Convertir la emblemática chacinería en un espacio
sociocultural abierto a la ciudadanía ha requerido 17 años de conversaciones, 7
de ellos de obras, y casi 6 millones de inversión.
La reforma de la singular fábrica Araú fundada a mediados del siglo XIX por Adriano Alcorta incluye un espectador auditorio semienterrado con 304 butacas .- RAMIRO |
PILAR INFIESTA 23/12/2015
El sueño municipal de abrir a la ciudadanía la singular y
desfallecida fábrica de embutidos Araú es hoy una realidad, gracias a un enorme
esfuerzo económico y negociador que ha permitido que el conjunto de cuatro
edificios que componían la antigua chacinería vuelvan a brillar. Los inmuebles
quedaron desocupados y sin actividad en 1992, tras haber funcionado en Trobajo
del Camino durante más de un siglo. Su deterioro se agravó hasta tal punto que
fueron declarados parcialmente en ruina y estuvieron a un paso de desaparecer
por derribo en 1997. Curiosamente, no fueron su singularidad e importancia como
ejemplo de la arquitectura industrial de la provincia, que ahora tanto se
valora, lo que salvaron a Araú, sino su ubicación en el corazón del Camino de
Santiago, ya que el entorno gozaba de protección BIC desde 1962.
La factoría ha demostrado ser como un junco que ha sabido
resistir los vientos del bum urbanístico, la tempestad de la contaminación
acústica y las vibraciones de los miles de vehículos que transitaban a su lado
por la avenida de Párroco Pablo Díez, además del abandono y el paso del tiempo.
No salió endeble de todas esas batallas. En 2009 perdió su fachada y torre
Oeste por un derrumbe, y la nave macelo fue cercenada para abrir un vial. Sin
embargo, su esencia se ha logrado mantener con inversiones del Ministerio de
Fomento que suman casi 6 millones de euros y que han recuperado un espacio de
2.291 metros cuadrados como centro sociocultural y símbolo de San Andrés del
Rabanedo. Con interiores de elevadas paredes beig, suelos de cemento pulido
verde o loseta de piedra clara, Araú ofrece salas expositivas libres y diáfanas
de hasta 180 metros cuadrados donde podrán programarse muestras, conferencias o
talleres. También se planea instalar un oficina de turismo para aprovechar el
tirón del peregrinaje a Santiago de Compostela y dotar de una nueva sede a la
escuela de música, además de abrir sus puertas para las actividades de las
asociaciones del municipio y de posibles empresas y emprendedores.
La reforma del inmueble logró iniciarse en 2008 con un
proyecto de ALF Arquitectos Asociados, una década después de haberse sellado un
convenio entre los cuartos y últimos propietarios de la factoría y el
Ayuntamiento de San Andrés para la cesión del conjunto, que se materializó en
2000. Los trabajos quedaron paralizados al presentar la primera empresa
adjudicataria concurso de acreedores y se pudieron retomar en 2014, a pesar de
la crisis, con Corsán-Corviám. El Consistorio, que recibió de Fomento las obras
el pasado día 11, aspira a convertir Araú en todo un referente cultural y
turístico para el conjunto de la provincia, y confía en que sirva de revulsivo
económico. Para ello, se trabaja en la elaboración de un amplio programa de
carácter innovador que suponga una auténtica revolución cultural, repercuta en
la creación de empleo y riqueza en el municipio. De ahí el intento de estrechar
la colaboración con otras instituciones, que como en el caso de la Universidad
de León, puedan estar interesadas en el desarrollo conjunto de actividades
pensadas para todo tipo de públicos, más allá del ámbito meramente cultural.
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