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sábado, 20 de junio de 2015

NOTICIA: ‘Embranando’ en la Veiga el Palo

El ganado que ha subido a la Veiga el Palo tumbado sobre los pastos de este
paraje, otros eligieron la sombra de una mina./ JULIO A. RUBIO 
 
Fulgencio Fernández | 14/06/2015
 
La Cabana la Vaquera es un precioso paraje lacianiego en el que aún se mantiene la vieja costumbre de ‘embranar’, subir ganado hasta las brañas en verano, aquello que practicaban los vaqueiros de alzada
Laciana sigue siendo otro mundo. Está en éste pero es otro. Basta con verlo y escucharlo, basta con darse cuenta de sus costumbres y sus palabras, basta con mirar la mina y el paisaje, uno decandente otro espectacular y, por desgracia, los dos muy olvidados.
Para quienes llegan de lejos resulta extraño, pero casi mágico, escuchar que de alguien que "están embranando" y quedarse con palabras y topónimos de los que están hablando: La Braña de La Vaquera, la Veiga el Palo, el agua fresca de la chauchina (laguna pequeña) o el Riomolín, merendar toucín y queso...

Y sorprende más subir a aquellos montes, impresionantes, que conviven con los restos del naufragio de la mina. Una imagen muy significativa, la metáfora de la realidad de los mundos de Laciana está en el mismo lugar. A muy pocos metros de donde vacas y caballos pastan tranquilamente en las praderas de la Veiga el Palo se encuentran las instalaciones de la Mina Escondida, del Grupo Viloria, donde apenas quedan unos pocos mineros pues no hace mucho que han sido despedidas las subcontratas que allí trabajaban. Pues allí, a la sombra de los restos del naufragio, buscan vacas y caballos refugio; es más, una de las vacas eligió uno de los cuartos abandonados para parir allí, para posar a su ternero sobre un lecho de carbón.

Y allí han vuelto a ‘embranar’ un año más los últimos vaqueiros. En la histórica Cabana de la Vaquera, llamada así porque no hace mucho la regentó durante años una recordada mujer, están ahora el joven matrimonio formado por Paco e Isabel, y su hija, que nada más que acaba el colegio vive feliz allí. Llevan en la cabana desde el año 2012. "Los pastos de esta veiga pertenecen a la Junta Vecinal de Caboalles de Arriba, que se los compraron en su día a los dueños, y ellos son los que los alquilan. No salen exactamente a subasta porque tampoco es que haya muchos interesados en ellos y lo que hacen es ofrecérselos a quien creen que puede tener interés. Como nosotros en aquel momento, 2012, estábamos en paro y nos gustaba todo este mundo de la ganadería, la ecología, etc, pensaron en que nos interesaría y, la verdad, estamos encantados, porque a mi mujer también le gusta y la niña está feliz aquí, es una especie de Heidi de verdad", explica Paco que, lógicamente, ya es para los lacianiegos Paco el de la Cabana la Vaquera.

La temporada de ‘embranar’ (subir a las brañas, parece evidente) comenzó el pasado 30 de mayo con una fiesta tradicional que se celebra en aquellos parajes. Una jornada en la que los grandes protagonistas son la caldereta, que Pedro entiende como nadie. Este berciano «hace a todo pues es minero en La Escondida, maestro de la caldereta y un apasionado de la ganadería. Él, y un reputado criador de mastines, Balta, son los grandes protagonistas de esta jornada en la que se acercan hasta el lugar gentes llegadas de toda la comarca, fundamentalmente de Asturias.

Y es que buena parte de los pastos de esta veiga están alquilados a asturianos y también a algunos ganaderos de la comarca. "Son gente muy curiosa, ganaderos antiguos, que disfrutan con el ganado, que mantienen un ambiente ganadero tradicional, paisanos muy agradables que comparten lo que tienen", explica Paco, de la Cabana La Vaquera, quien añade: "Tienen que ser un poco bohemios, como lo soy yo, y gustarte mucho porque la realidad es que es un trabajo un poco esclavo, pero agradecido".

Explica Paco que uno de los ‘espectáculos’ más llamativos de la vida en aquellos parajes es "cuando se juntan dos o tres de estos vaqueiros, extienden toda la comida que hay y se ponen a dar cuenta de ella sin preocuparse de lo que trajo cada uno o de lo que le dan al que pasa por allí".

- Y eso es lo que vienen a ver y a disfrutar las numerosas visitas que pasan por aquí en los cuatro meses que pasamos en la cabana, hasta finales de octubre, cuando hacemos otra fiesta para ‘desembranar’.

Otro mundo, Laciana. Txaciana.

miércoles, 8 de abril de 2015

NOTICIA: En honor a los nómadas de Babia

Por la senda de los Vaqueiros de Alzada, siguiendo a los nómadas de Babia. San Emiliano traza una ruta en su homenaje. Lo hace en colaboración con los concejos del otro lado del Puerto, con los pueblos en donde vivieron con derecho propio la mitad del año y eran vecinos con todas las de la ley. Saldrá la ruta el 8 de mayo para unir Las Regueras con Torrestío. Un recorrido por los paisajes que vieron y vivieron los vaqueiros, los vecinos más singulares de esta tierra de prodigio.

SUSANA VERGARA PEDREIRA 03/04/2015
En honor a los nómadas de Babia. - JESÚS F. SALVADORES

diariodeleon.es
Tocaban las campanas cuando regresaban a casa, con el deshielo asomando por las puntas de las montañas. Venían con sus familias de pasar el invierno en latitudes más templadas, al otro lado del Puerto, donde el paisaje su suaviza al mismo tiempo que el clima y todo se encamina hacia el mar.
Iban y venían con su ganado. En otoño hacia a Asturias, en primavera de vuelta a Babia. Siempre buscando los mejores pastos. En honor a los Vaqueiros de Alzada, a los trashumantes singulares de la montaña leonesa, los pueblos que han visto sus vidas nómadas se unen en una ruta que recorre los paisajes que vieron y en los que vivieron los Vaqueiros de Alzada.
Partirá la marcha el 8 de mayo entre Las Regueras y Torrestío, una ruta de tradición, cultura, naturaleza y amistad ancestral. Desde el siglo XII recorren estos caminos en trashumancia, de las brañas y los pueblos de verano, de los pastos de la montaña a las praderas asturianas. Eran vecinos de las dos zonas, tenían una doble residencia, con casa de verano en Babia y de invierno en las ‘marinas’, que ellos llamaban así por su proximidad al mar. Tenían, y ejercían, plenos derechos de vecindad en ambos lados de una frontera que para ellos era sólo una cuestión administrativa, simples papeles porque su vida era otra, en libertad, sometida al rigor del tiempo, emparentados entre ellos, con sus apellidos y su propia cultura, con un folklore único, subsistiendo de una economía agrícola y ganadera alimentada con la venta de algunos productos y la arriería. Con el tiempo se especializaron además en oficios que terminaron dominando. Así se convirtieron en especialistas en la castración de animales y en la curación de enfermedades, también humanas. Su conocimiento de las plantas hizo de ellos grandes curanderos.
Durante muchos siglos fue una de las actividades predominantes de la zona. Tanto que durante siglos Torrestío se quedaba prácticamente vacío en invierno, y eso que la localidad era la que más habitantes tenía, disponía de administración propia y hasta tenía jueces y cárcel.
En 1485, los vaqueiros se unen para defender sus intereses y toman por primera vez conciencia de grupo. Tal vez eso, tal vez su dominio de la cura de enfermedades, tal vez las envidias de los terratenientes, enfrentados por la propiedad de los pastos, los recelos de los vecinos asentados en los pueblos, que les llamaban extranjeros y viandantes, o quizá la discriminación a la que los sometió la Iglesia por no pagar los diezmos, acabó tejiendo sobre ellos una leyenda negra. Pero ellos resistieron. Como estirpe. Es aún una cultura viva, que se ha mantenido inalterable durante siglos.
Son tal como eran. Y así, como vaqueiros, viven aún en Babia cinco familias. Descendientes de una forma de vida mítica a la que Babia a este lado y Santo Adriano, Proaza, Teverga, Quirós, Oviedo y Las Llaneras al otro rinden tributo. Sus vecinos caminarán, a pie o a caballo, como hicieron ellos durante siglos.

II Ruta de los Vaqueiros de Alzada. Del 8 al 10 de mayo. Plazo de inscripción: hasta el 30 de abril. Entre Las Regueras y Torrestío, 63 kilómetros a pie o a caballo. Comida tradicional en Torrestío el 10 de mayo. Cuota de inscripción de la ruta: 25 euros. Autobús de regreso: 10 euros. Se duerme en polideportivos. vaquerosdealzada@gmail.com.


sábado, 26 de abril de 2014

NOTICIA: San Emiliano de Babia recupera la tradición de los vaqueiros de alzada

Cinco Ayuntamientos asturianos colaboran en esta iniciativa que pretende realzar la importancia y las tradiciones de la ganadería en la comarca de Babia
leonoticias.com       25/04/2014
El Ayuntamiento de San Emiliano, con motivo de la celebración del centenario de su sede municipal, ha organizado un acto de reconocimiento de los vaqueiros de alzada, un modo de vida tradicional en el que los ganaderos y sus familias se desplazaban con sus reses hacia zonas más benignas del centro y la costa asturiana en otoño para retornar a los pastos de la comarca leonesa de Babia en primavera. El homenaje a esta actividad trashumante, de la que aún viven algunas familias, consistirá en la realización de una ruta entre la localidad asturiana de Biedes de Las Regueras y Torrestío, perteneciente al municipio de San Emiliano, y población en la que prácticamente todos sus habitantes eran vaqueros de alzada.

Fue el alcalde de San Emiliano, Basilio Barriada, el que contactó con la regidora asturiana de Las Regueras, Maribel Méndez, que se unió de inmediato a la iniciativa. Ambos la trasladaron a los municipios de Santo Adriano, Proaza, Teverga y Quirós que se sumaron al proyecto como colaboradores. El lunes 28 de abril será presentado en una rueda de prensa que se ofrecerá en Santullano de Las Regueras, a las 12 del mediodía.
El recorrido de la denominada I Ruta Vaqueros de Alzada Las Regueras-Torrestío, de un total de 63 kilómetros, se desarrollará entre los días 9 y 11 de mayo y podrá realizarse a pie o a caballo por el camino de Las Navariegas, que recibe este apelativo del alto del mismo nombre por el que cruza, situado a 1.850 metros de altura. También se prevé la asistencia de participantes en vehículos particulares para sumarse a la actividad en diferentes puntos de la ruta, así como a la fiesta final que tendrá lugar a partir de las 15,00 horas del domingo 11 de mayo en Torrestío y en la que se ofrecerá una comida tradicional con empanada, caldereta y tarta babiana. La tarde se completará con una representación de folclore babiano.

Localidad leonesa de Torrestío. Foto: Peio

La comitiva a pie saldrá del restaurante Casa Edelmiro de Bieldes el viernes 9 de mayo a las 13,30 horas. Los jinetes lo harán un día después. Durante las tres etapas en que se ha dividido la actividad, la organización ha previsto dos pernoctaciones en Proaza y Teverga. Este último municipio ha diseñado un plan para la tarde del sábado 10 de mayo con el objetivo de agasajar a los participantes. Éste incluye una visita guiada a la Colegiata, una mesa redonda con antiguos vaqueros que hicieron la ruta a pie y una representación teatral, todo ello gratuito. Los participantes también podrán pernoctar de forma gratuita en los polideportivos de Teverga y Proaza y podrán recoger sus caballos en el mercado de ganados de Teverga. Muchos de los establecimientos hoteleros y restaurantes de Teverga, Proaza, Santo Adriano y Quirós harán descuentos del 15%.
El Museo Etnográfico de Quirós también ofrecerá un descuento del 50% del importe de la entrada a los visitantes que participen en la ruta. Los inscritos, que hasta el momento ya suman 160, recibirán una mochila con el anagrama de los vaqueros creado para este fin, una guía-programa de la ruta y un picnic cada día ofrecido por los ayuntamientos de origen y paso de cada etapa. A ello se une la fiesta que se celebrará en Torrestío y que corre a cargo del Ayuntamiento de San Emiliano. La inscripción tiene un coste de 20 euros.

El alcalde de San Emiliano, Basilio Barriada, ha precisado que espera que la Ruta Vaqueros de Alzada se trate de una primera edición que tenga continuidad en el futuro, “ampliándola a otros lugares de destino de los vaqueros de Torrestío, como son Llanera, Gozón o Gijón, satisfaciendo así las solicitudes que estamos recibiendo de los vaqueros de Pruvia y Lugo, un gran número de los cuales se ha inscrito ahora, junto con los descendientes de los vaqueros de Latores, quienes también están participando activamente en la consecución del proyecto”.
Barriada añade que el objetivo de la ruta es dar a conocer el patrimonio etnográfico de los vaqueros de alzada “y rendir un homenaje a los ancestros”. Añade que también se pretende difundir el patrimonio histórico, cultural y natural de los parajes por los que discurren las rutas, “potenciando, a su vez, el turismo ecológico”. Potenciar los lazos de unión entre los pueblos que componen las rutas es otro de los fines de la recuperación de esta tradición que, ya de por sí, supone la superación de las fronteras, en este caso, entre León y Asturias.

Algunas precisiones históricas
Los vaqueros que practicaban este tipo de trashumancia estacional poseían una doble residencia en la morada del verano y en la de invierno, las denominadas ‘marinas’ por su proximidad a la costa. Ejercían plenos derechos de vecindad en ambas partes y daba lugar a un modo de vida muy específico, basado en una economía agrícola y ganadera de autoabastecimiento que se completaba con la venta de sus productos, la arriería y la práctica de oficios como la curandería o la castración de animales.
Torrestío, localidad que podía quedar prácticamente vacía en invierno, era en el siglo XVIII el pueblo con más habitantes de Babia de Yuso, con administración propia, jueces y cárcel, de la que aún quedan restos. Estas señas de identidad, históricamente reforzadas con lazos matrimoniales que dieron lugar a una cierta endogamia grupal, consolidaron un fuerte sentimiento