El Centre Excursionista de Catalunya, una entidad de gran implantación en aquella tierra, fundada en 1876, descubre en su ingente archivo fotográfico una serie de excepcionales imágenes del valle de Valdeón en los años treinta, obra de Albert Oliveras.
Corro de lucha leonesa en Valdeón en el año 1939, una de las fotografías tomadas en el valle por Albert Oliveras i Folch. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL CENTRE EXCURSIONISTA DE CATALUNYA - |
E. GANCEDO | LEÓN
«Mira, això és la lluita lleonesa» («mira, eso es la lucha leonesa»), pudo decir a sus compañeros, quizá, el empresario, montañero y fotógrafo catalán Albert Oliveras i Folch en una soleada jornada del año 1939, durante la expedición que había emprendido a través de los paisajes, las cumbres y las costumbres de Picos de Europa. Un periplo durante el cual tomó numerosas imágenes entre las que destacan algunas muy bellas —y de gran valor etnográfico—, del valle de Valdeón: le debió llamar poderosamente la atención, en especial, los corros de aluches, deporte autóctono del que dejó estampas tan icónicas y espectaculares como la que encabeza esta página. Unas escenas inéditas en el viejo reino dado que las atesora el Archivo Fotográfico del Centre Excursionista de Catalunya, veterana entidad, de enorme arraigo y presencia pública allá, fundada en 1876. Surgió —de forma pionera en España— a imagen y semejanza de otras asociaciones europeas que promovían una nueva relación con el paisaje, vivida y paseada, y su fondo asciende a 750.000 imágenes, uno de los más importantes del país. Ahora una parte de ellas, del orden de 125.000, puede consultarse on line a través del gran repositorio Memoria Digital de Catalunya, de ahí que acaben de salir a la luz algunas de estas antiguas fotos valdeonesas junto a otras de Riaño, la capital y otros espacios leoneses. Todas de relevancia para instituciones y sociedad en general, máxime en una tierra cuyas labores de recogida, análisis y difusión de imágenes relacionadas con su patrimonio histórico se encuentran a años luz de lo practicado en Cataluña —las fotos históricas de lucha leonesa, por ejemplo, no son en modo alguno frecuentes ni están bien estudiadas—.
«Aunque nacido en Montevideo en 1899, Albert Oliveras era un ejemplo perfecto de esa burguesía catalana acomodada, culta, amante de los viajes y con posibilidad de hacerlos —explica, desde el Centre Excursionista, el responsable de su archivo fotográfico, Berenguer Vidal—. Era técnico textil y también se dedicó al comercio, pero sus grandes pasiones eran la escalada y la fotografía. Fue socio del CEC desde 1923 y su fondo de imágenes aquí depositado, de casi 80.000 negativos, contiene imágenes de ascensiones y grandes travesías por los Pirineos y los Alpes, entre muchos otros lugares». De su periplo por Picos de Europa se sabe poco, aunque puede deducirse que fue amplio, dado que en la misma serie aparecen fotos de Espinama (Cantabria) y Poncebos (Asturias).
La iglesia de Santa Eulalia con madreñas en el atrio, rincones del río Cares, hórreos, la antigua Posada Pasiego, retratos de paisanos con sus carros, aperos e indumentarias, vistas de Caín, el puerto del Pontón o Riaño con una casa de horcón en primer término, techada de cuelmos de paja, y especialmente escenas de alta montaña (el macizo del Friero, la torre Llambrión, el Collado Jermoso, alpinistas ascendiendo con ayuda de caballerías y guías locales...) conforman buena parte de los temas de esta sugestiva serie.
«Si bien, en origen, la premisa geográfica principal del CEC era Cataluña, los intereses geográficos de sus socios han venido siendo mucho más amplios, y por eso contamos con conjuntos muy importantes de fotos de toda España, Europa y el mundo en general», advierte Berenguer Vidal desde un archivo que ha cedido algunas de sus imágenes leonesas para este reportaje.
«La diversidad de autores, más de 150, aporta un amplio abanico temático: montaña, excursionismo, reproducción del patrimonio artístico, arquitectura, deporte, ingeniería, etnografía, vida cotidiana y vida política y social», prosigue, recordando que fue Geroni Martorell quien, en 1909, «impulsó la creación de un gran archivo visual con el objetivo de inventariar el patrimonio artístico-cultural de Cataluña». Así, desde el último cuarto del siglo XIX, «la fotografía ha estado presente en el CEC como instrumento de difusión de conocimiento, tanto con imágenes preparadas para ser proyectadas para ilustrar conferencias como para ilustrar gráficamente el boletín de la entidad», prosigue.
Otro rasgo distintivo de la labor del centro es su exhaustiva, caso exquisita labor de documentación de cada imagen. En la que aquí reproducimos en mayor tamaño se lee, junto a otros detalles técnicos del negativo: «Rotllana de públic en un camp al fons d’una vall mirant una competició de lluita lleonesa (la denominación catalana es casi coincidente con la del leonés occidental) o ‘aluches’, amb un arbre en primer terme», o sea, «corro de público en un campo al fondo de un valle mirando una competición de lucha leonesa, con un árbol en primer término».
De arriba abajo, aluches en Posada, dos tiendas junto al refugio de Collado Jermoso, espectadores de un corro de lucha y casas de Riaño (una, techada de cuelmos). ARCHIVO FOTOGRÁFICO DEL CENTRE EXCURSIONISTA DE CATALUNYA
No hay comentarios:
Publicar un comentario