martes, 17 de enero de 2017

NOTICIA: Cuando en Rioseco había peleas de toros

Joaquín Alonso reúne la etnografía de este municipio bañado por el Luna Destaca la importancia de la feria de San Mateo.

Un detalles de la arquitectura tradicional del municipio.
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E. GANCEDO | LEÓN
diariodeleon.es
Lo que más llamó la atención del veterano etnógrafo leonés Joaquín Alonso mientras reunía, ordenaba y analizaba para este libro los ritos y tradiciones del municipio de Rioseco de Tapia fue la tremenda importancia de la feria «de San Mateo y San Mateínes», que todos los años se celebraba el 21 de septiembre en Tapia. «Acudía gente no sólo de la zona, de comarcas leonesas colindantes y de Asturias y Galicia, también de Zamora y Salamanca, generando muy abundantes compras y ventas, sobre todo de lechones y cerdos de ceba en un mercado en el que no faltaban tómbolas, puestos de navajas, de melones y hortalizas, y de escabeche. La sensación de fiesta era total, sin faltar comida, juego de bolos y baile. Sólo las viudas y los enfermos se quedaban en casa».

Alonso, autor de otras obras de referencia para el estudio de la etnografía regional, como Alfarería tradicional en la provincia de León, La casa con cubierta de paja o Arquitectura tradicional de Omaña, explicó que la obra Rioseco de Tapia. Etnografía de un municipio leonés, fue un proyecto que partió de la alcaldesa, María Trinidad García Arias, y en el que lleva trabajando desde antes de 2010. «Quise que el libro tratase sobre la vida tradicional del municipio entre los años finales del siglo XIX y las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX», comenta Joaquín Alonso, por lo que, además de realizar encuestas personales, buceó en el Archivo Histórico de León (protocolos notariales y catastro) y en el Gobierno Civil, así como en boletines oficiales, libros de las cuentas de fábrica, diccionarios geográfico-estadísticos y bibliografía general.

«El siguiente paso fue reunirme con los vecinos de cada pueblo, tarea que me facilitó Manuel Díez Álvarez, alguacil del ayuntamiento en aquellas fechas, y a quien siempre estaré agradecido por su seriedad y entrega —amplía el investigador—. Las reuniones se planteaban con varios vecinos al mismo tiempo, lo cual supuso la posibilidad de contrastar lo que se decía. Lo cierto es que tuve unos informantes extraordinarios, algunos de los cuales ya no están entre nosotros». En cuanto a los interesantes cantares incluido en el texto, «en su mayoría me los proporcionó Pilar Lombó, de Espinosa —especificó—. Otros se debieron a Dolores Labrador, Guadalupe Menéndez y Guadalupe Ramos, las tres de Rioseco. De los que fue posible, Héctor Luis Suárez hizo la transcripción musical». El libro, que ha salido en edición no venal y cuya distribución corre a cargo del Ayuntamiento de Rioseco, incluye costumbres tan destacables, a juicio de Alonso, «como la función o Auto de Reyes de Espinosa de la Ribera, que se volvió a poner en escena el 6 de enero de 2001 por el empeño de Pilar Lombó. Poco después ella publicaría por su cuenta la letra del manuscrito, cuyo folleto, al parecer, llegó en su día al pueblo desde Montejos del Camino». «También considero una singularidad —aporta el autor— las luchas de toros que de vez en cuando se celebraban en Rioseco, con el beneplácito, naturalmente, de sus dueños. Recordemos que es algo que fue también habitual en la ribera del Esla».

A Joaquín Alonso le parecen asimismo muy interesantes «tanto el vocabulario como los reglamentos de las distintas Comunidades de Regantes y los estatutos de las cofradías de Ánimas de Rioseco y de Nuestra Señora de Camposagrado (los únicos que se conservan). Incorporarlos al libro supone facilitar datos para estudios posteriores y, al tiempo, favorecer su preservación. Por otro lado, es curioso que no se conserven las Ordenanzas de Concejo, algo que he lamentado porque son fundamentales para conocer y comprender la vida de un lugar».

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