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Miguel Ángel Cordero López
9/04/2016
En la jornada del viernes día 8 de abril, llegaba ante mí la
triste noticia del fallecimiento de Severino Prieto (Q.E.P.D.). He de decir que
me conmocionó y mucho, dada la amistad que me unía a él y su esposa Victorina.
En estas cortas líneas quiero expresar mi dolor por esa
pérdida, máxime porque se trataba de un Artesano de los buenos, ¡el mejor! Las
Artesanías Tradicionales de nuestra provincia, pierden mucho, puesto que su
manera de trabajar, su ímpetu, amor y pasión por todo lo que con sus manos creaba,
vamos a dejar de verlo. Nos queda el recuerdo, y en mi caso, muchos de ellos,
tanto en la Feria Artesanal de Val de San Lorenzo como la de Lorenzana.
Dialogué mucho, me contó muchos pasajes de su vida, pero
ante todo, lo más importante era observarlo cómo con sus manos iba trenzando,
iba cosiendo y realizando una pieza de cestería con una perfección absoluta.
Recuerdo que me mostraba varias, unas realizadas por él y otras por otros
artesanos y me hacía ver el cosido de todas ellas, explicándome como se debía
realizar el trabajo.
Su casa, era todo un Museo de Artesanía Viva. El estanque
con vigas de madera sumergidas, humedeciendo para conservar mejor y realizar
posteriormente magníficos trabajos en madera. Su huerto, toda una colección de
especies para trabajar la cestería. Severino, cuando te mostraba todo ello, era
feliz, lo vivía, porque como he expresado anteriormente, su trabajo lo vivía
con pasión.
Siempre dispuesto a realizar demostraciones de su trabajo,
siempre altruistamente, sin recibir nada a cambio. Eso sí, el cariño y la
amistad de sus amigos.
Como amigo quiero expresar a su esposa Victorina, mi dolor y
mi tristeza. Pedirle disculpas a ella y sus hijos por esta carta tan simple que
debería exponer más sobre los valores de Severino. Estoy muy emocionado y he
querido en pocas líneas expresar mi reconocimiento y cómo no, mi gratitud.
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