Gaitero y tamborilero y bailes tradicionales en Corporales (León).
Año 1932.
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Desde guaje, el sonido de la gaita siempre me ha gustado; tenía y tiene ese sonido lejano y turbio, ese sonido lleno de nostalgia y morriña. En las romerías y fiestas de los pueblos del norte de León, de El Bierzo, y sur de Asturias, los gaiteros y tamborileros llenaban de fiesta la dura vida de la inmensa mayoría de mortales, así como alegraban algunos días de asueto con las carnes (cuando las había) asadas a la estaca y otras viandas, pellejo de vino y alguna moza y mozo que daban que hablar en los cortejos de los pueblos. Eran días para compartir unas amplias sonrisas y camas para cuatro o cinco chavales; de ese modo se dormía en fiestas, pues la familia y amigos se cruzaban los días de las mismas y se salía un poco de la rutina diaria de tanto trabajo en el campo y en la mina.
Gaita actualizada y personalizada para
Francisco Álvarez
Molinero de Igüeña en madera de urce, y anillada en bronce.
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Cuando nos acercábamos a los pueblos, los chavales siempre tenían alguna sorpresa preparada para los nuevos que veníamos de la capital como pinceles y avisados de no mancharnos bajo bofetada de la madre, o lo peor, una gran zapatillada en los culos de pocas carnes y mucho hueso. Apercibidos… pero así y todo, el juego podía más que los avisos, y cuando llegábamos a las casas, la bronca era descomunal; los pantalones cortos ya eran más parecido a un trapo que nos cubría las pocas vergüenzas, que al tergal moderno del que estaban hechos. Pero la gaita seguía sonando, y las mozas y mozos bailaban a su son entre risas, alpargatas, y vestidos de un solo color; eran del color de la esperanza, como mucho… blanco y colores pastel.
Hacia 1910. Gaita y Tambor
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El cura daba el permiso pertinente para
empezar la música… y adelante. Había baile antes de comer en la plaza de la Iglesia, y bajo la atenta mirada de los prebostes y
mandamases, se bailaba al son de la gaita, la dulzaina y el tamborilero… las
abuelas y madres estaban en las cocinas a tope con los guisotes de todo tipo.
Había que preparar la mesa con los
platos, si los había, de algún regalo de bodas, o de aquellos ajuares
recopilados a base de esfuerzo, paciencia y duro trabajo. Estos buenos músicos
recorrían los pueblos donde eran contratados por cuatro perras y la comida en hermandad, o
repartidos por las casas más pudientes.
Gaitero en procesión de la Virgen Villalegre Escudero.
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El folclore siempre ha estado asociado al concepto de identidad de
un pueblo. En todo el mundo, cada tribu, etnia o nación tiende a diferenciarse
del vecino como una forma de identificación colectiva, que es el paso previo
para conseguir fomentar la solidaridad entre los miembros de un grupo, de esa
manera las diferentes culturas fueron creando
una vida más llevadera y rica.
¨Los Silverios¨
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La historia de la gaita, y como no podría ser
de otra manera, tiene variadas formas, sonidos… y dependiendo de las zonas,
están hechas con los materiales a disposición de los lugares habitados, y de los lugares que también
fueron colonizados por los diferentes pueblos emigrantes a otras tierras. La
referencia escrita más antigua de un instrumento considerado como gaita se
produce posiblemente hacia el 400 a. C. cuando Aristófanes,
un poeta ateniense,
menciona a los gaiteros de Tebas,
ciudad enemiga de Atenas en aquella época, y señala que tocaban gaitas
(askaulos) hechas con piel de perro. Tras-os-Montes, León y Zamora; gaita
leonesa, sanabresa, cabreiresa y alistana. Un tercer tipo
de gaita es común al norte-noreste de Portugal y
algunas zonas adyacentes de las provincias de León y Zamora (comarcas de Cabreira, Bierzo, Maragatería,
casi hasta el Órbigo era común en León; Sanabria, Carballeda, Aliste,Tábara y Tierra del Alba en Zamora donde más se mantiene, aunque su
extensión pudo ser mayor). Hace no tanto, a mediados del siglo XX también se
tocaba en Las Arribes de Salamanca y la zona
de Fermoselle,
al oeste de Sayago. Su digitación es abierta y afinación tradicional, su
forma y potencia de sonido le hacen parecerse a la asturiana, aunque no se
toque pechada. Su factura es más grande y con más madera. Posee una perforación
interna más ancha que sus congéneres de Galicia y Asturias, no produce alteraciones.
Pedro Gómez, un joven gaitero leonés.
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Otro de los instrumentos importantes es la dulzaina; aunque
el origen de la dulzaina parece remontarse a los
pueblos árabes antiguos, puede seguirse su pista a partir del Renacimiento,
siendo un instrumento de tipo cortesano, que con el tiempo fue quedando
relegado a zonas rurales, donde se construían dulzainas muy toscas, sin llaves,
de unos siete agujeros. Poco a poco, el instrumento se fue perfeccionando, y a
finales del siglo pasado el dulzainero
de Renedo (Valladolid) Ángel Velasco añadió a la dulzaina
las ocho llaves metálicas que actualmente presenta.
El dulzainero Sixto Montalvo
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Estas dulzainas modernas han
ido reemplazando a las demás porque ofrecen considerables ventajas para el
ejecutante: por un lado, una afinación fija, que permite tocar dos o más
dulzainas a la vez; también poseen una mayor amplitud de tesitura, debido
a su mayor longitud; y presentan unas enormes posibilidades cromáticas,
que permiten tocar en cualquier tonalidad sin necesidad de alterar la melodía.
Actualmente estamos asistiendo a una recuperación de este instrumento, y
podemos constatar el interés de muchos jóvenes por el aprendizaje de su
ejecución. En esta recuperación han tenido gran importancia las Escuelas
de Dulzaina, que se han ido formando en diferentes ciudades, entre ellas León.
Hoy día se fabrican buenas dulzainas en Carbonero el
Mayor (Segovia) y en Laguna de Duero (Valladolid), pudiendo
oírse sonar en casi todas las fiestas típicas y romerías.
Tamborilero y Gaitero en plena actuación.
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Y qué me pueden contar de la flauta maragata (chifla leonesa), es
el instrumento musical melódico más peculiar y característico de la provincia
de León. Pertenece a la familia de las flautas de pico, y más
concretamente al grupo de flautas de tres agujeros, mucho más primitivo y
menos temperado que las flautas dulces actuales. La característica esencial de
este tipo de flautas es que se tocan con una sola mano, y el mismo intérprete
utiliza la otra para acompañarse con el tamboril, instrumento del que es
prácticamente inseparable. Esto las relaciona con otras flautas que, aún
teniendo más agujeros, se tocan también con una sola mano, como el flabiol. Esta
flauta es el instrumento más característico de la provincia de León, y en
concreto de las comarcas de El Bierzo y la Maragatería. Actualmente no se ha
llegado todavía a un acuerdo en cuanto a su afinación base, pero algunos las
fabrican en modo de Re en altura de La o
de Sol. Se construyen en dos piezas y, aunque el material más tradicional es la
madera de urz (brezo), al ser una madera prácticamente extinta, las fabrican con
boj o cualquier otra madera. Los pitos, o las flautas de pastor (chifla de
pastor, zuzaina), son instrumentos, como casi todos, muy utilizados por los
pastores que construyen haciendo el agujero interno con un hierro al rojo vivo,
y por fuera a navaja. Las flautas o chiflas de pastor suenan parecido a
clarinetes.
Se cree que es José Alonso, tamboritero
del Val de San
Lorenzo
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En conclusión, que aquí les mostramos una pequeña reseña de
algunos instrumentos tradicionales a motor de pulmón. El folclore leonés está
caracterizado por una serie de instrumentos que son los más comunes en su música
dependiendo de la comarca en que nos hallemos. Es casi hegemónica la presencia
de la flauta de tres agujeros y el tamboril en el País Leonés si bien en la
parte más oriental predomina la dulzaina y en la occidental la gaita de fole.
¡Venid…venid todos y todas
a bailar, que la música se queda triste,
y hay que disfrutar…!
Uno de los Grandes, Moisés Liébana
Voces,
el de Corporales… las dos Cabreras le conocieron bien.
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