martes, 15 de marzo de 2016

NOTICIA: Y San Cristóbal abrió los ojos

La reforma de la iglesia de Sahelices del Payuelo desvela unas pinturas bajomedievales de las que nada se sabía.

El rostro de San Cristóbal en una vista parcial de estas pinturas que
 probablemente daten del siglo XV. F. OTERO PERANDONES -

E. GANCEDO | LEÓN
Acumulan los templos leoneses tantas capas de tiempo y materiales, han visto pasar tanto trasiego de siglos y gentes que no resulta extraño comprobar cómo, de vez en cuando, al rasgarse uno de esos velos vean de nuevo la luz del sol las huellas dejadas por los creadores del pasado. Algunas de ellas tan espléndidas como las que brotaron hace dos semanas en la iglesia de Sahelices del Payuelo: unas pinturas que según las primeras estimaciones podrían datar de la época bajomedieval o del primer renacimiento.

El templo parroquial estaba siendo sometido a obras de saneamiento y reparación de sus paredes interiores y, al retirar los trabajadores los sucesivos mantos de cal y yeso de uno de los muros, comenzó a aparecer toda una serie de coloristas restos «con aspecto de ser verdaderamente antiguos», como avanzó al Diario Delia Fernández, restauradora enviada a esta localidad por la Diócesis legionense en cuanto sus responsables tuvieron noticia del hallazgo. Eso sí, las pinturas que iban saliendo al exterior se encontraban en un estado de deterioro muy notable, por lo que los primeros trabajos de descubrimiento y consolidación tuvieron que ser extremadamente cuidadosos para evitar que los pigmentos se desprendieran de la pared de adobe sobre la que en su día fueron aplicados.

En concreto, y tal y como detalló la restauradora, las pinturas representan a San Cristóbal en su estampa habitual: «Con el Niño Jesús al hombro, en una mano la bola del mundo y en la otra un bastón rematado con motivos vegetales». A su lado figuran dos pescadores —uno de pie y el otro sentado en una roca—, con las aguas del río cerca y lo que parece la evocación de unas arquitecturas. «Las proporciones con las que está representado San Cristóbal, como es costumbre, son gigantescas, y lleva además una capa roja con mucho movimiento», continuó Delia Fernández.

A falta de un estudio completo y pormenorizado, parece que en el pueblo nadie tenía constancia de la existencia de estos restos, y eso que la iglesia de este pueblo del páramo de Payuelos posee una gran riqueza artística, con nada menos que cuatro retablos que también están pendientes de restauración.

En cuanto al trabajo realizado, esta especialista explicó cómo ha procedido a la «consolidación de la capa pictórica superficial» dada la extrema endeblez de la obra, y sobre la posibilidad de su traslado a un museo o similar opinó que el lugar «más adecuado para su contemplación es sin duda éste», aquel en el que fue hecha y para el que fue pensada. «Son muy interesantes, muy dignas —reflexiona la restauradora—, y aunque no conocemos su autoría, todas las obras artísticas son importantes por su condición de documento, más aún en este caso teniendo en cuenta su antigüedad». Pero, además, afirmó que este tipo de descubrimientos no son del todo extraños, recordando los casos del inmediato Villacintor, de Laguna de Negrillos y de Cebrones del Río.

‘Apariciones’ periódicas que no afectan solo a lo pictórico: en el no lejano pueblo de Vallecillo emergieron de detrás de una pared cuatro tallas góticas que habían sido emparedadas...

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