marciano pérez - |
«Tente nube, tente tú, que Dios puede más que tú». Con esa frase y un toque especial de badajo, los maestros campaneros de León han logrado durante siglos espantar el pedrisco tañendo las noches del 31 de enero al 1 de febrero, en el Santo Tormentero. Una honda tradición contra los genios mitológicos de las nubes que provocan las tormentas y dirigen las tempestades, que se celebra en Santa Brígida como protección de las cosechas. Dar vida a esta ancestral práctica constituye una de las enseñanzas que transmite el Campanero Mayor de Villabalter, Pedro Delgado González, a sus pupilos, tras crear la primera Escuela de Campaneros. Los cuatro escolares de esta academia gratuita, símbolo de una fructífera relación intergeneracional, recrearon ayer con él esos curiosos toques.
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