El desfile de antruejos tradicionales reúne a unos 150 participantes que dan vida a personajes ancestrales.- bruno moreno |
a.g. valencia | alija 13/07/2014
El Jurru estuvo ayer bien acompañado y demostró que a sus tenazas no le importan ni el frío ni el calor. El protagonista del rito alixano, junto a los castrones, hizo de anfitrión para los grupos de León y Zamora que participaron en el segundo desfile de antruejos tradicionales que organiza la localidad. Sin temblar los personajes ancestrales tomaron las calles del pueblo dejando claro porque estas tradiciones han pasado de generación en generación perdurando durante siglos.
El bien y el mal, el fuego y las gigantes tenazas volvieron a asustar a los vecinos, que salieron a lo largo del recorrido, igual que lo hacen cada carnaval antes de que los jurrus llegados del averno sean reducidos por los castrones con la ayuda de los dioses y terminen encerrados en el castillo. Estas figuras de la cultura popular compartieron protagonismo con otros personajes de referencia de los antruejos leoneses, como son los toros y guirrios de Velilla de la Reina, que llegaron acompañados por el resto de personajes que conforman este rito —uno de los más antiguos— que recoge el valor de lo primitivo, el culto a los animales, la caza o la fertilidad de la tierra y de la mujer.
Las calles de Alija del Infantado se llenaron de colorido con las máscaras de los guirrios y presumieron del blanco de los trajes de los jurrus, además se abrieron de par en par para acoger a los cuatro grupos de la provincia vecina de Zamora que no quisieron perderse este evento que sumó cerca de 150 participantes. No faltó el Atenazador de San Vicente de la Cabeza, ni los Carochos de Riofrío de Aliste tampoco la Vaca Bayona de Almeida de Sayago ni la Filandorra de Ferreras de Arriba.
Estas manifestaciones nada tienen que ver con el carnaval actual, no hay disfraces de policías ni ladrones, tampoco payasos o princesas, son personajes ancestrales recubiertos de leyendas y ritos, que atesoran el valor de lo arcaico y de las costumbres o creencias que existían en cada zona.
El segundo desfile de antruejos que organizó la localidad, que está inmersa en la celebración de la fiesta sacramental, aumentó el número de grupos que asistieron respecto a la pasada edición y logró reunir una muestra significativa de los participantes más representativos de la Mascarada Ibérica que cada mes de mayo se celebra en Lisboa.
«El objetivo es que la cita de Alija siga ganando en participación y tenga continuidad», explicó el teniente alcalde, Victoriano Villar, y así la localidad, con el jurru por bandera, sea un escaparate de estas manifestaciones ancestrales, «sobre todo las del Viejo Reino, centradas especialmente en León y Zamora, aunque también del resto de la península y fundamentalmente del Noroeste», aseguró.
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