El Museo de la Trashumancia de Torre de Babia inaugura hoy una exposición con la mayor cantidad de ‘carrancas’ o collares de mastín reunidas hasta la fecha en España
e. gancedo | león 07/07/2013
Sirvieron (y aún sirven) a los mastines leoneses como protección y defensa contra las dentelladas de un lobo que siempre intenta lanzar los colmillos al cuello en maña mortal, pero son también, si se miran con ojo sensible a la labor callada del pastor, auténticas artesanías, sencillas y efectivas piezas con que el hombre ayuda a su compañero en la antigua lucha de ambos contra el ladrón de ovejas.
Algunas de las carrancas o carlancas expuestas durante todo el verano en Torre de Babia. f. garcía |
Esa mirada es la que tiene Isaac Álvarez, responsable del Museo Etnográfico y de la Trashumancia de Torre de Babia, pulcro y muy interesante establecimiento que a partir de hoy abre una singularExposición de carrancas de mastínque podrá verse durante los meses de julio, agosto y septiembre. Álvarez ha conseguido reunir 107 de estos collares fuertemente armados de púas de hierro, llamados en León carrancas o carlancas, con ayuda de Félix García, de la Sociedad Canina Leonesa, y de paisanos de los valles cercanos, quienes han cedido desinteresadamente algunos de los collares. «Los hay también de otros lugares como Sevilla, Salamanca, Toledo e incluso Turquía, pero la mayor parte procede de aquí, de Babia, Luna y Laciana, de hecho ha habido ganaderos que se las han quitado a los mastines y las han traído directamente», explicaba Álvarez, médico natural de La Riera que ha ejercido en Santander durante gran parte de su vida. Fue el año pasado, al ser nombrado Pastor Mayor de los Montes de Luna, cuando se propuso montar una exhibición de estas características.
Por su parte, Félix García, que cuenta con una excepcional colección de este tipo de elementos —y que prepara una exposición para la capital leonesa—, comentaba que las hay muy antiguas: «Algunas son del siglo XVI y posteriores hasta la actualidad, aunque la datación resulta complicada porque las piezas se reutilizaban continuamente, se reponían las partes deterioradas y se iban adaptando al tamaño del perro que tenía que utilizarlas». Y respecto a su morfología añadía que existen diferentes modelos, tanto de cuero como de hierro, todos fabricados de forma artesanal por el guarnicionero o el ferreiru de cada pueblo. «Las carrancas de cuero cuentan con varios pinchos de hierro y numerosas puntas, mientras que las de hierro pueden ser de forma circular, de eslabones engarzados, de placas semicirculares o de placas cuadradas», continuaba.
«Aunque no hay demasiadas referencias históricas, se tiene constancia de su uso hace más de 2.000 años, eran muy conocidas por los romanos y se generalizaron en la Edad Media. En el siglo XVIII, el conde Daubenton recomendaba vivamente su uso», expone García, quien no duda en reconocer esta exposición como la mayor recopilación de carlancas reunida hasta la fecha en España.
Además de durante la apertura de hoy, que tendrá lugar a partir de las 12.30, los interesados que deseen contemplar esta exposición gratuita tienen que avisar previamente llamando al 608 702702. Las dos horas de visita disponibles durante estos tres meses son las 12.00 y las 17.00.
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