viernes, 17 de agosto de 2012

NOTICIA: «La industria resinera de Nogarejas competía con las de Segovia y Soria»

Un documental de Palmero y Casado desvela la tradición fabril del suroeste leonés.

diariodeleon.es
e. gancedo | león 17/08/2012
Tanto Jesús Palmero como Amando Casado —dúo leonés de fotógrafos y documentalistas— han quedado asombrados en el transcurso del último trabajo que han emprendido: a ambos les ha impresionado la magnitud de una industria que dio de comer a muchas familias en el suroeste leonés y cuya historia cuentan ahora en Del monte a la fábrica, un documental que desvela no sólo el importante pasado resinero de la localidad de Nogarejas y su entorno sino también la esperanzadora ‘resurrección’ que está experimentado esta fuente local de riqueza.
Una de las sesiones de grabación del documental
sobre los recursos del valle del Eria titulado 'Del monte a la fábrica'.
amando casado
«El trabajo en el que nos encontramos embarcados es un encargo del Centro de Interpretación de la Resina que se abrirá en Nogarejas y que mostrará todos los detalles de este patrimonio tan singular —comenta Palmero—. El centro seguirá los pasos de las varias factorías resineras que existieron en el pueblo, especialmente la última, llamada ‘la fábrica de arriba’, que se inauguró en los años veinte y permaneció abierta hasta los ochenta, cuando se cerró por falta de viabilidad». Palmero y Casado se encontraron con una industria que fue «única en la provincia de León», «de las más importantes de Castilla y León» y que «competía de tú a tú con las de Segovia y Soria», tradicionalmente dos de las más fuertes del centro peninsular. Pero en estos momentos la crisis económica obliga a agudizar el ingenio y a volver la vista a los recursos que sustentaron durante mucho tiempo a las generaciones anteriores; de esta manera, existe en la localidad leonesa una iniciativa para recuperar la actividad resinera: la junta vecinal del pueblo ha vuelto a poner en marcha, tal y como explica Jesús Palmero, este trabajo secular, potenciando la extracción de resina en los muy extensos pinares que rodean la villa ubicada a orillas del río Eria, rayana con Castrocontrigo.
«En los años cincuenta, prácticamente la totalidad del pueblo vivía de la explotación y procesamiento de la resina —relata—, de la que se sacaba aguarrás, colofonia, pez, etc.». Y así, el documental cuenta con una veintena de testimonios en los que vecinos del lugar recuerdan aquellos tiempos con nostalgia y algunos jóvenes emprendedores narran su voluntad de continuar con esos trabajos, ahora sólo extractivos, pues la resina se envía a factorías castellanas para su tratamiento.
Del monte a la fábrica también contará también cómo Nogarejas luchó a brazo partido por su patrimonio natural, pleiteando durante gran parte del siglo XIX con la Duquesa de Bracamonte, a quien pertenecían algunos de los montes cercanos, hasta que logró ganarlos para el común. «Precisamente ahora que se habla de acabar con las juntas vecinales es interesante mostrar el ejemplo histórico de este pueblo leonés y cómo batalla ahora por revitalizar un sector que puede seguir dando de comer, al menos, a las familias de las cuatro personas —alguno se han hecho con lotes de hasta 4.500 pinos— que hasta ahora se han mostrado interesadas en el producto de estos bosques».
Una industria «sostenible y ecológica» («¿quién dijo que con los tiempos que corren la alternativa rural no era una solución?», se pregunta), de la que hablará una película que podrá verse en el Centro de Interpretación de Nogarejas; en ella también aparecerá reflejado el trabajo de las mujeres («era el del acarreo, la labor más dura», anota Jesús Palmero), y cómo la resina se convirtió en una especie de ‘oro fluido’ para la comarca: «Nogarejas en concreto fue de los primeros pueblos en tener las calles asfaltadas, en acometer la traída de aguas y en disponer de desagües en condiciones —aporta el fotógrafo y videoartista afincado en San Román de la Vega—, pero hasta disponían de médico gratis y, cada cabeza de familia, de Seguridad Social por cuenta de la fábrica, y todo esto en plena posguerra».

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