sábado, 29 de marzo de 2014

COLABORACIÓN: LAS BICICLETAS DE LA SOBREVIVENCIA.

 Autor: Toño Morala


No es el cartero de "Crónicas de un Pueblo",
éste es el auténtico
     “La Bicicleta es uno de los inventos que cumple con lo racional del ser humano”; no contamina, no hace ruido, no gasta ningún tipo de combustible salvo los garbanzos del que  la lleva, mueve el corazón y las piernas, ayuda a no engordar y a sentirse bien físicamente. También ayuda a despejar la cabeza mientras estás en ruta. Otra cosa diferente es cuando la bicicleta se usa para trabajar con ella, cuando ayuda y mucho, a la sobrevivencia de algunos oficios y por lo tanto tiene su merecido  homenaje como el que hoy vamos a tratar de  hacerle.
Las bicicletas de antaño eran un lujo en todos los sentidos, quien la tenía para ir a trabajar o a repartir con ella era un privilegiado. La paternidad de la bicicleta se le atribuye al barón Karl Von Drais, un inventor alemán que nació en 1.785. Su rudimentario artefacto, creado alrededor de 1.817, se impulsaba apoyando los pies alternativamente sobre el suelo. En la actualidad hay alrededor de 800 millones de bicicletas en el mundo (la mayor parte de ellas en China), bien como medio de transporte principal o bien como vehículo de ocio.
Las bicicletas fueron muy populares en la década de 1.890, en los años 50, 70, y ahora su uso nuevamente ha venido a crecer considerablemente en todo el mundo. Este invento estaba basado en la idea de que una persona, al caminar, desperdicia mucha fuerza por tener que desplazar su peso en forma alternada de un pie al otro. Drais logró crear este sencillo vehículo que le permitió al hombre evitar ese trabajo. En 1.890, el inglés John Boyd Dunlop (aficionado al ciclismo y creador de la empresa homónima) inventó una cámara de tela y caucho, que se inflaba con aire y se colocaba en la llanta. Para evitar pinchazos, Dunlop inventó además una cubierta también de caucho. Estos inventos de Dunlop casi no han sufrido variaciones significativas desde su invención.


Mineros en bicicleta en 1.961 en Puente Almuhey (León)

“Lo de las bicicletas no dejaba de ser un lujo en aquellos años. Por lo general los mineros iban andando hasta la mina, la bici la utilizaban para ir hasta Taranilla, Soto, Villacorta, Prado... el resto del camino lo hacían a pie por senderos y caminos. Las carreteras y los caminos eran muy malos y muchos días pinchaban o se les estropeaba la bici”. Comentario de un vecino de Puente Almuhey recordando las bicicletas de los mineros, el que la tenía. Cuando las nevadas obligaban a hacer pasillos para andar, los mineros iban a pie a sus trabajos. Conozco gente que hacía 15 km. porque su mina estaba en Besande o más lejos. Y los hacían en pleno invierno, con alpargatas casi todos. Y con una escasa chaquetilla bajo aquellas temperaturas siberianas. Y alguien me contó, que, si llegaban tarde, les hacían volverse a sus casas. De nuevo la caminata  bajo el frío, y un día sin jornal. Esos hombres fuertes y aguerridos fueron los que crearon la riqueza en la zona. Ellos que tenían siempre a la muerte acechando, gastaban sus sueldos como si fuera el último día de sus vidas. Por eso corría tanto dinero. Por eso se enriqueció el comercio.
Quién no se acuerda de aquellos afiladores en bicicleta que sobre un pequeño caballete dejaban la rueda de atrás en el aire y con la  piedra de esmeril afilaban cuchillos, tijeras, arreglaban paraguas…que recorrían los pueblos y ferias en la  propia bici, que eran conocidos de los vecinos y dormían en sus casas a cambio de trabajos varios de su oficio.

Una "bicicleta esmeril" a motor de garbanzos...
y trabajaba como afilador de tijeras o cuchillos.

 Aquellas lecheras y lecheros que cercanas las cuadras a las ciudades y Villas, repartían con las cántaras y las medidas de medio litro y litro metidas en el manillar por las casas.
Bicicleta  lechera.
Aquellas parejas de Guardias Civiles en bicicleta que recorrían los pueblos, y que nada podían hacer frente a la velocidad de los coches. Se acuerdan de los Curas que iban a los pueblos en bicicleta, que llegaban a los sitios casi siempre tarde, y que casaban, hacían entierros y bautizos y a comer y beber…y a seguir ruta por esos caminos de Dios.

Pareja de la Guardia Civil en Bicicleta.
Y de los carteros, aquellos que traían noticias de allende los mares, o de la emigración europea de la pobreza. Casi siempre con una sonrisa en la boca, y cuando tocaba llevar un telegrama con malas noticias, se abrazaban al vecino y a seguir por las calles.

Los Carteros en bicicleta hasta hace pocos años.
 Aquellos repartidores de prensa que andaban como motos por las calles de las ciudades, dejando en los quioscos los  periódicos, que también llevaban la prensa a los Ministerios, Ayuntamientos, Diputaciones, Colegios, Universidades…y siempre empezaban de madrugada hiciera el tiempo que hiciera. Las de los mensajeros…y las de los panaderos con la cesta de mimbre atrás y otra delante con el pan recién hecho, aquel olor inconfundible de buen pan. O aquellos repartidores de paquetería que repartían para Almacenes Generales, Rojo Cortés, Antoñanzas…con aquellas bicicletas de color naranja con dos portabultos atestados de paquetes, que a veces no veían por encima de los bultos, y llevaban andando la bici. En verano el carro bici del heladero en los parques, con aquellos cucuruchos cromados de bola y que con su bata blanca vendían sonrisas con sabor a fresa, naranja, o aquel mantecado de corte. Las tiendas de comestibles y fruterías, carnicerías… Un montón de oficios en los  siglos  XIX y XX ya utilizaban bicicletas para repartir sus mercancías.

La bicicleta del Cura del Pueblo.

Las bicicletas de la dignidad en su inmensa mayoría. Se trataban de vehículos resistentes con cajas delanteras y adaptadas a las necesidades del usuario. Y si hablamos ya de la simple mecánica de las bicicletas… En concreto es imprescindible ser capaz de reparar un pinchazo de la cámara (o al menos de cambiarla), ajustar las alturas de sillín y manillar, enderezar la dirección, tensar los frenos y enganchar la cadena. Con llevar aquella caja ovalada donde se guardaba los parches, el pegamento y la lija era suficiente. Todas estas operaciones se pueden realizar con herramientas sencillas y comunes. Y así con el paso del tiempo se fueron sacando adelante los trabajos y oficios que gracias a las bicicletas, ayudaron y mucho a tener mejor vida. Se me olvidaba comentarles… que las bicicletas no son siempre para el verano.

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