miércoles, 19 de julio de 2017

PIEZA DEL MES: JULIO 2017

“GRABADO “PENDONES”: Entre el Arte y la Tradición”.

Donación: D. Pablo Martínez García

Investigadores: D. Paco Chamorro Pascual, Maestro artesano y artista.
                          D. Pablo Martínez García, Coordinador de exposiciones.

Sábado, 22 de julio de 2017. 18:30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta baja
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita


El Museo Etnográfico Provincial de León perteneciente a la Diputación de León, en su programa de Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de julio la disertación sobre un grabado incorporado mediante donación a la colección de la Diputación de León.

Serán, D. Paco Chamorro Pascual, Maestro artesano y artista y D. Pablo Martínez García, Coordinador de exposiciones y donante de la pieza quienes nos acerquen a una de las tradiciones más arraigadas y antiguas de la provincia de León, a través de este grabado realizado por D. Paco Chamorro Pascual,  artista contemporáneo que interpreta en esta obra las peculiaridades de estas enormes enseñas.

El Pendón Concejil Leonés es uno de los elementos etnográficos y patrimoniales más originales de la provincia de León; ha estado presente desde la Edad Media y, especialmente, a partir del siglo XVI, en todas las comunidades rurales del antiguo Reino de León. Cada Pendón es en sí un elemento con significación propia con el que se  sienten identificados los miembros de una comunidad. Su uso más extendido hoy en día es la participación en rogativas, procesiones y romerías, como las celebradas por la festividad de San Froilán en León, la romería de la Virgen de Castrotierra en la zona de la Valduerna (Astorga), la Romería de los Viriatos, en Sayago (Zamora) o la procesión de Virgen de los Remedios en Buenamadre (Salamanca).

La pieza protagonista de este mes, el grabado titulado “Pendones”, realizado por Paco Chamorro, es una obra de carácter simbólico y por lo tanto representa de forma abstracta lo que puede ser un fragmento de un desfile de pendones, sin precisar cuáles son, ni a qué localidad y evento pertenecen. El colorido y la división en franjas horizontales de los paños sí corresponden a los usados tradicionalmente, y la escala entre pendones y personas también es real, pues se trataría de una vara de aproximadamente nueve metros de altura.

Es una visión totalmente personal y nada figurativa, pues tanto las dos varas como los dos remos no aparecen representados, pero están. La técnica es novedosa, pues la estampa está realizada sobre dos planchas de metacrilato, de 3 mm de espesor, mediante la técnica de grabado con láser (plastigrafía) en el estudio FENXART de León. Se ha estampado sobre papel gravart de 250 grms, con medidas exteriores de 76,5x69 cms de Vendrell a cuatro tintas en el taller STADT en León. La edición consta de 95 ejemplares numerados y firmados a lápiz por el artista.
  
Así pues el Museo Etnográfico Provincial, quiere sumarse al reconocimiento de esta tradición y reivindicarla como un elemento propio de nuestra cultura y, por ello, busca un acercamiento a estos enormes y espectaculares estandartes que permita conocerlos aún sin ser vistos e interiorizarlos como un elemento propio y, a la vez, susceptible de interpretación y actualización por parte de artistas plásticos que más allá de su valor histórico resaltan y manifiestan su interés plástico. 

Actividad realizada

Belén Domínguez, Fernando Arroyo, Paco Chamorro, 
José Sevillano y Pablo Martínez










domingo, 16 de julio de 2017

COLABORACIÓN: Solteros contra casados… la ribera contra la montaña… asturianos contra cazurros…

Autor: Toño Morala


Años sesenta, uno de los equipos de Mansilla de las Mulas de aficionados.

El asunto hoy tiene esa amistad y recorrido hacia la nostalgia de aquellos partidos de fútbol amistosos; donde lo de menos era ganar, lo de menos era competir por un trofeo de chapa y peana de plástico; aquí lo importante era participar, tomarse unas cervezas con gaseosa, y si daba para algo más… merendar tortilla, unos empanados y un trago de vino por bota. La mayoría de veces había que compartir camiseta sudada y unas zapatillas que tela marinera; pero nada, para adelante y a jugar. El anecdotario es tan amplio como pueblos y barrios hay en la Provincia. 

Saque de honor y todo…como los grandes.

Los amigos de aquellos tiempos siguen siéndolo a pesar de las putadillas de la vida y otras a mayores que nos inventamos; algunos por desgracia han desparecido debido a enfermedades crueles o accidentes de diverso tipo. Para ellos y ellas también va este recuerdo de una juventud muy trabajadora y entusiasta por todo lo tradicional de sus lugares vividos. Y como no podía ser de otra manera comenzamos con los preparativos de las contiendas futboleras que generalmente eran por fiestas patronales, el día de Asturias por los pueblos y Villas donde venían a secar los asturianos, o aquellos enfrentamientos amistosos entre pueblos y barrios.

El asunto tiene miga…asturianos contra cazurros; un equipo de Avilés contra uno de Mansilla.

 La cuestión no iría a mayores si no fuera por aquellos jóvenes que tan pronto rellenaban los campos con tierra y lo marcaban a mano con cal o yeso, o tierra de otro color diferente al del campo; o hacer aquellas porterías de madera en un principio y que se curvaban los largueros hasta casi medio metro. El precalentamiento era muy vistoso, algunas mujeres se descojonaban de las piernas delgadas y cuerpos endebles de los mozos. Otros llegaban en ojeras y carne para dormir la siesta y no jugar, pues la noche anterior, los garrafonazos etílicos habían hecho mella en sus cabezas y cuerpos. Un buen trago de agua del caño del pueblo y a jugar, que para nada había quejas. Los balones era otro de los problemas que se resolvía de la manera más simple, todo lo redondo y que rodara era bienvenido. Los que hacían de árbitros por lo general eran más entrados en años y que tenían cierto apoyo social; también había curas que pitaban en sotana, y algunos ilustrados venidos a la capital a estudiar veterinaria…y que ya les gustaba más el baloncesto que el fútbol. 

Sobran comentarios…
Pero los casi 35 grados que marcaba el termómetro no son obstáculo para que hombres y mujeres se empleen a fondo sobre los campos; es verano, la tarde es larga y da para varios encuentros de entre varias edades y…"Dale para adelante y deja de chupar balón…”, aleccionan a uno de los futbolistas desde la banda, en lo que podría ser una buena definición del correr de aquellos partidos de futbol… "Hoy no se nota, pero dentro de dos días tienes unas agujetas tremendas", dice uno de los intrépidos deportistas de fiestas y romerías puntuales. Manolo Escobar sigue sonando atronador por los altavoces aquellos de trompeta, únicamente superado por los gritos del público cuando canta los goles con auténtica pasión futbolera.

Los solteros de Vega de los Árboles y Manolo Pertejo
, el entrenador puntual y siempre árbitro.

 Si alguno resbala y pierde el equilibrio y se va al suelo…la gente empieza a reírse y aquí paz y después tortilla. En el apartado de árbitros locales, que en muchos casos eran también entrenadores puntuales, algunos con más barriga que un odre lleno de vino; la cosa derivaba hacia casa… algunos cogían una silla, se ponían en el centro del terreno y desde allí pitaban y punto. Otros eran más profesionales y tenían hasta el palo y el trapo blanco… y casi nadie se atrevía a decir ni mutis por las decisiones de los árbitros, que en muchos casos, no dejaban lugar a dudas de la incipiente manera de interpretar el reglamento. En aquella ocasión uno fue testigo de tamaña barbaridad…iba uno de los delanteros por el terreno de juego, y más o menos a la mitad del campo, cuando un defensa le propinó una patada al delantero, y el árbitro, bien informado y sobre todo, con una vista de águila, pito penalti… la de san quintín se formo allí; de todas las maneras el penalti fue lanzado con la inmensa parada de un portero que se lanzó justo un segundo antes de pegarla el delantero, que fue abucheado por toda la afición; los más hábiles con la palabra y la inmensa retranca, comentaron lo del defensa… "Ya no quedan defensas como él... tendremos que esperar a que crezca su hijo".

Los casados…
“Hubo una vez en la que decidimos, sin ser demasiado originales, dividirnos para nuestro encuentro semanal de fútbol bajo la consigna “solteros contra casados”. Qué felices éramos disfrutando con los partidos, pero más felices éramos luego en el bar compartiendo las anécdotas de los casados y las juergas de los solteros. Con el tiempo, un fuerte efecto dominó hizo caer hacia el otro equipo a más de la mitad de los solteros, “Es la vida”, dijo uno en plan filosófico al tiempo que se bebía su cerveza y así tuvimos que buscar una nueva forma de hacer los equipos. Poco tardó el ingenio colectivo en buscar una nueva forma de dividirnos y poder seguir jugando. La nueva realidad se hizo presente frente a nuestras narices regalándonos un “parados contra ocupados” para poder seguir con nuestros partidos. Luego en el bar, pocas eran las juergas de los solteros y bastante más las anécdotas de los que trataban de tener trabajo y así ser fichados por el otro equipo.

Los solteros…


Ya no jugamos. El equipo de los desocupados fagocitó por completo y sin demasiado esfuerzo al contrario y nos quedamos sin equipos, sin juego y poco a poco… sin vida”. Comentario triste de un aficionado a estos tinglados.

Todos juntos…los casados de pie…como tiene que ser.
En otra ocasión fui testigo de la alegría y algarabía del árbitro al pitar un penalti y el delantero meterlo; nada casero. En otra ocasión el árbitro era muy justo, se equivocó al pitar y se expulsó a sí mismo ante las risas del personal; al final tuvo que pitar una buena moza. Terminado el partido, y si había río, a bañarse y quitarse el polvo, si no lo había, a los lavaderos del pueblo y todos a remojo; algunos incluso lavaban las camisetas para que las madres no dijeran ni mutis en las casas. Entre los habituales grandes partidos, no podían faltar los carismáticos encuentros entre, por ejemplo, Cistierna contra Boñar, rivales de temer; los de la montaña contra la ribera, menuda tela, y aquellos encuentros entre asturianos y cazurros… ¿cuántos pulmones tiene?, a lo que respondió “ Uno, como todo el mundo". Y algunos carteles de la época… “Los actos se prolongarán hasta el lunes 26 de agosto, continuarán hoy con un partido de fútbol entre solteros y casados o “arrejuntaos”.

Las solteras…




Las casadas y el entrenador… y que además ganaron aquel año.

Noticias: Olvidadas roperías



Las roperías, hoy olvidadas, fueron un elemento fundamental en los tiempos de esplendor de la trashumancia y los rebaños de ovejas, en ellas se hacía posible toda la intendencia, desde hacer el pan , guardar la hierba y enseres... vivir

| MAURICIO PEÑA
Fulgencio Fernández | 16/07/2017
lanuevacronica
  La cabaña real de El Escorial era la propietaria de la \"señorial\" roperíade
 Truébano de Babia que ahora es de un particular. 
En la temporada coincidían varios roperos. Así, que me vengan a la mente ahora, recuerdo a dos que eran de Tejerina, otro de Prioro, y a Faustino, que estuvo varios años y era de Remolina. Además, mi marido estaba allí siempre que hacía falta. Hacía las labores de ayudante del ropero. Debía presentarse los días que se amasaba y cocía el pan. Y la única paga que recibía por ello era un mollete. Por tanto, existía un cargo que pudiéramos llamarle ropero mayor, que sería el encargado directo de fabricar el pan, repartirlo y ocuparse de toda la intendencia de los pastores del rebaño. Y otra función sería la del ropero ayudante, que era mi marido, que sólo atendía el horno durante el verano». La explicación de la mujer del ropero ayudante de Retuerto (seguramente la única que queda en la provincia como tal, con ese nombre) nos da una idea de la importancia de estos edificios que estuvieron sembrados por todas las montañas que recibían sobre todo rebaños trashumantes.

          Parece simple pero abundando en las explicaciones se recuerda que esta de Retuerto (Valdeburón) era la ropería ‘central’ de las cabañas ganaderas de Rojas, la famosa Condesa de Bornos. Esta importante ganadera alquilaba hasta las décadas centrales del pasado siglo más de quince puertos y cuarenta majadas por lo que, explica la buena mujer, «igual se juntaban más de cien pastores que trabajaban para la condesa. Por tanto, el ropero no se aburría al tener que dar de comer a tanto personal». El testimonio de esta mujer de Retuerto está recogido en el libro de vivencias de pastores ‘Las palabras de la soledad’, de Enrique Valdeón, Carlos Martínez Mancebo y José Manuel Regalado.

          Es muy apropiada la descripción de la ropería y los recuerdos de la de Retuerto por ser, por una parte, la que aún permanece aunque sin actividad y, por otra, por haber sido una de las más importantes en una de las comarcas por excelencia de la ganadería de ovino, Valdeburón. La otra sería Babia, también con varios edificios similares al de Retuerto. Las explicaciones de la mujer nos llevan a otros usos de la ropería, al margen de vivir allí el ropero: Tenían allí su dormitorio, un cuarto con una cama. En la misma parte derecha hay un almacén para la harina y también se guardaba la masera y el cedazo para cerner la harina, que se traía desde Tierra de Campos en carros tirados por vacas. El horno estaba nada más entrar a mano derecha», en lo referente al pan. «A mano izquierda se guardaba la sal y cosas de los chozos: cencerros, avíos de las merinas y otras cosas que no se llevaban a los puertos. En la parte alta estaba la tenada para guardar la hierba, pues a las yeguas, que servían para transportar el pan hasta los puertos, había que darles algo de comer. En general bajaban los motriles, haciendo el viaje de ida y el de vuelta en el mismo día».

          Ya está hecho el dibujo de la ropería tipo y los oficios que acarreaba, pero de la importancia de las mismas puede dar otro dato interesante lo que parece una anécdota: «A veces, si el ropero era aparente y tenía ganas de juerga, la cocina servía como lugar de reunión, a modo de hila, y allí acudían los mozos y gentes del pueblo». 

          Señala el experto en ganadería ovina y rebaños Manuel Rodríguez Pascual que las roperías son «ejemplos de una muy interesante serie de edificios que fueron propiedad de grandes ganaderos o instituciones». El propio Jovellanos, en 1792, recogía muchas en sus escritos (aunque confundió a los propietarios de las de Truébano y Quintanilla): «En Babia se apacientan en verano como trescientas mil cabezas de ganado merino, y son del Paular, Guadalupe, Perella, Escorial, Salazar, Sesma, Dusmet, Albas de Salamanca, Muro (Someruelos), Ondátegui (Hospital de Segovia). El Paular tiene su ropería en Truébano, El Escorial en Quintanilla, Guadalupe en Beberino, Sesma en Riolago y Salazar y Ondátegui allí. Fernández Nuñez, en la Mesa, Infantado en Torrestío, Negrete en Valdeburón». A ellas habría que añadir las de la montaña de Riaño, pues el Marqués de Perales tenía en Las Salas, hoy viviendas familiares, y en la comarca de Gordón se conserva la de Beberino, perteneciente al monasterio de Guadalupe, como ‘delata’ un retrato de la Virgen Morena de Guadalupe que se conserva en la fachada de la parte de la ropería que aún se conserva. Estos monjes Jerónimos parece que alquilaban la mayor parte de los puertos de la cercana Tercia. Ya en la ribera del Torío, al lado del puente medieval de Serrilla, podemos ver un centro de turismo rural bautizado como lanuevacronica., rehecho hace pocas décadas. 

          Una más que interesante serie de edificios (hay bastantes más) que nos recuerdan mejores tiempos para lo que fue un motor de nuestra economía, la ganadería ovina.

Noticia: Camponaraya ensalza su tradición agrícola con la primera Fiesta de la Maja


15/07/2017


M. M. | PONFERRADA


Camponaraya acogerá mañana la primera Fiesta de la Maja, organizada por la Asociación de Romeros y Romeras de la Cuesta del Peregrino. Una forma de ensalsar su tradición agrícola y acercar las viejas prácticas a las nuevas generaciones, desconocedoras de la labor que antaño se hacía en el campo.

El evento comenzará a las 9.00 horas en el pabellón municipal, desde donde se saldrá hacia la finca para iniciar la siega del centeno a hocín. A las 10.00 horas, se hará un do para comer las ‘dieces o la parba’ y, a las 11.00, comenzará la maja en la calle Vicente Alexandre, junto al arroyo de los Barredos. Se emplearán máquinas antiguas para moler el centeno y hacer el pan en horno de leña. Terminado el trabajo, a las 14.30 horas, se celebrará una comida popular.

La Asociación de Romeros y Romeras de la Cuesta del Peregrinos ha contado con la colaboración de la Asociación de Jubilados y Pensionistas de Camponaraya, la Asociación Millares de Narayola y el Ayuntamiento de Camponaraya.