Detalle de la máscara de un guirrio. JESÚS - |
Carrizo de La Ribera celebró el desfile del Sábado Fisolero, después de haber colgado al santo Antruejo por la mañana, en una ceremonia en la que no faltó la música. El antruejo de la villa orbiguesa cuenta con un buen número de personajes que se dan en otros lugares de la ribera, como Llamas o Velilla, pero también cuenta con sus personajes peculiares y con un Tetumbo que salió el viernes como elemento original.
Ayer desfilaron la Tarara, sobre carro de bueyes, los viejos, los guirrios y toros, los gitanos, el hombre de la cancilla, y el Pellejo para llegar a la plaza del pueblo, donde se celebró el juicio al Pellejo, símbolo del mal, por las fechorías cometidas. La burla y el humor estaban garantizados y la condena, también. No podía ser de otra manera en una festividad en la que la luz vence a la oscuridad. Y para tener un final tan canalla como el del Pellejo se celebró la fiesta de la cernada: un rebozo en ceniza de la que unos quisieron tiznarse y otros se mancharon incluso sin quererlo.
La Asociación Cultural La Trepa y la Junta Vecinal de Carrizo se encargan de preparar la celebración, pero la fiesta es de todo el pueblo y a esta se invita a participar, también en la batalla de ceniza, a todos cuantos e acercan a la villa. La fiesta se recupera desde el año 1996 en Carrizo de la Ribera, si bien en los últimos años ha cobrado fuerza entre los vecinos. De momento, se trata de ponerla en marcha con testimonios y documentos y ya se encargarán los etnógrafos de determinar el significado de cada personaje, explican.
Aún queda por celebrar la merienda popular, en la que la pedanía entregará a cada familia una botella de vino con la que acompañar los alimentos. Rememora la subasta de pastos.
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