sábado, 28 de febrero de 2015

NOTICIA: Las marzas llegan con la música puesta

TRADICIONES La presentación de un libro sobre los 15 años de esta recuperada tradición sirvió de preámbulo a la ronda que esta noche se celebra.
La presente edición de las marzas tuvo como preámbulo la presentación
de un libro en el Museo de León. MAURICIO PEÑA
Fulgencio Fernández | 28/02/2015
La presentación de un libro sobre los 15 años de celebraciones de las rondas leonesas (las marzas) a cargo del grupoAguzo puso el más que apropiado preámbulo a la celebración de una nueva edición de estas rondas, que saldrán de la plaza de San Marcelo (el consistorio viejo) si el alcalde de la ciudad, la autoridad, concede el preceptivo derecho a celebrarlas. Que lo concederá, que Gutiérrez es muy de estas tradiciones y se le pide alguien a quien no se le puede negar, nuestro compañero en El Diario de León Emilio Gancedo, que ya fue ayer el encargado de  ‘apadrinar’ la presentación del volumen, editado por Aguzo, que recoge muchos de los cantares ‘entonados’ en estos quince años de rondas, fundamentalmente los menos conocidos y los más vinculados a las comarcas leonesas en las que se celebraba esta histórica tradición. Canciones y letras llenas de gracia y picante, como las que se cantaron el año que se dedicó la edición a las de la comarca de Riaño, Horcadas..., donde les llamaban ‘las martas’: "Atentos señores/ que son cosas bellas/ las martas, las martas/ las martas calendas.// Non vinon de Francia/ ni de la Inglaterra/ que Dios nos las unvía/ del cielo a la tierra". 

Las tradicionales rondas leonesas, las marzas, celebran el año nuevo y la llegada de la primavera
Por si las artes de Gancedo fueran escasas, que no lo son, y la resistencia de la autoridad desmedida, que no lo será, Gancedo estará arropado por otro peso pesado de la defensa de las tradiciones y más de las relacionadas con la música, Héctor Luis Suárez.  

En definitiva, que acudan a las ocho y media al viejo consistorio que la ronda saldrá a recorrer buena parte de las calles del casco viejo de la ciudad, y de esta céntrica plaza irán a calle La Rúa, Convento de Concepcionistas, plaza del Grano, Juan II, Fernández Cadórniga, Don Gutierre, Zapaterías,m plaza de San Martín, Plegaria, Plaza Mayor, Domínguez Berrueta y la plaza de la Catedral, en la que como viene siendo tradicional se repartirá entre los asistentes productos típicos de esta tierra, como vino, queso y otros productos, entre los que en muchas ocasiones se encuentran nuestros caramelos más leoneses, los Ronchitos.

Nos vinon de Francia, ni de la Inglaterra, que Dios nos las unvía del cielo a la tierra, cantaban en tierras de Riaño Tal y como ayer se volvió a explicar en la presentación del libro y una nueva edición de las marzas, en León también conocidas como rondas, no son otra cosa que "la antigua celebración del año nuevo y de la llegada de la primavera, con los asistentes divididos en dos grupos que van cantando alternativamente el ritual marcero una vez conseguido el preceptivo permiso a la autoridad".

No faltarán, además de los cantantes, los panderos y panderetas, chifla y tamborín, gaita y dulzaina, que llevarán y tocarán los ejemplares trabajadores de la tradición que son el grupo leonés Aguzo.

La tradición de las marzas o las rondas leonesas volverán a tomar las calles de León

NOTICIA: Capital del chocolate

Trajo el cacao a Astorga Hernán Cortés en persona. Era parte de la suculenta dote para casar a su hija con el marqués de Astorga. No hubo esponsales pero aquellas semillas de cacao abrieron una gran industria en la ciudad. Su clima frío, los monjes de los monasterios, los arrieros maragatos y el empeño de los industriales hicieron el resto. El Sica devuelve este fin de semana a Astorga al esplendor de su pasado y la convierte de nuevo en la capital mundial del chocolate. Placer que no es pecado.

Tabletas de chocolate y sus envoltorios históricos- JESÚS F. SALVADORES

SUSANA VERGARA PEDREIRA 27/02/2015
Dicen que a Moctezuma le gustaba tomarlo amargo, caliente y mezclado con agua. De lejos entronca la historia de Astorga y el chocolate. De entonces, de aquella época. Pagó Hernán Cortés con cacao parte de la cuantiosa dote de su hija María, que debía ser desposada en matrimonio pactado con Alvar Pérez de Osorio, heredero del marquesado de Astorga. Así fue como llegó el chocolate a la ciudad. No hubo matrimonio, pero aquellos granos de cacao germinaron en una gran industria.
No se sabe por qué, los marqueses de Astorga cancelaron en el último momento aquella boda de su hijo con una de las once descendientes de las cinco relaciones matrimoniales y no del gran conquistador, en todos los sentidos. Cuentan que Hernán Cortés cogió tal enfado por la anulación del enlace que acabó costándole la vida.
Su amargura derivó sin embargo en la gran industria del dulce de la capital maragata.
Es larga la crónica del chocolate. Sus restos están en una vasija de 1750 antes de Cristo, si no anterior. Al otro lado del mundo conocido por Occidente, los emperadores precolombinos usaban el brebaje como pócima mágica. En sus rituales sagrados, en sus guerras y, como ocurrió en Astorga, en las celebraciones matrimoniales.
Incas, mayas, aztecas, tiahuanacos, mochicas, paracas, toltecas y olmecas bebían el elixir extraído de las semillas que el dios Quetzalcoatl puso en manos de los hombres para hacerlos fuertes.
Su amargura no gustó a Cristóbal Colón, el primer occidental en probarlo, ni a Isabel la Católica, la gran mentora del descubridor. Por eso tuvieron que pasar algunas décadas para que la historia diera un giro desde aquel sorbo áspero en mitad del Paraíso, en la isla de Guanaja en 1502. En Castilla desagradó el sabor amargo y picante y el aspecto sucio del fruto. Y todo hubiera quedado ahí si no es porque Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano comprobó que esa bebida preparada por los aztecas le daba energía suficiente para batallar sin descanso durante todo un día. En 1528 le trajo a su rey, Carlos I, unos granos de cacao desde el otro lado del mundo.
Para cuando pactó el matrimonio de su hija María Cortés de Zúñiga en Astorga, era ya símbolo de riqueza y objeto de intercambio comercial. María, pese al enojo de su padre, no emparentó con los Pérez Osorio pero sí lo hizo con otro linaje leonés: se casó con Luis de Quiñones, quinto conde de Luna. Todo quedó en León.
Entre esponsorio y esponsorio, el cacao siguió siendo amargo, pero no por mucho tiempo porque enseguida los monjes de los cenobios descubrieron que mezclado con una pizca de dulce se convertía en placer permitido. Añadieron azúcar al cacao y dieron con una mezcla de gozo. Tanto disfrute, y tanto consumieron, que hasta hubo que elaborar una ‘questión moral’ para establecer si quebrantaba o no el ayuno eclesiástico. Fue que no. Ocurrió en 1636.
Astorga era capital de una de las diócesis más extensas del país, plagada de monasterios y casas parroquiales donde humeaba el chocolate caliente que tenía bula y cuyo disfrute no provocaba pecado. La ciudad tenía además un clima ideal para enfriar rápidamente la pasta de cacao sobre el suelo, el método usado cuando aún no había frigoríficos, y convertirla en tabletas de chocolate que era ncasi como el oro.
Quedó constancia de ello en el testamento de un Quiñones pariente político de la hija de Hernán Cortés. En la herencia de Ramiro Díaz de Laciana y Quiñones, en 1661, figura como haberes del hidalgo media arroba de chocolate. Él, que tenía palacio en el Jardín del Cid. Luego extendieron el manjar los maragatos, que garantizaron con sus carretas el suministro de uno de los bienes más preciados en una ciudad que llegó a tener decenas de fábricas
Durante siglos, se hizo el chocolate a la manera precolombina, amasado con un rodillo y calentado sobre una piedra. Así hasta que irrumpió la técnica. Pero en Astorga no se abandonó nunca la pasión artesana. La modernidad europea convirtió el chocolate en bombón y acabó con el imperio de la taza. Fue el comienzo del declive.
Astorga es ahora de nuevo la capital mundial del chocolate. A su museo, único en el país, se une la celebración del Sica, el Salón Internacional del Chocolate de Astorga, avalado por los reyes Felipe VI y Letizia, que reúne hasta el domingo decenas de iniciativas, degustaciones, charlas y talleres. Desde la clase magistral hoy del gran maestro chocolatero catalán David Pallás a la cocina salada con chocolate del chef con reconocimiento nacional Jesús Prieto, del Restaurante Serrano de Astorga, de las catas fusión de Bodegas Casis a la charla literaria de Luis Gabás, de la exposición sobre la revolución digital en el mundo del chocolate de Juan Rubio a las demostraciones de Marcelino Caballero, del Restaurante La Pausa, de Jacinto Peñín o, mañana, de Nacho González, jefe de Pastelería de la EIC de Valladolid y del televisivo Fabián León, finalista de MasterChef, de la demostración el domingo de bombones fusión y tapas dulces de Alberto Pérez y Julián Arranz al cacao solidario para luchar contra la pobreza de Adela González, representante de Manos Unidas.
El chocolate de siempre y la innovación, los productos inteligentes elaborados con chocolate, las recreaciones de los maestros chocolateros, las catas para amar el chocolate, el club para niños de 4 a 10 años y la librería Sica donde encontrar todo lo escrito sobre este producto milenario. Un dulce programa con el que dejarse seducir este fin de semana.
Todo en la capital del chocolate, la bimilienaria urbe fundada por los romanos, la ciudad amada por Guadí, la Astorga a la que trajo el caco el mismísimo Hernán Cortés.


jueves, 26 de febrero de 2015

NOTICIA: Más chocolateros que Paquito

El Sica abre hoy sus puertas para demostrar que el vínculo de la ciudad con el cacao tiene aún mucho recorrido.

 
a.g. valencia | astorga 26/02/2015
Ya está todo listo. La tercera edición del Salón Internacional del Chocolate de Astorga da hoy su pistoletazo de salida. La cita, que se abre a las nueve de la mañana en el Seminario, ha programado para las doce del mediodía su inauguración oficial. Un acto que contará con la viceconsejera de Agricultura y Desarrollo Rural, María Jesús Pascual, con el presidente de la Diputación, Emilio Orejas, con la alcaldesa, Victorina Alonso, y con el presidente de la Cámara de Comercio —entidad que organiza la muestra— Juan Carlos Fernández.
 
Desde este momento, los talleres, las demostraciones y las conferencias se sucederán con el fin de coronar al chocolate, tan ligado a la ciudad y a su desarrollo industrial.
El salón contará con dimensión internacional de la mano de las embajadas de Perú y Ecuador, cuya presencia favorecerá las relaciones y los intercambios comerciales. Además, los chocolateros de la zona y las empresas relacionadas con el cacao —18 expositores en total— pondrán en valor el producto estrella del certamen.
 
El Sica contará con la presencia del maestro chocolatero David Pallás, que combina arte y dulce y acercará al gran público su saber hacer. La muestra también tendrá sello leonés, de la mano de Sergio González, Jesús Serrano y José Antonio Celada. Además, la comunidad también quedará representada en los vallisoletanos Raúl Arranz e Ignacio González. Junto a ellos tendrán una dimensión especial los futuros maestros confiteros de la mano de los alumnos del ciclo de Panadería de Astorga y del Centro Integrado de Formación Profesional Ciudad de León, encargados de transmitir a los más pequeños su pasión chocolatera.
 
El salón, que cuenta con la presidencia de honor de los Reyes de España, dedicará más de 32 horas a las demostraciones, talleres y minicursos. Además, será un foro de encuentro y conocimiento gracias a la Universidad de León, que desplegará sus conocimientos sobre innovación, tradición y tecnología de los alimentos. La literatura estará presente de la mano de la escritora Luz Gabás y el televisivo finalista de ‘MasterChef Junior’, el joven madrileño Fabián León, acercará a los asistentes a sus especialidades más dulces. Habrá espacio para el Comercio Justo y también para la difusión del garbanzo Pico Pardal.

NOTICIA: la sociedad familiar

La sociedad familiar leonesa es una institución jurídica constituida entre dos matrimonios de agricultores vinculados familiarmente que conviven y explotan juntos tierras y ganados.

j. laurent-

nicolás bartolomé pérez 22/02/2015 
Afinales del siglo XIX Elías López Morán certificaba la existencia tanto en el Bierzo occidental como en la Montaña central leonesa de una costumbre jurídica que consistía en que los matrimonios con descendencia solían dejar en el hogar familiar a uno de sus hijos o hijas cuando éstos se casaban con el fin de que el matrimonio recién constituido viviera allí haciendo vida común con los progenitores de uno de ellos comiendo todos a «pan y manteles», por emplear la fórmula tradicional que denotaba la comunidad de vida y trabajo. Más recientemente José Piñeiro Maceiras también ha constatado esta institución en el Alto Bierzo. La forma de constitución de la sociedad podía ser tácita o expresa en documento público, y mientras que en El Bierzo sus miembros eran los individuos, en Los Argüellos lo eran los matrimonios. Los bienes aportados por cada individuo y los de las dos sociedades conyugales, se trabajaban por todos indistintamente; los frutos eran comunes y en común se recogían y se consumían. En caso de disolución de la sociedad familiar (por muerte o desavenencias), en El Bierzo se distribuían las ganancias, o en su caso las pérdidas, en tantas partes como eran los individuos que formaban la sociedad y se adjudicaba a cada uno su porción; y en tierras argollanas se dividían en dos partes, una para cada matrimonio o representante de él. En todo caso no importaba la cuantía de los bienes que cada socio o cada matrimonio hubiera aportado a la sociedad, ya que fueran muchos, pocos o ninguno, siempre participan de ellas por igual. El fallecimiento de uno de los padres no era obstáculo para la subsistencia de la sociedad con el otro; pero mientras en El Bierzo percibía la tercera parte de las ganancias, en Los Argüellos continuaba adquiriendo la mitad. Si era el hijo o la hija quien fallecía quedaba disuelta la sociedad. Era frecuente cuando los padres dejaban de trabajar por incapacidad, hicieran donación de su mitad de ganancias en favor de su hijo o hija y su matrimonio, con la condición de mantenerlos mientras de por vida.
 
No hay duda que la finalidad de la sociedad familiar leonesa era asegurar la transmisión indivisa de la casería familiar, pero también dar apoyo a los progenitores en la vejez a cambio de resultar mejorado uno de sus descendientes gracias a esta institución tradicional. Este tipo de sociedad o de comunidad de naturaleza jurídica discutida también es o fue propia de otras zonas del norte de España y de algunas zonas de Portugal, cuyo Código Civil acoge una figura jurídica afín. Así, en Galicia se denomina compañía familiar gallega; en Asturias, sociedad familiar asturiana; en Navarra, sociedad familiar de conquistas; y en Aragón esta institución se encuentra próxima a la llamada comunidad conyugal continuada.
 
El artículo 1 de la Ley 147/1963, de 2 de diciembre de 1963, sobre Compilación del Derecho Civil Especial de Galicia, norma estatal que ya no está en vigor en Galicia pues ha sido sustituida por otras disposiciones posteriores dictadas por el legislador autonómico gallego, señala que en: «Aquellas comarcas de las provincias limítrofes de Oviedo, León y Zamora se aplicarán disposiciones de los títulos I y II de esta Ley cuando se acredite la existencia y uso de las instituciones a que los mismos se refieren». El título I trata de los foros, y el II (artículos 47 a 58) de la compañía familiar gallega, cuya regulación legal se quiso aprovechar también para reglamentar la sociedad familiar leonesa y la asturiana por sus evidentes semejanzas. Como apuntó hace años en un brillante estudio el catedrático de Derecho Civil Javier Fernández Costales, la mencionada ley estatal de 1963 sigue en vigor en León (al igual que en Zamora y Asturias), pues no ha sido derogada ni expresa ni tácitamente; de esta forma se puede afirmar que existe un Derecho foral leonés, esto es, un Derecho civil especial de León, de exiguo contenido, eso sí, pues solo está conformado por una única institución como es la sociedad familiar leonesa, y a la que da carta de naturaleza la antigua compilación estatal del Derecho civil gallego, pero con la condición de que se acredite su existencia y uso en nuestra tierra, cuestión complicada en la actualidad por la decadencia de este tipo de sociedad y de los imparables cambios sociales y económicos experimentados en el campo leonés.

sábado, 21 de febrero de 2015

NOTICIA: No guardes el disfraz que hoy es Sábado de Piñata

Astorga celebra hoy sábado su gran día de Piñata. Bembibre y Cubillos del Sil en el Bierzo también acogen hoy sus cabalgatas y en La Bañeza cierran la resaca carnavalera con su 'sábado de piraña'.
ileon.com


  • 12:30 h CAN-NAVALES 2015 Organiza: Asociación Protectora de Animales de Astorga (APADA) Recaudación íntegra para los animales albergados en la Perrera Municipal de Astorga. Desfile de disfraces de perros con sus dueños. Habrá un obsequio para todos los inscritos y premios para tres participantes. Plaza MAYOR
  • 12;45 h. Pasacalles por la ciudad con charangas anunciando el pregón de piñata.
  • 13;30 h. Pregón de piñata a cargo de José Ramos Castellanos, Su implicación y trayectoria en la creación del sábado de piñata, con el grupo Los Maragatos ha sido el detonante, junto con sus casi 25 años como César de la Fiesta de Astures y Romanos.
  • 17;00h Magnífico desfile de piñata con la participación de grupos venidos desde todos los puntos de la provincia y fuera de ella, con carrozas, charangas y grupos de animación. Abierto por "a ras de suelo" con una de piratas "Es mi barco mi tesoro" Colabora ASOCIACIÓN LAS ENCINAS.
  • 19;30.h. Baile de piñata en la Plaza Mayor con la fabulosa orquesta WAYKAS FAMILY
  • 20;30 h. Entrega de premios a los mejores del desfile de PI- ÑATA 2015. Con actuación de LA CANALLA DRAG Y LOLITA LE PIKA.
  • 23;30 h Verbena de piñata, con la orquesta WAYKAS FAMILY
Bembibre
El desfile de carnaval en Bembibre partirá a las a 17h. desde el Edificio de Usos Múltiples, en el barrio de La Estación y seguirá por la calle Susana González, Avda.Villafranca, Emiliano Sánchez Lombas, Paseo Veremundo Núñez y Plaza Santa Bárbara. Los participantes deben estar allí a las 16'30h. Queda prohibida la incorporación de los grupos una vez que se haya iniciado el desfile. Al finalizar, los asistentes podrán disfrutar de un baile a cargo de la orquesta Tequila.

jueves, 19 de febrero de 2015

NOTICIA: Lágrimas para despedir a don Carnal

El entierro de la Sardina acabó con el Carnaval y el cortejo fúnebre alivió el dolor con tapas y bebidas.


Se encendió la hoguera y la sardina ardió en presencia del cortejo fúnebre de
plañideras que recorrió las calles de la ciudad.- RAMIRO

DL| León 19/02/2015
Se acabó. El cortejo fúnebre de plañideras despidió, un año más, a don Carnal en una de las ceremonias más arraigadas aunque no es la que más expectación despierta. El tiempo de pecar da paso a la Cuaresma, con más recogimiento para los católicos. El Entierro de la Sardina congregó ayer a cientos de leoneses para poner el broche a un fin de semana de mascaradas y, como manda la tradición, los tres personajes característicos de la ceremonia pagana, el obispo, el monaguillo y el fiscal, acompañados de una solemne marcha fúnebre, acompañaron las lágrimas de las plañideras y la zafarronada Omañesa Riello. El séquito acompañó al cadáver por plaza de Regla, calle Ancha, Varillas, Platerías, Plegarias, Plaza San Martín, Zapaterías, Plaza Don Gutierre, Fernández Cadórniga, Juan II, para acabar en la Plaza del Grano. Allí, con la colaboración de la asociación de vecinos Barrio del Mercado, se encendió una hoguera. Los bares del Húmedo y el Mercado aliviaron el dolor con tapas y decorados alusivos.

miércoles, 18 de febrero de 2015

COLABORACIÓN: Cacharreras… botijeros…hojalateros…

Autor: Toño Morala

Estampa de un joven botijero con su burro  y sus  botijos resguardados de golpes.

  Qué tiempos aquellos en los que había que reparar todo y de todo; desde el balde de  zinc, las potas, hacer aceiteras de hojalata… comprar botijos y vasijas de barro para la casa; las cántaras de la leche, los platos y  fuentes; cántaros, botijos, barriles, macetas, y aquellos largueros para los ricos escabeches… los tanques para el agua… y un largo etcétera  que no cabría en el papel. Y casi siempre eran  incansables mujeres en paciente espera las que tendían sus buenos productos en las calles en ferias y mercados.
Juan ‘El culebrón’, hojalatero  y estañador.
 Hay que acordarse de aquellos hombres y mujeres que trataban con estos valiosos productos para la  buena marcha de las casas  y sus habitantes. Generalmente eran vendedores o reparadores de cosas ambulantes, no tenían paradero fijo, y solo en los largos inviernos regresaban a sus pueblos y aldeas. También los había que recorrían ferias y mercados por toda la provincia con sus carros, bicicletas o  caballerías; extendían sus mercancías y cachivaches, como se ponían a reparar en plena calle todo aquello que estaba roto.   
Cacharreras en un mercado, finales de los años sesenta.
La imagen de las cacharreras en las ferias era hasta hace poco tiempo, una imagen llena de colorido  de los diferentes artilugios para las cocinas y las despensas. También llevaban cucharas y tenedores, cuchillos y navajas…   En todos aquellos  años de trabajo, sus ingresos les permitieron sacar adelante a su familia y tienen un buen recuerdo de su trabajo y del tipo de vida, pues les gustaba relacionarse con la gente y especialmente, con sus compradores, a quiénes consideraban como amigos, y no creen que sus primeros años de trabajo, desplazándose a pie, fueran penosos, incluso, atribuyen su actual buena salud al esfuerzo físico entonces realizado. Este comentario lo decían los buenos estañadores y hojalateros.
El municipal y la cacharrera  en plena calle.
Los hojalateros valiéndose de las herramientas propias de su oficio y utilizando la hojalata como principal materia prima, han fabricado tradicionalmente un gran número de objetos, de muy variado uso. Dentro de la profesión los especializados en la construcción de artículos de empleo sobre todo doméstico (cazos, embudos, aceiteras, marmitas, vasijas, etc.), eran conocidos como hojalateros de banco, algunos, primero fabricaban en los fríos inviernos, y luego salían a vender por esos caminos de la vida. El oficio hasta avanzado el siglo pasado tuvo entre nosotros un carácter artesanal, que se fue perdiendo en la medida en que cambiaban los procedimientos de fabricación con la creciente utilización de las máquinas. Sin embargo, quedan algunos profesionales que siguen construyendo los bienes "de siempre" con los procedimientos tradicionales, aunque su destino es distinto al pasar de su uso en la vida cotidiana a la utilización en muchos casos como artículos decorativos. Algunos hojalateros de banco también fabricaban efectos para el campo y faroles para los ferrocarriles.
Hojalatero de banco, haciendo una aceitera.
     "Se me come todo", dice, habla de la humedad del pequeño local donde trabaja… mientras agarra una alcuza a medio tornear y la coloca entre sus piernas, para mover el latón  entre unos dedos deformes, pero sorprendentemente hábiles con las tenazas y las tijeras de chapa. Sobre el taburete, el hojalatero, tiene unos patrones recortados de periódico y utilizados muchas veces, de modo que toda la producción sale igualada, con una precisión artesanal casi de orfebrería. "Es que yo soy un '' perfeccionista”, dice. Le gusta silbar  durante la tarea, y a intervalos, completa el fraseo de su copla. “Triniá, mi Triniá…” Cuando  remata el estribillo suena siempre un martillazo, que rompe la cadencia de la voz con su propio acento bronco y rotundo. "Algo tu vida envenena / qué tienes en la mirá / que no me pareces buena / Triniá / mi Trini / ay, mi Triniá…" Así lo cuenta uno de los hojalateros ya jubilado. Y cuando tiene la certeza de que una sacudida en la chapa ya no es perturbadora, cachetea la superficie pulida y reanuda el trajín. El hojalatero deja hablar a todos, hasta que la cháchara es un barullo. "Se cierra el quiosco”, dice. Y empieza a ordenar el cuarto. Suena el zinc, como en una orquesta enloquecida, cuando chocan algunas piezas. Las aceiteras casi no se usan. Huele en el pequeño recinto a azufre, a estaño quemado. Fuera, la hora de la cena vacía la calle.
Cántaros y vasijas de buen barro para las casas y las mozas de buen agrado.
 Quién no se acuerda del bueno del “Tigre de ViIlahibiera”, el hombre que fue estañador y hojalatero y que recorrió media provincia con aquella dyane 6 tirada por un burro. Lo mismo arreglaba una pota a una señora que construía los canalones para el tejado de una casa. Y todavía sigue por Villahibiera, ya algo mayor, y dice que le falla la patata, pero sigue adelante con su vida de jubilado. Y  quién no se acuerda de aquellas hermanas cacharreras de Mansilla de las Mulas, Isabel y Bernardina Brezmes del Pozo y su hermano Ángel… las que vendían en la tienda y en la plaza del Pozo en ferias y mercados…las que llegaban a Jimenez de Jamuz a comprar cacharros  de barro a los artesanos de la arcilla… o aquellas otras “componedoras” Pepa y Argimira que recorrían pueblos y tenían un pequeño taller en la Villa de Mansilla, y que arreglaban de todo.
El tigre de Villahibiera, fue estañador y viajaba de un lado a otro de la Provincia de León
 Y así se paso un tiempo casi olvidado de remaches y más remaches; de barra de estaño y soplete de gasolina…de miradas altivas a los posibles compradores en las ferias y mercados de la provincia, de aquellas cacharreras nobles y trabajadoras; así pasó un tiempo de anécdotas dolidas, y otras de ironía y risas… como aquella que me contaron hace un tiempo, y que dice así… “Era tiempo de mercado, se juntaban en la plaza  con boina calada y pañuelo de cuatro puntas, el afilador, el hojalatero, y un montón de ambulantes de pericia para la venta de lo que fuera…al poco rato,  apareció  un largo coche  negro de aquellos americanos que alguien de ministerios  de la época utilizaba con banderines…entre la comisura de los labios tiznados de tabaco, guiñó un ojo al afilador, y le dijo el hojalatero… “hay que ve mare mía  a donde hemos llegao los metalúrgicos…”

El hojalatero componiendo un cacharro de metal.


NOTICIA: Don Carnal se queda para siempre

El gran desfile ensalza a la Musa que homenajea en su vestido a todos los carnavaleros y en sus alas a las máscaras del cartel.

La diversión está más que servida.- ramiro

a.g. valencia | la bañeza 18/02/2015
Otra parte más de Don Carnal se queda en La Bañeza para siempre. En los disfraces y en las puntadas, en los acordes y en las charangas. En definitiva, en todos y cada uno de los carnavaleros, que ayer disfrutaron del gran desfile. El apogeo máximo de la mascarada. Y es que si Don Carnal aún no se ha empadronado, los bañezanos le están esperando y así se lo demuestran cada martes de Carnaval. Ayer no fue menos y una imponente comitiva de color se citó para homenajear al que es santo y seña de esta tierra. Más de 60 grupos, 22 charangas y 25 vehículos con sonido recorrieron las calles de la ciudad. El ejército carnavalero se entregó al completo sin venirse abajo ni por el frío, propio de febrero, ni por ningún otro motivo.
 
Abriendo el desfile y en la carroza más alta, la Musa del Carnaval 2015, Silvia Carracedo, regaló su sonrisa al numeroso público. Su vestido blanco para la ocasión, obra de su tía Camino Carracedo, fue un homenaje a todos los carnavaleros de la ciudad. La tela salpicada de colores iba recogiendo los nombres de todos los grupos de Carnaval y en las alas de la musa se recreaban las máscaras que este año han protagonizado el cartel de la fiesta más genuina de la ciudad. Todo un guiño a Don Carnal y a los bañezanos que lo han consagrado.
 
La mascarada escribió ayer un nuevo capitulo de su historia. Más bien lo redactaron los personajes de animación que cobraron vida en los carnavaleros. Tim Burton y su Alicia en el País de las maravillas, los troyanos y su imponente caballo, los globos aerostáticos del Teleno, arlequines, duendes y magos, espantapájaros, domadores y sus fieras, Frozen, indios, apicultores, pompas de jabón, Freddy Krueger, Piolín y Silvestre, mosqueteros, los piratas con más ritmo del Caribe... En definitiva un enorme ejército con la única arma del confeti.
 
Y entre tanto, en el gran desfile de Carnaval tampoco faltaron los espontáneos. Un confitero con un roscón sin millón, Torrente, Estela Reinols o un jinete. Es la esencia carnavalera, la que tiene la imaginación por bandera. También los hubo más nostálgicos y sacaron a relucir las cintas de casete. Lo que no faltó fue purpurina y sobre todo ganas de pasarlo bien para que Don Carnal vuelva a vivirse 365 días.
 
Aunque hoy llegará la despedida, sólo será un hasta luego y dentro de nada la imaginación volverá a ganar peso. Doña Cuaresma espera a la vuelta de la esquina, pero aún queda enterrar a Don Carnal. Las plañideras ya preparan los pañuelos, pero no hay de que preocuparse porque en La Bañeza, esta tarde, el luto también es un disfraz.

NOTICIA: León se pone la careta más ancestral

Los personajes más simbólicos de los antruejos de Velilla de la Reina, Riello, Riaño y Alija conquistaron a base de tradición.
 
Los abanicos de colores y las escarapelas de los madamitos, vestidos de blanco,
contrastan con los personajes vestidos de saco.- Marciano
 
A. Calvo | León 18/02/2015
Guirrios, zafarrones, madamas, toros, castrones, madamitos, jurrus, zamarrones... son algunos de los personajes del antruejo, del antroido o del carnaval más tradicional de la provincia, que ayer pusieron a la capital leonesa su careta más ancestral. Por las calles más céntricas, Velilla de la Reina, Riello, Alija y Riaño volvieron una página a la historia para mostrar algunas de las tradiciones que los pueblos han ido recuperando, evitando su pérdida y olvido, para permitir contemplar antiguos ritos, la mayoría de origen celta, de fecundidad, del enfrentamiento del bien contra el mal o la lucha por antiguos territorios.
 



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El simbolismo que encierran los personajes y las representaciones del antruejo leonés enarbola rituales ligados a la tierra y a la fertilidad de la mujer o la dualidad del bien y el mal, con un origen pagano y pícaro. A los grupos leoneses se sumó una pequeña representación de los pueblos zamoranos de Riofrío de Aliste y Ferreras de Arriba, con los diablos y la filandorra y sus carochos.
 
La dulzaina y los tamboriles, acompañados por el sonido de los cencerros y las esquilas que muchos de los personajes llevan colgados para alertar de su presencias y asustar, al compás del sonido de las varas que blandían los guirrios de Velilla de la Reina, llegaron hasta la plaza Mayor, donde los diferentes grupos fueron desfilando y haciendo su representación.
 
Los vestigios culturales conquistaron a los leoneses mientras los jurrus y los castrones de Alija del Infantado luchaban entre sí, como miembros de dos tribus rivales, para enfrentarse fieramente para conquistar pequeños territorios ataviados con prendas de animales o tela de lino y con grotescas caretas. Los toros y los guirrios, personajes principales del antruejo de Velilla de la Reina, torearon a las mozas de la capital, haciéndolas saltar por encima de las astas mientras las escarapelas de las caretas volaban al viento. Los velillenses, el grupo más numeroso, también representaron la siembra de la cernada y estuvieron acompañados por personajes hechos con osamentas de animales y sacos, además de los madamitos de Cimanes.
 
La siembra de la cernada.
Los zafarrones de Riello, el toro y el torero eran vestimentas que se ponían los mozos en estos días previos a la cuaresma para picar a las mozas y con el «cachaviellas», el gancho de madera del panadero, aprovechaban para levantarles las faldas. Son los personales que en el antruido de Riello simbolizan al diablo y las damas, que llevan la cara cubierta por una red de saco —que ocultaba si realmente eran hombres— hacen su oposición representando la fertilidad.
 
Todos los grupos, formados por sus personajes y símbolos, recuperaron la tradición del antiguo antruejo leonés, el que conserva la máscara del tiempo.
 
Golpes y cencerros para ahuyentar el mal.- Marciano
 

martes, 17 de febrero de 2015

NOTICIA: El rey premia la labor por la cultura de José María Merino y Roberto Soto


Don Felipe entregó ayer los galardones a los dos leoneses en el palacio de El Pardo.

D. Roberto Soto recibiendo el premio entregado por Doña Leticia.
cristina fanjul/ efe | Madrid 17/02/2015

José María Merino y Roberto Soto recibieron ayer de manos de la reina los premios nacionales de narrativa y fomento de la cultura respectivamente correspondientes al año 2013. El acto, que se desarrolló en el palacio del Pardo, también reconoció la labor por la cultura de creadores como Luis Goytisolo, Luz Casal o Alberto Schommer.

El autor de El heredero se adjudicó el galardón por El río del Edén, un reconocimiento a una novela que, según el jurado, «constituye una obra tan técnicamente arriesgada como bien resuelta, que va adquiriendo tensión a medida que avanza el relato y cuyos problemas cruciales, como el derecho a una muerte digna, se encuentran perfectamente expuestos». José María Merino asegura que la novela es la última de una trilogía novelística que denomina Los espacios naturales, iniciada con El lugar sin culpa, proseguida con La Sima y concluida con este El río del Edén, una novela con la que Merino se ‘inmiscuye’ en una historia de amor trágica.

D. José María Merino recogiendo el premio.

Roberto Soto recibió, por su parte, el premio al Fomento de la Lectura, un reconocimiento que ostenta el suplemento de DIARIO DE LEÓN El Filandón desde 2005, por su labor al frente de la asociación de profesionales de bibliotecas móviles. El también director del servicio en la provincia recogió ayer el premio en representación de las personas que desde los bibliobuses hacen posible que los beneficios de la biblioteca pública lleguen como algo cotidiano a aquellos ciudadanos que de otra manera no podrían disfrutarlos. Entre los logros del equipo de la asociación presidida por Roberto Soto cabe destacar el desarrollo del Bibliobús del Mes, la edición del manual editado por Trea: La biblioteca móvil, la elaboración de propuestas de indicadores de rendimiento para bibliotecas móviles, la actualización de los estudios sobre la situación de los bibliobuses en España, o el fomento de la literatura científica con las sucesivas ediciones del Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles.

lunes, 16 de febrero de 2015

NOTICIA: Carrizo de la Ribera evoca su Carnaval más tradicional

La localidad de la ribera del Órbigo, en la provincia de León, recupera la participación de todas las figuras del Antruejo, entre las que se encontraban la Gomia, la Tarara o el Pellejo.


Carlos S. Campill/Ical.
ileon.com
S. Gallo/Ical | 14/02/2015
Llegado el sábado de Carnaval, la localidad de Carrizo de la Ribera, donde se viven uno de los carnavales más tradicionales y conocidos de la provincia de León, junto con el de otras localidades próximas como Llamas de la Ribera o Velilla de la Reina, vive este año un Carnaval particular. A los guirrios y toros que en los últimos años han sido las figuras más habituales de esta festividad, se han unido este año otras algo más desconocidas y casi desaparecidas desde hace años, pero que hoy han reaparecido ante los numerosos asistentes a esta cita.
Algunos de los personajes que fueron desapareciendo con el paso de los años, en especial después de la Guerra Civil Española, como es el caso de la Gomia, el Pellejo, la Tarara o el Tetumbo, han vuelto a figurar en Carrizo de la Ribera, donde la lluvia ha dado una pequeña tregua y tan sólo se ha dejado notar de forma ligera e intermitente a media tarde para permitir disfrutar de esta tradición recuperada en esta ocasión.
Los guirrios venían siendo la figura representativa del Carnaval de Carrizo de la Ribera, con sus vestimentas y sus abanicos coloridos, acompañados por los toros, pero este año se han dejado ver en la plaza Mayor de la localidad también el Pellejo, cubierto con la piel tupida del animal, la Gomia, con su cabeza con el esqueleto en forma de caballo, la Tarara en forma de muñeca de trapo sobre un carro, después de un importante trabajo de documentación que se ha llevado a cabo por un grupo de jóvenes de la asociación juvenil 'La Trepa' con el fin de evitar que se perdiera esta tradición.
El origen de la tradición del Antruejo en Carrizo de la Ribera no se conoce con exactitud, como ocurre en el caso de otros pueblos de la zona, así como el significado de cada uno de sus personajes. Sin embargo, el paso del tiempo, la marcha de la gente más joven hacia las ciudades y la situación político-social favorecieron el abandono de estas tradiciones. De hecho, el Antruejo en Carrizo llegó a prohibirse desde el propio Ayuntamiento, encabezado en los años 40 por Ulpiano Vázquez, que prohibió los guirrios alegando que asustaban a su hija pequeña, aunque la tradición también estaba perseguida por la Guardia Civil y por la Iglesia.
Habitualmente, lo que hacían todos los integrantes del Antruejo, era recorrer el pueblo y finalizar su deambular en las Eras, donde todos estos personajes se convertían en los protagonistas, como ha ocurrido en el día de hoy, intentando asustar a los presentes con sus máscaras y sus vestimentas. Con los testimonios de personas que lo vivieron en el siglo pasado, se consiguió recuperar en el año 1996, aunque nuevamente se perdió, hasta que la asociación 'La Trepa' ha vuelto a poner toda la carne en el asador para impulsar este Carnaval.
La música no ha faltado durante toda la tarde, música de las dulzainas y con el sonido más habitual de los entornos rurales, para amenizar a los muchos asistentes que, ataviados en muchos casos con sus disfraces, en especial los más pequeños, que anteriormente habían disfrutado del pertinente desfile de carnaval, pudieron celebrar esta fiesta con el goteo constante de todos los personajes de este Antruejo de Carrizo de la Ribera.
Y como acto importante en esta jornada anteriormente conocido como el 'Sábado frisolero', otra de las figuras de este Carnaval fue la lectura del denominado Tetumbo, un relato en forma de sátira en el que se resumen algunos de los acontecimiento, de mayor o menor relevancia, ocurridos en la localidad para generar las risas de los asistentes y el sonrojo de más de uno. "Que no se asusten los presentes con lo que van a escuchar...", advertía el inicio del Tetumbo.
La fiesta de Carnaval de Carrizo de la Ribera no termina en la jornada de hoy. También el martes es otro de los días grandes, momento en el que está previsto que se sigan recuperando algunas tradiciones como en este caso es la llamada cuelga del Santo Antruejo, donde se le honra, y el Trago, una merienda popular que se organizaba con la presencia de guirrios y vacas con las aportaciones de vino que hacía cada casa de la villa y que habían recogido la comparsa y la Tarara para consumo de aquellos que se habían disfrazado.

NOTICIA: "Guárdate cuando vengan el toro y los zafarrones"

La Zafarronada de Riello, fiesta de Interés Turístico Provincial,combina mascaradas con el fuego, algo poco habitual en estas celebraciones

Zafarrones salen por las calles de la localidad
 leonesa de Riello - EDUARDO MARGARETO

JUAN LÓPEZ | RIELLO 14/02/201
A la caída del atardecer, una madre, con sonrisa picarona, recomienda a su hijo pequeño que eche a correr y se guarde “cuando venga el toro”. En la lejanía ya se escucha el sonido del cencerro, protagonista en este 14 de febrero en la Omaña leonesa. Se acerca la hora y comienza a arder una pira de leña de roble. Los zafarrones, que representan el caos invernal y el mal con sus manos retorcidas y ramas de urz, abren camino por las calles de la localidad de Riello con sus caretas de piel de cabrito, enaguas blancas y trajes hechos de oveja, e incluso con piel de lobo.
Forman parte de la extravagancia que completan media docena de “gitanas” y un torero vestido de luces, quien pretende continuamente frenar, con pases de muleta, a un toro de madera cubierto con una sábana y pequeña cornamenta, típico en las mascaradas leonesas. En principio, el curioso morlaco da poco miedo, pero asusta a todos alrededor de la hoguera en la plaza mayor del pueblo, sobre todo a las mozas.
Es la Zafarronada de Riello, fiesta de Interés Turístico Provincial y conocida como el Antruejo de Omaña, pues en ella participa mucha gente de este municipio integrado por 40 pueblos. En conjunto armonizan detalles como el fuego y la máscara demoníaca, combinación poco habitual en este tipo de celebraciones. Pero este año una invitada especial no quiso perderse la fiesta. La lluvia hizo acto de presencia, pero más que acompañar, deslució y condicionó la celebración. Más bien la estropeó, aunque inundó de un aroma aún más demoníaco las calles de la población.
Quizá la de Riello pueda asemejarse a la de Riaño, Llamas de Ribera, Velilla de la Reina y Alija del Infantado, pueblos donde también se rodean de una gran fogata, animales, toreros y damas. Se podría hablar de la recuperación de una tradición del folclore. El alcalde, Manuel Rodríguez, es el gran impulsor de esta mascarada rodeada de simbolismo entre montes, que hasta hace 25 años estuvo prácticamente perdida desde los años 30 y fue retomada por la Asociación Cultural Omaña. “Hasta ese momento, los niños se vestían con lo que pillaban: sombreros viejos y cosas extravagantes, como en otros lugares, pero al llegar los 80 se volvió a hacer”, sostiene, con agradecimiento a la población por haber mantenido viva la llama.
Comitiva extravagante
Recuerda el regidor que el padre agustino César Morán, enamorado del folclore leonés, ya habló de estas mascaradas hace más de un siglo. Y del Zafarrón de Riello también, como lo hizo, por ejemplo, Caro Baroja. “Todos ellos se refieren al Zafarrón como pieza central de la fiesta. Un símbolo que recorría los pueblos con careta de piel de cabrito y cencerros y al que le acompañaba una comitiva extravagante formada por gitanas, el ciego, el criado, el toro y torero, al que denominaban 'novio' porque solía ir vestido mejor que el resto, con traje”, desliza.
En esta ocasión, Teodoro interpretó al torero y de forma irónica dio varios muletazos al morlaco, al tiempo que aseguró que los habitantes de Riello tenían que recuperar esta tradición por la necesidad de un “poco de juerga”.
Por las sinuosas calles de Riello se mueven los zafarrones, símbolos fantasmagóricos que antiguamente arrojan fertilizadora ceniza, pero que ahora sólo emiten curiosos gritos con su antorcha en la mano. Y con ellos el toro, que en el sentido más irónico del término, como sus habitantes lo definen, es un “ridículo armazón de madera tapado con una sábana que embiste a la gente más bien para meter miedo y espantarla”.
Por ello, el niño al que su madre le instaba a correr al llegar el bravío animal se esconde auspiciado por el barullo, porque ahora lo ve llegar más cerca. Pero al apreciar la realidad de lo que observa, ya tiene menos miedo. Pronto sabrá que él será una parte importante del futuro para la pervivencia de esta tradición, cuya leyenda habla de que el toro repartía fertilidad entre las mujeres jóvenes del pueblo.
“No es una celebración en la que participaran mucho las chicas, aunque ahora se han sumado en cantidad”, destaca con alegría el alcalde, quien cuenta una anécdota con una joven: “Una mujer francesa que vive en El Bierzo viene todos los años porque una vez pasó por aquí para hacer fotos, necesitábamos gente y, de forma espontánea, se vistió. Ahora ya no nos abandona”.
Su nombre es Natasha Larchier: “Vine hace unos años y lo vi. Me recordó a un carnaval típico del Pirineo francés. Ahora nunca me lo pierdo”. Esta ciudadana francesa asegura que la Zafarronada se parece a otras celebraciones de Eslovenia, Croacia y Hungría.
Antiguamente, quienes se vestían este día en Riello pedían por las casas chorizo, tocino o chocolate para hacer después una pequeña cena entre ellos. “Ahora ya no hacemos eso. Los tiempos han cambiado”, asevera. Eso no evita que se lleve a cabo un baile de hermandad entre los vecinos al término de la Zafarronada.
Fomento de las mascaradas
Manuel Rodríguez no se queja y admite que la mascarada de su pueblo, al igual que otras, se han fomentado en los últimos años. Por ejemplo, lo hace con mucha fuerza el Ayuntamiento de León, que el martes de Carnaval organiza un desfile por las calles de la capital específicamente de máscaras. Éste será el cuarto año que Riello acude. Lo hará también el miércoles con motivo del entierro de la sardina. “Lo agradecemos, porque va mucha gente a verlo”, comenta.
Riello ha recibido la invitación de la Mascarada Ibérica de Lisboa, así como otro tipo de festivales de Cantabria y Asturias, aunque aún no han podido acudir a alguna de ella porque coinciden con la suya propia. Quizá, ese niño que hoy comprobó en primera persona el simbolismo de esta tradición de su pueblo protagonice en un futuro la Zafarronada. Quizá pueda exportarla a ferias y otros lugares para dar a conocer un hito en el que participaron sus antepasados hace un siglo y que cuenta con un gran peso histórico, más cuando la zona se desangra de población joven y se envejece lentamente. Quizá...

NOTICIA: Orejas, jotas y un guirrio de honor ‘delegado’

diariodeleon.es

Diferentes momentos del popular antruejo de Llamas de la Ribera, con reparto
 de orejas y chocolate incluido. - MARCIANO PÉREZ
16/02/2015
Uno de los más coloristas antruejos leoneses, el de Llamas, vivió ayer su gran domingo carnavalero entre orejas, flores y fisuelos, repartidos junto al acostumbrado chocolate. Jotas a la pandereta, desfile y baile de madamas y la distinción de guirrio de honor ocuparon la tarde. Pero la consejera Silvia Clemente, no pudo acudir a la cita y en su lugar agradeció el galardón el Fidentino Reyero, jefe del servicio territorial de Agricultura.



NOTICIA: Donde nacen los ritos

El antruejo de Velilla de la Reina, poblado de toros y guirrios, con sus enanos y su gomia, con la siembra de la cernada y el testamento del burro, volvió a confirmar al pueblo como oasis de la cultura popular.

Un guirrio y un toro, en plena acción en la plaza de la Veiga. El antruejo de Velilla es un relicario de antiguos rituales relacionados con la fertilidad. - MARCIANO PÉREZ
e. gancedo | velilla de la reina 16/02/2015
Las pulsiones y las obsesiones más antiguas del hombre, las que lo desvelan y lo emocionan desde los albores de la civilización, volvieron a aflorar ayer de manera festiva, satírica y colorista en un rincón ubicado entre el Páramo y la Ribera. Velilla de la Reina, población considerada, y por varias razones, como un oasis de la cultura tradicional leonesa, volvió a enfundarse los trajes de toros y guirrios, los de la gomia, de la zampa, del oso, del pellejo, de los enanos, de la mula o del hombre de las tenazas para volver a desplegar el sugestivo y sorprendente espectáculo de uno de los más arcaicos carnavales peninsulares.
La cencerrada, la música y las danzas a cargo del grupo de pandereteras del pueblo y la exhibición de toros y guirrios de blanco en la plaza de la Veiga —con golpes de varas flexibles y volteo de mozas incluido— conformaron el eje central de los actos, siempre sobrevolados por el resto de personajes de esta fiesta declarada de Interés Turístico Provincial. Junto a un grupo de ‘madamitos’ de Cimanes del Tejar, con sus característicos tocados de colores, y el toro y el torero de los cercanos Alcoba y Sardonedo, el nutrido público disfrutó de la siembra de la cernada (ceniza, en leonés) —rito antiquísimo relacionado con la fertilidad y en su día estudiado por Caro Baroja en Maragatería—, con el reparto de orejas y fisuelos, con el toro de fuego y con las satíricas lectura del testamento del burro y la subasta de la vara de tocino.
Entre los asistentes había conocidos estudiosos de la tradición como Joaquín Alonso, David Álvarez Cárcamo o el músico y presentador de la Televisión Pública Asturiana Xosé Antón Ambás. Varios de ellos comentaban cómo la figura del guirrio está documentada en León desde el siglo XII y que los animales y rituales agrarios presentes en la fiesta reflejan la persistente obsesión humana por controlar su manejo y su producción desde los más lejanos tiempos neolíticos.
En torno a 150 personajes —no faltó el hojalatero ni el pellejero— desfilaron por las calles de una localidad que ya tiene asegurado —y de qué manera— el relevo generacional: 24 exultantes niños de entre 1 y 6 años, con raíces familiares en el pueblo, se colocaron estos días la mázcara de la tradición.