viernes, 23 de diciembre de 2016

NOTICIA: La escuela rural canta el ramo

El alumnado de Cabreros del Río estrena en Villamañán la tradición navideña que Concha Casado empezó a recuperar con el profesorado hace tres décadas.


El ramo conquistó un nuevo rincón leonés ayer en el CRA de Villamañán.
 JESÚS F, SALVADORES -



ANA GAITERO | VILLAMAÑÁN

Hace 30 años el ramo leonés se daba por perdido como secular tradición navideña. Quedaban las letras recogidas en algunos pueblos por los amantes de la cultura popular y algunas armaduras perdidas en las sacristías y ayuntamientos.

Un buen día alguien soñó que la escuela podía ser el lugar ideal para recuperar este rito ancestral que se celebraba el día de Nochebuena en muchos pueblos de León.

Fue la etnógrafa Concha Casado Lobato (León 1920-2016) quien animó al profesorado a recoger los últimos vestigios que quedaran por los pueblos a través de la celebración de unos seminarios que dirigió en el Centro de Formación del Profesorado con la historiadora Carmen Fernández Marcos.

Tres décadas después, León se enrama cada Navidad, pero son muy pocos los lugares en los que se canta el ramo pues como dijo Francisco Javier Fuente Fernández en este periódico en el año 1986 en el ramo «hay que distinguir el elemento material y el texto cantado».

Ayer el alumnado de la escuela de Cabreros del Río cantó por primera vez un ramo de Navidad en la función organizada por el Colegio Rural Agrupado de Villamañán con el orgullo de dar vida a una «tradición rural».

Bajo la batuta de la maestra de música, Julieta Fernández Vicente, niños y niñas decoraron la armadura de madera con trabajos manuales y adaptaron la letra tradicional a su entorno: «Velas traemos también para que alumbren los días, nos ayuden a estudiar y a mejorar cada día».

NOTICIA: UN RAMO PARA CADA OCASIÓN

La asociación Raigañu se ha propuesto custodiar la tradición de estas veteranas estructuras del acervo cultural de la provincia y, En este camino, ya han documentado 300 ramos localizados en un sinfín de pueblos leoneses, un trabajo que no cesa...

Ramo leonés, en el Museo Etnográfico. - ramiro

A.G. VALENCIA 
De Norte a Sur y de Este a Oeste, León rezuma tradiciones. Una tierra enraizada a un legado que quiere conservar. Y, precisamente, en esta tarea está embarcada desde hace ya casi una década la Asociación Raigañu. El cometido que se trae entre manos, y que promete continuar, es el de seguir catalogando los ramos tradicionales leoneses. Una tarea con la que comenzó hace ocho años, como explican Salvador, Rocío y Lolo, a raíz de un encargo para montar una exposición con estas singulares estructuras.

En todo este camino, Raigañu ha documentado ya unos 300 ramos leoneses, algunas son estructuras originales muy antiguas y otras, que en su momento se perdieron, son réplicas basadas en las imágenes, fotografías y en los recuerdos que conservan los más mayores de cada pueblo o rincón. Los datos que se van recopilando de la tradición oral le han valido a la asociación un puntal para ir dibujando un mapa de ramos leoneses tradicionales.

Cuentan que estas estructuras eran típicas todo el año, aunque quizá ahora el más popular sea el ramo que se coloca por Navidad. No obstante, aún se conservan los de quintos, de novia, de cantamisa, de acción de gracias... «Es una tradición muy leonesa que se estaba perdiendo», explican los miembros de Raigañu, que subrayan que a raíz del encargo que les hicieron se dieron cuenta de la enorme riqueza que hay en la provincia. «León será probablemente la zona más prolífera en estas estructuras y ni qué decir tiene en los cantos que acompañan los ramos», subrayan.

Lolo, Salvador y Rocío argumentan que a lo largo y ancho de la provincia hay ramos triangulares, con forma de rueda, muy típicos de la zona de Omaña, otros cúbicos —cuadrados y rectangulares— singulares de la Montaña, los hay vegetales, muy propios de la zona de El Bierzo, en forma de rastro, sobre todo en Maragatería, las margaritinas que representan el sol... y aunque cada uno es más propio de una zona también se dan en otras comarcas, aunque en menor abundancia. La lista puede ser enorme como también los cantos que acompañan a estas estructuras. Hay que tener en cuenta que cuando se sacaba, se ofrecía o se colocaba como elemento decorativo de la tradición, la costumbre implicaba cantar al ramo unas letras que podían repetirse o renovarse en función de los acontecimientos, incluyendo así nombres de familias, anécdotas, letras al Niño Jesús, la Nochebuena o enfermedades curadas. Todo en función del motivo del ramo.Junto a las estructuras y los cantos —con sus significativas letras que en muchos pueblos se siguen entonando—, la decoración de los ramos supone otro capítulo amplísimo, explican desde Raigañu. Alimentos, mantones, roscas, frutos, lazos... incluso hay estructuras muy antiguas talladas, que aunque en ocasiones se tapaban, buscaban darle un mayor realce.

Otro de los misterios que rodean a estas estructuras leonesas es su origen, quizá un punto más para sentirse atraídos por ellas. Nadie sabe exactamente en qué momento surgen, aunque los estudiosos hablan de que los ramos son una costumbre profana y precristiana, con los cuales se esperaba y honraba la llegada de los solsticios.

También es cierto que poco a poco la religión fue abrazando estas estructuras, dándoles un aura nuevo y ligándolas a la Navidad, las celebraciones eucarísticas, las festividades de patronos y vírgenes o a las romerías. «Como el origen parte del culto a la naturaleza muchos de los ramos tienen tallados pajarines, frutas, soles... en algunas aún se conservan, aunque ya estuvieran ligadas a la tradición cristiana», explican desde Raigañu, que en este periplo por toda la provincia para documentar los ramos han encontrado unos cuantos apuntes curiosos. La estructura original más antigua que han inventariado es de mediados del siglo XIX. Es un ramo que se conserva en el Museo de las Alhajas de La Bañeza y que pertenece a una familia oriunda de Posada y Torre de la Valduerna.

Réplica de un ramo en la zona de la Sobarriba. RAIGAÑU
Cabe destacar, el ramo de mayor tamaño, o sin duda uno de los más grandes de cuantos se conservan en la provincia. Es el que se saca en Laguna de Negrillos. Está dedicado a la Virgen del Arrabal, mide tres metros y está decorado. Es una estructura que se maneja como un pendón, incluso cuenta con un remo para sortear el viento.

Con el paso de los siglos — explican Rocío, Lolo y Salvador— la tradición ha ido variando aunque la esencia se ha mantenido. «Los ramos se han sacado de las iglesias y han vuelto al pueblo, como en el origen. El pueblo es soberano y en la tradición manda», subrayan desde Raigañu, que confiesan que en la zona de Omaña hay auténticas obras de arte, una enorme proliferación. También el fin de la Guerra Civil supuso un incremento de estas estructuras. «Muchas familias las ofrecían por el hijo o el familiar que había sobrevivido a la contienda».

Los ramos sirvieron en su día para iluminar los propios templos con las velas. Muchos se han conservado ahí, en altillos o puertas en las iglesias sin que nadie supiera de ellos. Otros muchos se quemaron, pero lo que es claro es que es una tradición de la tierrina, que vuelve a ganar en auge y que lejos de la estructura más popularizada, el ramo triangular propio de la Navidad, hay otro largo elenco de formas que Raigañu con su trabajo se propone dar a conocer. Lo dicho, de Norte a Sur y de Este a Oeste.

Ramo en forma de rastro en Luyego. DL

jueves, 15 de diciembre de 2016

MÚSICA CORAL: ESCOLANÍA VALBUENA

Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 17 de diciembre, a las 18:00 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  

El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, dentro del programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

En esta ocasión será La Escolanía "Antonio Valbuena" de León,  fundada en 1985, bajo la dirección de D. Romualdo Barrera Garzón, en el CEIP. Antonio Valbuena. La creación de la escolanía tiene una gran importancia en León, no solo por su trayectoria artística, sino también por la labor de formación cultural y social que ha llevado a cabo con cientos de niños y niñas, a lo largo de estos 32 años de existencia.

Esta escolanía ha realizado conciertos en España, Italia, Portugal, Francia, Austria y Dinamarca; participando en numerosos certámenes corales, obteniendo varios primeros premios,  así como festivales de música en España.Asimismo ha grabado varios CDs. Entre los muchos conciertos que ha interpretado cabe destacar el estreno de la obra "Canciones del Reino de León", con motivo del 25 aniversario de la escolanía "Antonio Valbuena", del compositor leonés Jesús Ángel Rodríguez Recio, en el Auditorio "Ciudad de León" en mayo 2010, así como el concierto Solidario, Cofradía "La Agonía de Ntro Señor" en la Iglesia de Santa Marina La Real en diciembre 2014, o el concierto "MÚSICA CORAL EN NAVIDAD" en el Instituto Leonés de Cultura de la Diputación de León en diciembre 2016, por citar solo algunos de ellos.


Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral como preámbulo de las fiestas navideñas, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal “Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 12 de febrero. La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

PIEZA DEL MES: DICIEMBRE 2016

“COLGANTE DE CORAL. Natividad”.

Investigadora: Adelina Martínez González
                       



Guía Cultural Museo Etnográfico Provincial de León.
                       
Domingo, 18 de diciembre de 2016
17,30 Horas.
Planta 2ª. Área 21. Indumentaria y joyería tradicional.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.

Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, en la Actividad de la “Pieza del Mes”, de este mes de diciembre y como prólogo de las Navidades ha programado la disertación para el día 18, con el título de: “Colgante de coral. Natividad”. En esta ocasión será Dª Adelina Martínez González, Guía Cultural del Museo Etnográfico Provincial quien a través de la pieza del Colgante de coral que este Museo exhibe en el área de Indumentaria y Joyería Tradicional, nos acerque a ella.

 Este colgante está realizado en coral, en él están talladas las imágenes de San José, el Niño y el buey, llama la atención la ausencia de la virgen y la mula pero posiblemente se hayan desgajado de la pieza, al presentar ésta una pequeña meseta sin tallar donde pudieron estar las dos imágenes. San José porta la vara florida en su mano derecha y la izquierda la lleva al pecho en señal de adoración al Niño Jesús.

La representación de la Natividad es uno de los principales contenidos tratados en las manifestaciones artísticas españolas de tema religioso, se pueden encontrar en pinturas, esculturas y piezas de artes decorativas mostrando al espectador los distintos episodios de un ciclo que tiene su punto central en la escena de la Natividad representada en esta pieza.

Al tratarse de una talla realizada en coral se hablará sobre este material, conocido ya desde la Antigüedad, aunque era considerada como una simple “piedra” de los fondos marinos llamada árbol de piedra o litodendrum, también “hija del mar” Corallium, se creía también que fuera una raíz marina que se endurecía en contacto con el aire. En el Renacimiento se le describía como un arbusto que crecía en el medio marino. Pero no fue hasta 1827 cuando un médico, Peyssonner, observó en vasos llenos de agua eso que pretendía ser la floración del coral, “que se expande en el agua y se cierra en el aire o cuando se lo toca con la mano”.

Existen muchos tipos de coral pero el que se utilizó en  León, Zamora, Salamanca para la fabricación de todo tipo de joyería tradicional es del coral del Mediterráneo o Corallum Rubrum (coral rojo). Este animal vive en colonias en forma de rama de árbol formado por unos pólipos con ocho tentáculos fijados a un esqueleto calcáreo externo que ellos mismos van realizando y que les sirve de apoyo.

En la joyería tradicional se utilizó este material no solamente para realizar las collaradas y las coraladas donde el coral además de embellecer a la persona que lo portaba la protegía de todo tipo de enfermedades debido a la creencia que el coral poseía  virtudes mágicas y curativas como el restañar heridas, curar enfermedades del estómago, especialmente las náuseas y los vómitos, el intestino y el hígado, cortaba las hemorragias y era bueno para el corazón. En coral también se realizaron amuletos como higas, ramas de coral, manos, cuernos, peces o pilas de bautismo entre otros.

Desde el Museo Etnográfico Provincial les invitamos a disfrutar de esta actividad que nos introducirá en las fiestas de invierno dentro del ciclo navideño con esta pieza donde se puede apreciar toda la belleza artística de esta representación del nacimiento de Jesús, protagonista de la “Pieza del Mes´”.
ACTIVIDAD REALIZADA

F. Javier Lagartos Pacho, Técnico Superior MEPL y
Adelina Martínez González, Guía Cultural MEPL.

Adelina Martínez González en un momento de su exposición en la Pieza
del Mes.

Adelina Martínez, al lado de la Pieza del Mes,
 el colgante de coral.
Adelina Martínez González. Pieza del Mes: "El colgante de coral. Natividad".

miércoles, 14 de diciembre de 2016

NOTICIA: Historia de la calle que dejó de ser estrecha


La calle Ancha unos cuantos años atrás. ARCHIVO -

El próximo martes, Juan Carlos Ponga presentará su libro ‘La calle Ancha... desde que era estrecha’, una exhaustiva radiografía del vial más popular de León desde los costosos inicios de su ‘alineación’ hasta nuestros días. La obra, que se hará acompañar de una exposición de dibujos en el Palacio de Gaviria, abunda en anécdotas, nombres propios y comercios emblemáticos.

E. GANCEDO | LEÓN
He aquí un libro para leer arriba y abajo... y vuelta a empezar. Un libro que narra la historia de la calle más transitada de León, la que más paseos, saludos, tratos, transacciones, ajetreos, amores, desamores y hasta traiciones ha contenido entre sus viejas esquinas; el serpenteo más entrañable de la ciudad, el que va de la plaza de Santo Domingo al súbito asombro de la Catedral. Su propio nombre es ya singular y mueve a la curiosidad o a la sonrisa: calle Ancha.

El experto en urbanismo Juan Carlos Ponga presentará dentro de una semana, el martes 20 a las 20.00 horas en el Palacio de Gaviria, una obra que le ha mantenido ocupado durante los últimos años husmeando todo tipo de documentos municipales y actas notariales relacionadas con una vía que era antaño tan estrecha y sinuosa como las demás de su entorno y que fue «la primera que se ensanchó», como recuerda este veterano investigador de las cosas leonesas. Publicado por el sello Cultural Norte, el libro incluye imágenes, ilustraciones, anécdotas y muchos nombres propios —de personas y de comercios— soldados a fuego en la memoria de la ciudad. «Es curioso comprobar cómo los establecimientos se van sucediendo unos a otros, donde antes había un zapatería se abre otra, y donde antes trabajaba un sastre se instala otro, por aquello de seguir con la costumbre», declara Ponga, quien también se deleitó rastreando las largas y perezosas labores de alineación de la calle —sucesivas expropiaciones, derribos, construcciones—, iniciadas en 1862 y concluidas en los años cincuenta del siglo XX. Compraventas de las que brotan, una y otra vez, los apellidos de quienes regentaron por décadas la trastienda de la ciudad (los Roldán, Valbuena, Merino, etcétera) y desventuras diversas como el pavoroso incendio que en 1906 destruyó el Hotel París.

«El único comercio que se ha mantenido durante todo este tiempo, aun con remodelaciones y cambios de propietario, es el Café Victoria, que toma su nombre no de la victoria franquista en la guerra civil como algunos piensan sino de la cercana capilla del Cristo de la Victoria, por cierto antaño más grande, hubo mucha polémica con el actual diseño de Demetrio de los Ríos», explica Ponga, siempre a desbordar de datos y referencias. Y de ilustraciones, pues suyos son también los dibujos que en el Palacio Gaviria compondrán una sugerente muestra con la que invita a los leoneses a descubrir diferencias, sutiles o no tanto, entre la calle de antaño y su aspecto actual.




El libro aborda también sus antiguas denominaciones. Y así, de Cervantes arriba era calle Catedral o Herrería de la Cruz (también en leonés, Ferrería), y de Cervantes abajo, San Marcelo o Cristo de la Victoria, los primeros, como se ve, más oficiosos y los segundos, populares. Después, entre 1911 y 1939 se llamó Fernando Merino y hasta 1998, Generalísimo Franco. Pero no dejó, nunca, de ser calle Ancha.

 Dibujo de Ponga sobre la calle en 1960.
J.C. PONGA / ARCHIVO / FOTOTECA MUNICIPA

martes, 29 de noviembre de 2016

COLABORACIÓN: Los platos de cuchara leoneses…

Autor: Toño Morala

Cocido leonés, el plato de la tierra
El frío a raya con las ricas lentejas, alubias de todo tipo, arbejos, garbanzos…patatas viudas…sopas de ajo…

Si las mis abuelas vivieran y vieran que escribo sobre los ricos platos de cuchara de la tierruca, me daban de collejas hasta echarme al corral con las gallinas y los pollos… ¡Qué sabrá el nuestro Toño de estas cosas, si solo aparecía por casa para llenar la barriga y dormir poco! Ya, pero la necesidad agudiza el ingenio, y he aprendido a cocinar estos platos con mucha paciencia y preguntando a las abuelas de los pueblos, y a mi señora suegra Aurora de la Sobarriba, que de estos platos sabe la intemerata; era capaz de hacer, en tiempos muy jodidos, patatas sin patatas… y qué ricas que estaban me cuenta la mi mujer, que también cocina bien; pero nada que ver con los mis cocidos con lengua curada, oreja salada, pata de cerdo, carne de vaca, tocino entreverado, chorizos… rabo cuando lo hay, un pedazo de costilla adobada de cerdo o de chivo, espinazo… morcilla pinchada y en pota aparte, porque a los jóvenes de la casa no les gusta… allá ellos y ellas. 

El Botillo de El Bierzo.

Y les cuento también que echo a remojo los garbanzos con sal y laurel, y a desalar en balde aparte lo salado; y confieso que lo hago todo en la olla rápida… que queda de maravilla, pero lleva su tiempo. Primero meto en la olla lo que más tarda en cocer, o sea, la pata de cerdo, la oreja, el tocino, y la carne de vaca; luego meto la lengua, los chorizos y las costillas… y el rabo. Después de su tiempo necesario, lo saco todo ya cocido a una pota grande, cuelo el caldo y sobre él apechugo los garbanzos; diez minutos antes de la cocción completa, abro de nuevo la olla y le meto para allá un par de zanahorias y un puerro, y unas patatas cortadas en cachelos… y ya está. Ahora quito los garbanzos con un poco de caldo a la otra pota grande con el compango y que se mantenga caliente a la orilla de la cocina económica, la número siete. Vuelvo a colar el caldo… y hago una sopina de fideos de los gordos, del número cuatro, a fuego lento y poca cantidad. La berza o repollo ya está con la morcilla encima. Los rellenos en esta casa hay que hacerlos de dos clases, unos solo con pan, caldo y huevo… y los otros con ajo, perejil… unos light para los que no pasaron calamidades, o sea los jóvenes de la casa, y el resto para los que comíamos las piedras de las lentejas con ellas. A todo esto hay que meterle un vasín de vino de la tierra, tinto mejor… luego una naranja para desengrasar algo las entrañas, un café de puchero… y cuidado con las siestas que las carga el diablo. Las abuelas antaño, cogían la llave grande de la casa en la mano, y apoyada sobre las afueras de la mesa… y cuando la llave caía al suelo, fuera siesta. 

Plato típico de Villamontán de la Valduerna, no hay más explicaciones.

Independientemente de esta historia culinaria, la nuestra tierra hace legumbres de una calidad fantástica; todo el páramo leonés, el sur… y algunas tierras perdidas por ahí, prenden en sus adentros las semillas, se enroscan al frío, al agua y al sol; y allá por agosto, se cosechan y se ponen a secar. Más de un centenar de municipios rodean los campos donde cada año se cultivan, en 120 hectáreas de tierra, las alubias de La Bañeza. Las lluvias, el clima y las manos maestras y artesanas que mantienen la tradición centenaria de su cultivo son los responsables directos de esta legumbre leonesa.

Alubias de La Bañeza.
 Las alubias de La Bañeza aportan a nuestra dieta un contenido en hidratos de carbono, proteínas de origen vegetal, fibra y un bajo contenido en lípidos. “Desde finales del siglo XIX se comercializaban y exportaban alubias en La Bañeza, resultando de ello un gran impulso al crecimiento y desarrollo de la población. En los primeros días del mes de octubre de 1931 alertaba “La Opinión” a los labradores bañezanos y de la comarca y a sus sociedades de la importación de alubia foránea, “que tanto perjudicará sus intereses”, y los convocaba a defenderlos tratando de conseguir para tal emblemático producto la necesaria protección arancelaria. Desde el mismo semanario se clama de nuevo el 14 de enero de 1932, en plena República, por la defensa a través de la propaganda de la afamada alubia bañezana (que llenaba por entonces, se dice, sacos vendidos como procedentes del reconocido Barco de Ávila), y se propone celebrar periódicas fiestas de la alubia para ensalzar y difundir tan singular producto, incitando a defender también los excelentes y apreciados vinos de la tierra mediante la creación de una escuela de catadores y la adecuada publicidad de sus virtudes”. Ahí queda eso.

Diferentes alubias de nuestra tierra, La Bañeza…

 El 15 de enero de 1936, la Unión de Productores Agrícolas Leoneses convocaba a los labradores y exportadores de alubias de la provincia a la gran asamblea que el domingo 19 se iba a celebrar en La Bañeza, y en la primera semana de abril los campesinos riberanos estaban preocupados con la pertinacia de las lluvias, tan perjudiciales para las labores agrícolas, con el mercado de alubias cayendo vertiginosamente y la cosecha de dos años sin vender, lo que genera una crisis económica que repercute en el comercio y la industria y hace que aumente el paro obrero, invadiendo la paz del campo un malestar general, agrandado al comienzo de mayo, cuando “al desempleo no se le ve remedio por ahora, siendo muchos los obreros que piden en la plaza, y más los ocupados que no ganan lo suficiente para alimentar a su familia”. Tela marinera. 

Desde los albores de la civilización, las legumbres aparecen asociadas, junto a los cereales, a los primeros signos de desarrollo gastronómico de los seres humanos, que hasta entonces se limitaban a comer frutos silvestres y, todo lo más, dorar al calor del fuego alguna pieza de caza. Desde la civilización egipcia hasta nuestros días, la presencia de garbanzos y lentejas ha sido permanente en nuestra alimentación. A estas legumbres se incorporarán posteriormente las alubias o judías que llegaron procedentes del Nuevo Mundo y que pronto se asentarían con fuerza en las mesas mediterráneas. 


 Los garbanzos provienen de Asia Occidental, pero pronto se popularizaron en el Mediterráneo y la India. Los fenicios los introdujeron en España, donde se convirtieron en un elemento habitual de la cocina. El simbolismo de las legumbres. Los antiguos egipcios llamaban al lugar en el que las almas de los muertos esperaban a la resurrección “el campo de alubias”. Es posible que el tabú de los órficos respecto a las legumbres se debiera a este simbolismo. En Grecia y Roma simbolizaban la muerte y las bendiciones de los que descansan bajo tierra. Plinio consideraba que había algo del alma de los antepasados en las legumbres. Los sacrificios con ellas eran una forma de comunicarse con el inframundo.
Patatas viudas… qué buenas.

Sobre el cocido maragato… “Hace mucho, mucho tiempo, cuando nuestra cultura era todavía muy joven ya surcaban estas tierras los primeros peregrinos llegados de la Europa Medieval. Aquellos que traían en el petate, además de su sabiduría, unas costumbres culinarias que no tardarían en arraigarse y adaptarse a estas latitudes. Esta es la razón de las similitudes que podemos encontrar entre los sabores y texturas más genuinos de nuestra cocina y los aportados por los recetarios tradicionales europeos. Históricamente el Camino de Santiago está ligado a todos los ámbitos de la cultura y, entre ellos, el gastronómico, pues el buen comer siempre ha sido un requisito fundamental para el peregrino que pretendía culminar cada etapa con éxito. Y qué mejor excusa que la de compartir mesa y mantel para escenificar esos momentos en los que, al olor de suculentas viandas, se intercambian historias, vivencias y confidencias”.

A la rica lenteja  pardina leonesa.

Como todas las legumbres, las lentejas (si las quieres bien, y si no las dejas), tienen un sólido arraigo en el panorama cultural gastronómico. La pardina, junto a la verdina y castellana tenían y tienen un papel muy importante en la dieta alimenticia de la población. Era tal que se hablaba de ellas, y en general de las legumbres, como "la carne de los pobres". Es por ello que en todas las casas de labor se sembraba siempre lentejas para el consumo doméstico y junto a los garbanzos, para el pago en "especie" de jornaleros. Con todo, no podemos dejar de señalar que la legumbre básica en la alimentación era el garbanzo, y la lenteja se consumía de forma más excepcional. Su siembra tenía la virtud de aprovechar la hoja de barbecho y restituir nutrientes, por lo que se adaptaba muy bien a las condiciones de producción imperantes. Por otro lado, la paja era muy valorada para la alimentación animal. No es de extrañar, dadas estas circunstancias, que en la mayor parte de los pueblos durante el siglo XIX, las lentejas aparezcan junto al trigo candeal, así como cebada, avena, centeno, etc., el vino y otras leguminosas. Pese a su difusión tradicional por amplias zonas de las llanuras, e incluso de las montañas de León, actualmente su cultivo está muy localizado en la comarca leonesa de Los Oteros.


Los guisantes fueron otra comida elemental para griegos, romanos y egipcios. Se cultivaban en grandes cantidades en la Cuenca Mediterránea, el Valle del Nilo y las regiones montañosas de Asia. Por nuestra montaña se hace un buen cocido de arbejos, y con su caldo, unas buenas sopas de pan. Una de las anécdotas de guisantes; no podemos dejar de nombrar a Gregor Mendel, que con sus experimentos con estas plantas sembró las bases de la genética. De las sopas de ajo y otros platos ya hemos hablado anteriormente… y recuerden… “Mientras comas bien y peas fuerte, ríete de la muerte”.


domingo, 27 de noviembre de 2016

NOTICIA: Unidos por la tradición

La feria se Santa Catalina congrega a más de medio centenar de stands y permite recrear y explicar el proceso de la matanza del cerdo .

Los dos goches serán cocinados y degustados hoy. CAMPOS -

JOSÉ Mª CAMPOS | CISTIERNA
La villa de Cistierna celebra la XXI feria de Santa Catalina y las XIV jornadas de la matanza con unos actos que se iniciaron ayer a las 10.30 horas con la degustación de la parva, es decir, orujo, mistela y pastas. Mientras ,la asociación de empresarios agroalimentarios de Cistierna hizo la presentación de las empresas participantes en el concurso de bodegones. Poco antes del mediodía llegaron los dos gochos muertos al reciento ferial y se inició el chamuscado y preparación.

Amedida que se realizaba la preparación de los gochos se iba explicando cómo se realizaba el proceso de la matanza hace años como por ejemplo la limpieza que se hacía chamuscando al animal con paja. Algunos niños participaron en la quema del gocho. Poco a poco se fueron sacando todas las piezas del animal para la elaboración de morcilla, jijas y carne. Este año el Ayuntamiento ha decidido no subasta el animal sino que será cocinado y degustado hoy. El numeroso público asistentes al recinto ferial situado en la plaza cubierta Carlos Álvarez pudo adquirir y degustar una amplia variedad de productos agroalimentarios en más de medio centenar de stands.

Por la tarde se celebró un taller sobre tradiciones de los pueblos. Se presentó el libro de Luis Carrizo “Entre todos la mataron” que habla sobre las tradición de la matanza, con la presencia del historiador Siro Sanz. La jornada finalizó con un magosto de castaña, sopara de ajo y la actuación de la banda de música de Cistierna.

Hoy domingo el recinto ferial acogerá un encuentro de pendones de la provincia don la presencia de más de medio centenar. Realizarán un desfile acompañados por el grupo de danzas “Peñacorada” de Cistierna. A las 14,30 horas se podrá degustar productos del cerdo. Por la tarde a las 17,00 horas se hará la entrega de premios y sorteo de los bodegones.

martes, 22 de noviembre de 2016

MÚSICA CORAL: CORAL ISIDORIANA

Actividad gratuita hasta completar aforo en el Museo Etnográfico Provincial de León.

Sábado, 26 de noviembre, a las 18:00 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja. Museo Etnográfico Provincial de León
Mansilla de las Mulas.  

  El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, dentro del programa denominado MUMUSET (Música Museo Etnográfico) creado con el deseo de introducir de manera activa a jóvenes y adultos en el uso musical del Museo, continúa su programación musical con una serie de Conciertos Corales durante el último trimestre del año.

En esta ocasión será La Coral Isidoriana quien nos acompañe con sus ya amplios repertorios desde su fundación en 1962 por Felipe Magdaleno Bausela, en la Real Colegiata de San Isidoro de León, y actualmente dirigida por Teodomiro Álvarez García. La música sacra y la música popular han estado presentes en su repertorio desde los mismos inicios, siendo además el coro titular de la Basílica de San Isidoro de León donde participa en las celebraciones litúrgicas más solemnes. Ha ofrecido conciertos en innumerables lugares de la provincia de León y resto de España, destacando su participación en Festivales, como el “Otoño Polifónico Arandino”, el “Villa de Avilés”, el “Certamen de Ejea de los Caballeros”, el “Ciclo Coral Internacional” de Polanco (Cantabria), etc.… habiendo colaborado en varias ocasiones con la “Orquesta Ciudad de León”, y con otros coros leoneses. En especial resulta cada año el concierto que ofrece en la tarde del Sábado Santo.

En su trayectoria la Coral también abordó el cancionero popular grabando diversos temas contribuyendo así a perpetuar su recuerdo en la memoria comunitaria. En los últimos años, ha continuado trabajando en este campo de la grabación, dejando como resultados varios CDs de cantos religiosos, así como alguno de cantos populares, además de tres CDs de villancicos.

Para conmemorar que este año se celebra el 400 aniversario de la muerte del Quijote dentro de su programa cuentan con títulos como: Al brillo de la luna de J. Brahms. Epitafios: A la sepultura de D. Quijote.  A la sepultura de Dulcinea de E. Halffter o Hasta los mancos de S. Ruiz de Luna. Dentro del título “Los caminos del norte” nos deleitarán con temas como: Negra sombra de J. Montes. Maitia, nun zirá? de J. Uruñuela. Extiende la red de A. Ruiz Martínez y Atardecer de E. M. Torner.

En temas relacionados con la cultura inmaterial leonesa tenemos títulos como: Tonada de ronda de A. Barja. Río arriba, río abajo de A. Barja y Eres como la nieve de C. Halffter. Además de títulos como: La palomita de S. Salaberri o Era una flor de J. Romo.


Es por ello que les invitamos a asistir a este concierto de Música Coral, que podrán complementar con la visita a la Exposición Temporal “Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva”, que puede ser visitada en el Museo Etnográfico Provincial de León hasta el 12 de febrero. La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

ACTIVIDAD REALIZADA




miércoles, 16 de noviembre de 2016

NOTICIA: Fotografías para hacer memoria

El Museo Etnográfico abre mañana ‘Inmaterial’, una muestra de excepción.

Carreta cargada de tinajas en una imagen tomada en Murcia en 1871.
 Es una de las 93 fotos de esta exposición. J. LAURENT

MARCELINO CUEVAS | LEÓN
El Museo Etnográfico de León con sede en Mansilla de las Mulas inaugura mañana jueves la exposición fotográfica Inmaterial. Patrimonio y memoria colectiva, que ha patrocinado el Ministerio de Educación y Cultura y que incluye imágenes de los más prestigiosos fotógrafos españoles, o residentes en España, de muy distintas épocas. Entre ellos figuran Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eustaquio Villanueva, Aurelio de Colmenares, Antonio Passaporte, Baltasar Cué, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero. A todos ellos les une su interés por las expresiones vivas de la cultura, las cuales supieron captar creando un legado de riqueza incalculable.

La exposición se divide en once apartados que hacen un repaso por las manifestaciones más importantes del patrimonio inmaterial. Las fotografías aparecen en la muestra ordenadas por grupos temáticos, no cronológicamente, ofreciendo un mosaico diacrónico dentro del que las imágenes dialogan entre sí hasta extraer los principales motores, a lo largo del tiempo, de la transmisión del conocimiento y de la identidad en cada contexto de la actividad humana.

Reúne la exposición un total de 93 fotografías, todas ellas proceden de los fondos fotográficos custodiados en el Archivo del Patrimonio Cultural de España, posiblemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes. María Pía Timón Tiemblo, etnóloga, y Antonio Muñoz Carrión, doctor en sociología, son los comisarios de una muestra con la que el Museo Etnográfico de León se suma al objetivo de preservar la riqueza de las tradiciones españolas que constituyen la esencia del Patrimonio Cultural Inmaterial, un conjunto de bienes que cuenta con el reconocimiento de la Unesco.

Javier Lagartos, Miguel Ángel Fernández y Adolfo Alonso. CUEVAS

martes, 15 de noviembre de 2016

EXPOSICIÓN TEMPORAL.

“INMATERIAL. PATRIMONIO Y MEMORIA COLECTIVA”.
  
Diputación de León. Museo Etnográfico Provincial de León.

FECHAS: 17 de noviembre 2016 – 12 de febrero 2017
INAUGURACIÓN: 17 de noviembre 12:00 h.
LUGAR: Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa para los meses de noviembre a febrero la Exposición Temporal Itinerante denominada “INMATERIAL. PATRIMONIO Y MEMORIA COLECTIVA”, producida por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el marco del Plan Nacional para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial por la Subdirección General del Instituto del Patrimonio Cultural de España y gestionado por el departamento de Promoción del Arte.

La exposición es un evocador recorrido por los orígenes del patrimonio inmaterial, a través de noventa y tres instantáneas de algunos de los fotógrafos documentalistas españoles y extranjeros más importantes. Las imágenes seleccionadas para la exposición constituyen interpretaciones visuales de manifestaciones culturales diversas, realizadas desde una visión plural. Forman parte de esta exposición las fotografías de Jean Laurent, Otto Wunderlich, Eutasio Villanueva, Aurelio Colmenares y Orgaz, Antonio Passaporte, Baltasar Cue, Luis Escobar, Pedro Ibarra y Cristina García Rodero entre otros. Estas fotos proceden mayoritariamente de los fondos fotográficos generados en el Certamen de Fotografía sobre Cultura Popular como los custodiados en el archivo del Instituto del Patrimonio Cultural de España, probablemente el fondo documental más importante de nuestro país en relación con las raíces de este tipo de bienes.

La participación del espectador se hace necesaria para añadir a las imágenes algo que está presente en ellas pero no de manera explícita. Las personas representadas en las fotografías, más allá de su apariencia física, se relacionan entre ellas e interactúan en diferentes lugares, ya sean festivos, laborales o domésticos.

María Pía Timón Tiemblo, Etnóloga del Instituto del Patrimonio Cultural y Antonio Muñoz Carrión, Doctor en Sociología, comisarios de esta exposición, han dispuesto una estructura temática en once grupos que muestran las manifestaciones más importantes del patrimonio inmaterial: la transmisión de la cultura, los protagonistas de la trasmisión, la sociabilidad y sus escenarios, el agua, la alimentación, el pastoreo, el transporte, la alfarería, los oficios ambulantes, la pesca y los rituales festivos.

El Museo Etnográfico Provincial de León se suma al principal objetivo de esta exposición que es celebrar la riqueza de las tradiciones culturales españolas que constituyen la esencia de lo que denominamos el “Patrimonio Cultural Inmaterial”, un conjunto de bienes culturales que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO.

Fotos de la Inauguración



D. Antonio Muñoz Carrión, Comisario de la Exposición.

Dª. María Pía Timón Tiemblo, Comisaria de la Exposición.


martes, 1 de noviembre de 2016

VISITA TEATRALIZADA: 11 DE NOVIEMBRE 2016

“Un paseo por la Feria de San Martín a través de las piezas del Museo”.

Recreador histórico: Pedro J. Mora Barrientos
              

Viernes, 11 de noviembre a las 12:00 h y a las 17,30 h.

Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita



El Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, por celebrarse en la Villa de Mansilla de las Mulas desde época medieval cada 11 de noviembre la Feria de San Martín, se suma a ésta con dos actividades lúdico didácticas relacionadas con la interpretación histórica y de cultura inmaterial sobre la importancia de las Ferias y Mercados.

Estas actividades especiales se desarrollarán en la sede del museo en forma de Visitas Teatralizadas tanto a las 12:00 h como a las 17:30 h. del día 11 y estarán a cargo del recreador histórico, Pedro J. Mora Barrientos encarnando la figura de un mercader, quien nos contextualizará las reuniones mercantiles a través de las áreas del Museo que tienen relación con ferias, mercados, venta ambulante, tiendas de ultramarinos, etc.

Los Mercados históricos de algunas localidades de León se documentan ya desde el siglo XI, acaparando la mayor actividad mercantil y comercial de la época. Poco más tarde, a principios del siglo XII, surgieron de forma estable las Ferias, que poseían un dominio comercial espacial y material más amplio que los Mercados, siendo posiblemente en la provincia la Feria de Sahagún (alrededor de 1152) la que posea su mayor antigüedad constatada.

Mercados y Ferias comercializaron toda clase de productos (granos, legumbres, hortalizas, tocino, fruta, pan, aceite, manteca de vaca, queso, ultramarinos, escabeche, paños, lino, linaza, lienzos del país, loza, alfarería, madera, aperos y artículos de lujo). Protegidos por la realeza, en el siglo XIII algunos de estos mercados y ferias consiguieron ser francos, es decir, libres de pagar impuestos. Esta herencia, sirvió para potenciar la productividad y las relaciones económicas que se desarrolló exponencialmente hasta finales del Antiguo Régimen y previo al desarrollo de los nuevos medios de comunicación (trenes, viarios, explotaciones, nuevas demandas, etc.), que hicieron que a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX hubiera un nuevo empuje de nuevos mercados y ferias, que en gran medida han sobrevivido hasta nuestros días.

A principios del siglo XIX en la provincia se celebraban ferias en 27 localidades, lo que suponía 33 convocatorias al año, a las que hay que sumar 15 mensuales de los feriones del entorno berciano, de los que queda actualmente la feriona de Villablino. El motivo principal era la compra-venta de ganados, que podían variar según la fecha del año.

La Feria de Mansilla de las Mulas se suma a las históricas y de protección real, puesto que aparece citada ya en la primera mitad del siglo XV y en 1485 los Reyes Católicos ya reconocen su importancia y apoyo decidido en oposición a la de León ciudad puesto que ambas compartían sus fechas a mediados del mes de noviembre, siendo fundamentalmente las transacciones de ganado de lo que en las dos ferias se trataba. La feria mansillesa fue afamada sobre todo por las transacciones de ganado caballar y mular, razón que produjo incluso la incorporación al nombre de la Villa. 

ACTIVIDAD REALIZADA




PIEZA DEL MES: NOVIEMBRE 2016

“Sillón frailero. Del Convento al Museo”.

Investigador: Víctor M. del Pozo Gómez
                      Escritor. Ingeniero Informático

Sábado, 5 de noviembre 17,30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta Baja.
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita



La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León, programa en el mes de noviembre para la actividad “Pieza del Mes” la disertación sobre un sillón frailero o silla de brazos. Esta pieza entró a formar parte de la colección del Museo por una donación que D. Luis Feijoo Ramos realizó en el año 2012. Este tipo de sillones se empezaron a utilizar en el siglo XVI, su denominación se debe a que su uso fue mayoritariamente en conventos aunque también se podía ver en casas de gente adinerada. Con el título, “Sillón frailero. Del Convento al Museo”, será Víctor M. del Pozo Gómez escritor e Ingeniero Informático el que nos introducirá en el origen y evolución de este tipo de mobiliario.

La silla tiene su origen en el trono con un significado simbólico de poder y autoridad como sede del monarca utilizándose con esta función ya en Asiria y Babilonia. Aunque son los egipcios realmente los primeros que las utilizan en la vida cotidiana, eran ejemplares en madera tallada con respaldo alto, con cuatro patas rematadas en garras de león.  En la antigua Grecia el sillón aún no estaba introducido en el ámbito doméstico y su uso era puramente ceremonial. En los hogares griegos, encontramos el klismos, silla con cuatro patas y dos montantes elevados sobre el asiento que sostenían un travesaño curvo de apoyo a la altura de los hombros, respondiendo a una posición más natural de la persona que está sentada. En el imperio Romano, el gobierno de la ciudad de Roma correspondía a dos ediles plebe, y dos ediles curules. Estos últimos, utilizaban una silla curul, en forma de X, que era la silla del alto Magistrado. En la Edad Media, son los sillones los que más se  utilizan, introduciendo su empleo desde las categorías más elevadas, civiles y religiosas, a las clases burguesas. Con la llegada del Renacimiento a España, aparecen unos sillones de origen italiano y diseño característico que serán denominados fraileros. Este tipo de sillones formaron parte del mobiliario español durante los siglos XVI y XVII, volviéndose a utilizar en el siglo XIX dentro de la corriente historicista cuando muchos estilos de épocas pasadas como el rococó, renacentista, gótico, etc. volvieron a estar de moda. En nuestros días la fabricación de la silla ya es industrial y su fabricación en serie, prima la comodidad y la funcionalidad con múltiples diseños. Se utiliza todo tipo de materiales desde la madera, al acero, hierro forjado, materiales plásticos, etc.

El sillón elegido como pieza del mes de noviembre es del denominado sillón frailero. Presenta respaldo de cuero repujado con motivos vegetales que crecen en torno a una especie de medallón central. La clavazón metálica, floriforme, es presumiblemente de bronce. Llaman la atención las empuñaduras circulares que se aprecian al final de los brazos, así como el doble respaldo, con columnas de madera en la parte inferior, debajo del respaldo de cuero, algo atípico.

Esta pieza sirve a su vez como base para explicar por parte de Víctor M. del Pozo Gómez, la historia de otro sillón frailero que se encuentra en el Museo de Valladolid y que le sirvió como argumento para escribir su novela “El sillón del diablo”.
ACTIVIDAD REALIZADA
F. Javier Lagartos, Técnico MEPL Y Víctor M. del Pozo
en la actividad Pieza del Mes.

Víctor M. del Pozo en varios momentos de su conferencia.



Público asistente


jueves, 27 de octubre de 2016

COLABORACIÓN: ES TEMPORADA DE SETAS…

De cardo, boletus, senderilla, San Jorge, níscalo…

"El mejor setero no es el que llega a casa con más cestas llenas, sino aquél que después de salir del bosque, no deja ningún resto o huella visible de su estancia"

Autor: Toño Morala

En el año 1961 ya se comercializaban setas en Castilla y León.
Hoy el otoño trae y tiene setas, muchas setas. Ya es temporada de setas, y andan los seteros con las cestas abiertas y navaja encorvados y con trajes de agua y botas cuando llueve. Ya les ves de lejos, mirando al suelo de tierra y poca hierba y matojos. Pero eso sí, hay que tener mucho cuidado y saber bastante de micología, esa ciencia que estudia setas y hongos; no se pueden coger a la ligera sin tener ni idea salvo que le metas a la barriga un buen susto lleno de retortijones y demás, e incluso la terrible muerte envenenado por las malas setas no comestibles. De ahí la necesidad de ante cualquier duda ponerse en contacto con las buenas gentes de asociaciones seteras y micológicas para que den su opinión sobre si son comestibles las recogidas en los buenos campos de nuestra provincia. León es un sitio magnífico para la recolección de estos manjares tan apreciados por los buenos paladares y gourmets. Hay buenos pinares y campos para las diferentes especies de hongos. El tiempo cuando acompaña, es un gran aliado para que nazcan sin ningún problema; algunos asocian la luna con el nacimiento y mejora del crecimiento de setas. Algo habrá cuando los entendidos hablan y comentan al respecto. “Con luna creciente cesto menguante, con luna menguante cesto abundante”, dice el refranero popular. 

Boletus de álamo a  esgalla, más de 50 kg.

Desde el inicio de los tiempos, los hongos y el hombre han ido evolucionando conjuntamente a lo largo de la vida. Los hongos han sido utilizados como alimentos, como elementos transformadores de los mismos, para la cura de enfermedades e incluso se han utilizado como sustancias alucinógenas en fiestas y ceremonias religiosas. Procedentes de las culturas prehistóricas han aparecido vestigios donde ya los pobladores europeos empleaban los hongos y setas. Los restos arqueológicos descubiertos han permitido rescatar de sus ropas y vestimentas, hongos secos utilizados como base para encender fuego y como alimentos propios, tal es el caso del hombre primitivo hallado congelado en los Alpes Suizos. Los relatos procedentes de la civilización Micénica hace unos 3.500 años, indican que su propio nombre puede deberse a una seta. Los egipcios ya tenían en cuenta a los hongos y podrían haberse utilizados con fines rituales, como así lo demuestra una pintura mural egipcia de la tumba del faraón Amenemhet que data de 1450 a. C. y también recogidos en forma molida en vasijas de las tumbas faraónicas, donde se les suponen fines curativos para realizar el gran viaje del muerto hacia la otra vida. Así mismo, producían pan y cerveza, en los que sus procesos de fermentación eran consecuencia de la intervención de hongos microscópicos. 

Riquísimos boletus y vadinias.

El naturalista romano Plinio el Viejo, establece en sus escritos las primeras normas para distinguir los hongos comestibles de los venenosos. Durante la Edad Media, como consecuencia de la enorme influencia religiosa, los conocimientos procedentes de los naturalistas griegos y romanos pasaron al olvido. Esta característica produjo un enorme retraso en el conocimiento de los hongos y aunque no se produjo ningún avance significativo en su conocimiento, sin embargo estuvieron muy presentes en la vida medieval. Su consumo además se vio afectado al aparecer el hongo parásito de los cereales (Claviceps purpúrea).

Una  cesta de Boletus reticulatus  y pinicula.

Una buena y correcta limpieza es fundamental. Si la riqueza y peculiaridad de aromas, sabores y texturas que poseen es lo que hace que las setas se consideren un manjar apetecible, las setas que más se han conseguido reproducir con éxito son los Champiñones (Agaricus bisporum) desde hace 100 años; el Pleorotus ostreatus (la seta “gris” de los supermercados), el Agrocibe Aegerita (seta de chopo) y en China y Japón el Shitake (Lentinus) que desde más de 200 años se consigue cultivar. A la hora de escoger los ejemplares para conservar hay que tener presentes algunas cosas; es necesario utilizar ejemplares jóvenes y no parasitados; debemos escaldarlos siempre al menos durante 5 minutos en agua hirviendo. Si se quieren setas congeladas en casa (las industriales es otro tema), esta forma de conservar se puede realizar de dos maneras, con las setas “al natural” o congelando las setas ya cocinadas. Hay que saber que las setas con láminas quedan algo peor y que no debemos de congelar las setas en crudo, y menos lavarlas, ya que al descongelarse se convertirán en una masa gelatinosa. En caso de querer congelar al natural, debemos escaldarlas, secarlas muy bien, y guardarlas en bolsas o recipientes especiales para congelador. Cuando congelemos setas cocinadas, debemos de hacerlo inmediatamente después de su preparación (una vez frías) y en un buen congelador.

Unas buenas setas


 Setas secas; aquí hay que hablar de nuestro gran amigo Simón López Quero, que allá en Valcuende las recoge y cuelga… no todas las setas valen para secarse. Hay que escoger setas que no sean parasitables (Rebozuelo; Marasmius; Colmenillas, Boletus en lonchas…). Si las setas no son muy gruesas las secaremos enteras, sino las laminaremos. El proceso de secado se puede realizar ensartando o atando las setas con hilo y colgándolas, o bien extendiéndolas sobre un papel de periódico o de embalar. En ambos casos hay que hacerlo en lugar seco y aireado. Una vez secas las podemos guardar en bolsas o tarros bien cerrados o bien molerlas para hacer polvo de setas, óptimo para condimentar guiso o sopas. Las setas secas hay que consumirlas en el año si no se ponen rancias. Estas son algunas de las setas comestibles que podemos encontrar por nuestra provincia: Boleto del pino, Bola de nieve, Champiñón, Hongo comestible, Matamoscas, Níscalo, Parasol, Pie azul, Seta de caña, Seta de chopo negra, Seta de los caballeros, Perrochico o Seta de San Jorge, Seta blanca de chopo, Seta de cardo, Senderilla....  Consejos; ante la mínima duda, no la coja. Si no está seguro de que es comestible, déjela o si la ha cogido tírela. No consuma las setas fermentadas, incluso las comestibles, podrían ser indigestas.

Setas de cardo

 No recoja todas las setas, deje siempre algunas para que así se dispersen sus esporas, y en los próximos años siga habiendo setas. Cortar las setas con navaja. No las arranque para no estropear el micelio subterráneo que en la próxima temporada dará más setas. No usar recipientes cerrados, utilizar cestas de mimbre abiertos (si tienen agujeros mejor) porque así reciben el aire y no fermentan tan rápidamente. Nunca utilice bolsas de plástico. Algunos de los buenos cocineros han puntuado de esta manera a las diferentes clases de setas; ponemos algunos ejemplos: Amanita cesaria (8-10), Agaricus campester (7-10), Boletus aereus (8-10), Boletus pinicola (8-10), Boletus reticulatus (8-10), Cantharellus cibarius (6-10), Coprinus comatus (6-10), Lactarius snguifluus (7-10), Macroepiota procera (8-10), Russula cyanoxanta (8-10), Tricholoma portentosum (8-10)… y así hasta un buen montón de setas riquísimas para cocinar de mil y una de maneras. 
Qué se puede decir…
 Boletus Pinicula.
                                             



Un ejemplar de Macrolepiota.













Y ahora tenemos que hablar de este gran amigo, Ángel Pescador; setero, gran cocinero y mejor persona, y que nos pone siempre de tapas en su taberna de Mansilla, desde buenísimas tortillas de patatas, cebolla y varias clases de boletus, ensaladas varias en crudo con manzana, kiwi, e incluso con melocotones de su propia cosecha. Unos revueltos de setas varias con huevo a la plancha que quita el hipo a un dinosaurio, y varios guisotes con setas como ingrediente principal, y eso sí, siempre frescas, pues se levanta pronto y se marcha a ellas, y es muy difícil que venga de vacío; de esa manera, casi siempre tiene algo bueno que ofrecer y además muy abundante. A las buenas setas… “A la plancha o revueltas, son una caricia que el paladar aprecia. Delicado manjar de carne carnosa… un emparedado de Macrolepiota. Guisadas con patatas o gratinadas con puerros, espero que te gusten. ¡Y buen provecho!”.

Otra buena cesta de setas de San Jorge.