Se encendió la hoguera y la sardina ardió en presencia del cortejo fúnebre de plañideras que recorrió las calles de la ciudad.- RAMIRO |
DL| León 19/02/2015
Se acabó. El cortejo fúnebre de plañideras despidió, un año más, a don Carnal en una de las ceremonias más arraigadas aunque no es la que más expectación despierta. El tiempo de pecar da paso a la Cuaresma, con más recogimiento para los católicos. El Entierro de la Sardina congregó ayer a cientos de leoneses para poner el broche a un fin de semana de mascaradas y, como manda la tradición, los tres personajes característicos de la ceremonia pagana, el obispo, el monaguillo y el fiscal, acompañados de una solemne marcha fúnebre, acompañaron las lágrimas de las plañideras y la zafarronada Omañesa Riello. El séquito acompañó al cadáver por plaza de Regla, calle Ancha, Varillas, Platerías, Plegarias, Plaza San Martín, Zapaterías, Plaza Don Gutierre, Fernández Cadórniga, Juan II, para acabar en la Plaza del Grano. Allí, con la colaboración de la asociación de vecinos Barrio del Mercado, se encendió una hoguera. Los bares del Húmedo y el Mercado aliviaron el dolor con tapas y decorados alusivos.
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