El berciano José Pérez Puerto rinde tributo a un arte milenario en la muestra ‘Artesanía: tierra de nadie’, que se expone hasta el 21 de abril en el Consistorio de San Marcelo
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José Pérez Puerto flanqueado por sus dos hijas, Andrea y Marta, que han seguido el oficio del padre. | DANIEL MARTÍN |
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Joaquín Revuelta | 24/03/2015
Arte y artesanía confluyen poderosa y armónicamente en la exposición ‘Artesanía : tierra de nadie’, del artista y artesano berciano José Pérez Puerto, que desde el pasado día 17 y hasta el 21 de abril puede contemplarse en la sala de exposiciones del Consistorio de San Marcelo, una muestra que sintetiza las más de tres décadas de trayectoria profesional de este trabajador de la madera que llegó acompañado de sus dos hijas, Andrea y Marta, que se han iniciado en el oficio de su padre y le han ayudado en la elaboración de algunas de sus obras, como ‘Raíces’, una espectacular pieza alegórica elaborada con madera de cedro y que, en opinión del autor, "simboliza la supervivencia" ejemplificada en una gran variedad de figuras, como unas manos que se estrechan, un reloj que marca el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, o diversas efigies de animales que van desde un león hasta un delfín o un elefante. Llama la atención las manos que se encuentran en la base de la pieza y que según Pérez Puerto están intentando meter la raíz otra vez en la tierra. "La gente lo ve y me dice que están tirando para arriba, pero es que no saben que la raíz está al revés", señala este artista que invirtió casi cuatro años, "a ratos", en la elaboración de esta compleja y barroca pieza que es la estrella de una muestra pequeña pero muy representativa de los 35 años que José Pérez Puerto lleva en el oficio, los doce últimos también dedicados al arte de enseñar. "Esta exposición pretende ser un pequeño homenaje a todos los artesanos, por eso la he llamado ‘Artesanía: tierra de nadie’, que es también consecuencia de la gran variedad de procesos que se puede utilizar en la madera".
El artista de Cabañas Raras reconoce que su primer contacto con el noble arte de la ebanistería tuvo lugar en el colegio, a través de los trabajos de manualidades con las sierras de marquetería que le mandaban realizar en las aulas. "Una cosa llevó a la otra. De hecho yo estudié metal, que también me sirvió de mucho porque para los trabajos que hago es necesario fabricar tus propias herramientas", reconoce el autor, que se ha traído hasta San Marcelo piezas que suponen un homenaje a su tierra del Bierzo, como las que ilustran lugares emblemáticos como Las Médulas, el castillo de los Templarios o la plaza de Lazúrtegui, o en el caso de León la Catedral. No obstante, José Pérez reconoce que la pieza estelar es ‘la raíz’, donde simboliza la lucha diaria por la supervivencia.
La elección de la materia prima es importante "porque hay maderas que se trabajan mejor que otras, pero dependiendo del trabajo que hagas estás obligado a combinarlas para buscar una combinación de colores o de texturas", asegura el artista berciano, para quien la mejor madera que hay es el castaño, aunque reconoce que existen otras maderas con las que se trabaja muy bien, como pueden ser el nogal o el cerezo, "pero un trozo de pino, dependiendo del tipo de pino que sea, puede resultar tan valioso como un trozo de nogal", asegura.
En los últimos años José Pérez Puerto se ha centrado más en el tema de la enseñanza, que desarrolla en una nave familiar en Cabañas Raras. En esa labor docente las primeras y más brillantes alumnas han sido sus hijas Andrea y Marta, que han querido acompañar a su padre en la inauguración de la exposición el pasado martes 17 de marzo en el viejo Consistorio de San Marcelo. "Tengo que reconocer que se les da muy bien, pero todavía no tienen muy claro si quieren dedicarse a este oficio. Con la edad que tienen es lógico que piensen en otras cosas», comenta un padre orgulloso de que la mayor, Andrea, haya alcanzado ya el grado de maestra, y de que Marta tenga igualmente grandes cualidades. "Las dos dibujan muy bien y me ayudan mucho con los proyectos", confiesa Pérez, para quien el dibujo representa siempre el primer y necesario paso para la elaboración de cualquier obra, tras lo cual se toman medidas y se miran los materiales que se van a utilizar, un proceso largo y laborioso del que salen obras tan singulares como la citada ‘Raíces’ o un bargueño dedicado a Cervantes.
El artista de Cabañas Raras reconoce que su primer contacto con el noble arte de la ebanistería tuvo lugar en el colegio, a través de los trabajos de manualidades con las sierras de marquetería que le mandaban realizar en las aulas. "Una cosa llevó a la otra. De hecho yo estudié metal, que también me sirvió de mucho porque para los trabajos que hago es necesario fabricar tus propias herramientas", reconoce el autor, que se ha traído hasta San Marcelo piezas que suponen un homenaje a su tierra del Bierzo, como las que ilustran lugares emblemáticos como Las Médulas, el castillo de los Templarios o la plaza de Lazúrtegui, o en el caso de León la Catedral. No obstante, José Pérez reconoce que la pieza estelar es ‘la raíz’, donde simboliza la lucha diaria por la supervivencia.
La elección de la materia prima es importante "porque hay maderas que se trabajan mejor que otras, pero dependiendo del trabajo que hagas estás obligado a combinarlas para buscar una combinación de colores o de texturas", asegura el artista berciano, para quien la mejor madera que hay es el castaño, aunque reconoce que existen otras maderas con las que se trabaja muy bien, como pueden ser el nogal o el cerezo, "pero un trozo de pino, dependiendo del tipo de pino que sea, puede resultar tan valioso como un trozo de nogal", asegura.
En los últimos años José Pérez Puerto se ha centrado más en el tema de la enseñanza, que desarrolla en una nave familiar en Cabañas Raras. En esa labor docente las primeras y más brillantes alumnas han sido sus hijas Andrea y Marta, que han querido acompañar a su padre en la inauguración de la exposición el pasado martes 17 de marzo en el viejo Consistorio de San Marcelo. "Tengo que reconocer que se les da muy bien, pero todavía no tienen muy claro si quieren dedicarse a este oficio. Con la edad que tienen es lógico que piensen en otras cosas», comenta un padre orgulloso de que la mayor, Andrea, haya alcanzado ya el grado de maestra, y de que Marta tenga igualmente grandes cualidades. "Las dos dibujan muy bien y me ayudan mucho con los proyectos", confiesa Pérez, para quien el dibujo representa siempre el primer y necesario paso para la elaboración de cualquier obra, tras lo cual se toman medidas y se miran los materiales que se van a utilizar, un proceso largo y laborioso del que salen obras tan singulares como la citada ‘Raíces’ o un bargueño dedicado a Cervantes.
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