Las ovejas toman Madrid Foto y vídeo: EFE |
ANA CARO. MADRID
1.300 ovejas merinas y 70 cabras retintas recorrieron las calles de la capital
El Ayuntamiento prevé contar en primavera con su propio rebaño en la Casa de Campo
Este domingo el tráfico cedió las calles de Madrid a unos pacíficos visitantes que, con cierta timidez, cambiaron el habitual trasiego de cláxones y frenazos por un agradable susurro de balidos y tañer de cencerros. En calidad de embajadoras del mundo rural, 1.300 ovejas merinas y 60 cabras retintas provenientes de puertos leoneses fueron pastoreadas por el centro de la capital, convirtiendo por un día el recorrido de la Casa de Campo a la Plaza de Cibeles en una suerte de cañada cosmopolita.
Con la intención de reivindicar la importancia de las vías pecuarias los animales pasearon por la calle Mayor, la Puerta del Sol y la Calle Alcalá, para regocijo de los más pequeños. Estrella y Antonio, mellizos de seis años, observaban este acto primitivo convertido en desfile a la altura del Banco de España, dudando entre acariciar a los borregos o refugiarse de improbables mordiscos repentinos.
"Yo solo había visto ovejas una vez antes pero aquí en la calle nunca", explicaba Estrella, con los ojos muy abiertos. Mientras, Clara preguntaba a su madre: "¿Es verdad que mi jersey está hecho de ellas?". "¿Qué hacen aquí, papá?", "¿Oye, nos podemos llevar una?", son algunas de las preguntas que más se escucharon durante la mañana, en la que los niños compartieron protagonismo con los esperados invitados ovinos.
De reivindicación a tradición
Los pastores y el gran rebaño salieron de la Casa de Campo a las 10.30 de la mañana y no llegaron al Ayuntamiento de la capital hasta pasadas las 12.30. Distintos grupos de asociaciones a favor de la trashumancia les acompañaron durante el recorrido, aportando la nota musical a la procesión. "Venimos de Cantabria y es un placer participar en esta fiesta. Venimos desde hace 15 años y celebramos el paso de las ovejas trashumantes por Madrid en su camino desde León hasta Extremadura", relataban las voluntarias mientras se recolocaban los mantones de sus vestidos regionales después de la caminata.
Lo que comenzó en 1994 siendo una iniciativa de la Asociación de Trashumancia y Naturaleza para exigir una Ley de Vías Pecuarias se ha convertido ya en una cita tradicional y simbólica del otoño madrileño. Sara, educadora ambiental en la Sierra de Guadarrama y encargada de Fiera, uno de los mastines que controlaban el ganado, conminaba a recordar el espíritu real de la celebración en su XXIII edición.
Un rebaño en la Casa de Campo
"Hay que concienciar a la gente, hay que recuperar las cañadas, la trashumancia es importante", aseguraba, mientras vigilaba que los niños no se acercaran demasiado a las ovejas y compartía un bocata de chorizo con el perro pastor. "Hay tramos en los que se agobian, pero por la gente, tenemos que tener cuidado porque la mayoría están preñadas", explicaba, sin parar de mirar de un lado a otro.
Antes de emprender el camino de vuelta a la Casa de Campo, desde donde saldrán el próximo lunes hacia el Parque de Monfragüe, en Cáceres, tuvo un lugar un emotivo homenaje a la forma de vida de los ganaderos trashumantes. El mayoral y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena realizaron la transacción de 50 maravedíes al millar estipulados desde 1418. Además, la alcaldesa confirmó que en 2018, año en que se celebra el 600 aniversario de la Mesta, el Ayuntamiento contará con su propio rebaño de 700 ovejas en la Casa de Campo.
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