En la localidad resisten cinco talleres artesanos en los que trabaja gente joven.
c. j. domínguez | león 06/04/2013
El joven alfarero jiminiego, Jaime Argüello, demuestra su ancestral maestría.jesús F. salvadores |
A mediados del siglo pasado, antes de ayer, como aquel que dice, había en la localidad de Jiménez de Jamuz (municipio de Santa Elena de Jamuz, al sur de la provincia) hasta 160 alfareros profesionales. Casi tantos como familias. Todos vivían del barro y ese arte único de sus habitantes para crear joyas dando vueltas al torno.
La sangría sobrevino en poco tiempo. Llegó la despoblación, seguida del descrédito de lo tradicional, la industria masificada de los cacharros de toda la vida, los chinos... Hoy son 5 los talleres artesanos del alfar que perviven. Pero aguantan. Y aún mejor: rejuveneciéndose. Los alfareros de raza actuales cuentan en muchos casos con menos de 40 años.
Sólo 28 tiene Jaime Argüello, el maestro que rige los destinos del Alfar Museo de Jiménez y que cogió el relevo a la muerte hace 6 años del mítico Martín Cordero que mantuvo viva la llama en tiempos oscuros. Y entre 6 y 12 años tienen los 1.500 escolares que cada año visitan la localidad, observando anonadados cómo los talleres se han congelado en el tiempo: siguen usando el torno de pie, rascando la tierra a pico y pala para extraer la arcilla y encendiendo cada año el último ejemplar vivo de horno mozárabe que queda en uso en España.
Por todo ello, Argüello sí considera que se vive una segunda juventud, dentro de las enormes dificultades comerciales que tiene un producto tan auténtico como caro. «Será la crisis o lo que sea, pero sí da la sensación de que hay más personas interesadas en hacer de su amor al arte su trabajo». Y al contrario de lo que parecía hace no tanto tiempo, «hay relevo garantizado por mucho tiempo».
Buena prueba de ello no son sólo las 4.000 visitas anuales de media a este museo o los miles de turistas, viajeros y a veces compradores que entran en los talleres activos de este pueblo, sino la hipnosis que produce verles trabajar como hace siglos.
«Cuando vamos a ferias como Fitur o Intur, donde hay atracciones de todo el mundo, nos ponemos a modelar con el torno allí en directo y siempre triunfamos, la gente se queda paralizada viéndonos, somos una atracción garantizada», resume con lógico orgullo.
Ahora bien, el joven maestro Argüello reclama que no se baje la guardia «y que, aunque sean tiempos de recortes, se mantengan todas las ayudas posibles, porque los hay que sufrimos más la crisis» y desaparecer sería «una tragedia» que ningún territorio se puede permitir. Por eso mismo, cree que iniciativas como los Días Europeos de la Artesanía «son importantes, porque nosotros en Jiménez ya tenemos bastante bombo, pero quienes están haciendo nuevas cosas, está claro que necesitan más publicidad, más vida».
No hay comentarios:
Publicar un comentario