miércoles, 27 de noviembre de 2019

PIEZA DEL MES: DICIEMBRE 2019


“El Cántaro. La leche y el agua en cántaro y con tapa”.

Investigador: D. Ignacio Rojo de Retana
                      Profesor de Historia, Arqueólogo.

Domingo, 1 de diciembre de 2019
17:30 h.

Área 16. La alfarería tradicional. Planta Primera.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita


La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, en la Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de diciembre y continuando con el homenaje que el Museo le está haciendo al Alfar-Museo de Jiménez de Jamuz por su XXV aniversario, una conferencia que lleva el título: “El cántaro. La leche y el agua en cántaro y con tapa”. En esta ocasión será D. Ignacio Rojo de Retana, Profesor de Historia, Antropólogo, quien nos hable de este cántaro que es una pieza que él mismo ha donado al Museo recientemente.

Para el conferenciante, el cántaro, (éste de Jiménez de Jamuz), simboliza en su forma y en su capacidad, la resistencia al olvido; unido a su belleza, es de alguna manera la dignidad de lo real salido de las manos del pueblo que se resiste a desaparecer, mostrándonos sus mejores formas y la tierra como horizonte y como futuro.

Los cántaros representan en la historia de la humanidad la guarda y conservación de alimentos que nos hicieron más humanos al poder alimentarnos mejor por medio de la conservación para tiempos en que no había otra posibilidad, los largos inviernos y contener y mantener el agua refrescándola, así como productos de la ganadería domesticada, los mismos granos de siembra en su origen…

Un cántaro tiene tantas utilidades y usos que nos siguen asombrando y, aunque su uso originario ya ha sido superado, su estética todavía conmueve por ser la cerámica el testigo principal de nuestra historia, por su forma y su presencia en la vida humana hasta hace una generación. El que perviva la alfarería en Jiménez de Jamuz es la metáfora de que otras formas de pensar y producir son posibles.
ACTIVIDAD REALIZADA 


D. Ignacio Rojo de Retana en un momento de su intervención.

martes, 26 de noviembre de 2019

Vivir con la iguala... hasta para bailar



Toño Morala | 16/09/2019

REPORTAJE. El cupón de la iguala o de los avenidos llegaba cada final de mes a tantos hogares; una forma de llevar la vida con pequeños pagos mensuales para el médico, el cirujano menor, el veterinario y hasta el salón de baile
«Quitando penas, quitando hambres, verde blanca y verde», decía Carlos Cano en una de sus canciones. Y qué razón más grande, y no son solo palabras al viento, son verdades de antaño, aún no tan lejano, donde las pobres gentes se las componían como podían para ir tirando de una vida corta más bien, y llena de penurias, enfermedades y mucho trabajo. El poco pan llenaba algo la barriga, pero eran necesarias otras cosas. Y en aquella España tan abandonada durante décadas, pues te tenías que avenir con una gran parte de lo más necesario en las casas, generalmente el médico y el veterinario en las poblaciones rurales. Y en las ciudades… era algo más llevadero con la gota de leche para los niños y las casas de socorro, así y todo, también se pagaban igualas a estos profesionales, pues de lo contrario te salía por un ojo de la cara la visita del médico a casa. Y también ocurría lo mismo con el herrero, el panadero, hasta algún cura para las misas de difuntos, el practicante, el barbero…el carpintero, el esquilador, las buenas gentes se avenían con un trato por un año prorrogable, y mensualmente, o cuando se podía, se pagaba religiosamente el recibo o cupón contratado; pero la mayoría de veces, al principio se pagaba en especie al cosechar las tierras… iba el mandado del médico, veterinario, herrero… y allí mismo se pagaba el trato del pasado año, y se componían los tratos del siguiente. No quiero ni imaginarme la cara de vergüenza, un año malo de cosecha, de los labradores, que al final tenían que utilizar los servicios de estos avenidos; no me lo quiero ni imaginar; aunque, salvo excepciones, generalmente eran atendidos y se pagaba la iguala cuando se pudiera. Otra cuestión diferente eran otro tipo de tratos, de trabajos en las fincas y casas de los médicos y otros; las mujeres para lavar la ropa y planchar, las hijas para ayudar en las labores domésticas en general, y de esa manera iba decreciendo el número de cupones o recibos por pagar. Y si no había posibles, eran los propios vecinos, entre ellos, los que llamaban a las autoridades de turno y contaban el problema, y al final si había arreglo, entraba de por medio también la iglesia. 

Sin iguala contratada te salía por un ojo de la cara la visita del médico a casa o del "cirujano menor". Es cierto que en las parroquias de los barrios había voluntarios practicantes y enfermeras que miraban a los niños gratuitamente, a los más necesitados de aquella terrible posguerra y la gran emigración interior de los pueblos a las ciudades en los años cincuenta y sesenta, y donde los mayores trabajaban en lo que podían y traían jornales muy bajos para las casas, generalmente alquiladas, y se vivía de la caridad recíproca entre vecinos y las pocas ayudas estatales que abundaban más bien poco; pasados unos años, por suerte y mucho trabajo, las cosas cambiaron. En los pueblos la cosa también andaba fastidiada, pero se tiraba para adelante… el herrero trabajaba mucho en primavera y verano, pero también lo hacía en el invierno, alrededor del calor de la fragua, con los parroquianos charlando, mientras el buen herrero iba fabricando rejas para los arados, así como herraduras y herraba a las caballerías y vacas, preparando la campaña… en fin, todo lo que un herrero pudiera hacer… pero lo de cobrar, ahí la cosa se complicaba dependiendo del año – imagino lo que rezaría el buen hombre para que los labradores tuvieran buenas cosechas.-
La iguala era una cantidad anual, previamente ajustada para pagar los servicios que se recibían de aquellos profesionales, que según cada caso y casa, cobraban las diferencias, en suma, se avenían, un apretón de manos, y a tirar para adelante. En los pueblos dedicados a la agricultura, la mayor parte de estos pagos se hacían en especie, siendo el trigo el producto más utilizado, pero también se pagaba con leña, paja, aceite, vino… Por poner un ejemplo, en la década de los años cincuenta, las cantidades que se pagaban eran, más o menos, al herrero por cada par de mulas que poseía en la explotación una fanega de trigo (44 Kg.), al herrador por cada par de mulas, media fanega y lo mismo al carpintero y esquilador. Al barbero por afeitar dos por veces en semana y corte de pelo cuando se necesitase, dos fanegas de trigo al año. Esta especie de trueque de palabra y obra, también se utilizaba en las tiendas, cambiando y admitiendo huevos, cereales, y también con algunos vendedores ambulantes que venían a la plaza. A los jóvenes de hoy, solo les suena lo de las igualas si son para el dentista, el abogado… y poco más; nada o poco saben de los avenidos; seguro que sus padres y abuelos les habrán contado algo, pero hoy en día no hay tiempo para nada, ni casi para nadie, de esa manera, se van perdiendo la cultura tradicional, la oralidad, las raíces, el de dónde venimos y… lo dejo aquí, sigo con la iguala de la botica o farmacia. Es de las más antiguas; he encontrado un documento y la pequeña historia de una de ellas, donde la iguala estaba sellada y firmada con fecha de 1 de agosto de 1915, el documento acredita la prestación farmacéutica anual del cual se harían perceptores dos personas de la familia, igualados, 6 pesetas, era el pago anual por la iguala. Pero lo curioso de aquella época, es que en el dorso aparecen las prestaciones… entre ellas, y las más variopintas, están benzonaftol (se utilizaba como desinfectante del tracto digestivo, nada más y nada menos), píldoras plateadas y doradas (una forma farmacéutica que se conseguía con el trabajo manual del boticario rematado con polvos talco), y si no tenías iguala, a pagar al contado las medicinas, salvo que se tuviera carné de la Beneficencia Municipal, como «pobre de solemnidad».



En 1942 se inicia el Seguro Obligatorio de Enfermedad y en 1944 se promulga la Ley Básica de Sanidad. Lo de los médicos y practicantes, más o menos lo mismo, solo que el médico (muchos) tenía en cada pueblo a un cobrador, que era el encargado de cobrar en dinero o en especie… el hombre, que sabía quién podía pagar y quién no, pues avisado el médico, se seguía dando servicio igual hasta que pudieran pagar el recibo. Al principio, cuando se cobraba en fanegas de trigo, el buen hombre tenía que contratar a un mulero para de la era, llevar el trigo al silo y allí ya cobraba en dinero… Luego, eran los propios labradores quien lo llevaba, y pagaban al cobrador o médico en metálico. Parece ser que el precedente más antiguo que se conoce sobre este sistema, se remonta al siglo XVI cuando se efectuaba el llamado «reparto del trigo de médicos» entre los vecinos, pues los honorarios de estos profesionales se percibían en trigo durante la época de la trilla.


Y vamos a dar una vueltina por nuestro querido León y provincia con esto de las igualas y los avenidos. Desde el colegio Oficial de Médicos de León, entre otras cosas, cuentan que «En 1942 se inicia el Seguro Obligatorio de Enfermedad y en 1944 se promulga la Ley Básica de Sanidad nacional. En 1947 se pone en vigor el Régimen de Igualas; en ese periodo era presidente D. Justo Vega Fernández». En otro apartado, y también fuera de León, vamos a poner lo que cobraban de media en el año 1965 a los que no tenían iguala; el médico, la visita de día 100 pesetas, y visita nocturna 150. El practicante cobraba, inyección a domicilio de día 20 pesetas, en consulta 10 pesetas y nocturna 50 pesetas. Y vamos a comentar algo sobre los herreros; cuenta un familiar de Manuel, uno de los herreros de la famosa herrería de Compludo… “En esos años también los habitantes de los pueblos cercanos de la Abadía de Compludo acudían a las manos del señor Manuel para arreglar herramientas, sus azadas y rejas de arado. Un trabajo que no siempre se pagaba en dinero porque, aclara su hijo, estaban los «avenidos», a los que cobraba en especie y le entregaban, por ejemplo, cuatro cuartales de centeno y tenían opción a arreglar la herramienta todo el año. «Las últimas rejas de arado las vendió por 37 pesetas». Y también, mi querido amigo y compañero de palabras, Fulgencio Fernández, en marzo de 2012 habló con Pepe, el Herrero de Valdespino de Somoza… «Hacía herraduras y herraba, rejas, cuchillos, hocines… y lo que quisiera mandar el cliente». También conoció viejas costumbres que hablan de la solidaridad de los pueblos, como la de «avenidos al pan del año», es decir, encargar trabajos y pagar en especies cuando se hiciera la cosecha. «Vete a ver si volverá el trueque, según dicen que está la cosa». Dejó escrito Pepe. Y recuerden… Matrimonio bien avenido, la mujer junto al marido…

sábado, 23 de noviembre de 2019

COLABORACIÓN: El Camino de Santiago Mansillés


Autor
Héctor Bayón Campos
Licenciado en Historia.

Qué razón tenía el escritor alemán Goethe cuando afirmaba que “Europa se hizo peregrinando a Compostela”. Porque vamos, ¿a quién no le va a gustar el Camino de Santiago?  Y es que desde el siglo XI, “el Camino Francés” ha sido un poderoso factor de articulación del espacio y un cauce de circulación de personas, mercancías e ideas. Además, han proliferado muchas leyendas en torno al Camino. Algunas de ellas eran muy conocidas (la misma vida del Apóstol Santiago, por ejemplo) sin embargo otras han permanecido ocultas en el baúl de la historia. Ya es hora de que alguna de ellas salga a la luz ¿no? Esta es una leyenda actual que ocurrió en una villa llamada Mansilla de las Mulas, situada a tan solo 18 km de León capital…

A Martín de Gracia, un argentino con raíces leonesas, la supuesta “crisis de los 40” le estaba sentando fatal.  Y es que su alma “gallega”-española- no congeniaba muy bien con los tópicos del país, porque ni bailaba tangos ni le gustaba especialmente la carne. Eso sí, los tomates los devoraba. Sin embargo, él necesitaba una catarsis urgente, un cambio de aires radical; y un día viendo en la tele a su paisano el Papa Francisco encontró la respuesta a sus aflicciones: hacer el Camino de Santiago pero a la inversa. Es decir, desde Santiago de Compostela hasta Mansilla de las Mulas, el lugar de donde eran originarios sus antepasados. Porque Martín no buscaba el Jubileo solo deseaba “conocerse a sí mismo”. Por eso decidió coger el primer vuelo que salió hacia Compostela y se plantó en la Plaza del Obradoiro. Con paso firme entró en la Catedral y saludó al Apóstol, y éste sorprendentemente le dijo al oído: “¡Che, qué bueno que viniste!”. Martín alucinó ¡Santiago le había hablado! Esta era la señal que necesitaba. Aquí comenzaba su particular Camino de Santiago Mansillés.

Como nunca había sido muy convencional se compró una bicicleta de paseo y, en plan “Verano Azul”, recorrió los 340 km que había de distancia entre Santiago de Compostela y Mansilla de las Mulas. Descolgado del “pelotón” de peregrinos, y en dirección contraria, pasó por diferentes localidades (Palas de Rei, O Cebreiro, Ponferrada, Astorga, León, etc.) antes de llegar a su destino final. En el puente de Mansilla (s.XII) sobre el río Esla se situaba la meta. Las vistas eran inmejorables, y Martín quedó asombrado al ver la magnitud de sus murallas (s.XI-XII). Pero su cuerpo requería descanso y se hospedó en el albergue municipal. Más tarde, se dedicó a pasear por sus calles adoquinadas y observó el buen ambiente que había en las terrazas. En la famosa calle de “Los Mesones” se detuvo a mirar el escaparate de una gran floristería, y después visitó el Museo Etnográfico Provincial donde se empapó de las tradiciones leonesas del pasado. Poco a poco, iba conociendo todos los rincones de la villa: la “Fuente de los Prados”, el “Postigo”, sus iglesias, los “cubos” etc. Y se sintió cada vez más integrado ¡si hasta se compró una camiseta de fútbol del glorioso Atlético Mansillés! Pero su auténtico y divertido viaje a sus orígenes se iba a producir en la conocida “Feria del Tomate”.

Era finales de agosto, y en la Plaza del Grano se colocaban numerosos puestos con productos de la huerta. Él se acercó hasta allí, y se fijó en un pequeño puesto que tenía un cartel que decía “Tomate de Mansilla: un dulzor de otra época”. Y eso era exactamente lo que él buscaba: viajar a otras épocas históricas. Cuando probó aquel tomate, de piel tan fina, su sentido del gusto alucinó en colores (rojo intenso). De repente, su cuerpo entró en “éxtasis” y sufrió una metamorfosis temporal y textil que le llevó a los años 80…

Con un traje pastel a lo “Corrupción en Miami” Martín entraba en la lujosa discoteca “La Estrella” con la intención de pasárselo bien. Allí las frases claves eran “¿estudias o trabajas?” o “¿bailas?” Y como él hablaba con acento argentino no hacía más que preguntar…pero nadie le contestaba. Así que nuestro “Elvis mansillés” tuvo que abandonar el edificio “compuesto y sin novia”. Caminando sin un rumbo fijo llegó hasta el Arco de Sta. María; eran los años 50, y allí se reencontraría con una cara muy conocida… ¡pero si era su abuelo Justino en sus años mozos! Su “presunto” abuelo mansillés le preguntó sorprendido: -“¿oye cómo te pareces a mí, a ver si vamos a ser parientes?” Martín se echó a reír, y poniendo la voz de Darth Vader le contestó: -“Soy tu nieto”. Pero Justino, al que apodaban “el pícaro”, se asustó y huyó despavorido mientras le decía: -“¡Estás chalado!”.

No hubo manera de pillarle, pero tanto corrió “el nieto” que se pasó de siglo y apareció en el s.XIX. En concreto, en diciembre de 1808 en el convento de S. Agustín. A Martín le sonaba el edificio pero no sabía de qué (es el actual Museo Etnográfico). De repente, empezó a oír gritos. Salió a la calle, y comprendió lo que pasaba… ¡Mansilla (y el país entero) estaba en guerra contra los franceses! Y él, que era un pacifista convencido, se vio obligado a coger un fusil. Aunque de poco sirvió su ayuda porque las tropas francesas arrasaron la villa. Eso sí, él se comportó como un patriota y juró odio eterno a ese tal Napoleón.

Pero aún le quedaba lo mejor, porque después de un merecido descanso ¡de casi siete siglos!  Martín amanecía a orillas del Esla con una “Carta Puebla” bajo el brazo que decía: “Yo, Fernando II, rey de las Españas, te elijo a ti, Martín de Gracia, como abanderado del Reino de León en los Juegos Olímpicos del Camino de Santiago ‘Mansilla 1181’. Además concedo a esta villa varios privilegios fiscales para favorecer el asentamiento de nuevos pobladores”.

Para celebrarlo, Martín cogió el tomate de una planta cercana y con satisfacción le dio un bocado. Pero al instante su cuerpo sufrió una transformación temporal que le llevó a la actualidad, y volvió a aparecer en la Plaza del Grano, entre los tenderetes de la Feria del Tomate. ¡Menudo viaje histórico se había pegado! Al final iba a ser verdad lo que decía aquel cartel… Sin duda, hacer “el Camino Mansillés” le había cambiado la vida.


jueves, 21 de noviembre de 2019

NOTICIA: Los personajes del tío Ful: Genaro, el último curtidor


Personajes En su fábrica de curtidos de Santa María del Páramo, la última de León y una de las últimas de España, resiste Genaro, que guarda el saber de cinco generaciones.
 
Genaro Gonzáles curtiendo las pieles.
lanuevacronica.com

Fulgencio Fernández y Laura Pastoriza | 16/11/2019 
 
Genaro González, el último curtidor artesano, es consciente de que su oficio corre peligro y mientras sigue trabajando en la vieja fábrica familiar reflexiona: «A esto le queda lo que aguante yo; no tengo hijos y a los sobrinos no les llama... por eso insisto mucho en que me gustaría que aquí se levantara un Museo del Oficio de Curtidor que guarde la memoria de este trabajo y de mi familia». 

Y es que el oficio y su familia son la misma cosa pues Genaro lleva en su forma de trabajar las enseñanzas de cinco generaciones. «Es que a mí me enseñó mi padre, pero al él le había enseñado el suyo y así hasta mi tatarabuelo Froilán, que fue quien fundó la fábrica, en 1887, según los papeles de la época». 

En lo que no repara Genaro es en que el museo es él mismo, su forma de trabajar, de contar los distintos pasos desde que esparce unos polvos de talco «de la mina de Lillo» hasta que introduce las piezas ya trabajadas en el inmenso tonel donde los taninos hacen su trabajo. «Antes echábamos directamente las cortezas de los árboles, ahora ya los compramos en sacos, desde Argentina a Oceanía».

El verdadero museo es Genaro trabajando en la vieja fábrica, con las mismas máquinas que compró aquel tatarabuelo que era todo un personaje: «Lo que me cuentan de Froilán es extraordinario. Él era arriero pero se lanzó a esta empresa y también montó una fábrica de harinas, aquí en Santa María, que aún sigue en funcionamiento, la llevan mis primos». Le vino bien el oficio de arriero pues así sabía cómo ir a comprar pieles no solo en las cercanías de Santa María, no le dolían prendas en ir a buscar a la montaña piezas para curtir.
Va y viene Genaro de mesa en mesa, de máquina en máquina, él es el museo caminando sobre los viejos suelos de madera, bajo enormes vigas y artilugios que hacen de su oficio algo único e irrepetible.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

CONMEMORACIÓN DEL XXV ANIVERSARIO DEL ALFAR MUSEO DE JIMÉNEZ DE JAMUZ


CONFERENCIA-PRESENTACIÓN
“XXV Aniversario del Alfar-Museo de Jiménez de Jamuz. Alfarería tradicional jimeniega”.

 D. Lucas González González, Alcalde del Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz,
 D. Jaime Argüello Lombardero, Maestro Alfarero del Museo-Alfar de Jiménez de Jamuz
 D. Porfirio Gordón, Cronista Oficial del Ayuntamiento de Santa Elena de Jamuz.

Sábado, 23 de noviembre de 2019
18:00 h.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, ha programado para este mes de noviembre dos actos con los que se pretende conmemorar el XXV Aniversario del Alfar Museo de Jiménez de Jamuz, institución cultural clave no sólo a la hora de recuperar la tradición alfarera jimeniega, sino también gracias a su labor divulgativa por medio de actividades como publicaciones, material didáctico, participación en ferias y mercados…, que persiguen como fin el reconocimiento de este arte, la alfarería, presente en nuestras vidas desde los albores de la humanidad.

El trabajo del barro es una de las técnicas más antiguas utilizadas por el hombre y muchos de sus procesos originales siguen siendo prácticamente los mismos. Los primeros objetos de alfarería se remontan al Paleolítico donde ya se utilizaba la arcilla para fabricar estatuillas con forma humana. Ya en el Neolítico, la necesidad de utensilios de almacenaje para conservar y transportar productos excedentes de la agricultura y la ganadería hace que esta artesanía alcance su pleno desarrollo permaneciendo presente en nuestra vida cotidiana hasta la actualidad.

Es por lo tanto de justicia reconocer y valorar la labor del Alfar Museo de Jiménez de Jamuz en estos últimos 25 años a la hora de acercarnos al conocimiento de esta técnica milenaria. Por ello el Museo Etnográfico Provincial se suma a esta conmemoración con la programación de estas actividades (Conferencia y Taller Didáctico Demostración de Alfarería Tradicional Leonesa).
  
ACTIVIDAD REALIZADA

Jaime Argúello, Lucas González y Porfirio Gordón


Un momento de la conferencia

Sábado, 30 de noviembre de 2019
16:30 h.

Demostración y Taller Didáctico de Alfarería Tradicional Leonesa
Actividad realizada por:
 D. Jaime Argüello Lombardero, Maestro Alfarero del Museo-Alfar de Jiménez de Jamuz 

Actividad Gratuita

Así mismo, y como actividad complementaria a la anterior, se realizará una demostración y taller didáctico de este tradicional oficio de dar forma y vida al barro.

Esta actividad estará abierta a todas las personas que deseen participar hasta completar el número de plazas disponibles. Inscripción previa llamando al teléfono 987 311 923 o bien directamente en el Museo Etnográfico Provincial de Mansilla de las Mulas

ACTIVIDAD REALIZADA






jueves, 14 de noviembre de 2019

COLABORACIÓN: ¡ DMITRI MENDELEIEV EN BUSCA DE LOS ELEMENTOS QUÍMICOS DEL MUSEO ETNOGRÁFICO PROVINCIAL DE LEÓN!

Autora: Rocío Rodríguez Herreras


2019 ha sido proclamado por la UNESCO Año Internacional de Tabla Periódica de los Elementos Químicos,  ya que hace 150 años el químico ruso Dmitri Mendeleyev ordenó los 63 elementos conocidos, teniendo en cuenta sus pesos atómicos y colocando en la misma columna aquellos que tuvieran propiedades semejantes. Pero la genialidad de Mendeleyev está en que dejó huecos en los que encajaban elementos aún no descubiertos. Hoy día son ya 118 los elementos químicos y todos ellos construyen nuestro mundo: desde el sol, la tierra, los bosques, el mar, los ríos, las rocas, el aire hasta los tejidos, los medicamentos y los alimentos, incluso los objetos cotidianos o los custodiados en los museos, tales como los exvotos, albarelos, alquitaras y collares, están formados  por elementos químicos y sus agrupaciones, los compuestos químicos.

Desde el Museo Etnográfico Provincial de León queremos celebrar el Año Internacional de la tabla Periódica y homenajear a Dmitri Mendeleyev haciendo un recorrido en busca de sus Elementos Químicos.

Comenzamos nuestra visita admirando la fachada del antiguo monasterio de San Agustín, que data del siglo XVI, y que custodia en interior al Museo Etnográfico desde su construcción en el año 2008. Los restos de los muros de la primitiva iglesia, la capilla de los Villafañe, así como la portada renacentista, están construidos posiblemente con piedra de Boñar, al igual que la catedral de León. Están compuestas básicamente por dolomita, mineral en cuya composición química encontramos Calcio (Ca) y Magnesio (Mg), Carbono(C) y Oxígeno (O). La contaminación atmosférica provocada por el dióxido de carbono, sustancia formada por Carbono(C) y Oxígeno (O) que produce lluvia ácida, la humedad y el mecanismo de congelación del agua en una zona de clima frío, como es el caso de Mansilla de las Mulas, hacen que se produzca el deterioro de la piedra y que las imágenes de la portada se hayan desgastado, al igual que sucede en la catedral de León.

Bóveda capilla de los señores de Villafañe. MEPL

En la sala de exposiciones temporales, antigua iglesia del convento, podemos admirar una muestra del suelo “enchinarrado” original, en el que se utilizaron piedras cementadas por cal, Calcio (Ca) y Oxígeno (O); agua Hidrógeno (H) y Oxígeno (O) ; y tierra, cuyo compuesto principal, un silicato de aluminio hidratado, contiene Aluminio (Al ) y Silicio (Si) en su composición. En el enchinarrado aparece el “corazón henchido con la flecha de la verdad”, emblema de la Orden Agustina, formada por cóndilos de tibias de herbívoros, en cuya composición química están presentes el  Fósforo (P), el Calcio (Ca) y el  Oxígeno (O).

Llegamos al cubo de Mansilla, al lado de recepción, donde encontramos una vitrina con maravedíes del siglo XV, hallados en Mansilla, y un maravilloso aplique de la Diosa Minerva, de la ciudad romana de Lancia, que data de los siglos I o II después de Cristo, ambos fabricados en bronce, aleación metálica de cobre (Cu ) y estaño (Sn).
 
Monedas. MEPL

Y nos adentramos en la zona dedicada en el Museo Etnográfico a la provincia de León. Con una superficie de 15580,85km2, además de tradición agrícola y ganadera, la minería ha tenido gran relevancia en León. Los minerales que se extraían de las minas eran carbón, cuyo elemento químico principal es el Carbono(C), el talco, que está formado por  silicato de magnesio hidratado, compuesto químico constituido por  Magnesio (Mg), Silicio (Si), Oxígeno(O) e Hidrógeno(H) y pizarras, rocas metamórficas en cuya composición encontramos cuarzo, que contiene en su molécula Silicio (Si) y Oxígeno (O) y moscovita, que es un aluminosilicato de potasio, compuesto formado por Aluminio (Al ), Silicio (Si), Potasio(K) y Oxígeno (O) .

Pues bien, Dmitri Mendeleyev, que participó en el desarrollo industrial de su país, fue el primero  en emitir la idea de la gasificación subterránea de la hulla, tipo de carbón que tiene aproximadamente un 87 % de carbono, y que consiste en convertir el carbón en gas bajo tierra extrayéndolo para su aprovechamiento.

Continuando nuestro recorrido por la planta baja del Museo Etnográfico, llegamos al refectorio del antiguo monasterio, donde se encuentra el área dedicada a la agricultura. Los aperos de labranza nos dan la bienvenida; entre ellos la hoz, utilizada para el corte de cereales, con mango de madera y cuchilla metálica en forma de media luna, fabricada con Hierro (Fe ) y Cobre (Cu), resistente a la humedad. Las zoquetas protegían los dedos cuando se realizaba la siega. Otra pieza que capta nuestra atención se usaba para contener fertilizantes y en tareas de fumigación, para conseguir buenas cosechas de cereales. Se trata de una sulfatadora de fuelle, que utilizaba probablemente sulfato de amonio, compuesto formado por Nitrógeno (N) ,Hidrógeno (H) , Azufre (S) y Oxígeno (O) . Se le llamaba “amoniaco” en medios agrícolas, posiblemente porque fue el primer abono amoniacal que se empleó masivamente. A principios del siglo XX se utilizaron estos fertilizantes que aportaban nitrógeno y azufre. Por tanto, su acción era doble, aportaban macronutrientes vegetales y, por su contenido en azufre, favorecía las condiciones físicas y químicas de los terrenos agrícolas. Como fungicida probablemente se utilizaba Azufre (S) en la sulfatadora para los oidios de la vid.
Dmitri Mendeleyev estaba interesado en la agricultura; incentivó el uso de fertilizantes y experimentó con ellos en su propios terrenos.
 
Área 7. La agricultura.

Entramos ya en la alcoba de las vivienda tradicionales de la provincia de León, donde nuestra mirada se detiene ante un espectacular brasero, utilizado para calentar la estancia, fabricado en madera y latón que es una aleación de dos metales, Cobre (Cu) y Zinc (Zn). Frente a la alcoba, una colección de piezas museísticas utilizadas para iluminar las estancias antes de llegar la electricidad, nos deja verdaderamente sorprendidos. Entre ellas candiles de latón, faroles y las lámparas de carburo, que funcionaban gracias a la reacción química del carburo calcio, formado por Carbono (C) y Calcio (Ca), con agua, H2O, para obtener acetileno, compuesto que contiene Carbono (C) e Hidrógeno (H) en su composición y cal apagada o hidróxido de calcio, molécula constituida por Calcio (Ca), Oxígeno (O) e Hidrógeno (H). Otros combustibles eran el aceite y el petróleo, compuestos con Carbono(C) e Hidrógeno (H) en su composición.

También Dmitri Mendeleyev contribuyó a la construcción la primera refinería petrolera de Rusia, planteó las primeras teorías sobre el origen del petróleo y predijo que se convertiría en un elemento clave de la economía mundial.

Frente a la zona dedicada a la iluminaria y al lado de la alcoba , podemos recrear la vista con todos los objetos perfectamente colocados en la cocina de llar. Detenemos la mirada delante de un objeto que nos maravilla, la bugadeira, cesto de mimbre en el que se realizaba la colada (etimológicamente deriva de “colar”, pasar un líquido por una manga, cedazo o paño), que consistía en colocar la ropa en la bugadeira y colar una mezcla de cenizas procedentes de la combustión de la madera, con agua caliente, a través de un paño colocado encima de la ropa. La mezcla de cenizas y agua constituía una lejía, disolución básica, igual que jabones y detergentes. Su uso en el lavado era debido al carbonato de potasio contenido en las cenizas, compuesto químico cuyos elementos químicos son Carbono(C), Oxígeno (O) y Potasio (K). Llama la atención el hecho de que el símbolo de este último elemento, K, deriva del latin kalium (álcali) y ceniza deriva del árabe al – quily (ceniza de barrila).
 
Bugadeira
Viajando hacia el Área 10 del Museo Etnográfico, dedicada a los medios de transporte, encontramos una joya, una maleta fabricada en pergamino, realizada probablemente con piel de cordero o ternero. Para preparar el pergamino, se introduce la piel en una tina de madera o piedra con una mezcla de cal, Oxido de calcio (CaO) y Agua (H2O). Se remueve la mezcla durante el periodo que va de 3 a 10 días. Una vez secado y retirado todo el pelo, se pule la superficie con piedra pómez, de excelentes propiedades abrasivas, roca formada por óxido de silicio, sílice y óxido de aluminio, compuestos formados por Silicio (Si), Oxígeno (O) y Aluminio (Al).

Hemos de recordar que a Dmitri Mendeleyev le gustaba fabricar maletas de cuero; comenzó a hacerlo cuando, durante la guerra de Crimea, cerraron la escuela en la que enseñaba.

Nos detenemos en el ÁREA 12 para observar los elementos utilizados en la arquitectura tradicional de la provincia de León: los adobes, unidades de construcción semejantes en forma a los ladrillos, habitualmente de medidas 6cm.15cm.30cm. Se fabrican con agua, tierra(arcilla y arena) y paja. La composición química de estos materiales es: paja (celulosa, hemicelulosa, lignina y cutina), arena (dióxido de silicio) arcilla (silicato hidratado de alúmina). Los elementos químicos que constituyen estos materiales son Carbono (C), Hidrógeno (H) Oxígeno (O), Aluminio (Al) y Silicio (Si). Es muy importante la calidad de la tierra utilizada, siendo interesante que tuviera un 30% de arcilla. Por otro lado hay que decir que el óxido de calcio, mejora la resistencia mecánica de los adobes.

¡Y avanzamos hacia la primera planta de Museo etnográfico!

Imprescindible detenerse en el ÁREA 13, donde observamos el torno de soguero, con el que se fabricaban resistentes y duraderas sogas con cáñamo. Este material es obtenido de la planta cannabis sativa sativa, cuyo componente químico principal es el cannabidiol, compuesto químico de Carbono (C), Hidrógeno (H) y Oxígeno (O). Hay que aclarar que es diferente del tetrahidrocannabinol, sustancia cuyo cultivo está prohibido. El cáñamo llegó a España hace 1500 años traído por los árabes, desde China. El cultivo de cáñamo permitió que pudieran cambiarse las prendas hechas con pieles de animales por ropas tejidas.

Hay que decir también que la conquista de América fue llevada a cabo por Cristóbal Colón gracias a las 80 toneladas de cáñamo entre cuerdas, velas y útiles navales. Dmitri Mendeleyev hizo grandes aportaciones a la investigación y construcción naval, participando en la construcción del primer rompehielos del Ártico.

Los trabajos agrícolas requerían la presencia de caballerías y para su transporte en carros se requerían cuerdas y sogas; por tanto era muy importante la figura del soguero o cordelero. La industrialización y la llegada de maquinaria agrícola provocaron la disminución de la demanda de cuerdas, y que tractores y cosechadoras reemplazaron al ganado y poco a poco se perdió este oficio artesanal de los sogueros o cordeleros .

Nos adentramos en el ÁREA 14 dedicada en el Museo Etnográfico al Alimento y su Producción. Encontramos palas de horno para el pan fabricadas con otro elemento químico, el Hierro (Fe). El cereal utilizado generalmente para la fabricación del pan era el centeno (pan negro), ya que el pan blanco obtenido del trigo no estaba al alcance de la clase trabajadora. El centeno es un cereal salvaje y fuerte, gracias a su sistema radicular fasciculado. Sus raíces pueden alcanzar los 2m de profundidad. El centeno contiene glúcidos, proteínas y algunos lípidos, en cuya composición química encontramos Carbono(C), Oxígeno (O) e Hidrógeno (H); también Potasio (K), Fósforo (P); también aporta el centeno vitaminas del grupo b, incluyendo el ácido fólico y minerales antioxidantes como Selenio (Se) y Zinc (Zn). Además aporta Fósforo (P), Hierro (Fe) y Calcio (Ca), aunque en menor cantidad que otros cereales.
   
Otras piezas que nos llaman la atención son las bregadoras para la fabricación del pan bregado, que utilizaba para su elaboración trigo candeal. Este cereal presenta una elevado contenido en proteínas, además de glúcidos, agua y fibra. Hay que decir que el proceso de cocción del pan es un fenómeno químico, ya que se destruyen unos compuestos químicos y aparecen otros nuevos. Cuando la temperatura sube aproximadamente a 200ºC se producen las reacciones químicas de Maillard, responsables en buena medida del aroma del pan, ya que se obtienen compuestos orgánicos volátiles, en los que encontramos Carbono (C), Hidrógeno(H), Oxígeno (O), Azufre (S) y Nitrógeno (N).
 
Bregadora. MEPL
Y de sorpresa en sorpresa, llegamos al expositor dedicado a la uva y, cómo no, al vino, donde admiramos piezas museísticas relacionadas con su elaboración. La grandiosa alquitara que nos recibe se utilizaba para la destilación del aguardiente. Ese color rojizo brillante nos anuncia que está fabricada con un metal conocido por el ser humano ya en la prehistoria; se trata del Cobre (Cu). En la alquitara se obtenía aguardiente a partir de los orujos de la uva  mediante la destilación, proceso físico, en el que tiene lugar en primer lugar la vaporización de compuestos volátiles de los orujos y a continuación, la condensación de los vapores producidos. En el aguardiente se encuentra en alta concentración (entre un 30% y un 60% en volumen,) el alcohol etílico o etanol, compuesto que contiene Carbono(C), Hidrógeno (H) y Oxígeno(O).

En tiempos de Mendeleyev, el vodka se obtenía por destilaciones caseras, oscilando la graduación de esta bebida entre 10º y 50º. Dmitri Mendeleyev realizó estudios sobre el vodka y descubrió que la graduación adecuada era de 40º, ya que de ese modo el calor producido en la boca era mínimo y mantenía el máximo sabor sin producir sequedad. A partir de ese momento el vodka ruso tiene oficialmente una graduación obligatoria de 40º, algo que han imitado fabricantes de otros destilados como el whisky, ron o ginebra.

Y llegamos al rincón más dulce del Museo Etnográfico, la vitrina dedicada al chocolate. Tres brillantes chocolateras, piezas de gran belleza, nos presentan elementos químicos metálicos en su fabricación, una de Cobre (Cu), otra de Hierro (Fe) y la última de latón, una aleación de dos metales, Cobre(Cu) y Zinc (Zn). El cacao y, por tanto, el chocolate, contienen en su composición química la teobromina, molécula compuesta por Carbono(C), Hidrógeno (H) y Nitrógeno (N) y hace referencia al nombre del árbol del cacao (Theobroma cacao), Theo significa Dios y broma, alimento. Por tanto, alimento de los dioses, considerado así por mayas y aztecas. La teobromina pertenece al grupo de las metilxantinas, igual que la cafeína; de hecho, su efecto es parecido al de ésta, pues logra estimular el sistema nervioso, aunque de una forma algo más suave. Hernán Cortés introdujo el cacao en España, en concreto lo trajo a Astorga, ya que constituía la dote de su hija que se prometió con el heredero del Marquesado de Astorga, Alvar Pérez de Osorio. Aunque al final no se produjo el casamiento, aquel cacao dio lugar a una importante industria chocolatera en Astorga.

Chocolatera de cobre. MEPL

Del alimento al vestido continuamos nuestro recorrido hacia el ÁREA 15 del Museo Etnográfico dedicada a la producción textil, en la que nos saluda un grandioso telar tradicional de doble lanzadera, procedente del Val de San Lorenzo. Además nos rodean en la sala todos los utensilios para la producción textil de lino y lana. En el caso del lino, se utilizaban una rueca y un huso para obtener el hilo, así como el rastrillo. El principal compuesto químico del lino es la celulosa, formado por Carbono (C), Hidrógeno (H) y Oxígeno (O). El lino es una planta de la que se obtenía aceite y harina de linaza y con la que se fabricaban fibras de lino, previo cardado e hilado. El lino se encontraba en los valles de la provincia de León, en terrenos de marcada acidez y abundante agua. Es un buen conductor del calor y muy higroscópico, lo que hace que este tejido sea muy útil en verano.

La lana está formada por proteínas; de ellas la más importante es la cistina, que define muchas características de la lana, debido a los puentes disulfuro entre átomos de Azufre (S). Tienen un papel fundamental en la estabilidad de las fibras de lana.

Y llegamos al rincón donde la alfarería es la auténtica protagonista. Los objetos de Jiménez de Jamuz tienen un especial brillo que nos atrapa; es el vidriado o “alcohol de hoja”, y el responsable de esa belleza es el sulfuro de plomo, compuesto químico presente en en el mineral galena, formado por los elementos químicos Plomo (Pb) y Azufre (S).

Cántaro de boquina. MEPL

Continuamos en la primera planta, y nos detenemos en el Área 17, que nos traslada al maravilloso mundo del pastoreo, la caza y la  pesca.

¡Veremos que aquí hay mucha química!

Podemos admirar una interesante pieza, una lechera  fabricada con Cobre (Cu) .También podemos ver una mazadera, recipiente utilizado para fabricar mantequilla, de hojalata , material que consiste en una lámina fina de Hierro (Fe) cubierta de una fina capa de Estaño (Sn) por ambas caras.En la vitrina también podemos ver una mazadera de latón , aleación de Cobre (Cu) y Zinc(Zn) .
Mazadera. MEPL

Pues bien, la leche también tiene mucho que ver con el descubrimiento de la tabla periódica, ya que el histórico día 17 de febrero de 1869, Mendeleyev decidió cancelar una visita a una fábrica de quesos y hay quien dice que prefirió quedarse en casa trabajando en el modo de colocar los elementos químicos de forma ordenada. ¡Así surgió la primera ordenación periódica!

Los cazadores utilizaban escopetas y polvoreras de asta, donde se guardaba la pólvora, compuesta por Carbón, Azufre y Nitrato de Potasio, formados por los elementos químicos Carbono (C), Azufre (S), Nitrógeno (N), Oxígeno (O) y Potasio (K).

Dmitri Mendeleyev, a petición de la Armada rusa realizó estudios sobre la experiencia europea en la producción de pólvora sin humo ¡y desarrolló su propia fórmula!

El Museo Etnográfico dedica el ÁREA 18 a un importante elemento químico metálico, que dio nombre a una etapa de la historia de la humanidad: el Hierro. Observamos en la vitrina multitud de objetos de Hierro (Fe) realizados por los herreros: tijeras, llaves, cerraduras, pregancias, clavos o herraduras para las caballerías. Asimismo, el visitante se sorprenderá con el enorme fuelle para avivar el fuego en la fragua y un espectacular yunque de hierro.

 








En el ÁREA 19 nos vemos rodeados por las piezas más cálidas del Museo Etnográfico que nos trasladan a bucólicos bosques de ensueño. Son los objetos de madera, material de primer orden en la economía rural, que en su estructura enlaza el Carbono (C), el Oxígeno (O), el Hidrógeno (H) y el Nitrógeno (N), formando compuestos químicos como la celulosa, hemicelulosa y en menor proporción resinas, grasas y ceras.
 

Entre las numerosas piezas de madera, adivinamos un escaño con dosel, babero, ventanuco, perchero, portavelas y mesa supletoria ¡Una verdadera joya!
 
Escaño de palloza. MEPL
Recorriendo las escaleras hacia la segunda planta, llegamos al ÁREA 21, reservada en el Museo Etnográfico para los objetos relacionados con la religiosidad popular. En las vitrinas encontramos una pieza digna de ver, un “Agnus Dei” en cera sobre tela bordada con hilo de un elemento químico de lujo, el Oro (Au). En vitrina podemos admirar otra maravilla, un exvoto sobre una lámina de Cobre (Cu).

Y ahora, una experiencia inolvidable. En el ÁREA 22, dedicada a la Medicina Popular y a la Farmacia, nos quedamos atónitos admirando la belleza de los albarelos, que contienen compuestos químicos, antaño remedios para las enfermedades y dolencias. Entre ellos, yoduro de hierro, con Yodo (I) y Hierro (Fe) en su composición, bromuro potásico con Bromo (Br) y Potasio (K), sulfato de potasio, formado por Potasio (K), Azufre (S) y Oxígeno (O) o permanganato potásico, que en su molécula contiene Potasio (K), Manganeso (Mn) y Oxígeno (O). También observamos un frasco con limaduras de Hierrro (Fe). Las limaduras de hierro para uso terapéutico se obtenían, probablemente, limando barras de hierro dulce de muy buena calidad; el producto obtenido es mate y fácilmente oxidable por lo que debe guardarse en frascos bien cerrados, como el que tenemos en la vitrina del Museo Etnográfico. La función terapéutica más importante del Hierro (Fe) en aumentar el número de glóbulos rojos y enriquecer su contenido en hemoglobina, compuesto químico que contiene el elemento químico Hierro (Fe), además de Carbono (C), Nitrógeno (N) e Hidrógeno (H).
La botica. MEPL

Albarelo. MEPL
La elegancia de los  albarelos fabricados con cerámica mayólica, se debe de nuevo a los elementos químicos que forman parte del esmaltado de la cerámica. El Plomo (Pb) y el Estaño (Sn) hasta consiguen ese maravilloso color blanco, que más tarde se pintaba con tonos azules, obtenidos de minerales de Cobalto (Co), dando lugar a los maravillosas decoraciones de los albarelos cuidadosamente conservados en el  Museo Etnográfico Provincial de León. Junto a los albarelos, el interesante conjunto de frascos de vidrio, fabricado con sosa que es hidróxido de sodio, cuyos elementos químicos son Sodio (Na), Oxígeno (O) e Hidrógeno (H), cal (óxido de calcio), que contiene Calcio (Ca) y Oxígeno (O) y sílice, dióxido de silicio, formado por Silicio (Si ) y Oxígeno (O).

El vidrio también está muy relacionado con la vida del padre de la Tabla Periódica. El abuelo de Dmitri Mendeleyev fundó una fábrica de vidrio. Cuando el padre de Dmitri se quedó ciego y perdió su puesto de trabajo como director del colegio del pueblo, su madre dirigió la fábrica. Un químico que allí trabajaba le inculcó el amor a la Ciencia. Cuando Mendeleyev acabó el bachillerato, su padre murió y la fábrica de cristal se quemó, así que su madre decidió invertir todos los ahorros en su educación por lo que se fueron de la fría Siberia a Moscú.

Y llegamos a las joyas del Museo, situadas en el ÁREA 23. Especial mención merece el collar negro de azabache, mineral que surgió de madera fosilizada, por lo que es una gema fósil, catalogada como semipreciosa; por su composición química está considerada una variante del carbón y contiene un 75% de Carbono (C) y un 25% repartido entre el Oxígeno (O), Azufre (S), Nitrógeno (N) y algunos hidrocarburos. También quedamos absortos ante los pendientes de Plata (Ag) sobredorados con Oro (Au), y las espectaculares collaradas, coraladas con sartas de coral, en cuya composición encontramos carbonato de calcio, formado por Calcio (Ca), Carbono (C) y Oxígeno (O). Las gargantillas son otras de las maravillas que forman parte de la colección de joyas  del Museo Etnográfico.

Ahogadera de azabache y coralina. MEPL

Descubrimos el ÁREA 24, donde en una vitrina dedicada al arte popular, se exhibe una grandiosa aldaba zoomorfa, fabricada con Hierro (Fe). A continuación, en nuestro viaje, nos saludan Etni y Tutela, mascotas del Museo Etnográfico, esculturas antropomórficas encontradas en Santa Colomba de Somoza. Están realizadas con arenisca, roca sedimentaria que posee la misma composición química que la arena. Está forma esencialmente de cuarzo, cuyos elementos químicos son Silicio (Si) y Oxígeno (O), y se podrían encontrar pequeñas cantidades de feldespato y otros minerales. El material cementador puede contener óxido de hierro, formados por Hierro (Fe ) y Oxígeno (O) que da lugar a areniscas rojizas. Si el material cementado contiene carbonato de calcio, cuyos elementos químicos son Calcio (Ca), Carbono (C) y Oxígeno (O), las areniscas son blancas, amarillentas y grisáceas. Nos hemos enamorado de Etni y Tutela, así que podemos adquirir objetos para recordarlos en la tienda del Museo Etnográfico, un bonito espacio situado al lado de recepción, que recuerda a una palloza, en el que disfrutaremos.

Ya en el ÁREA 25, nos recibe El Ciclo de la Vida, donde los juguetes son los protagonistas. Nuestro corazón se acelera al fijar nuestra mirada en un maravilloso coche de Hierro (Fe) y Zinc (Zn) con el que probablemente circularían los niños de la burguesía.

¡A Dmitri Mendeleyev también le gustaba jugar! Se cuenta que su afición a los solitarios de cartas le había llevado a soñar con una posible estrategia para ordenar los elementos químicos. Así comenzó a escribir en distintas tarjetas los nombres de los 63 elementos de los que se tenía noticia hasta ese momento. Luego empezó a ordenarlos en función de sus pesos atómicos y colocó en columnas los que tenían propiedades semejantes. Jugando a las cartas y soñando con ellas, dicen que Mendeleyev confeccionó su primera tabla periódica.

En el ÁREA 27 el Gobierno del Común acompaña nuestro caminar. Preside este rincón del Museo el arca de Concejo, cerrada bajo tres llaves, donde se guardaban los documentos con las decisiones tomadas en el concejo, la vara de concejo y el vaso de de Plata (Ag) con el que bebían vino al finalizar la asamblea. En la vitrina se conserva un turullo con el que se llamaba a concejo, fabricado probablemente con latón, aleación de Zinc (Zn) y Cobre (Cu).
 
Área 27. El Gobierno del Común.
Hemos de señalar que en 1890, cuando habían pasado 21 años desde que presentara su tabla periódica de los elementos, Dmitri Mendeleyev fue obligado a renunciar a su puesto de profesor en la Universidad de San Petersburgo, por su oposición al Gobierno Imperial.

Primera tabla periódica de Dmitri Mendeleyev
 Nuestro viaje por el Museo Etnográfico Provincial de León está a punto de finalizar. Desandamos nuestro camino y regresamos a la planta baja donde, al igual que los cansados peregrinos nos sentamos a admirar lo que fue el antiguo claustro del convento, el Patio Peregrino. Paz, silencio y quietud invaden la estancia. La luz penetra para iluminar nuestra presencia, entre estas cuatro paredes imitando el mimbre entrelazado, que nos transporta al oficio de la cestería, la más primitiva actividad artesana. El material que se ha utilizado para revestir el Patio Peregrino es acero corten, que es un acero común al que no le afecta la corrosión. Es una aleación de acero constituido por Hierro (Fe), Carbono (C), Níquel (Ni), Cromo (Cr), Cobre (Cu) y Fósforo (P). Esta composición hace que su oxidación tenga unas características especiales que protegen la pieza de la corrosión atmosférica. En la fase inicial de la corrosión se forma una capa de óxido, de apariencia rojizo anaranjada, muy bien adherida, impermeable al agua y al vapor de agua, que impide que la oxidación del acero prosiga hacia el interior de la pieza, por lo que no es necesario aplicar ningún otro tipo de protección como la galvánica o el pintado.
Patio Espacio Peregrino

Nos despedimos del Museo Etnográfico Provincial de León, esperando volver pronto a recorrerlo y disfrutar de todos sus elementos.

Nuestra próxima visita será en el Museo de Mendeleyev, situado en San Petersburgo, ciudad en la que durante años ocupó la cátedra de química en la Universidad.

Aproximadamente 25 elementos químicos  son las letras que escriben los compuestos químicos que dan vida a los más de 4000 objetos que pueden admirarse en el Museo Etnográfico Provincial de León .