El primer filme sobre la amenazada cultura comunal leonesa llegará en marzo convertido en largometraje.
e. gancedo | león 06/01/2014
Con José Álvarez, ‘Molina’, pastor de Salce, el equipo grabó la que probablemente sea la última ‘vecera’ (pastoreo comunitario) de la provincia de León.bambara zinema |
Los creadores de esta producción audiovisual lo llaman «la primera entidad representativa en la historia de la democracia», pero no sólo lo dicen. Lo enseñan. En La voz del concejo, el documental que ya se encuentra en fase de montaje y que se estrenará, previsiblemente, en el mes de marzo, aparecen muchas de estas reuniones en pleno funcionamiento y gracias a que las cámaras de la productora Bambara Zinema lograron deslizarse, sigilosas, por salones, plazas y atrios de iglesia. De su mano, el espectador puede llegar a conocer lo que realmente son estas antiquísimas instituciones del derecho popular. Cómo funcionan. Cómo se organizan. Cómo en ellas toma la palabra a todo aquel que la pida. Y cómo en su seno, en fin, las decisiones se votan en conjunto y a la vista de todos.
A Isabel Medarde, directora de la producción junto a Teresa García Montes, lo primero que le sorprendió no fue el hecho de que este sistema de autogobierno de los núcleos rurales leoneses haya sobrevivido hasta el siglo XXI, sino más bien su «sorprendente vitalidad». Grabaron concejos abiertos en Nogarejas, en Truchillas, en San Pedro de Trones, en Villanueva del Condado —donde la institución está muy presente en la vida cotidiana del pueblo—, en Trobajo... asistiendo al espectáculo de ver a sus vecinos, libremente y sin la intermediación de partido político alguno, tomar todo tipo de decisiones que afectan a la localidad. Medarde se refiere al «muchísimo material» grabado por el equipo «a lo largo de un año y pico» de trabajo, material que en realidad no sólo versa «sobre los concejos, sino sobre toda la cultura comunal, que en León es riquísima y muy importante», con las hacenderas o facenderas; los aprovechamientos leñeros o suertes del monte; y sus símbolos, «los pendones, el arca, el vaso concejil...», de manera que lo que en principio iba a ser un documental de duración media surgido a raíz de la posibilidad de que el Gobierno eliminase las entidades locales menores se convertirá en un largometraje de 80-90 minutos «enfocado hacia el mundo comunal, del consenso».
El equipo, formado por Medarde y García Montes —efectuando, además, labores de producción junto a Sergio González y Ricardo Chao—, llevaron a cabo un gran número de entrevistas a expertos como el catedrático de la Universidad de León Laureano Rubio, quien más a fondo ha estudiado el fenómeno; a gentes anónimas de nuestros pueblos y a secretarios y presidentes de juntas vecinales, aunque la productora evita ese término para centrarse en el de concejo abierto en función de lo acordado con la Unesco, a cuya declaración de Patrimonio Inmaterial aspira. Por eso huye también el filme de la política y se centra en la cultura aunque en el montaje final influirá, lógicamente, su reciente ‘salvación’ legal.
Con el apoyo económico y logístico de la Fundación Cerezales —donde pudo verse un avance de la película el pasado 21 de diciembre—, los responsables de La voz del concejo quieren, además, colgar en Internet gran parte de las entrevistas realizadas, con licencia libre, para que su vida continúe más allá del documental. «Es un mundo que resultará desconocido para muchos pero que es imprescindible para conocer nuestra cultura y la de casi todo el Norte peninsular (de hecho, también grabaron en Cantabria y Portugal, aunque la mayor concentración de concejos abiertos se da en León», definió Medarde, quien a lo largo del proceso de grabación se topó con momentos extraordinarios como «unos niños asistiendo, con los ojos muy abiertos, al concejo de San Pedro de Trones, o la última vecera que posiblemente exista, la de Salce, en Omaña».
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