MÚSICA TRADICIONAL El gaitero y acordeonista babiano Nemesio
Alonso ha recibido el reconocimiento del grupo Parva y Sosiega mediante la
publicación de un disco que recoge una selección de su amplio repertorio de
música tradicional.
El gaitero y acordeonista de Torrestío, Nemesio Alonso, ha sido objeto de un homenaje con la edición de un disco compacto titulado "Cuaderno para Nemesio". RICARDO PUEENTE |
Joaquín Revuelta |
07/01/2016
'Cuaderno para Nemesio' es
el título de un disco de música tradicional leonesa que pretende rendir tributo
al gaitero y acordeonista babiano Nemesio Alonso, que acaba de cumplir
noventa años y cuyas aptitudes impulsaron al grupo Parva y Sosiega a
recopilar de forma especial su repertorio y a patrocinar su divulgación. En
este sentido, acudiendo a fondos propios que el grupo obtiene con sus
actuaciones, y sin ningún otro apoyo externo, Parva y Sosiega, bajo la
coordinación de dos de sus componentes, Marisol Alija y David A.
Cárcamo, se embarcó en el proyecto de publicar un disco que dejara memoria del
repertorio del músico de Torrestío.
Ricardo Puente destaca en un
amplio comentario publicado en la carpetilla del disco la importante
contribución en la parte técnica de Música con Tsume, colectivo cuyo objetivo es
la promoción del folclore, muy especialmente del leonés, que cuenta en su haber
con varias publicaciones discográficas. Sus componentes, especialmente Rodrigo
Martínez y Diego Gutiérrez, del grupo Tarna, brindaron
asesoramiento a este proyecto y se responsabilizaron de la toma de sonido y
control de su procesamiento y mezcla. Aunque se utilizaron medios más modernos
que la consabida grabadora de mano, recuerda Puente, la publicación sonora que
aquí se presenta tiene más de trabajo de campo que de estudio. Se le pidió al
músico que acudiera a sus recuerdos e interpretara los temas del mismo modo que
en otro tiempo lo hacía para amenizar el baile festivo.
Para Nemesio Alonso, se
encarga de subrayar Puente en su escrito, la presente grabación adolece de dos
deficiencias, de las que el músico babiano quiere dejar constancia, ambas fruto
del paso del tiempo. La primera son sus propias habilidades, que considera
mermadas con los años, 88 en el momento del registro. La segunda es la ausencia
de los músicos con los que actuaba y, sobre ese particular, recuerda
especialmente a su hermano, que tocaba el bombo con un platillo superior. Se ha
intentado paliar esta última carencia en algunos temas incluyendo
acompañamiento de caja, pandereta o pandero por parte de miembros de Parva y
Sosiega.
El resultado, a juicio de Puente, es «una grabación irrepetible, un documento histórico que acerca a un modo olvidado de entender la música», que ya puede adquirirse en la librerías.
El resultado, a juicio de Puente, es «una grabación irrepetible, un documento histórico que acerca a un modo olvidado de entender la música», que ya puede adquirirse en la librerías.
Portada del disco homenaje al gaitero y acordeonista babiano Nemesio Alonso. |
Nemesio, el intérprete
La mayor parte de la vida de
Nemesio Alonso ha transcurrido en el entorno duro y hermoso de la Babia
leonesa, en una época, señala Puente, en la que las comodidades actuales ni
siquiera se podían soñar. Su padre era natural de La Majúa, pero Nemesio
vio la luz en 1924 en Torrestío, el pueblo de su madre, y allí ha tenido
lugar la parte fundamental de su vida. En aquel valle, encajonado entre altas
montañas, se casó, tuvo tres hijos, y trabajó en diversas actividades, como
panadero y transportista.
Para Nemesio la música fue siempre una afición desinteresada, buscando sólo el placer de alegrar espíritus y animar bailes. Autodidacta, no tuvo otro maestro que la observación e imitación de los músicos con los que fue encontrándose a lo largo de su vida. Así aprendió a tocar la gaita de fuelle, el instrumento que mejor dominaba y con el que se siente más cómodo. Le solía acompañar al bombo su hermano y, durante años, entre ambos proporcionaban uno de los pocos entretenimientos al alcance de los habitantes de su pueblo. Más tarde se iniciaría en el acordeón.
Nemesio Alonso no tuvo otro maestro que la observación e imitación de otros músicos En el momento de publicarse esta grabación, Nemesio Alonso ya ha cumplido noventa años y goza de un estado físico e intelectual admirable. Ahora vive lejos de su pueblo, en la ciudad de León, pero ha mantenido viva en su recuerdo la música de su juventud. Nunca perdió la afición y, hasta muy pasados los 85 años, tocaba con soltura sorprendente el acordeón y la gaita. Aún hoy, destaca Puente, no deja de practicar alrededor de una hora diaria con su acordeón.
A pesar de su indudable valor, Nemesio Alonso es un personaje prácticamente desconocido, no ya por el público en general, sino por los especialistas en músicas tradicionales. Solo en los últimos tiempos ha empezado a ser reconocido desde algunos medios de comunicación.
Para Nemesio la música fue siempre una afición desinteresada, buscando sólo el placer de alegrar espíritus y animar bailes. Autodidacta, no tuvo otro maestro que la observación e imitación de los músicos con los que fue encontrándose a lo largo de su vida. Así aprendió a tocar la gaita de fuelle, el instrumento que mejor dominaba y con el que se siente más cómodo. Le solía acompañar al bombo su hermano y, durante años, entre ambos proporcionaban uno de los pocos entretenimientos al alcance de los habitantes de su pueblo. Más tarde se iniciaría en el acordeón.
Nemesio Alonso no tuvo otro maestro que la observación e imitación de otros músicos En el momento de publicarse esta grabación, Nemesio Alonso ya ha cumplido noventa años y goza de un estado físico e intelectual admirable. Ahora vive lejos de su pueblo, en la ciudad de León, pero ha mantenido viva en su recuerdo la música de su juventud. Nunca perdió la afición y, hasta muy pasados los 85 años, tocaba con soltura sorprendente el acordeón y la gaita. Aún hoy, destaca Puente, no deja de practicar alrededor de una hora diaria con su acordeón.
A pesar de su indudable valor, Nemesio Alonso es un personaje prácticamente desconocido, no ya por el público en general, sino por los especialistas en músicas tradicionales. Solo en los últimos tiempos ha empezado a ser reconocido desde algunos medios de comunicación.
El repertorio
El repertorio de Nemesio Alonso
es un magnífico ejemplo de intercambio cultural entre zonas limítrofes.
Torrestío se emplaza en la frontera entre León y Asturias y cuenta con una
parte de población vaquera que inverna en las inmediaciones de Oviedo. Ambos
factores han influido en la variedad y diversidad del origen de las tonadas,
sugiere el autor del texto.
El repertorio es un magnífico ejemplo de intercambio cultural entre zonas limítrofes Todos los temas que se recogen en el disco ‘Cuaderno para Nemesio’ son tradicionales, a excepción de tres de ellos que son originales de Nemesio Alonso. Destaca el baile chano, el más emblemático del noroeste leonés, cuya forma canónica de interpretarlo era acompañando, con panderos cuadrados o grandes panderetas, añejas melodías vocales. A principios del siglo pasado el acordeón y la gaita de fole desplazaron los antiguos modos de interpretar este género propio de las comarcas de Omaña, Luna, Laciana, Babia y zonas colindantes. Musicalmente es similar a la jota y es tenido por muchos musicólogos como un posible antecedente de la misma.
Las jotas en la Babia Baja y Luna destacan por tener cuatro y hasta cinco partes distintas en su evolución, y así queda reflejado en las diversas jotas babianas y montañesas que se ofrecen en este álbum.
La rumba, de aparición más tardía, está presente en los cortes 13 y 21 del disco, en el primer caso a través de la adaptación de un saltón o ligero asturiano: el celebérrimo Xiringüelo, y en el segundo teniendo su origen en un pasacalles o una alborada.
En el apartado de valses también se encuentra la adaptación de tonadas popularizadas tardíamente, como ‘En Oviedo no me caso’, ‘Manolo mío’, ‘El borracho que está en la taberna’ o el cuplé de ‘La Basilisa’ que, recuerda Puente, tanto al son de la pandereta como con acompañamiento de instrumentos de viento, sirvieron de fondo sonoro para este género fuertemente enraizado en las comarcas del noroeste de la provincia de León.
Finalmente cabe mencionar la doble versión de gaita y acordeón del baile ‘Los pollos’, que en realidad corresponde a otro baile de la zona prácticamente perdido. El que aquí se ofrece viene a ser una jota bailada en corro, en fila de a uno, y consiste en realizar el paso jotesco conocido en la Montaña como los puntos con los bailadores que tiene uno a cada lado. Se practicó tanto en Laciana y Omaña como en Babia.
El repertorio es un magnífico ejemplo de intercambio cultural entre zonas limítrofes Todos los temas que se recogen en el disco ‘Cuaderno para Nemesio’ son tradicionales, a excepción de tres de ellos que son originales de Nemesio Alonso. Destaca el baile chano, el más emblemático del noroeste leonés, cuya forma canónica de interpretarlo era acompañando, con panderos cuadrados o grandes panderetas, añejas melodías vocales. A principios del siglo pasado el acordeón y la gaita de fole desplazaron los antiguos modos de interpretar este género propio de las comarcas de Omaña, Luna, Laciana, Babia y zonas colindantes. Musicalmente es similar a la jota y es tenido por muchos musicólogos como un posible antecedente de la misma.
Las jotas en la Babia Baja y Luna destacan por tener cuatro y hasta cinco partes distintas en su evolución, y así queda reflejado en las diversas jotas babianas y montañesas que se ofrecen en este álbum.
La rumba, de aparición más tardía, está presente en los cortes 13 y 21 del disco, en el primer caso a través de la adaptación de un saltón o ligero asturiano: el celebérrimo Xiringüelo, y en el segundo teniendo su origen en un pasacalles o una alborada.
En el apartado de valses también se encuentra la adaptación de tonadas popularizadas tardíamente, como ‘En Oviedo no me caso’, ‘Manolo mío’, ‘El borracho que está en la taberna’ o el cuplé de ‘La Basilisa’ que, recuerda Puente, tanto al son de la pandereta como con acompañamiento de instrumentos de viento, sirvieron de fondo sonoro para este género fuertemente enraizado en las comarcas del noroeste de la provincia de León.
Finalmente cabe mencionar la doble versión de gaita y acordeón del baile ‘Los pollos’, que en realidad corresponde a otro baile de la zona prácticamente perdido. El que aquí se ofrece viene a ser una jota bailada en corro, en fila de a uno, y consiste en realizar el paso jotesco conocido en la Montaña como los puntos con los bailadores que tiene uno a cada lado. Se practicó tanto en Laciana y Omaña como en Babia.
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