La reforma de la iglesia de Sahelices del Payuelo
desvela unas pinturas bajomedievales de las que nada se sabía.
El rostro de San Cristóbal en una vista parcial de estas
pinturas que
probablemente daten del siglo XV. F. OTERO PERANDONES -
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Acumulan los templos leoneses tantas capas de tiempo
y materiales, han visto pasar tanto trasiego de siglos y gentes que no resulta
extraño comprobar cómo, de vez en cuando, al rasgarse uno de esos velos vean de
nuevo la luz del sol las huellas dejadas por los creadores del pasado. Algunas
de ellas tan espléndidas como las que brotaron hace dos semanas en la iglesia
de Sahelices del Payuelo: unas pinturas que según las primeras estimaciones
podrían datar de la época bajomedieval o del primer renacimiento.
El templo parroquial estaba siendo sometido a obras
de saneamiento y reparación de sus paredes interiores y, al retirar los
trabajadores los sucesivos mantos de cal y yeso de uno de los muros, comenzó a
aparecer toda una serie de coloristas restos «con aspecto de ser verdaderamente
antiguos», como avanzó al Diario Delia Fernández, restauradora enviada a esta
localidad por la Diócesis legionense en cuanto sus responsables tuvieron
noticia del hallazgo. Eso sí, las pinturas que iban saliendo al exterior se encontraban
en un estado de deterioro muy notable, por lo que los primeros trabajos de
descubrimiento y consolidación tuvieron que ser extremadamente cuidadosos para
evitar que los pigmentos se desprendieran de la pared de adobe sobre la que en
su día fueron aplicados.
En concreto, y tal y como detalló la restauradora,
las pinturas representan a San Cristóbal en su estampa habitual: «Con el Niño
Jesús al hombro, en una mano la bola del mundo y en la otra un bastón rematado
con motivos vegetales». A su lado figuran dos pescadores —uno de pie y el otro
sentado en una roca—, con las aguas del río cerca y lo que parece la evocación
de unas arquitecturas. «Las proporciones con las que está representado San
Cristóbal, como es costumbre, son gigantescas, y lleva además una capa roja con
mucho movimiento», continuó Delia Fernández.
A falta de un estudio completo y pormenorizado,
parece que en el pueblo nadie tenía constancia de la existencia de estos
restos, y eso que la iglesia de este pueblo del páramo de Payuelos posee una
gran riqueza artística, con nada menos que cuatro retablos que también están
pendientes de restauración.
En cuanto al trabajo realizado, esta especialista
explicó cómo ha procedido a la «consolidación de la capa pictórica superficial»
dada la extrema endeblez de la obra, y sobre la posibilidad de su traslado a un
museo o similar opinó que el lugar «más adecuado para su contemplación es sin
duda éste», aquel en el que fue hecha y para el que fue pensada. «Son muy
interesantes, muy dignas —reflexiona la restauradora—, y aunque no conocemos su
autoría, todas las obras artísticas son importantes por su condición de
documento, más aún en este caso teniendo en cuenta su antigüedad». Pero,
además, afirmó que este tipo de descubrimientos no son del todo extraños,
recordando los casos del inmediato Villacintor, de Laguna de Negrillos y de
Cebrones del Río.
‘Apariciones’ periódicas que no afectan solo a lo
pictórico: en el no lejano pueblo de Vallecillo emergieron de detrás de una
pared cuatro tallas góticas que habían sido emparedadas...
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