Mostrando entradas con la etiqueta Museo Etnográfico Provincial de León. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Museo Etnográfico Provincial de León. Mostrar todas las entradas

jueves, 17 de diciembre de 2020

COLABORACIÓN: Obras hermanas. Carrying XI y Chozuelo Móvil de Pastor MUSAC y Museo Etnográfico Provincial de León

 

El proyecto Obras hermanas relaciona obras de la Colección MUSAC con obras de otras colecciones de distintos museos con diferentes objetos de estudio.

En esta ocasión, Carlos Ordás, Coordinador de Exposiciones del MUSAC y Francisco Javier Lagartos Pacho, Técnico Superior del Museo Etnográfico Provincial de León dialogan sobre dos obras de sus respectivas colecciones; Carrying XI del artista Pepe Espaliú y un chozuelo móvil de pastor.

Carrying XI
   
Chozuelo móvil de pastor.

                           

Refugio frente a la tormenta. Por Carlos Ordás, Coordinador de Exposiciones del MUSAC

Con motivo de esta nueva entrega del proyecto Obras hermanas, se han elegido dos obras que, si bien responden a orígenes y objetivos radicalmente distintos, no dejan de tener conexiones directas en cuanto a las ideas que debieron de planear en la mente de sus distintos autores.

En primer lugar, hemos elegido una pieza del Museo Etnográfico Provincial de León. Se trata de un chozuelo móvil de pastor, pieza realmente única en esta colección que parece haber surgido, más que de una tradición asentada, de unas necesidades individuales que llevarían a su anónimo autor a crear una herramienta capaz de cubrirlas. Se trata de un habitáculo móvil que el pastor llevaría consigo en los recorridos acompañando a sus rebaños, de tal forma que pudiera disponer de un refugio ante la intemperie sin necesidad de depender de la situación concreta de los ya existentes. Este artefacto cumplía su doble objetivo de ser transportable —algo que se refleja en la instalación de ruedas y de asas para su fácil manejo— y de servir de refugio, al convertirse en un espacio herméticamente cerrado.

La obra de la Colección MUSAC escogida para dialogar con este chozuelo es una de las esculturas de Pepe Espaliú perteneciente a su proyecto Carrying. Como se describe de forma más pormenorizada en la grabación de audio complementaria, con esta serie el artista reflexiona sobre la doble necesidad —de desplazamiento y de cuidados— que tenían los enfermos de sida a principios de los años noventa, cuando la pandemia aún era bastante desconocida para el público general, lo cual a su vez se materializaría en una constante estigmatización de las personas afectadas por esta enfermedad. 

La pieza que nos ocupa no es sino la abstracción de un palanquín oriental, elemento utilizado para el transporte de personas —en este caso pertenecientes a los altos estamentos sociales— que, llevadas en volandas por sus sirvientes, les permitía viajar a salvo del exterior, ya sea del polvo que cubría los caminos o de indiscretas miradas ajenas.

En ambas piezas este doble objetivo parece cumplirse a la perfección. En primer lugar, en lo referente a la necesidad de transporte. En el caso del chozuelo, su transportabilidad era imprescindible, ya que el pastor debía llevarlo consigo en su recorrido con los rebaños, para poder disponer de él en cualquier momento y lugar; en el caso de la obra de Espaliú, esta remite a las acciones que el artista realizaba en la época —dentro del mismo proyecto Carrying—, y en las que él mismo, ya en una avanzada fase de su enfermedad, era transportado en volandas por sus compañeros entre distintos puntos. Por otro lado, ambas piezas aíslan a su ocupante del exterior: de forma real en el caso del chozuelo —el pastor que se refugiaba en su interior quedaba protegido de las inclemencias del clima y la intemperie—, y de forma figurada en la obra de Espaliú, donde la falta de contacto con el exterior no responde tanto a una necesidad de su ocupante, sino a que este se ve forzado a un aislamiento que le viene impuesto desde el contexto social que ocupa, fruto de una estigmatización de su propio cuerpo como enfermo.

De esta forma podemos observar cómo la realización de estas dos piezas, de naturalezas y épocas radicalmente distintas, responden a inquietudes personales, a dos formas diferentes, en tanto que individuales, de cubrir necesidades que, en su origen, no parecen hallarse tan alejadas.

Cobijo, cuidado y desplazamiento. Por Francisco Javier Lagartos Pacho, Técnico Superior del Museo Etnográfico Provincial de León.

Con motivo de la invitación al proyecto Obras hermanas, se tratará de poner en diálogo una obra de la Colección del Museo Etnográfico Provincial de León y de la Colección MUSAC, que a primera vista tienen multitud de diferencias, pero que en su concepción, expresión y desarrollo guardan un cúmulo de similitudes, que enlazan y unen muy bien dos momentos históricos y dos autores con circunstancias existenciales muy diferentes.

Varios conceptos son los que relacionan a ambas piezas y están dentro de la propia esencia de cada una de ellas y, sin los cuales, no tendrían objeto de ser. El primero de ellos, es el concepto de cobijo como lugar que sirve para protegerse de las inclemencias o de cualquier peligro exterior. Esta definición encaja a la perfección con la pieza del chozuelo móvil, como un elemento utilizado por los pastores para resguardarse de las inclemencias del tiempo, especialmente durante la noche. 

La pieza Carrying XI también tiene ese contenido de refugio ante las inclemencias o perturbaciones que pueden venir del exterior, que, en este caso, no son solo ambientales, sino que, principalmente, son humanas, mucho más dañinas y perturbadoras que las otras. Con esta pieza, Pepe Espaliú quería cobijarse de los daños que el Ser Humano ocasionaba al propio Ser Humano ante la enfermedad del sida y su estigmatización por parte de la sociedad en aquellos primeros momentos. Lo mismo que el pastor se cobijaba de la lluvia, del viento, del frio, etc., con su obra, Espaliú, se resguardaba de la injuria, la homofobia, la difamación, etc., en definitiva, de todos aquellos males que están impresos en una sociedad, encontrando en su obra una protección, amparo y consuelo.

Muy relacionado con lo anterior, está el concepto de cuidado como acción de cuidar, guardar, conservar o asistir. El chozo móvil es una pieza con una función clara de cuidar del pastor, gracias a las diferentes estructuras de madera y elementos accesorios que lo componen y que intentan hacer más cómoda la estancia de éste en su interior, guardándole de las inclemencias del tiempo y posibilitando un alojamiento más agradable. Pero, de manera simultánea a este hecho, también se produce el fenómeno del cuidado del pastor hacia las ovejas. Gracias a la protección que el chozuelo proporciona al pastor, hace que su salud no se deteriore y enferme, lo que ocasionaría la desatención de su rebaño. Por ello, esta pieza realiza un cuidado indirecto hacia el rebaño a través del cuidado directo del pastor. 

Este mismo concepto de cuidado se puede ver en la pieza Carrying XI y que, el propio Pepe Espaliú, quiso imprimir desde el mismo momento del nacimiento del Carrying Project. Esta denominación que en un inglés pobre “carrying” puede sonar a “caring”, lo que significa “cuidar”, fue un sentido que Espaliú deseaba subrayar como un elemento esencial en su obra. En este caso, son los enfermos de SIDA de principios de los noventa, cuando la pandemia era desconocida y con ello estigmatiza por el público y las diferentes administraciones, los que tenían que recurrir a sus amigos, familiares o a voluntarios para su cuidado. Este hecho fue expresado de manera simbólica, por un lado, en los múltiples actos performativos, en colaboración con algunas de esas personas, que llevaban al artista en volandas y, por otro, en la propia materialidad de la pieza que se convierte en una especie de caja cerrada, hermética como una tumba ambulante que cuida de ese contacto exterior, con un mundo que denigraba y repudiaba la citada enfermedad.

Por último, el concepto de desplazamiento como acción de mover o trasladar a una persona o una cosa de un lugar a otro, es una de las principales características que tiene el chozuelo, usado por los pastores estantes de ganado ovino de la localidad leonesa de Laguna Dalga, en sus traslados cuando eran solicitados por los agricultores para el abonado de sus fincas por parte de las ovejas, conocida como la técnica del redileo. Normalmente, la fuerza de tiro utilizada para el desplazamiento era la conjunción de unas fuerzas de origen animal y humana. En estos desplazamientos, además del chozuelo, eran trasportados el resto de los elementos necesarios para efectuar el citado trabajo, como las cancillas, las zapatas y las redes.

Este mismo concepto de movimiento, transporte o traslado se manifiesta en la pieza Carrying XI que, en su forma material, es la abstracción de un palanquín oriental, elemento utilizado para el transporte de personas que eran llevadas en volandas por otros individuos y que les permitía desplazarse. En el caso de Espaliú, quiere simbolizar la necesidad de llevar, trasladar o transportar a los enfermos de sida que, en fase terminal, no podían valerse por sí mismos, como así lo reflejó en los actos performativos donde un grupo de personas transportaban al artista en volandas por las calles de San Sebastián y Madrid en 1992 y que gozaron de enorme cobertura y repercusión en los periódicos y en las cadenas de televisión. Si la idea del concepto de desplazamiento es la de unir dos puntos que están distantes, Espaliú consiguió, con este proyecto, provocar un mayor acercamiento y una unión entre la enfermedad del sida y la sociedad del momento.

Dos piezas, dos entornos y dos momentos históricos y personales distintos, pero una misma conciencia humana que lleva a resolver unas necesidades materiales y/o mentales muy parecidas, que nos acercan y nos unen con una fuerza mayor de la que nos distancian.

https://musac.es/#programacion/programa/obras-hermanas-musac-etnograficoprovincial

domingo, 7 de julio de 2019

PIEZA INVITADA. JULIO 2019

“EL PROYECTOR DE CINE. La imagen en movimiento”. 

Investigador: D. Miguel Pérez García, “Trébol”.
Operador cinematográfico.
Restaurador y coleccionista de proyectores de cine.
Sábado, 13 de julio de 2019
18:30 h.

Sala de Exposiciones. Planta Baja.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita




La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, dentro de la actividad “Pieza Invitada”, ha programado para este mes de julio una conferencia que lleva el título: “El proyector de cine. La imagen en movimiento”. Para ello cuenta con la colaboración del Festival de Cortos “Luna de Cortos” y de Miguel Pérez García “Trébol”, operador cinematográfico, quien será el que hable sobre los proyectores de cine en su faceta tanto como operador cinematográfico como restaurador y coleccionista de estos aparatos. 

“Trébol”, como así se le conoce, comenzó a los 14 años como ayudante de cabina con su profesor Adolfo García Fines en los cines “Gordón” y “Apolo” de Veguellina de Órbigo. Trabajó también en el Cine Tagarro de Astorga hasta su cierre. Ha llevado a cabo otras actividades pero teniendo siempre presente su pasión por la compra y restauración de equipos de proyección, películas y carteles que van desde principios del siglo XX hasta nuestros días. Parte de su colección se puede ver en la Sala de Exposiciones del Municipio de Villarejo en Veguellina de Órbigo. La Fundación Lumière reconoció la labor de ‘Trébol’ concediéndole su galardón en 2016 “por su tesón y amor por el séptimo arte”, dada su implicación en el Festival ‘Luna de Cortos’ con la exposición ‘Así era el cine’. Dicha muestra exhibe, durante la celebración del festival, una extensa colección de proyectores de todas las épocas del cine; desde el ‘pathé baby’ del siglo XIX hasta el último aparato analógico previo paso a la tecnología digital. 

El proyector protagonista de la Pieza Invitada en este mes de julio, se puede ver en la exposición temporal del Museo Etnográfico Provincial de León titulada: “La vida en imágenes. Carteles de cine”, hasta el 25 de agosto. Fue fabricado en los años 60 -70 del pasado siglo, por la marca Bell and Howel era utilizado para reproducir películas cinematográficas sonoras de 16 mm. Procede de la Fundación Joaquín Díaz de Urueña (Valladolid), incorporada a su colección a través de la donación realizada por el jesuita José Terán que durante cuatro décadas llevó la gestión y el mantenimiento del cine Borja de Valladolid. 

Aunque la tecnología ha acabado arrinconando los antiguos proyectores a almacenes de coleccionistas o pequeños museos en el mejor de los casos, estos aparatos siguen evocando en varias generaciones tardes de domingo en butacas de terciopelo y acomodadores uniformados en salas de cine que desgraciadamente han ido cerrando una tras otra. Estos proyectores, sin embargo, fueron durante décadas propagadores de cultura exhibiendo sus cintas en pequeñas salas y colegios y llevando por las plazas de los pueblos los éxitos del cine de la época que invitaron a soñar en pantalla grande a niños y mayores. 

Miguel Pérez, “Trébol”, como un gran operador cinematográfico que es, acabará su conferencia con la proyección de una película y un NODO con un proyector de su colección. Seguramente que ésta será una nostálgica velada en la que veremos algunos de los "artilugios" que Trébol atesora.

viernes, 28 de junio de 2019

PROGRAMA DE ACTIVIDADES MUSEO ETNOGRÁFICO PROVINCIAL DE LEÓN “Veraneando en la Cultura Tradicional”



MESES: Julio, agosto y septiembre 2019
LUGAR:
-        Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.


La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, ha programado una serie de actividades en los meses de julio, agosto y septiembre.

Las actividades programadas son múltiples, con el fin de enriquecer y complementar la visita al museo en este verano. Contando con la participación de diversas instituciones y profesionales. Con ello y sumando las acciones en el museo se presentan entre otras, diferentes talleres para todas las edades, conferencias, y el desarrollo de otros programas propios como la pieza del mes, pieza invitada exposiciones temporales.

Desde la Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León os animamos a disfrutar de una oportunidad única valorar y compartir nuestro patrimonio material e intangible este verano para que disfrutéis, participéis y compartáis las actividades que os proponemos para todos los públicos, y además todas ellas gratuitas.


julio, agosto y septiembre 2019
veraneando en la Cultura tradicional”.
Cronograma de actividades

JULIO

EXPOSICIÓN TEMPORAL
“La vida en imágenes. Carteles de cine”
8 de mayo – 25 de agosto
Sala de Exposiciones. MEPL

EXPOSICIÓN TEMPORAL
“Contracrónicas”
18 de mayo – 21 de julio
Patio Espacio Peregrino. MEPL


CICLO DE CINE
“Las películas de una vida”
            - Viernes, 5 de julio, 17:30 h.: Juegos de Guerra. Dirección: John Badham. Año 1983. Duración: 114´.
- Viernes 12 de julio, 17:30 h.: La Historia Interminable.             Dirección: Wolfang Petersen. Año 1984. Duración: 94´.
     - Viernes 19 de julio, 17:30 h.: Rey David. Dirección: Bruce Beresford. Año 1985. Duración: 114´.
           - Viernes 26 de julio, 17:30 h.: La princesa prometida. Dirección: Rob Reiner. Año 1987. Duración: 98´.

CONFERENCIA
MIÉRCOLES, 10, 10:00 h.: CONFERENCIA: “Familia y herencia en la sociedad rural. La comarca de Sahagún en el siglo XVIII”, a cargo de D. Francisco Javier Lagartos Pacho, Director del Museo Etnográfico Provincial de León. A continuación se realizará una visita guiada al Museo.
Patio Espacio Peregrino. MEPL

PIEZA INVITADA
SÁBADO 13, 18:30 h.: PIEZA INVITADA: “El proyector de cine. La imagen en movimiento”. Investigador: D. Miguel Pérez García, “Trébol”, Operador cinematográfico y coleccionista de proyectores de cine.
Sala de Exposiciones. MEPL

PIEZA DEL MES
SÁBADO 20, 18:30 h.: PIEZA DEL MES: “El tomavistas. El arranque del cine doméstico”. Investigador: D. Álvaro Gil González, Graduado en Comunicación Audiovisual.
Sala de Exposiciones. MEPL

TALLER DIDÁCTICO
SÁBADO 27, 17:30–19:30 h.: TALLER DIDÁCTICO: “Videocreación. Luces, cámara y acción”.  Monitor/a Empresa Cundaya. Imprescindible teléfono móvil o tablet. A partir de 10 años y de 7 a 10 acompañados de un adulto.
Sala de Didáctica. MEPL
AGOSTO

EXPOSICIÓN TEMPORAL
“La vida en imágenes. Carteles de cine”
8 de mayo – 25 de agosto
Sala de Exposiciones. MEPL

TALLER DIDÁCTICO
SÁBADO 10, 17:30 – 19:30.: TALLER DIDÁCTICO: “Una vida de película”.  Monitor/a Empresa Cundaya. A partir de 7 años y menores acompañados.
Sala de Didáctica. MEPL
PIEZA DEL MES
SÁBADO 24, 18:30 h.:  PIEZA DEL MES: “La radio. La comunicación alrededor de la mesa camilla”. Investigador: D. David Castrillo Martínez, Grado en Ingeniería en Tecnologías y Servicios de Telecomunicación. Patio Espacio Peregrino. MEPL

SEPTIEMBRE

EXPOSICIÓN TEMPORAL
“Mujeres”
Del 4-25 de septiembre
Inauguración día 4 de septiembre a las 12:00 h.
Sala de Exposiciones. MEPL

TALLER DIDÁCTICO
SÁBADO  14, 17:30 – 19:30 h.: TALLER DIDÁCTICO: “Una mirada a la mujer a través del museo”.  Monitor/a Empresa Cundaya.
Sala de Didáctica. MEPL

PIEZA DEL MES
SÁBADO 21, 18:30 h.:  PIEZA DEL MES: “Exvoto de 1760. El retrato votivo”. Investigador: D. Arturo Martín Criado, Catedrático de Lengua y Literatura. Filólogo y Etnógrafo.
Área 21. Religiosidad popular


PRESENTACIÓN LIBRO
SÁBADO 28, 18:30 h.: PRESENTACIÓN LIBRO: “Recuerdos de un pueblo del Páramo”. Autor: D. Alberto Lozano Verdejo.
Patio Espacio Peregrino. MEPL

sábado, 25 de agosto de 2018

NOTICIA: Un GPS con badajo


Fernando Barrientos en el Museo Etnográfico de Miranda do Douro
durante su investigación sobre cencerros.

T.G. | 25/08/2018

PATRIMONIO. El cencerro es la ‘Pieza del mes’ en el Museo Etnográfico Provincial de León en Mansilla de las Mulas, un elemento que apenas ha variado en su forma desde los romanos y que aunque con su uso en retroceso, tiene mucha historia. De contarla se encargará este sábado a las 18:30 horas el historiador Fernando Barrientos. 

Solo quien sabe lo que es el arrullo de un cencerro, quien arreglaba de chaval las correas de los del rebaño de su padre, quien es hijo, nieto, biznieto y tataranieto de pastores, solo alguien así puede capitanear la ‘Pieza del mes’ del Museo Etnográfico Provincial de León en Mansilla de las Mulas. Y ese es Fernando Barrientos, el historiador con raíces en Valencia de Don Juan que esta tarde profundizará en los cencerros, «y cencerras, que no es lo mismo». 

Este joven, que actualmente trabaja como Técnico de Cultura y Turismo en el Ayuntamiento de Gordoncillo, hará un recorrido por la historia de este útil utilizado ya desde los romanos para saber dónde estaba el ganado. Ese sonido que sale del badajo son los ojos del ganadero cuando estos no alcanzan a ver su rebaño, una especie de GPS ancestral que marca el diálogo entre el animal y el hombre. Poco ha cambiado el mecanismo del cencerro, «o cencerra, que no es lo mismo», desde que se inventase para saber si una oveja estaba enriscada en un zarzal, para percatarse de si llegaba el lobo o como elemento de connotaciones máginas colocándose en la trasera de los antruejos como remedio para espantar a los malos espíritus. 

Fernando Barrientos destaca de este artilugio ganadero que sigue teniendo el mismo proceso de fabricación desde que comenzó utilizarse, siendo en todo caso artesanal «100%». «Una pena que su uso, y por tanto su fabricación, estén en retroceso dado que cada vez se tiende más a la estabulación del ganado», comenta Barrientos. Reconoce el historiador que tiene este elemento una variada terminología según la zona con nombres que van de «medianas, medianas pucheras, piquetas, piquetillas, esquila, campano...». Diferentes denominaciones para referirse a una misma cosa, a una instrumento que se asocia con la locura por aquello de «estar como un cencerro», «que no cencerra, que no es lo mismo». 

Pero no todos son iguales, varían de tamaño y también de materiales, sobre todo el badajo. «Pueden ser de madera, normalmente dura como de encina, pero también de cuerno o asta de toro, que daban un sonido más nítido. También los hay de hueso con un sonido totalmente diferente y luego están los de metal, que estos son contraproducentes porque al chocar entre sí las dos piezas del mismo material, ambas se desgastan dando a la pieza un corta vida útil», explica Barrientos en una adelanto de lo que será su charla de esta tarde a las 18:30 horas en el Museo Etnográfico Provincial. Es allí donde se guarda una amplia muestra de cencerros como el elegido como ‘Pieza del mes’, en este caso datado en el siglo XIX y procedente de la zona del Curueño. 

Pero es cencerro, «y no cencerra, que no es lo mismo». Y es que Fernando hace hincapié en que del masculino al femenino hay en este caso una gran distancia. «El cencerro se emplea más para el ganado mayor, para vacas o caballos, mientras que la cencerra es la de las ovejas, más pequeñas», explica. Pero siempre hay excepciones ya que los trashumantes ponían cencerro a los castrados, con un sonido mucho más grave que era el que marcaba el ritmo del ganado. Esta tarde será Fernando Barrientos quien marque el ritmo de una parte importante del patrimonio pastoril que invariable aguanta estoico la embestida del tiempo, rugiendo aún en los rebaños de quienes se niegan a perder el diálogo con los sonidos de antaño.

sábado, 2 de junio de 2018

NOTICIA: Pedro Saura: "Nunca se habían visto su rostro"

FOTOGRAFÍA. Uantoks es el nombre de la exposición que este jueves se inauguró en el Museo Etnográfico de Mansilla y que recoge las fotografías de las cuatro expediciones realizadas a Papúa Nueva Guinea, el lugar donde se detuvo el tiempo.

Pedro Saura acudió este jueves a Mansilla para inaugurar en el Etnográfico
la exposición de fotografías sobre las expediciones que realizó a
Papúa Nueva Guinea.
lanuevacronica.com
Fulgencio Fernández | 01/05/2018
El nombre de Pedro Saura (fotógrafo, cineasta, pintor, catedrático de Fotografía en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid...) ha quedado unido al de Papúa Nueva Guinea, país al que viajó por primera vez en 1983 y de casualidad, pues su destino era otro. Pidió una excedencia de seis meses para grabar bajo el agua la primera expedición científica española en la Antártida y no pudo embarcar por exceso de equipaje. «Había lo que se llama camas calientes, que cuando uno se levanta se acuesta el otro... y me quedé en tierra». Uno de los patrocinadores del trabajo inicial le ofreció una alternativa: un viaje por las Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea. Aceptó, pese a que «no solo no sabía casi nada de estos países ni de sus poblaciones. Eran otros tiempos, no tenías la herramienta de Internet y las enciclopedia s al uso apena escribían unas lineas. Al llegar allí lo entendí pues todo lo que encontré fueron algunos datos de una expedición australiana en 1930, que buscaban oro... y nada más. Era un territorio inexplorado, en las llamadas tierras altas había un millón de personas que no existían, no se sabía nada de ellas».

Lo que encontró al llegar a Papúa Nueva Guinea podría definirse con muchos adjetivos, pero Pedro Saura elige el de «fascinante», una fascinación que se basa en «una tierra virgen, poblada de pequeñas tribus con una lengua propia y diferente cada una, sólo hablada, por lo que el lenguaje de gestos se convierte en el más habitual pues hablan más de 700 lenguas diferentes». Y en medio de todos ellos este murciano nacido en 1948, seguramente el primer blanco que veían, con un equipo básico de grabación y una Polaroid que fue su salvoconducto. «Hacer fotos instantáneas y enseñárselas después me abrió muchas puertas. Primero retrataba al que me parecía el jefe de la tribu y después él mismo me iba pidiendo retratarse con más gente, que solían ser los personajes importantes.». Y recuerda Saura un hecho muy curioso. «No tenían espejos por lo que en aquellas fotos era la primera vez que veían su cara, lo que propiciaba que reconocieran a los otros miembros de la tribu pero no se reconocían a ellos mismos. Ellos para pintarse se miraban en el agua negra de una charca y se veían muy difuminados, por eso al verse se reían».
Realizó Pedro Saura varias expediciones más, en 1988, en 1991 y en 1994. Se convirtió en un personaje, hasta tal punto que las dos últimas ya las hizo como fotógrafo oficial del primer ministro del país en aquel momento, Paias Wingti, al que conoció en la Exposición Universal de Sevilla.

Pedro Saura les regalaba fotografías instantáneas
a cambio de que le dejaran hacer otras.

- ¿Desde 1994 no ha regresado? ¿Fue una experiencia dura? ¿No le ha surgido la posibilidad, no quiere?
- Fue fascinante, ya lo he dicho. Aquel mundo te atrapa pero ha pasado mucho tiempo y creo que la realidad actual ya nada tiene que ver, de hecho una antropóloga norteamericana que estudia la evolución de la población de Papúa Nueva Guinea me ha recomendado que mejor no vuelva, que disfrute del recuerdo de aquellas expediciones de los años 80 y 90. Y le he hecho caso.

Uno de los cambios viene propiciado por el hecho de que, por ejemplo, la zona de las tierras altas es rica en oro, uranio y cobre, entre otros materiales, y las grandes empresas mineras han tomado la zona creando grandes caminos de tierra que comunican en línea recta la zona de extracción con el espacio logístico de distribución sin ningún respeto por las poblaciones.

Buena parte del material fotográfico y cinematográfico de estas expediciones de Pedro Saura es el que conforma la exposición Uantoks que ayer se inauguró en el Museo Etnográfico Provincial de Mansilla de las Mulas, acto al que asistió el fotógrafo, para explicar cómo era la vida en Papúa - Nueva Guinea, en el suroeste del océano Pacífico, al norte de Australia, «con una agreste geografía formada por selvas y montañas, ha permitido que las tribus que allí habitan hayan mantenido unas formas de vida que apenas se han alterado desde hace miles de años, asemejándose a la forma de vida en Europa durante el neolítico», algo que a Saura le hizo recordar su trabajo antes de la primera expedición como responsable del facsímil del techo de los bisontes de la Cueva de Altamira. «Cuando llegué la primera vez era como regresar a la prehistoria, pero con vida, con sus guerras tribales, sus armas rudimentarias...».

 Recuerda que el haber llegado solo le supuso algunos contratiempos, «como que llegara la noche en medio de un bosque y se pusiera a llover», pero también le ayudó a relacionarse con los nativos. «Nada más verme se daban cuenta de que no era peligroso; además ellos interpretan el lenguaje gestual como nadie, te leen la mente»

El título de la exposición se refiere a que sus hablantes se autodenominan uantoks, derivación del inglés One Talk. 
Una de las fotografías de la muestra. | PEDRO SAURA
En la primera de las cuatro expediciones se dedicó a entablar contacto con ellos, a que lo admitieran entre ellos, mientras que en las otras tres se centró más en hacer fotos y grabar, en plasmar sus ritos, sus máscaras.... «Eran muy curiosos, primero te extraña que se pinten tanto hasta que te das cuenta de que es otra forma de competir pues ellos compiten por todo, y así la costumbre de pintarse es para demostrar ante la tribu quién realiza los mejores decorados en sus cuerpos. Cada tribu tiene unos colores que son como distintivos, les dan identidad; por ello, elegí sus pinturas tribales como motivo principal de mi investigación académica, de la tesis que realicé viendo estas pinturas como muestras de arte efímero».

Otra característica de sus costumbres es su afición por el trueque, por los que a Saura le venían muy bien todos los materiales que llevaba desde España. «Les regalaba una foto para que me dejaran hacer más; cambiaba un bolígrafo».

- ¿Cómo los recuerda?
- Los Uantoks siguen siendo tribus de las montañas altas tal y cómo yo los dejé. Por eso no quiero regresar.

NOTICIA: Estampas de otro mundo en el etnográfico


El diputado de Cultura, Miguel Ángel Fernández, inauguró ayer en el Museo Etnográfico Provincial la exposición ?«Uantoks. Las expediciones de Pedro Saura a las Tierras Altas de Papúa-Nueva Guinea», una muestra producida por el Museo de la Evolución Humana (MEH) de Castilla y León, y que se podrá visitar hasta el próximo 29 de julio. | dl

domingo, 1 de abril de 2018

NOTICIA: La etnografía leonesa pierde uno de sus baluartes



Miguel Ángel Cordero López

El fallecimiento el pasado miércoles del Director del Museo Etnográfico provincial de León, José Ramón Ortiz del Cueto, nos embarga de tristeza. Tras una enfermedad de casi cuatro años, que le fue minando progresivamente, los que hemos tenido el honor y el privilegio de contar con su noble y sincera amistad, pudimos comprobar que pese a dicha enfermedad, su amor y dedicación a su trabajo al frente del Museo Etnográfico seguía siendo su principal cometido, llevando a cabo proyectos en los que se volcaría de lleno como en toda su labor etnográfica, poniendo una pasión digna de admirar.

Tuve la suerte de que Dª Concha Casado nos presentara hace unos cuantos años y desde un principio comenzamos a llevar a cabo proyectos en común. Con Dª Concha, pusimos en marcha el segundo volumen de Un Carro chillón y algo más…. fotografías del año 1926 sobre el curso de la Escuela de Cerámica de Madrid en Val de San Lorenzo, José Ramón tuvo una labor primordial en este proyecto pues restauró numerosas fotografías muy deterioradas, asimismo fue autor del texto titulado: La Fotografía Documental y Etnográfica de la Escuela de Cerámica de la Moncloa en el Val de San Lorenzo en 1926. Fotos de Aniceto García Villar.

Más adelante, iniciamos un proyecto junto con Dª Concha en el cual ella estaba muy interesada, consistente en la catalogación de las diversas artesanías tradicionales de las comarcas leonesas como a ella le gustaba definirlas, comenzando por la cestería. Hicimos recorridos por toda la provincia buscando familiares de los artesanos cesteros que Dª Concha había visitado en la década de los 90 del pasado siglo; este proyecto muy avanzado, tuvo que ser aplazado por el inicio de la enfermedad de José Ramón.

Otro de nuestros proyectos fue a raíz de la conmemoración del centenario de la Escuela de Cerámica de Madrid dada la relación de ésta con Joaquín Sorolla, de hecho el fundador y primer director de la misma, Francisco Alcántara era amigo personal del Maestro de la luz. Recuerdo que cuando le propuse impartir juntos una conferencia sobre dicho tema, José Ramón se interesó de inmediato, más aún si cabe al saber que Alcántara era cordobés como él.

Estando siempre dispuesto a compartir su sabiduría, el Museo Textil de Val de San Lorenzo contó con el privilegio de tenerle como ponente en unas cuantas ocasiones y honrarse con su presencia. Asimismo, aceptó con ilusión el nombramiento como Tutor de la Feria Artesanal Infantil de Val de San Lorenzo, una creación de Concha Casado.

He tenido la suerte y el honor de contar con su amistad, José Ramón compartió conmigo desde el primer momento en que accedió al cargo como director del Museo Etnográfico Provincial de León sus amplios conocimientos sobre la cultura tradicional leonesa, no en vano sus raíces por vía materna eran de esta tierra, concretamente de la localidad de Valverde Enrique.

León pierde mucho con su ausencia, pero nos deja una serie de pautas a seguir que al igual que lo hiciera nuestra querida y respetada Concha Casado, debemos cumplir. Su amor a esta tierra que era la suya lo merece. Descansa en paz José Ramón.

NOTICIA: El ‘jefe’ del museo más guapo de León

OBITUARIO JOSÉ RAMÓN ORTIZ DIRECTOR DEL MUSEO ETNOGRÁFICO

E. GANCEDO | LEÓN
«Afronto este nuevo reto con una enorme ilusión y con la idea de que el museo sea el motor de la etnografía leonesa, pero también de que tire de toda esta comarca». Lo decía en febrero de 2009 José Ramón Ortiz del Cueto cuando se le presentó como director del Museo Etnográfico de León con sede en Mansilla de las Mulas. Lo decía entusiasmado, como hacía todas las cosas.

Ortiz del Cueto, que falleció en Madrid, a los 52 años de edad y después de una larga enfermedad, fue el gran impulsor del museo y su primer director por concurso público. Inaugurado el 21 de febrero de 2008 tras una inversión de cinco millones de euros, Ortiz se hizo cargo, un año después, del que ha sido calificado como «el mejor museo etnográfico del Noroeste», con más de 3.000 piezas, la mayoría procedentes del Instituto Leonés de Cultura. Durante el primer año, la etapa de rodaje, fue dirigido por el entonces director del ILC, Jesús Celis.

Cercano, amable, siempre disponible para cualquier consulta o aclaración, y más que abierto a todo proyecto o propuesta llegada de asociaciones y ciudadanos, Ortiz del Cueto deja en el museo, además de en todos los amantes de la etnografía y el patrimonio leonés, un abismo insalvable. Madrileño con raíces en el pueblo leonés de Valverde-Enrique, poseía una larga experiencia en gestión del patrimonio y le avalaba una sólida trayectoria en la administración pública como técnico superior de la Junta de Castilla-La Mancha y en asistencias técnicas para otras comunidades.

Además de su extrema profesionalidad y de una humanidad que anteponía a cualquier otra cosa, Ortiz siempre se preocupó por la divulgación y mejora del centro, y lamentaba no contar con más fondos y personal para acometer nuevos proyectos. Para ir más allá. Y lo decía —siempre— con una sonrisa.

NOTICIA: Muere el director del Museo Etnográfico Provincial de León, José Ramón Ortiz

El madrileño pero con raíces en Valverde-Enrique, de 52 años, se había responsabilizado desde 2009 del proyecto de musealización del centro con sede en Mansilla de las Mulas, que este año celebra su décimo aniversario.

Jose Ramón Ortiz del Cueto, director del Museo Etnográfico
                                    con sede en Mansilla de las Mulas. las Mulas. / Juan Luis García

C.J. Domínguez | 28/03/2018
Hoy se ha conocido la noticia del fallecimiento en Madrid de José Ramón Ortiz del Cueto, director del Museo Etnográfico Provincial de León, con sede en Mansilla de las Mulas, tras padecer una grave enfermedad.

Ortiz, de 52 años de edad, era el 'alma' de este Museo provincial, que precisamente este año está inmerso en la celebración de su décimo aniversario, desde la puesta en marcha en 2008.

Muy poco después, fue Ortiz del Cueto el elegido por la institución provincial leonesa para desarrollar todo el proyecto de musealización de las piezas colecciones que el museo atesora, en gran medida gracias también a su afán por dotarlo de todo tipo de material autóctono etnográfico de la provincia, y situando este centro cultural en un punto relevante, además, del Camino de Santiago, que pasa por la localidad mansillesa.

Madrileño de nacimiento, pero con raíces en la localidad leonesa de Valverde-Enrique, sumaba tres décadas de labores en gestión del patrimonio histórico, en turismo y también en desarrollo rural. Lo hizo desde la iniciativa privada muchos de ellos, pero también ocupó puestos relevantes en la administración pública.

De hecho, en su currículum, desde sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid, constaba el puesto de técnico superior de la Junta de Castilla-La Mancha a lo largo de ocho años, en direcciones generales de Patrimonio y Museos, Patrimonio Cultural y Patrimonio Histórico, así como antes protagonizó asistencias técnicas para varias comunidades autónomas, como la de Madrid o también en Castilla y León.

En 2009 fue presentado como director del Museo Etnográfico leonés por la entonces presidenta, Isabel Carrasco, y el director del Instituto Leonés de Cultura (ILC) de la institución provincial, Jesús García Celis, con unos retos para este centro que bajo su gestión ha conseguido con creces.

Sin ir más lejos, en el último balance de visitas, el Museo Etnográfico sumó en toda esta década 122.000 visitas, para disfrutar con sus constantes actividades culturales paralelas pero sobre todo admirar unos fondos propios de cerca de 9.000 piezas, de las que 5.000 corresponden a donaciones y 1.200 pueden contemplarse en la exposición permanente en su moderna sede del antiguo convento de San Agustín de Mansilla de las Mulas.

En su honor, os recomendamos admirar su trabajo de todos estos años en el Museo Etnográfico Provincial de León visitándolo.

NOTICIA: El hombre que sabía hacer las cosas bien

OBITUARIO. José Ramón Ortiz del Cueto, director del Museo Etnográfico Provincial desde su apertura, falleció con solo 52 años de edad y después de una larga batalla contra una dura enfermedad.


Fulgencio Fernández | 28/03/2018
En los últimos actos del Museo Etnográfico Provincial de Mansilla de las Mulas se repetía en voz baja la expresión: «El que está fastidiado es José Ramón». Y cuando en la presentación de los actos del X aniversario de «su museo», del que ha sido único director, no estaba allí se temió lo peor.

Y lo peor se convirtió en este miércoles en noticia: «Fallece José Ramón Ortiz del Cueto, director del Museo Etnográfico». Lo que añade la noticia es cruel, con solo 52 años de edad y después de haber pasado los últimos años luchando contra una cruel enfermedad, «la enfermedad». 

Su curriculum es brillante, desde que finalizó su carrera en la Universidad Complutense, fue técnico después en el campo del Patrimonio en Castilla La Mancha, conferenciante habitual, autor de numerosas publicaciones (entre ellas ‘Identidad y Memoria aplicados a la Historia de los Museos Etnográficos en la provincia de León’, ‘Matracas y Carracas. Los sonidos olvidados de la Semana Santa’...). Pero creo que el mejor curriculum es una simple frase de un visitante mansillés en los actos del X aniversario. «En este museo se nota la mano de José Ramón, el hombre que sabe hacer las cosas bien». 

Poco más se puede decir. Tal vez añadir su condición de discreto, pero en la mejor acepción de la palabra, aquella que nada tiene que ver con gris, más bien todo lo contrario. 

José Ramón Ortiz del Cueto era madrileño con raíces en Valverde Enrique, y una vocación leonesa incuestionable en su condición de defensor del mundo rural. Realizó varios trabajos de investigación en la provincia de León pero cuando surgió la posibilidad de poner en marcha el Museo Etnográfico no lo dudó ni un momento y con su importante bagaje se hizo con la plaza. Recuerdo la primera entrevista: «¿Cómo no va a ser un regalo de los dioses poder trabajar en mi campo de la etnografía en una provincia tan rica como la de León; y desde un pueblo como Mansilla, en el corazón del Camino de Santiago».

Trabajó mientras pudo. Su mano está muy presente, su filosofía seguirá allí... pero se acabó su camino, el del hombre que sabía hacer las cosas bien.

domingo, 28 de enero de 2018

NOTICIA: El cofre del tesoro

CULTURA. El Museo Etnográfico Provincial de León (Mansilla de las Mulas) cumple diez años tras recibir más de 122.000 visitas.

Cocina tradicional expuesta en el Museo Etnográfico Provincial de León
ubicado en el municipio de Mansilla de las Mulas. | ICAL

lanuevacronica.com
Ical | 28/01/2018

Con unos fondos propios de cerca de 9.000 piezas -de las que 1.200 pueden contemplarse en la exposición permanente-, el Museo Etnográfico Provincial de León, situado en Mansilla de las Mulas, cumple el próximo mes diez años de existencia tras recibir la visita de 122.000 personas. El antiguo convento de San Agustín es el cofre en el que se guarda todo un tesoro de tradición e identidad que alberga y exhibe objetos procedentes de innumerables localidades.


Entrada al MEPL. Fachada del antiguo monasterio de san Agustín
El recinto es fruto del proyecto del arquitecto Mariano Díez Sáenz de Miera para edificar un inmueble de una superficie total de 4.490 metros cuadrados, de los que son útiles 3.504. Su diseño se adapta a los restos arqueológicos y se articula en un espacio de tendencia cuadrangular con patio central cerrado, planta baja y dos pisos, con un gran sótano-almacén y un gran vestíbulo que da paso a una amplia estancia, la antigua iglesia y la que fue capilla funeraria de los señores de Villafañe.

El miércoles 20 de febrero de 2008 vio la luz este proyecto que supuso una inversión de más de cinco millones de euros y que se hizo realidad tras la cesión del solar por parte del Ayuntamiento de Mansilla de las Mulas y la colaboración económica de Caja España con la Diputación de León, propietaria de este museo que incluye numerosas áreas temáticas (el hogar, la agricultura y la ganadería, la viticultura y enología, los oficios rurales, cerámica, vidrios, molinos, artesanía textil, indumentaria, joyería, etnomusicología, juegos y juguetes, armas de fuego, religiosidad, fiestas, ciencia y costumbres, entre otras).

Los primeros años de apertura fueron los que más 'tirón' tuvo este nuevo espacio cultural que desde 2015 remonta las cifras de la crisis y cerró 2017 con un balance de 9.300 visitantes. Son datos todavía mejorables, que una mayor difusión en diversos frentes -quizá también con las nuevas tecnologías como grandes aliados-, crecerían notablemente y puede que la celebración del décimo aniversario aporte el empujón que merece un museo reconocido como uno de los mejores de España en su ámbito.

La casa. Alcoba de casa rica

Sorprendente
Las impresiones de quienes se acercan a él son en principio, según explica el técnico responsable, Javier Lagartos, no muy positivas, pero apenas se sitúan delante del edificio ya empiezan a cambiar de opinión. Quizá porque el concepto museo está algo banalizado, la gente llega con cierto escepticismo que se desvanece en cuando comienza a recorrer los espacios expositivos.

“Se sorprenden. La gente queda impresionada. El comentario principal es 'no me esperaba que esto era así' y es que la colección es de primer orden”, afirma antes de recordar que es un museo muy accesible en el que para disfrutarlo no hace falta ser especialista en nada.

Arquitectura Tradicional.
Reconstrucción del teito de una palloza

A muchos les traslada a su niñez y a los más jóvenes les sitúa en muchos casos en entornos desconocidos y les permiten hacerse una idea de cómo se vivía, se jugaba, se trabajaba y se descansaba en los pueblos de sus padres, abuelos... desde pequeños objetos como una cuchara o un pendiente hasta muebles de tamaño considerable como un escaño de palloza, con dosel, babero, ventana, perchero y mesa supletoria típico del área noroccidental de la provincia. Carros, adornos, aperos, prendas, herramientas, e incluso habitáculos como chozos pastoriles completan una oferta que se presenta con una iluminación y ambiente acogedores.

El pastoreo. Chozuelo de pastor

El Museo enseña y educa, como comprueban los numerosos escolares de la provincia que cada año lo visitan -en 2017 ya lo hicieron también algunos de la vecina Valladolid- La presencia de estudiantes es más frecuente en los meses de invierno y en los de primavera-verano son más habituales las familias, grupos o miembros de distintas asociaciones.

Medios de transporte. El carro chillón

El aumento de turistas en la capital no se traduce, todavía, a un recinto situado a tan sólo 18 kilómetros de León, que complementa su actividad expositiva con distintas iniciativas culturales -algunas fijas como la Pieza del Mes- y otras periódicas, como charlas, talleres o presentaciones de libros. Este año, con motivo del décimo aniversario, se organizarán varias muestras y habrá un programa específico que contribuirá a poner en valor un recinto del que también disfrutan algunos de los numerosos peregrinos que pasan por Mansilla de las Mulas y en cuyo albergue encuentran varios paneles informativos que les sugieren la visita. El día a día del Museo Etnográfico Provincial de León les lleva también a protagonizar intercambios o cesiones de parte de sus fondos, como la hecha recientemente al Musac o a la ciudad lusa de Braganza.

El hierro. La fragua
Entradas
Los fines de semana, a las 12.30 y a las 17.30 horas se programan visitas guiadas de alrededor de una hora y media de duración. Además, todos los días, está disponible una guía para grupos de más de ocho personas, dentro del precio de acceso, pero se sugiere que se concierte con antelación. La entrada ordinaria cuesta cinco euros, para niños menores de siete años y para profesores es gratuita y existen descuentos para estudiantes, peregrinos, familias numerosas, jubilados y grupos de más de diez personas, que pagan tres euros. A través de los códigos QR de los 'smartphones' puede hacerse una visita denominada 'Los Tesoros del Museo' que incluye un grupo de piezas que se consideran fundamentales desde el punto de vista artístico o antropológico.

La religiosidad popular

Los fondos
El Museo, que el presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, define como “un punto de encuentro con nuestra historia y nuestras tradiciones a través de un recorrido en el que se pone de manifiesto la diversidad de una provincia tan rica como León”, cuenta también con una biblioteca especializada en temas de etnográfica -actualmente en catalogación- que incluye el legado de Concha Casado (más de 2.500 libros, además de fotografías, diapositivas, escritos y anotaciones).

La producción textil. El telar y el torno 

Estudiosos o personas que por cualquier motivo lo soliciten pueden acceder -para fotografiar o revisar- a las miles de piezas depositadas en los almacenes, algunas de las cuales se prestan a museos o aparecen en exposiciones temporales; el resto se custodian y se conservan y una mínima parte pasa a ocupar huecos que puedan quedar en alguna zona por la retirada de algún elemento.

Indumentaria tradicional

Los objetos que aloja el Museo tiene tres orígenes, de los que la adquisición es el más inusual. Lo frecuente es que lleguen a él en forma de depósito en cuyo caso el dueño no pierde su propiedad y la donación; que implica la resolución de determinados trámites administrativos para que la Diputación pase a ser la titular de la pieza en cuestión. En estos casos el donante recibe como compensación la entrada gratuita de por vida al recinto.

La iluminaria. El candil de carburo