Isabel, Fidela y Sandra son tres generaciones de mujeres que han dedicado su vida al entorno rural. /T.G. |
Teresa Giganto | 15/10/2015
Detrás de la puerta de cada casa en los pueblos hay un nombre de mujer. Ellas han sido durante siglos las encargadas de mantener la economía doméstica pero también la sombra de los negocios, sobre todo los relacionados con el campo, donde históricamente las mujeres han salido a entresacar la remolacha, a quitar la broza de las tierras y a ordeñar los animales en mitad de una economía sumergida en la que su papel de actrices secundarias ha estado alejado de llegar a protagonizar su propia libertad laboral. Es a ellas a quienes se dedica el día de hoy con la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, una jornada que cada año sirve para homenajear y reconocer la aportación del sexo femenino al desarrollo y la estabilidad de las zonas rurales. En León son 126.175 las mujeres que viven en municipios de menos de 20.000 habitantes, una cifra ligeramente menor a la de los hombres que es de 129.860.
En León, 126.175 mujeres viven en municipios de menos de 20.000 habitantes La vida de la mujer en los entornos rurales se ha desarrollado históricamente en un ambiente machista, situación que hoy en día ha cambiado pero «de manera insuficiente» tal y como confirma Fidela Muelas. Ella trabaja junto a su marido y sus cuñados en una explotación de ganado ovino en Villademor de la Vega. Tiene 52 años y toda su vida ha estado ligada al campo, al pueblo y a su familia. La evolución del rol de la mujer ha cambiado y eso se percibe al hablar con ella, con su madre y con su hija. Son tres generaciones de mujeres que han optado por desarrollar su vida en un entorno rural aunque cada una con la situación propia de los tiempos que les ha tocado vivir.
Isabel, la abuela, tiene 75 años y ella no pudo decidir si quería ser mujer rural o no aunque tiene claro que el pueblo es lo suyo. Se casó joven, cuidó de su marido enfermo, sacó adelante seis hijos y además trabajó los animales. Hoy, ya jubilada, disfruta de la vida sin perderse un domingo de baile. Sandra, la más pequeña de la familia, con 30 años, ha decidido desarrollar su vida laboral en el pueblo. «No lo cambio por nada», comenta. «Ahora en los pueblos ya tenemos más servicios, esto ya no es lo que era hace 50 años», explica. Su puesto de trabajo lo tiene en la localidad vecina de Villaquejida donde se encarga del cuidado y educación de los más pequeños del municipio al mando de la guardería municipal. En su caso ha tenido suerte y ha encontrado en el pueblo su medio de vida, pero esto no es una constante. La sangría demográfica de los pueblos de la provincia se lleva primera por delante a las mujeres, que en busca de un trabajo se ve obligada a dirigirse a las grandes ciudades.
Tan sólo 136 mujeres en España se han acogido a la Ley de Titularidad Compartida La Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural ha lanzado con motivo de la conmemoración de este día un manifiesto en el que buscan la puesta en valor de los seis millones y medio de mujeres que viven en las zonas rurales de España «para asegurar el futuro de nuestros pueblos». Entre sus retos están «potenciar la figura de la titularidad compartida; fomentar su papel en la actividad emprendedora; destacar la acción de las mujeres como agentes de desarrollo sostenible; acabar con el silencio que rodea a la violencia de género en el medio rural e incrementar la presencia de las mujeres en la toma de decisiones». La Confederación hace además hincapié en la Ley 35/2011 de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias de la que tan solo se han beneficiado a día de hoy 136 mujeres y que iguala en derechos a las mujeres cotitulares de las explotaciones y reconoce su trabajo.
En León, 126.175 mujeres viven en municipios de menos de 20.000 habitantes La vida de la mujer en los entornos rurales se ha desarrollado históricamente en un ambiente machista, situación que hoy en día ha cambiado pero «de manera insuficiente» tal y como confirma Fidela Muelas. Ella trabaja junto a su marido y sus cuñados en una explotación de ganado ovino en Villademor de la Vega. Tiene 52 años y toda su vida ha estado ligada al campo, al pueblo y a su familia. La evolución del rol de la mujer ha cambiado y eso se percibe al hablar con ella, con su madre y con su hija. Son tres generaciones de mujeres que han optado por desarrollar su vida en un entorno rural aunque cada una con la situación propia de los tiempos que les ha tocado vivir.
Isabel, la abuela, tiene 75 años y ella no pudo decidir si quería ser mujer rural o no aunque tiene claro que el pueblo es lo suyo. Se casó joven, cuidó de su marido enfermo, sacó adelante seis hijos y además trabajó los animales. Hoy, ya jubilada, disfruta de la vida sin perderse un domingo de baile. Sandra, la más pequeña de la familia, con 30 años, ha decidido desarrollar su vida laboral en el pueblo. «No lo cambio por nada», comenta. «Ahora en los pueblos ya tenemos más servicios, esto ya no es lo que era hace 50 años», explica. Su puesto de trabajo lo tiene en la localidad vecina de Villaquejida donde se encarga del cuidado y educación de los más pequeños del municipio al mando de la guardería municipal. En su caso ha tenido suerte y ha encontrado en el pueblo su medio de vida, pero esto no es una constante. La sangría demográfica de los pueblos de la provincia se lleva primera por delante a las mujeres, que en busca de un trabajo se ve obligada a dirigirse a las grandes ciudades.
Tan sólo 136 mujeres en España se han acogido a la Ley de Titularidad Compartida La Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural ha lanzado con motivo de la conmemoración de este día un manifiesto en el que buscan la puesta en valor de los seis millones y medio de mujeres que viven en las zonas rurales de España «para asegurar el futuro de nuestros pueblos». Entre sus retos están «potenciar la figura de la titularidad compartida; fomentar su papel en la actividad emprendedora; destacar la acción de las mujeres como agentes de desarrollo sostenible; acabar con el silencio que rodea a la violencia de género en el medio rural e incrementar la presencia de las mujeres en la toma de decisiones». La Confederación hace además hincapié en la Ley 35/2011 de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias de la que tan solo se han beneficiado a día de hoy 136 mujeres y que iguala en derechos a las mujeres cotitulares de las explotaciones y reconoce su trabajo.
La provincia en cifras
Hay más mujeres que hombres viviendo en las grandes ciudades de la provincia. Por ejemplo en León capital el sexo femenino supone un 54,3% de la población, en Ponferrada un 52,1% y en San Andrés del Rabanedo un 51,7%. Estos porcentajes no se cumplen por líneas generales en los municipios de menos de 20.000 habitantes, en los que lo más común es que el porcentaje de hombres esté por encima del de las mujeres. Así nos encontramos casos más pronunciados como el de Villaturiel cuya población masculina es de 1.029 y la femenina de 928 o el de Zotes del Páramo con 263 hombres y 204 mujeres. Y también sucede lo contrario como en Santa María del Páramo o Valencia de Don Juan. Aquí la tendencia de la población al dividirla por sexos es semejante a la de las ciudades y las mujeres de modo que en la capital del Páramo son 1.604 mujeres frente a 1.553 hombres o de 2.657 mujeres frente 2.547 hombres en la localidad coyantina.
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