que José Mari siempre tiene la puerta abierta, la conversación dispuesta y las explicaciones a punto sobre los misterios de ese viejo oficio artesano de cestero.

- Pero, ¿no serían sólo lo chinos?

- Claro que no, fue la vida, la responsable fue la vida ¿Tu ves ahora a alguien recogiendo las patatas con los cestos de toda la vida? Sólo para ese trabajo hacíamos muchísimos cestos, más de los que salen ahora en años y años.

Y, mientras tanto, el que sigue ahí es el artesano, el cestero, ese hombre tranquilo al que llaman José Mari, ‘el cestero de Corniero’.Porque lo es.

jueves, 13 de octubre de 2016

NOTICIA: En memoria de las legumbres que alimentan León

Cultivadas en la provincia y con sello de calidad, alubia, lenteja y garbanzo reciben el respaldo de artistas y la oda de los fogones.

Ramón Villa, Cristina Fanjul, José Luis Puerto y Javier Lagartos,
ayer en el homenaje. MARCIANO -

A.G.P. | REDACCIÓN
Cultura y gastronomía, alimentación y arte. Un binomio estrechamente ligado que ayer protagonizó el momento más evocador de la cuarta jornada de la Feria de los Productos de León. Bajo la batuta de la periodista de Diario de León Cristina Fanjul, tres hombres ligados a la creación en la provincia homenajearon a las legumbres de la tierra en su año internacional. La reportera buceó con su mirada experta en ejemplos de la literatura universal donde la comida forma parte del alma de la novela, del ser de sus personajes.

El poeta y etnógrafo José Luis Puerto dedicó sus palabras a la lenteja y la cultura gastronómica. Recordó que en las páginas de dos de los libros más importantes de todos los tiempos, El Génesis y El Quijote, aparece esta legumbre. El pintor Ramón Villa realizó una oda a la alubia a través de los bodegones y el investigador Javier Lagartos descendió a hechos cotidianos ligados al garbanzo como utensilios de cocina y el refranero popular.

Las tres legumbres de la despensa autóctona leonesa cuentan con sello de calidad y forman parte de la nómina de productos de la tierra con proyección fuera de las fronteras provinciales: las IGP Lenteja de Tierra de Campos y Alubia de La Bañeza y el Garbanzo de Pico Pardal (con promotora pro-DO).

En la cuarta jornada de la feria también el queso tuvo protagonismo a través de la presentación de las diversas y singulares creaciones de los artesanos integrados en la Asociación de Productores de Quesos de León. Con la iniciativa ‘Escenificación de Quesos’, el chef Juanjo Pérez, de Cocinandos, ensalzó la fortaleza de estas elaboraciones en los fogones.

En el penúltimo día, además, un taller popular de elaboración de hidromiel y degustación popular de la cecina de chivo de Vegacervera, en plena temporada del producto en la cocina de la montaña de la provincia, un símbolo del otoño leonés.

NOTICIA: La Feriona planta cara al mal tiempo

La edición de este año contó con más de 400 puestos callejeros, mientras que el mercado de ganado acogió diferentes tipos de animales.

Animales de todo tipo, perros y gallinas fueron expuestos
en el mercado de ganado. ARAUJO -

VANESSA ARAUJO | VILLABLINO
La capital lacianiega se despertó ayer con olor a pulpo y con la gran pregunta de este día ¿feriaste algo?, y es que las calles de Villablino se convirtieron ayer en un gran zoco, conocido como la Feriona, en donde se congregaron 400 puestos ambulantes ubicados por la avenida del Bierzo, Constantino Gancedo y sus aledañas, venidos de distintas comunidades autónomas como Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Desde primera hora de la mañana las calles se fueron llenando de gente poco a poco a pesar de la lluvia caída durante todo el día.

Este año la muestra ha tenido un menor número de visitas, y eso ha podido ser consecuencia de la adversidad de las condiciones climatológicas y al coincidir con un día en mitad de la semana. La variedad de productos que se ofertaron en su mayor parte, artículos de alimentación, textil o calzado, sin descontar los de ferretería y artesanía. Y no se podía olvidar del producto estrella de esta feria, el ajo debido a que es un alimento usado en las matanzas del cerdo en fechas próximas.

El recinto ferial por su parte ha recibido la visita de numeroso viandantes que quería ver la variedad de gallinas que se exponían, en total 70 tipos diferentes, o bien las reses vacunas o equinas, y que los ganaderos no sólo mostraban sus productos sino que también sirve para realizar alguna transacción. La muestra en este recinto se completó con los mastines, en done participaron un total de 9 criadores de la zona con dos ejemplares cada uno, sirviendo como escaparate.

El plato del día fue el pulpo «a feira» regado por un buen vino que se pudo degustar en las pulperías y los bares de la comarca.

A pesar de la lluvia los puestos estuvieron muy animados. ARAUJO -

miércoles, 12 de octubre de 2016

MÚSICA CORAL: CAPILLA CLÁSICA DE LEÓN

Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 15 de octubre, a las 18:30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  



El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, continuando  con el programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

El programa dará comienzo el día 15 de octubre con el concierto de la Capilla Clásica de León, que después de 50 años de su fundación en 1965, continúa dando a conocer la música coral de diferentes épocas, estilos y naciones sin olvidarse de sus raíces, ni de nuestra tradición musical. La Capilla está vinculada al Instituto Leonés de Cultura, dependiente de la Diputación de León con el que colabora asiduamente en diversos proyectos como el Memorial Ángel Barja, dedicado a este gran compositor que fue Director de la Capilla Clásica.

Dentro del repertorio que ofrecerá la Capilla Clásica habrá madrigales y canciones como: “Unos ojos bellos”, “Por el montecico sola”, “Vanse mis amores”, etc. Canciones del Reino de León como: “Río  arriba, río abajo”, “Eres alta y delgada”, “No te asomes mocita” o “Viva la montaña” de Ángel Barja. Así como canciones sacadas del cancionero de Palacio o Juan del Encina entre otras.

Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal “Sonando Cervantes: instrumentos musicales en tiempos de El Quijote”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 30 de octubre. Exposición que cuenta  con una selección de instrumentos que con diferentes denominaciones, son citados por el ilustre escritor, y cuya selección comisariada por el polifacético Luis Delgado, procede de las colecciones pertenecientes tanto a la Fundación Joaquín Díaz como a las del Museo de la Música- Colección Luis Delgado de Urueña, y que ha sido programada dentro de la 29º Festival de Música Española de León.
ACTIVIDAD REALIZADA       
Diferentes momentos de la actuación de la Capilla Clásica en el Museo Etnográfico Provincial de León ayer y público asistente.










martes, 11 de octubre de 2016

NOTICIA: Cesteros, canasteros y cesterías

Pocos aperos y útiles han tenido más aplicaciones en la vida diaria de nuestros pueblos durante muchas décadas que aquellos derivados del trabajo de los artesanos del junco, el mimbre, la enea, el esparto o la paja de centeno.

Desde 1920 vendiendo todo tipo de cestería… única en su género en León.
Toño Morala | 10/10/2016
Aún recuerdo los carriegos en la bodega del abuelo; a los ojos de un niño eran gigantes, y a veces, nos metíamos dentro de ellos con la consabida bronca de los mayores, pues se podían estropear. La de ellos que andaban por las tapias de las bodegas esperando a los carros que traían otros carriegos llenos de uva allá por el tiempo de vendimia. Y venga aquel ajetreo de carros y carriegos, y venga las mujeres con pañuelo y sombrero de paja, y aquellas sayas… mientras los hombres cargaban a la espalda los carriegos y los vaciaban, tan pronto por los zarceros de la bodega, tan pronto bajaban y descargaban sobre el hueco del pilón. 

¡Cuántas horas de silencio y radio del artesano llevan en sus adentros las modestas cestas.
Todo era cestería y canastas por todos los lados, pequeñas, grandes… todo útil que hiciera hueco o cuenco se usaba en aquel trajín de aquellos días de vendimia. Cansados llegaban a las casas los vendimiadores, y además tenían que dar de comer al ganado aquellos cereales que guardaban celosamente en los escriños fabricados con paja de centeno y zarza. Y luego, más tarde, se lavaban y dejaban en un gran cesto la ropa sucia para llevarla en el carro de madera al lavadero, o al arroyo o río se lo hubiera. En realidad estos envases de varias medidas, tamaños,de diferentes tipos de materiales según las zonas y las comarcas; durante siglos y siglos fueron y sirvieron de gran ayuda en las casas, y no solo del mundo rural, también en las ciudades se utilizaban para casi todas las labores que uno se pueda imaginar. El rico léxico de nuestra lengua, tiene también bonitas palabras para estos artesanos y estos útiles que sirven para casi todo. Y si escribimos algo sobre los abuelos y las madres, cuando en el invierno los trabajos eran más tranquilos, pues se enzarzaban en arreglar algunos cestos y canastas, en repasar los escriños más viejos, en fabricar otros nuevos; casi en todas las casas siempre había alguien enredado y fabricando con balsa y palera, mimbre, zarzas, escoba, y paja larga de centeno, entre otros materiales; hay que recordar que también hay buena cestería en el Bierzo, con materiales tan nobles como el castaño, cerezo y avellano.

Durante siglos y siglos fueron y sirvieron de gran ayuda en las casas, no solo del mundo rural.
Tradicionalmente, el hombre ha venido utilizando para elaborar las cestas los materiales vegetales que le ofrecía el medio geográfico en el que habitaba. Así, en el norte de España (Galicia, Asturias, Santander, País Vasco, León…) las cestas se hacen y hacían fundamentalmente de madera de roble, castaño y avellano, mimbre, balsas, palera, paja de centeno… árboles y plantas que abundan por estas tierras comentadas. En nuestro caso, los cesteros emplean y emplearon materiales; unos plantados para hacer cestos y canastos y otras referencias, y otros aprovechados de la naturaleza viva y siguiendo las estaciones naturales; dependía de las zonas, entre ellos, cabe destacar el mimbre… La mimbrera se planta en estaquilla, es decir, se clava un trozo de mimbre o raigón en la tierra, dejando una distancia de unos 45 cm. de planta a planta. El mimbral debe ser regado con frecuencia y necesita estiércol, abono orgánico. La preparación del mimbre precisa de un cuidado especial. Se corta el mimbre y se descorteza con el pelador. Luego se pone al sol durante uno o dos días. Una vez seco, se selecciona por tamaños en manojos y se conserva en una habitación donde no haya correspondencia (corrientes de aire). El mimbre francés, que es erguido, duro y no echa hijuelos, una vez cortado, es enterrado; más tarde se pela y se selecciona por tallas. El mimbre americano es cocido o escaldado y luego, pelado; a continuación se pone al sol durante dos o tres días para que adquiera color. Otros cesteros no escaldan el mimbre americano, sino que lo tienen “a remojo” durante varios días. 


Algunos artesanos para que el mimbre francés quede más claro lo tratan con azufre. El zaragatillo, saciña o sarga es un arbusto de la familia de las verbenáceas. Crece silvestre en las orillas de los ríos; su rama es más delgada y menuda que la de la mimbrera de cultivo; cuando está verde tiene un color avinagrado oscuro; debe ser podado para que vuelva a crecer, pero no conviene hacerlo en creciente, sino en menguante porque podría echar hijuelos. La sabiduría popular es la gran riqueza del ser humano, y seguimos… La zarza es un arbusto de tallos sarmentosos y con pinchos cuyo fruto es la zarzamora; sus ramas se utilizan para tejer la paja de centeno de los escriños. Algunos cesteros, que son también cañiceros, combinan en algunas piezas la caña y el mimbre y otros materiales. Para la elaboración de cestas y cañizos, se divide la caña en sentido longitudinal en tiras por medio de rajadores de mayor tamaño que los empleados para el mimbre, denominados abrecañas. Las ramas finas del chopo blanco o verguillas se utilizan como material sustitutivo del mimbre. También los gitanos, grandes artesanos cesteros o canasteros, de los mejores; que andaban ambulantes, y a las orillas de los ríos trajinaban con diversos materiales, y se servían a menudo de las ramas de este árbol que ellos denominan chopo ciencuerdas. Bonito nombre este final del chopo blanco. Y aquí viene uno de los materiales de la memoria intemporal… Los tallos del centeno son empleados, convenientemente humedecidos, para hacer escriños; la paja es tejida con tiras de mimbre o bien con láminas de zarza. No se suele emplear la paja de trigo para hacer cestas porque es menos flexible que el centeno.

Y podríamos seguir escribiendo sobre algunos materiales más que la naturaleza sabia y segura, reparte por allende las tierras del mundo sin pedir nada a cambio; algunas tribus y poblados utilizan y se van pasando el aprendizaje de la cestería desde hace milenios, de padres a hijos y de esa manera no se pierde la tradición y la cultura de la sobrevivencia pura, humilde, sencilla y acertada. Las herramientas utilizadas por los cesteros son de una pobreza tal, que apenas con una navaja y cuatro cosinas más… y además fabricadas por ellos mismos, resuelven su bonito trabajo lleno de paciencia y sapiencia. La razón o justa razón es una especie de punzón o cuña de madera resistente (boj, enebro, olivo, carrasca, etc.) que utilizan los cesteros para regularizar el tejido. Prácticamente todos ellos la consideran herramienta básica. El corquete es una cuchilla de punta curva y mango de madera que utilizan los vendimiadores para cortar los racimos y que usan también los cesteros para puntear o sacar punta a los mimbres. Parecido al corquete es el ganifete, que sólo se distingue de aquel en que se cierra como una navaja. Garrotillo es un palo o punzón puntiagudo y corvo, de material duro, que se usa para anudar el vencejo con objeto de no lastimarse los dedos cuando se atan los haces de mies. En cestería se utiliza para apretar el tejido. El pelador, consiste en un trozo de mimbre grueso doblado y usado en forma de tenaza, que se aplica a cada una de las ramas para levantar la piel; se maneja, pues, con la mano. Algunos cesteros emplean también peladores hechos por ellos mismos con un trozo de metal. 


Actualmente los cesteros que trabajan de modo más permanente van sustituyendo el pelador manual por máquinas que cumplen su misma función, pero con una gran rapidez. Pelacañas, lezna, abrecañas y moldes… entre otras, son herramientas imprescindibles para hacer un buen cesto y un buen acabado. Escriños, terreras, anganillas, cuévanos… cestas de mil maneras y formas… a recordar aquella que llevaban los diferentes trabajadores, desde los hombres y mujeres del campo, hasta los mineros; muchos la recordaran, era de mimbre, con tapa y asa, de forma rectangular y con dos cierres metálicos. Algunos las vimos amarradas en el portabultos de bicicletas y motos. Otra pieza de interés e importante eran aquellos andadores para que los bebés aprendieran a caminar sin romperse la nariz… eran de mimbre y muy bonitos. Y como no escribir sobre lo nuestro, esas comarcas tan llenas de artesanos y que también trabajaron y algunos siguen trabajando la cestería con gran sabiduría. La cestería en el mundo rural constituía rara vez un trabajo de plena dedicación; lo normal era que la persona más habilidosa de la familia hiciese sus propios cestos: de mimbre, castaño o avellano, principalmente. 

No obstante, hay pueblos que se destacaron por esta labor, como pueden ser, en el oeste de la provincia, Villar de Acero, Porquerizas y Tejeira, que a finales del siglo XVIII se dedicaban a hacer unos cestos de avellano de gran aceptación en el Bierzo, o Aira da Pedra que, a mediados del XIX, elaboraban cestos para la recolección de la uva en toda la región. Todavía hoy quedan buenos cesteros en la zona: en Burbia, San Juan de Paluezas, Santa Marina del Sil, y otros lugares bercianos. En Santa Marina del Sil viene celebrándose hace una decena de años un concurso de cestería tradicional. Los pueblos de la comarca de Valdeón también han trabajado la cestería de avellano. Y en Vegacervera se ha iniciado hace un par de años otro concurso de cestería de las riberas altas del Torio y del Bernesga, de mimbre sin pelar, tosco y verdoso. En las riberas del Órbigo (en el pueblo de Sardonedo) siguen haciéndose aquellos barriles de mimbre pelado o de palera. Y hay que escribir sobre la Cestería Velasco, la única que queda en León; cerca de un siglo vendiendo todo tipo de fabricados en múltiples materiales naturales; tienda que empezó el abuelo Jesús Velasco y su mujer Dolores Álvarez allá por 1920, luego la llevó Florentina Velasco fallecida hace un par de años, y ahora la lleva su hija que no quiere que pongamos su nombre… dice que no necesita publicidad, y que nadie se ha acordado de ellos durante todos estos años… ahí queda la cosa… y recuerden que un buen sombrero de paja de centeno nos salva del sol, a veces traicionero… y que pena que ya no haya casi caballerías para ponerles las angarillas de esparto hechas a mano por los artesanos cesteros.

NOTICIA: El traje que vio pasar a Napoleón

Localizan el atuendo tradicional leonés más antiguo que se conoce. Lo expondrán a partir del viernes en San Marcelo.

Javier Emperador, junto a la monumental collarada que acompaña a esta
indumentaria. DL-

E. GANCEDO | LEÓN
diariodeleon.es
No sólo de piedras talladas, de tablas pintadas o de códices miniados vive el patrimonio leonés. Existe aquí otro tipo de legado verdaderamente rico, variado y de enorme arcaísmo que ha hecho famosa a esta tierra, el etnográfico, y más en concreto el de la indumentaria tradicional. Joyas cuya pervivencia en el tiempo resulta complicada por las características perecederas de sus materiales: lana, lino, seda...

Pero este viernes los leoneses podrán conocer uno de esos ‘tesoros’ que tan rara vez salen a la luz en lo que se refiere a este tipo de artesanías: un traje, casi completo, procedente de Veguellina de Órbigo y que responde a tipologías de principios y mediados del siglo XIX. Lo presentará a las 19.00 horas el etnógrafo Javier Emperador en la colección permanente de indumentaria leonesa que dirige en el Consistorio de la plaza de San Marcelo y allí podrá contemplarse hasta el mes de marzo.

Las diferentes partes de esta vestimenta han sido cedidas para su exposición por la familia de Victorina Junquera (1922-2006) —vecina de Veguellina que la lució en diversos acontecimientos y celebraciones—, y gracias a la mediación de su hermano Carlos, doctor en Antropología y profesor de la Universidad Complutense. Los diferentes elementos del traje se encontraban hasta ahora almacenados en la Fundación Joaquín Díaz de Urueña (Valladolid) y la idea de fondo es conseguir su exhibición permanente en tierras leonesas.

«El traje es de un arcaísmo asombroso —explica Javier Emperador—. Por ejemplo, de la toca no conozco ningún otro exponente, aunque parece emparentada con las monteras y los gorritos de niño. Los manguitos son también extraordinariamente valiosos, conociéndose muy pocos, amén de aparecer en un puñado de pinturas y grabados, y en la imagen de la maragata que acudió a la boda del rey Alfonso XII».

Epígrafe aparte merece la «colosal collarada» que lo acompaña. «Es una de las más impresionantes de España porque su montaje data, al menos, de antes de 1939; en él participaron como mínimo cinco generaciones».

Y es que la primera referencia existente de este atuendo está fechada en mayo de 1939, cuando tuvo lugar en León la multitudinaria despedida de la Legión Cóndor, a la que acudieron paisanos de casi todas las comarcas, ataviados con sus mejores galas —se calcula una afluencia de 4.600 personas, el desfile duró cuatro horas—. «La ciudad de León fue entonces escenario de la, posiblemente, mayor concentración de tipismo realizada a lo largo de su historia», cree Emperador. La indumentaria de Victorina Junquera —llamada en la zona, ya entonces, «el traje antiguo» causó sensación y se llevó el segundo premio del certamen. El primero en un concurso de este tipo lo obtendría, ya en los años cuarenta, en la Casa de Campo de Madrid, y lo recibió de manos de la mismísima Carmen Polo, la esposa de Franco.

«A lo largo de los años, Victorina y su traje fue retratada por Martín de Prado, por Foto Exakta, por Ortiz Echagüe, por Peñuelas..., y aparece en el Cancionero de Berrueta y otros libros», desvela Javier Emperador, que ha venido rastreando la historia de esta tan singular vestimenta.

Una indumentaria que depara sorpresas como la atrevida leyenda bordada en su fajero: «Porque quiero hallarme cada día con novio nuevo».

Toca, manguitos, restos de camisa, justillo de picos e imagen de los años 40. J. E

domingo, 9 de octubre de 2016

NOTICIA: León destapa "el tarro de sus esencias"

La Feria de los Productos, escaparate de un sector con 500 empresas y 14.000 empleos.

Los productos de Urzapa están un año más presentes en la Feria de los Porductos de León.
 | DANIEL MARTÍN

 lanuevacronica.com
Alfonso Martínez | 09/10/2016
La provincia de León destapa, como viene siendo tradicional cada año por estas fechas, el "tarro de sus esencias". El presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, inauguró este sábado la vigésimo tercera edición de la Feria de los Productos de León, que se celebra hasta el próximo 12 de octubre en la plaza de toros. Acompañado por el alcalde de León, Antonio Silván, y por el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el presidente de la institución provincial destacó la importancia del sector agroalimentario en la economía de la provincia.

Lo hizo en la apertura de un evento que este año cuenta con la participación de 77 expositores de empresas y marcas de calidad que representan lo mejor de la despensa leonesa. Martínez Majo detalló que el sector agroalimentario representa un 10% del PIB de la provincia a través de algo más de medio millar de empresas que generan 14.000 puestos de trabajo directos e indirectos a través de la producción, la transformación y la distribución y comercialización de la materia prima. Además, un 15% de las exportaciones registradas en la provincia corresponden a este sector.

El presidente de la Diputación destacó el crecimiento "paulatino" de la empresas agroalimentarias y recordó que no hace mucho tiempo tenían "miedo a los mercados" y ahora triunfan en los mismos con premios como el Cincho, en referencia a Quesería el Palacio de Toral de los Guzmanes y Lácteas San Vicente de Navatejera.

"En este feria encontraremos lo más genuino del sector agroalimentario. Es una muestra por y para los productores, restauradores y distribuidores, que ponen en valor la calidad de la variada gama alimentaria leonesa. Son más de 2.000 metros cuadrados de entrada gratuita a la espera de un público objetivo de unas 200.000 personas de la capital y los municipios de su entorno, además de a los muchos visitantes que del resto de la rovincia del país nos visitan a lo largo de este puente", aseveró.

Mientras, Suárez-Quiñones hizo especial hincapié en que esta feria representa un caso de "éxito" logrado por su configuración de "calidad" y recordó que el sector agroalimentario ha sabido soportar la crisis, de forma que en el conjunto de Castilla y León se contabilizan ya más 3.000 empresas que facturan al año 10.000 millones de euros.

Por su parte, Silván secundó las palabras del diputado de Desarrollo Económico, Miguel Ángel del Egido, al referirse a la feria como el "tarro de las esencias" de la provincia y de su sector agrícola y alimentario.

El alcalde de la capital felicitó a la Diputación por el evento y anunció la intención de ambas instituciones de sumar esfuerzos a la hora de promocionar los productos de la tierra por todo el país desde un trabajo conjunto, tal y como ya ocurre actualmente con el turismo. Además, Silván propuso que la próxima edición de esta feria se celebre ya en el recinto de exposiciones que se está terminando y que forma parte del proyecto del Palacio de Congresos. Mientras, Martínez Majo vio con buenos ojos esta propuesta y recordó los inicios de la feria en el solar de Santa Nonia y el posterior traslado a la plaza de toros, con el incremento que ello supuso en el número de expositores participantes. 

La pregonera de la feria fue en esta ocasión Yolanda León, del restaurante Cocinandos, que cuenta con una Estrella Michelín. Durante su intervención, pidió a los leoneses que se interesen por el origen de los productos que compran para así favorecer la economía local. Defendió además el papel de los cocineros a la hora de promocionar los productos de nuestra tierra, por lo que planteó la posibilidad de desarrollar iniciativas conjuntas a la hora de emprender nuevas acciones por diferentes puntos del país.

Además del acto inaugural, el programa de la feria incluía este sábado una degustación de alubias que fue ofrecida por la IGP de La Bañeza. Ya en horario de tarde se celebraron las catas para la concesión de los premios de la feria al mejor vino y al mejor queso.

Es preciso señalar finalmente que la primera jornada de la Feria de los Productos de León se cerró con una degustación ofrecida por laAsociación de Promoción del Chorizo de León.

NOTICIA: Hospital vuelve a poner en valor la tradición del Órbigo

La localidad ribereña celebra la XV edición de las Jornadas de Exaltación del Traje Regional

El grupo ribereño en una actuación de las Jornadas del Traje Regional. | P. FERRERO
P. Ferrero | 09/10/2016
La localidad de Hospital de Órbigo, de la mano de la Asociación Surcos del Órbigo y el Ayuntamiento, vuelve a poner en valor la tradición de esta comarca a través de una nueva edición, y con esta la número 15, de las Jornadas de Exaltación del Traje Regional, que se desarrollarán los días 14, 15 y 16 de este mes de octubre. 

Esta fiesta comenzará en torno a las cinco de la tarde del viernes con actividades para niños, sopas de ajo y una ronda tradicional con los grupos de danzas ‘El Hilandón’, de Alija del Infantado, los dulzaineros ‘Bañezaina’ y ‘Agua Viva0, de Velilla de la Reina. A las diez de la mañana del sábado habrá cursos de bailes en el salón cívico y ya por la tarde se celebrará una feria de productos artesanos, de forma simultánea al IX Festival Folclórico, que vendrá de la mano de ‘Surcos del Órbigo’, de Hospital, ‘Celada’, de la Robla y ‘El Pedruco’, de Cantabria. El domingo contará también con un sinfín de actividades, de entre las que destaca un concierto de música tradicional leonesa, con ‘Gritsanda’.

sábado, 8 de octubre de 2016

NOTICIA: Los ladrillos del Palacio Episcopal de Gaudí viajan a Barcelona

Santa Elena de Jamuz lleva al Segundo Congreso Mundial sobre el arquitecto su elaboración artesanal de los ladrillos del Palacio Episcopal de Astorga.

El alfar-museo de Jiménez de Jamuz (León) prepara piezas para la
restauración del Palacio Episcopal de Astorga con los moldes
 originales diseñados por Gaudí. | ICAL

Ical | 05/10/2016
El Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz (León) y el Museo Alfar del municipio participan estos días en Barcelona como invitados y ponentes en el Segundo Congreso Mundial sobre Gaudí que se celebra en la ciudad condal, con la participación de los mayores expertos en la obra del arquitecto catalán.

Los organizadores del encuentro visitaron hace semanas el Museo Alfar, donde el pasado mes de marzo de elaboraron los ladrillos encargados para la obra de restauración que se acomete en el interior del Palacio Episcopal de Astorga, con el mismo proceso que los encargados en su día por Gaudí. “Descubrieron lo que hemos hecho y les llamó poderosamente la atención”, manifestó a Ical el alcalde de Santa Elena de Jamuz, Jorge Fernández, encargado de ofrecer la ponencia que explicará a los asistentes al Congreso cómo se lleva a cabo esa fabricación artesanal.

“Lo que hacemos es poner en valor nuestra labor como artesanos, reconocida por el propio Gaudí y certificar que es el mismo que siguieron nuestros abuelos y bisabuelos y, por tanto, no hacemos réplica de ladrillos sino el ladrillo original que soñó Gaudí”, dijo antes de recalcar que “nadie más puede hacerlo porque nosotros tenemos la misma arcilla, el mismo combustible, las mismas decoraciones -los pintos- hechas con material autóctono y el mismo horno, las manos alfareras y los moldes originales”.

Jaime Argüello, el maestro alfarero del Museo -que también participa en el Congreso- fue el orgulloso encargado de contribuir de forma directa a la obra de restauración del Palacio y las nuevas piezas llevan su huella como entonces quedó grabada la de sus predecesores en los ladrillos que repondrán los dañados por el paso del tiempo. El trabajo, llevado a cabo con mimo, incluye la decoración de cada uno de ellos al estilo más tradicional, hecha con la segunda pluma del ala derecha de una gallina.

Jorge Fernández alberga la esperanza de que la participación en el Congreso Mundial sobre Gaudí pueda suponer la semilla que sirva para lograr que “ésta o cualquier actuación que permita divulgar nuestro patrimonio cultural a nivel mundial, pudiera celebrarse alguna vez en Castilla y León, porque tenemos dos obras fundamentales en nuestra comunidad: el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines de la capital”.

El edificio histórico de la Universidad de Barcelona acoge el Congreso que organiza bianualmente la institución académica y 'The Gaudí Research Institute', con la asistencia de medio centenar de expertos procedentes de Colombia, Chile, Estados Unidos, Canadá, Japón, Rusia, Alemania o Austria o China y un total de 250 congresistas. El parque Güell y la torre Bellesguard son los temas principales del encuentro, que celebró su primera edición en 2014.