Donación: Junta Vecinal de Quintana de Fuseros
Investigador: D. David Gustavo López García
Investigador de las Tradiciones y del Patrimonio Cultural de la provincia de León.
Domingo, 11 de junio de 2017. 18:30 h.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita
El Museo Etnográfico
Provincial de León perteneciente a la Diputación de León, en su programa de
Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de junio la disertación
sobre dos nuevas piezas incorporadas mediante donación a la colección de la
Diputación de León.
Estos objetos,
relacionados con una más que insólita parcela oferente y devocional de la
religiosidad popular, son dos "mortajas" (femenina y masculina) que
forman parte de la "Procesión de los Amortajados" o "de las
mortajas", en forma de simples hábitos vestidos por sus oferentes devotos
en la Fiesta de la Cruz (3 de mayo) en el pueblo berciano de Quintana de
Fuseros (ayuntamiento de Igueña), quien mediante la Junta Vecinal ha efectuado
la donación.
Será D. David Gustavo López García,
Investigador de las Tradiciones y del Patrimonio Cultural de la provincia de
León, quien además de facilitar su donación nos acerque a una de las fiestas
populares con más arraigo dentro de la religiosidad popular como es la Fiesta
de la Cruz de Mayo, así como a esta tradición no única pero sí extraña por la
mezcla de ofrecidos por promesa, devoción y rogativa, bien votiva u oferente,
fusión antonímica entre lo festivo patronal con lo intimista, personal y
familiar-grupal, en donde "los ofrecidos", mujeres y hombres que
cumplen su promesa de asistir, vestidos con lo que hubiera sido su mortaja, a
los actos en honor del Cristo de la Cabaña, para mostrar, tanto a la Virgen del
Rosario como al Cristo aludido, su devoción en la creencia de su salvación del
peligro personal expuesto o la sanación de la enfermedad padecida.
La “Procesión de los
Amortajados” o “de las mortajas” como acto religioso popular estuvo auspiciado
por la extinta Cofradía de Ánimas, con referencias al menos desde el siglo
XVIII en el Catastro de Ensenada, y hoy desaparecida sin voluntad popular de
recuperación como entidad, si bien mantenida la acción por voluntad propia de
sus devotos así como por el apoyo y organización por parte de la Junta Vecinal,
en mantener esta tradición.
Es por ello que su base
social y estructural parece al menos garantizada en su conservación, a lo que
hay que sumar la más que loable voluntad popular de permanecer apegada a la
tradición y no al mercantilismo turístico, y con ello no efectuar variaciones
de fechas, diarios y horarios en la fórmula y los actos asociados, si bien como
en todas las tradiciones no permanece inmutable y elementos de tipo festivo más
de raigambre patronal que se han ido introduciendo en los últimos años, como es
la presencia en el cortejo de músicas festivas (dicho esto por la introducción
de las gaitas y tamboril conviviendo con los devotos cánticos marianos) y lo
diferente del ambiente de estremecimiento que no de solemnidad de otras épocas.
La acción se desarrolla
en varias fases y espacios sociales y religiosos. Lo primero la reunión para
vestirse se produce en la Iglesia parroquial, donde se mezclan devotos y
ofertores con las imágenes de la Virgen del Rosario entronizada y de los
distintos santos de retablo y capillas. Una vez iniciado el acto religioso por
el párroco la comitiva parte presidida por una cruz procesional tras la que se
sitúa la imágen de la Virgen del Rosario portada en andas por manos femeninas
de forma rotativa, en un trayecto que se dirige hasta la Ermita del Santo
Cristo de la Cabaña donde se oficia misa y posteriormente se incorpora la
imagen del Cristo crucificado (con el sudario y crespones morados pendiendo de
sus brazos y cintura) antecediendo a la Virgen y portado éste por hombres,
devotos y ofertores, en una solemne procesión que recorre las calles en animado
cantoral y música de gaitas, para regreso y entrada a golpe de campana en la
Iglesia Parroquial, donde permanecerá el Cristo hasta San Isidro (15 de Mayo)
cuando volverá en rogativa a la Ermita titular.
Los oferentes visten sus
hábitos por encima de la ropa personal y festiva. El atuendo de los amortajados
masculinos viste de sencillas camisolas en forma de hábitos en gran parte
blancos, azules y morados, en simples diseños lisos, mientras que en las amortajadas
sus camisolas o embatados son de colores rosas, azules o blancos, si bien en éstas
además de los diseños lisos aparecen también los estampados y algún ceñidor
(normalmente de la misma tela o cordón a la cintura). En muchas ocasiones las
mujeres completan su hábito cubriendo la cabeza bien con pañuelos lisos iguales
a la camisola o bien estampados. Todo ello hace que en la denominada mortaja
normalmente se utilizen adecuaciones comercializadas de simples camisones,
camisolas o batas lisas de tipo estival, más que las confeccionadas
personalmente con sencillas telas vaporosas (que resultan asequibles
económicamente y no complicadas en su elaboración técnica).
Finalmente ambos sexos
portan velas encendidas durante la procesión.
En la provincia de León
existieron otras procesiones parecidas a la realizada en Quintana de Fuseros,
pero de ellas solo quedan recuerdos, como la de Nuestra Señora de la
Garandilla (Valdesamario) y de la Virgen
de la Carballeda (Val de San Lorenzo), en sus respectivas fiestas. Si bien
fuera de nuestra provincia, pero en lugares tan unidos como Galicia o Zamora,
también existen procesiones de amortajados. En las primeras predomina un aire
más festivo, con bulliciosas romerías como los ofrecidos al Nazareno de La
Puebla de Caramiñal (La Coruña), y de “los ataúdes”, en Santa Marta de
Ribarteme (Pontevedra), donde los ofrecidos son portados dentro de los ataúdes
que hubieran servido para su entierro en caso de fallecimiento. Mientras que en
Castilla y León, en Zamora contamos con la procesión del Santo Entierro que el
día de Viernes Santo se celebra en Bercianos de Aliste (Zamora), aunque
diferente con respecto a la berciana de Quintana, pues en ésta las mortajas
blancas vestidas por los cofrades alistanos no resultan un ofrecimiento por
ningún presunto milagro o sanación, sino un recordatorio de la finitud humana
al vestir el sudario que llevarán en su propio funeral. Ritual similar al de
Aliste se repite en Manganeses de la Lampreana (Zamora), también en Viernes
Santo.
Así pues en el Museo Etnográfico Provincial, este domingo no
solo se revivirá un aspecto prácticamente desconocido de la Tradición Cultural
Material e Intangible de la religiosidad popular berciana, sino que contaremos
también con sus protagonistas y los objetos, pues nos acompañará un grupo del
pueblo de Quintana de Fuseros que nos introducirá en persona su forma actual de
entender este rito, que además ha sido documentado en soporte gráfico, sonoro y
visual por parte del Museo, tanto para su conservación como para su
interpretación y su reversión a la comunidad que lo representa. Es por lo tanto
una ocasión especial para homenajear a un territorio y sus gentes, por su
voluntad de conservación de expresiones irrepetibles e irremplazables de las
tradiciones.
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