Una cosechadora y limpiadora (majadora en los años 60) fija a motor.
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El proceso de modernización de la
agricultura española en el periodo que siguió a la guerra civil estuvo
fuertemente limitado por la existencia de severas restricciones a la
importación de maquinaria. En este sentido, basta comparar los datos del censo
de maquinaria agrícola de 1932 con los de recuentos posteriores, como los
publicados por la Dirección General de Agricultura a partir del año 1955, para
llegar a esta conclusión. Ante las dificultades existentes para importar, la
procedencia de estos bienes fue prácticamente de exclusiva nacional.
Un impresinante tractor Lanz de aquellos tiempos con arranque manual…
buscando
la compresión y a tirón de volante.
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Los
cambios técnicos que tuvieron lugar en la agricultura española en las décadas
de 1940 y 1950, fueron posibles por la existencia en el país de una industria
capaz de proporcionar a los agricultores las máquinas que demandaban.
Y en esta nuestra querida provincia tan
olvidada de todas las manos existentes, aún fue peor, pero así y todo, el
ingenio y las ganas de prosperar hicieron que muchos agricultores se sumaran al
hierro y motores de fuerza para ir capeando el temporal; además no hay que
olvidar que en aquellos años, había que vender toda la cosecha al estado y a
unos precios, en algunos años, que tela marinera.
Publicidad de tractores Barreiros. |
La fabricación de maquinaria agrícola constituye uno de los sectores
peor conocidos de la industria española. Según el censo industrial de 1958, más
de mil seiscientos establecimientos y casi dieciocho mil quinientos
trabajadores pertenecían a este grupo de la clasificación nacional de
actividades económicas.La agricultura fue hasta la década
de 1960 el soporte principal
de la economía española, pero
actualmente emplea solo alrededor del 4 % de la población activa, por lo
que España, ya no es un país agrario.
Una vieja máquina para casi todo.
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Pero hay que volver a la chapa y el
acero, a los motores Piva y Campeón para
sacar el agua de los pozos y poder regar y producir más toneladas de cosechas
de todo tipo, hay que volver a los primeros tractores Ebro y Barreiros, a la segadora mecánica Bertolini y otras
marcas…que fueron retirando a los animales de tiro, así como ayudaron a los
buenos agricultores a trabajar menos y con más tierra cultivable.
Dos autenticas joyas de los años 60.
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Vamos a empezar con el que sería
la revolución agraria según algunos agricultores, el motor mecánico y bomba
para regar. Aquí además confluye que a partir de los años sesenta, teníamos fábrica,
la misma era Piva Motor. Un montón de modelos para cada característica de riego. Esta empresa leonesa comienza
con la fabricación casi artesanal de motobombas para la extracción y bombeo de
agua por parte del ingeniero alemán Heinz Pitschel, que llegó a León
como jefe de mecánicos de la Legión Cóndor.
Un motor para sacar agua y regar Piva,
la revolución.
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En 1956 Pitschel vende la empresa a
su actual propietario, Antonio
Vázquez, comenzando la producción de los triciclos con motores de poca
potencia que permite el traslado de pequeñas mercancías. (Cuando yo era pequeño
las hormigoneras de las obras tenían un motor de gasolina Campeón). Otra empresa puntera fue Motores
Campeón, S.L., lleva trabajando desde 1946. Su actividad fundamental es la
fabricación y distribución de motores y motobombas de gasolina de 2 y 4
tiempos, y en la actualidad a parte de fabricar bombas, también fabrican otros
productos para el sector de la jardinería y el campo en general.
Un motor para acoplar útiles |
Otra de las joyas fue la segadora
a motor…aquí se pasó de aquellas hoces, guadañas y segadoras de tiro animal, a
la mecanización. Fue inventada por Cyrus Hall McCormick (1809–1884) en 1831.
Este hombre, hizo uno de los inventos muy significativos para la prosperidad de
EE.UU. Al pasar un tiempo, él hizo una demostración de su cosechadora mecánica
en la Taverna Steele en Virginia. La cosechadora podía cortar 10 acres por día,
el equivalente al trabajo de cinco hombres. Más tarde proporcionó un curso de
auto-recolección que permitía que un hombre cortase 40 acres en un día. Él patentó
la cosechadora en 1834. Una de las marcas punteras es la Bertolini con su peine
para segar a todo trapo.
Y como colofón a este recuerdo a la revolución agraria, comentaremos sobre
los tractores que tanto ayudaron a trabajar manualmente menos en el campo. Unas
máquinas que algunos envidiaban; muchos vecinos no tenían acceso económico y
había que seguir trabajando con tiro de animales, o sea, a motor de cebada.
Para paliar el atraso de la agricultura española y mejorar la producción, el
Gobierno decide en 1952 convocar un concurso que “facilite el establecimiento
en España de fábricas de tractores”. Ese mismo año, Ford Motor Ibérica presenta
su solicitud y, en agosto de 1953, el Ministerio de Industria resuelve a favor
de esta empresa una de las concesiones.
El paisano sonriente con el tractor, y
los vecinos…
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Ford Motor Ibérica, es en esa época una
compañía muy asentada en el país. En un local de la zona franca, inicia el
ensamblaje de camionetas, automóviles Ford T y tractores Fordson. Gracias al
soporte técnico de Ford, y al amparo de las ventajas del decreto ley que
declaraba a la industria de tractores como de “interés nacional”, Motor Ibérica
estará en poco tiempo en condiciones de montar sus tractores. Así, en mayo de
1955, saldrá de la factoría de Barcelona la primera unidad producida por esta compañía.
Se trata de un tractor designado como modelo Ebro. Cuenta inicialmente con una
potencia de 38 CV y está fabricado a partir del modelo Fordson New Major que se produce en la factoría de Dogenham, y
que goza de gran éxito de ventas en el mercado europeo. Este tractor,
comúnmente designado como “Ebro 38”, se ofrecerá también en futuras versiones
con potencias de 42 y 44 CV.
Uno de los primeros tractores Ebro en
los años 50.
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Más adelante monta un novedoso motor de gran
prestigio con 4 cilindros y 3.6 litros de cilindrada, transmisión de 6/2
marchas y frenos de zapata. Y como no, hay que hacer una mención especial al
Tractor Barreiros, español cien por cien; salido de aquella fabrica de Madrid a
partir del año 1960. Todo un Hanomag Barreiros (1961-1963). La transformación
de motores de gasolina en diesel, le dio a Barreiros la fama y el dinero.
Comenzó con el EB-2, motor de dos cilindros para tractores, del que se
vendieron 480 unidades durante el primer año. Pero el éxito fue la fabricación
del motor EB-6 basado en la
evolución de motores Perkins. Y alguno de ustedes se acordara de arrancar
el tractor con aquel volante a mano buscando la compresión del motor, y al
toque seco arrancaba. De esta manera, y con mucho trabajo, imaginación y
empeño, se modernizó con buena maquinaria el campo español.
Dos jóvenes encima del tractor;
quitaba mucho trabajo.
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