Petrus Deustamben, Gaudí, Cárdenas, los Torbado, De la Sota, Dominique Perrault o Tuñón y Mansilla han dejado a la ciudad un importante legado arquitectónico. Son los edificios con ‘firma’ de la capital .
verónica viñas | león 10/06/2012
La historia de León está escrita en sus edificios. Los mejores preservan el nombre de los arquitectos que, en su momento, proyectaron sus sueños sobre construcciones que se han acabado convirtiendo en obras de arte. La prueba: han superado el paso del tiempo; eran espléndidos cuando se erigieron y lo siguen siendo ahora.
Desde Petrus Deustamben, arquitecto de San Isidoro y del palacio de Doña Berenguela -del que sólo se conserva la torre, dentro del colegio de las Teresianas-, o el genial maestro Enrique, que ‘magnificó’ el gótico en la Catedral, los inmuebles más singulares de la ciudad no han perdido su autoría. Son edificios con firma.
Entre los maestros que han marcado la identidad de León destaca el salmantino Juan del Ribero Rada, que brilló en el siglo XVI. Trabajó en el desaparecido monasterio de San Claudio, proyectó la conocida Casa de las Carnicerías, el palacio de la Poridad (antiguo Ayuntamiento de San Marcelo) y el palacio de los marqueses de Villasinta, situado en la plaza de San Isidoro, frente al convento de las Siervas de Jesús. Del Ribero se encarga también a finales del siglo XVI de las obras de rehabilitación de la capilla mayor del convento de las Concepcionistas, en la calle de la Rúa. Pocos años antes, en 1560, el segoviano Rodrigo Gil de Hontañón diseñó el Palacio de los Guzmanes (sede actual de la Diputación). Gil de Hontañón está considerado como uno de los mejores arquitectos españoles del siglo XVI.
Fernando el Católico encarga un nuevo hospital de peregrinos sobre los restos de una antigua hospedería para pobres construido por Sancha de Castilla en el siglo XII. Se trata del convento hoy parador de San Marcos. Pedro Larrea no culmina la nueva obra y Juan de Orozco se encarga de la iglesia entre 1515 y 1539, mientras que la fachada la continúa Martín de Villarreal, en tanto que el claustro y la sacristía los ejecuta Juan de Badajoz. De la Iglesia del Mercado, que tiene una curiosa forma de sepulcro, se sabe que la torre es obra de Felipe de Cajiga (1598) y que fue rematada por Fernando de Compostiza. Un incendió destruyó en 1464 la primitiva iglesia de los Capuchinos, de estilo gótico, erigida nuevamente en 1762 por el arquitecto García Pumarino con una sobria traza clasicista.
Toros y ejecuciones
De espléndidos edificios como el palacio del Conde Luna no se conoce el nombre de su autor. La Plaza Mayor, que se erige en 1677, según planos de Francisco del Piñal -aunque parece que hubo un proyecto anterior del jesuita Antonio Ambrosio-, será durante décadas el centro vital de la ciudad, quizá porque se levantó sobre uno de los más importantes mercados medievales. La Plaza Mayor de León es una de las que mejor conserva de toda España su carácter original, al no haber sufrido apenas modificaciones, lo que la convierte en una de las más representativas del siglo XVII. Aquí se celebraban tanto corridas de toros como ejecuciones. También fue el lugar donde se alzó la ciudad contra los franceses en la Guerra de la Independencia. El viejo consistorio, aunque apenas cumplió esta función, es un palacete construido entre 1674 y 1677 con la participación de los arquitectos Simón de Vayas, Francisco del Piñal y Pedro del Hoyo. De un barroco incipiente, el ‘Balcón del pueblo’ ha sido cuartel, escuela pública, sede de los juzgados, Archivo Municipal y Casa de Socorro.
De la misma época es la actual iglesia de San Marcelo -de escasa gracia arquitectónica-.
En junio de 1758 el Ayuntamiento decide construir Puerta Castillo y Puerta Moneda, donde siglos atrás estaban las puertas que daban acceso al campamento romano y medieval. Se ignora qué arquitecto las diseñó, pero sí se sabe que el maestro que dirigió los trabajos fue Bernardo Miguélez.
La nueva ciudad
La auténtica transformación de la ciudad acontece en los últimos años del siglo XIX y principios del siglo XX. Hasta entonces, aparte de los citados edificios singulares, León apenas era un poblachón que hasta 1834 no recibiría el título de capital de provincia. A finales del XIX comienzan a ‘brotar’ casas singulares en el casco histórico, obra de Juan Madrazo y Kunt, Arsenio Alonso, Juan Bautista Lázaro... El edificio Botines es una de las pocas construcciones que proyectó Gaudí fuera de Cataluña. El edificio comenzó a erigirse en 1892. De estilo neogótico con tintes de castillo medieval, provocó múltiples quebraderos de cabeza al arquitecto, que acabó maldiciendo a la ciudad.
En 1904 se inició el ensanche de León en torno a su eje principal, la calle Ordoño II. La capital se llenó entonces de suntuosas construcciones, señoriales chalés, edificios administrativos, bancos y teatros, de la mano de arquitectos como Cárdenas, Sanz, Torbado o Ugalde. Gustavo Fernández Balbuena, que diseña en 1919 el casino (hoy sede del BBVA), fue un arquitecto que transformó el urbanismo de Madrid. Su proyecto del Parque Lineal en la zona Sur de Madrid ha sido una constante referencia en el urbanismo madrileño. Manuel de Cárdenas, pionero de una saga, ha sido uno de los arquitectos que más impronta ha dejado en León. Diseñó el chalé de los Fierro, la Casa Goyo, el Museo de León, la Casa Ciriaco, la Casa Lubén, el edificio de Correos (el de la Catedral), el Teatro Emperador, el edificio Sopeña (Oscus)... Son los inmuebles que se salvaron de la ‘especulación’, que demolió en los sesenta y setenta auténticas joyas arquitectónicas, como el instituto politécnico (donde hoy se erige el Juan del Enzina) o los señoriales chalés que flanqueaban Ordoño y la Condesa.
La Fundación Docomomo (Documentation and Conservation of buildings, sites and neighbourhoods of the Modern Movement), cuyo objetivo es estudiar y documentar la arquitectura del siglo XX, elaboró una lista con los 6.000 mejores edificios del siglo pasado, entre los que figuran 37 de León capital. Destacan construcciones tan emblemáticas como los teatros Emperador y Trianón, el hotel Oliden (actual Alfonso V), las casas de Roldán, Arce, la Perrona o Ceremonias, la casa neomudéjar de la calle San Agustín, el edificio Pallarés, la sede de los sindicatos, el sanatorio Otazú, el viejo casino y el edificio de Correos de Cárdenas.
El León contemporáneo
Con su fachada de travertino romano y su ‘diálogo’ con San Marcos -al que mira de frente- el edificio del Auditorio, diseñado por Luis Mansilla y Emilio Tuñón, supuso un cambio en la arquitectura de la ciudad. El Auditorio y el Musac (de los mismos arquitectos) recibieron toda clase de premios, desde el Nacional de Arquitectura al Mies van der Rohe -considerado el Nobel de Arquitectura-.
Otras construcciones como la sede de la Junta, el Edificio Europa (obra de José Álvarez Guerra, José Mará Ruiz Sanz y Luis Diego), el tanatorio -que recibió los premios Julio Galán Carvajal y el Saloni de Interiorismo-, el edificio del Ente de la Energía (EREN), todos ellos en Eras de Renueva, transformaron la imagen de la ciudad. León abrazaba así la arquitectura contemporánea. Otros inmuebles se ‘reinventaron’ a partir de viejas construcciones, como la antigua fábrica de Abelló -uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial que se han salvado en la ciudad-, el Centro Cívico del Crucero, el palacete Gaviria (sede del Colegio de Arquitectos), el palacio de Jabalquinto o el de Don Gutierre y, más recientemente, la sede del Procurador del Común, en el antiguo edificio del Museo de León o Pallarés como sede de éste último museo.
La sede de Caja España en el Portillo, que lleva la firma del arquitecto leonés Félix Compadre, se convirtió en 1989 en el primer edificio inteligente de Castilla y León. Entre las construcciones de ‘última generación’, el polideportivo de Eras, de Jorge Nimo y Carlos Mezquita; y el nuevo gimnasio del Instituto Juan del Enzina, de Belén Martín-Granizo y Daniel Díaz Font.
También habría que citar los dos centros comerciales Espacio León y León Plaza, diseñados ambos por el estudio de arquitectura L35. Sin olvidar el ‘megaproyecto’ de palacio de congresos encargado al célebre arquitecto Dominique Perrault sobre los ‘restos’ de la antigua azucarera Santa Elvira.
Son algunos de los edificios que ‘han hecho’ que León sea tal y como la conocemos...