La presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, entregando a Concha Casado la Medalla de Oro de la Provincia ante el vicepresidente Jaime González. ramiro |
e. gancedo | león 27/10/2012
Amigos, familiares, compañeros de fatigas y desvelos, los diputados al completo... en el salón de plenos del Palacio de los Guzmanes no cabía nadie más. Y en el ambiente se respiraba, ante todo, cariño, respeto y gratitud. Los que la protagonista del homenaje celebrado ayer, Concepción Casado Lobato, doña Concha, ha venido despertando a lo largo de su extensa trayectoria vital y profesional, ambas indisolublemente unidas. Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, le hacía entrega de la Medalla de Oro —la más alta distinción de la institución, concedida por unanimidad el pasado mes de julio—, a una veterana investigadora a la que no dudó en calificar de «la etnógrafa más importante que ha dado la provincia de León».
Carrasco trazó un pormenorizado recorrido por la labor investigadora, activista y divulgadora de Concha Casado después de exponer que, «en nombre de todos los municipios de León, aquí representados», le entregaba la medalla «por su contribución al estudio y divulgación del patrimonio, de la cultura tradicional y la etnografía de León, así como por su condición de pionera en el estudio de la comarca de la Cabrera». Pero tampoco olvidó la presidenta las numerosas acciones que la etnógrafa ha llevado a cabo en colaboración con la Diputación —la última, la donación de toda su biblioteca al Museo Etnográfico de León con sede en Mansilla de las Mulas—: «Es la expresión de nuestra más sincera gratitud por su gran generosidad con la Diputación al cedernos su rico legado bibliográfico, documental y fotográfico». «Pero ante todo, querida Concha —continuó Isabel Carrasco— reconocemos su extraordinaria valía, su grandísima talla personal y humana. La de una afable y entrañable leonesa que ha dedicado toda su vida a descubrir lo que hemos sido, somos y seremos como pueblo».
Mencionó la presidenta de la Diputación algunos de los hitos más señeros de la intensa carrera profesional de la homenajeada, entre ellos el haberse formado junto a Rafael Lapesa, Diego Angulo y Dámaso Alonso; la publicación de su ya célebre tesis sobre el cabreirés, variante del leonés; su elección como directora del Instituto de Filología Hispánica Miguel de Cervantes o el hecho de que fuera responsable de media docena de departamentos de investigación vinculados al CSIC. El ‘cénit’ de su labor en la capital de España fue la creación del prestigioso programa de investigación Fuentes de la Etnografía Española.
Los museos que fundó o revitalizó en la provincia, los enclaves de arquitectura tradicional y monásticos que indujo a rehabilitar o reactivar, los libros que escribió, las innumerables charlas y actividades culturales que ha promovido... «Toda una carrera que hoy ponemos en valor, no sólo por su tesón y pasión por la salvaguarda y difusión de la cultura tradicional leonesa, sino por su capacidad para generar saber, su deseo de compartir, difundir, defender y hacer vivir las señas de la identidad leonesa».
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