Mientras el ferial estaba casi vacío, los puestos tomaron la avenida de El Bierzo
El recinto ferial de Las Rozas acogió menos de una decena de cabezas de ganado. L. VILLA |
L. Villa / Villablino
La capital lacianiega celebró ayer la tradicional feria del 12 de noviembre, cita que se solía aprovechar para comprar las ‘cecinas o matonas’ ( vacas de más de 24 meses) para el sanmartino.
Pero el carácter ganadero de esta cita se va perdiendo año tras año como se vio ayer en el recinto ferial de Las Rozas donde la presencia de ganado fue testimonial. En el recinto sólo se pudieron ver seis vacas, un caballo y un burro.
Y mientras la feria del 12 de noviembre ‘decae’ en cuanto a cita ganadera, no ocurre lo mismo con la Feriona ( 12 de octubre) en la que la celebración de la monográfica de razas puras hace que el ferial se llene de vacas, caballos, ovejas, perros mastines, cabras e incluso de gallinas.
Frente a la poca presencia de ganado, el mercado ambulante instalado en la avenida de El Bierzo reunió a más de un centenar de puestos, en su mayoría de textil. Aunque no faltaron los puestos de ventas de pimientos, ajos, cebollas, miel o productos del otoño como nueces, avellanas y castañas; además de los stands de ventas de quesos y embutidos o una pulpería.
A los puestos llegados de fuera de la comarca se sumaron dos asociaciones de mujer : Nazaret, de Villablino, donde poder adquirir membrillo y morcillas — “Si comes una rechina no te hará falta gasolina”, se leía en un cartel animando a los transeúntes a probar una recha de morcilla— y Buenverde, de Villager, con los fisuelos y las flores.
La feria estuvo bastante animada a lo largo de la jornada a pesar de ser día laborable aunque sin las aglomeración del 12 de octubre. Y es el día soleado animó a lacianiegos y visitantes a dar un paseo por el mercado ambulante donde siempre se encuentra alguna que otra ganga.
Al margen de esta dos ferias, Villablino acoge cada viernes el mercado semanal que, desde la pasada primavera, se ubica en la calles Serafín Morales y la calle La Paz, en ésta se sitúan los puestos de alimentación.
La capital lacianiega celebró ayer la tradicional feria del 12 de noviembre, cita que se solía aprovechar para comprar las ‘cecinas o matonas’ ( vacas de más de 24 meses) para el sanmartino.
Pero el carácter ganadero de esta cita se va perdiendo año tras año como se vio ayer en el recinto ferial de Las Rozas donde la presencia de ganado fue testimonial. En el recinto sólo se pudieron ver seis vacas, un caballo y un burro.
Y mientras la feria del 12 de noviembre ‘decae’ en cuanto a cita ganadera, no ocurre lo mismo con la Feriona ( 12 de octubre) en la que la celebración de la monográfica de razas puras hace que el ferial se llene de vacas, caballos, ovejas, perros mastines, cabras e incluso de gallinas.
Frente a la poca presencia de ganado, el mercado ambulante instalado en la avenida de El Bierzo reunió a más de un centenar de puestos, en su mayoría de textil. Aunque no faltaron los puestos de ventas de pimientos, ajos, cebollas, miel o productos del otoño como nueces, avellanas y castañas; además de los stands de ventas de quesos y embutidos o una pulpería.
A los puestos llegados de fuera de la comarca se sumaron dos asociaciones de mujer : Nazaret, de Villablino, donde poder adquirir membrillo y morcillas — “Si comes una rechina no te hará falta gasolina”, se leía en un cartel animando a los transeúntes a probar una recha de morcilla— y Buenverde, de Villager, con los fisuelos y las flores.
La feria estuvo bastante animada a lo largo de la jornada a pesar de ser día laborable aunque sin las aglomeración del 12 de octubre. Y es el día soleado animó a lacianiegos y visitantes a dar un paseo por el mercado ambulante donde siempre se encuentra alguna que otra ganga.
Al margen de esta dos ferias, Villablino acoge cada viernes el mercado semanal que, desde la pasada primavera, se ubica en la calles Serafín Morales y la calle La Paz, en ésta se sitúan los puestos de alimentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario