martes, 27 de octubre de 2009

PIEZA DEL MES: NOVIEMBRE

TELAR "LA ROSENDILLA". Mantas y cobertores.

Investigador: Miguel Ángel Cordero (Director Museo "La Comunal" y Batán del Val de San Lorenzo).
Sábado 7 Noviembre 19 h.
Domingo 8 Noviembre 18 h.


En coincidencia con el inicio de los meses más fríos y al principio de noviembre, con motivo de la FERIA DE SAN MARTÍN en Mansilla de las Mulas y al ser la actividad textil una tarea eminentemente invernal, complementaria de la economía agrícola y pastoril e incluso urbana de los talleres y gremios artesanales, programamos la comunicación del telar de mano y lanzadera de "La Rosendilla", del Val de San Lorenzo existente en los fondos expuestos del Museo.


Exhibido en el Área Textil de la Colección Permanente y proveniente de la artesana del Val, Aurora Cordero “La Rosendilla”, nieta de José Cordero Jeijo (que obtuvo la técnica de los talleres palentinos en 1858), instalado en el Museo bajo el asesoramiento de Dolores Fernández, por Serafín Cuesta Alonso (maestro tejedor del Val) y Francisco Ovidio Navedo (Tintorero del Val), ha sido restaurado y montado en la exposición actual por el hijo de Serafín, también llamado Serafín.

Se trata de un telar de mano y lanzadera, de bajo lizo y doble tejedor, para la realización de los cobertores y barrendos maragatos, y será el Director del Museo La Comunal y Batán Museo del Val de San Lorenzo quien nos introduzca en la historia y la técnica de la fabricación de mantas y cobertores textiles tradicionales.
Asimismo, dos de los artesanos actuales del Val de San Lorenzo pondrán en marcha su funcionamiento durante el coloquio para demostrar su utilidad, función, uso y estado.

Por último y no menos importante contamos con la colaboración inestimable de Maria José Cordero, que  envolverá con la musicalidad el lenguaje científico del comunicador.
Es por ello que este mes la triada de materia, imagen, palabra, música y sonido convierten a la Pieza del Mes, en un fenómeno de primer orden museológico. Disfruten.



sábado, 24 de octubre de 2009

La mirada etnográfica

Por Luis Miguel Vila. Licenciado en Historia
Para no ver no es imprescindible ser ciego o cerrar los ojos”, este pensamiento está escrito en la exposición fotográfica titulada el “Atlas de Borges” que estos días se exhibe en el Centro Leonés de Arte. Es una buena síntesis para hacer una llamada de atención contra una falta de sensibilidad cultural hacia la arquitectura tradicional que no sólo pone en peligro nuestro patrimonio etnográfico y tradiciones por su olvido sino que incluso hace pender siempre la amenaza de la destrucción directa de lo poco que va quedando.
Lo dicho entra en relación con la presencia en el mismo edificio de otra e
xposición pictórica “Arquitectura y paisaje en La Cabrera” de Pilar Ortega, autora de una colección de dibujos en blanco y negro, y Severino Carbajo, con una serie de óleos en color, exposición que nos sirve de chispazo en la mecha de una reflexión sobre el arte y su relación con la ciencia en general y la etnografía en particular, abundar en el punto de vista estético de la ciencia, de que el arte es una aproximación a la ciencia más sensible, más flexible y más cercana. La ciencia y el arte son dos formas de tratar con la experiencia y hacerla más inteligible.
Desde un punto de vista lógico sabemos que no sólo los sistemas teóricos, incluso el mundo entero, pueden ser refutables desde innumerables puntos de vista dependientes de la subjetividad del observador, es decir, si hay muchos puntos de vista desde los que podemos acercarnos a la ciencia es igual de válido acercarnos desde un punto de vista de sensibilidad, belleza, armonía u otras consideraciones de carácter estético, entendiendo la estética no en su faceta artística sino en la vertiente de la sensibilidad humana, buscando establecer asociaciones sensoriales y afectivas en busca de filiaciones y comprensiones.
En etnografía la sensibilidad estética ayuda a liberar a sus estudiosos de la obsesión por las descripciones realistas, permaneciendo la pintura realista en el limes entre un enfoque artístico y el enfoque estrictamente epistemológico. Es aquí donde justamente situamos la obra de Pilar Ortega y Severino Carbajo.
El acercamiento de estos dos artistas a la arquitectura de La Cabrera, en su propio proceso de enculturación cabreiresa, es desde la valoración de lo pintoresco, lo singular, probablemente con una visión teleológica hacia lo mítico, no en vano, la arquitectura de La Cabrera es una arquitectura tradicional de las más antiguas y valiosas de Europa, hundiendo las raíces constructivas de sus construcciones auxiliares más sencillas en los castros de la Edad de Hierro, todo ello a la sombra del Teleno, adorado por las tribus astures y explotado por las legiones romanas.
Llama la atención el realismo artístico y naturalismo etnográfico de Pilar Ortega, en su forma de acercarse a la arquitectura tradicional de La Cabrera, como ejemplo de la utilidad del arte como herramienta de estudio etnográfico, utilizando sólo el monocromatismo del lapicero como una forma de captar, simbolizar y llamar la atención sobre la austeridad y humildad de estas construcciones, a la vez que nos presenta una ausencia total de figuras humanas, sólo aparecen algunas siluetas antropomorfas en las barandillas de los corredores, haciendo una llamada de atención sobre la creciente despoblación de esta comarca leonesa. Y un tercer aspecto destacable, cada vez son menos los conjuntos arquitectónicos representados en los dibujos de Pilar Ortega, al contrario que sus primeros dibujos donde los grupos de edificios aparecían con frecuencia, ahora mayoritariamente representa detalles y construcciones aisladas, en una forma de denuncia de que esta arquitectura como conjunto está desapa
reciendo y cada vez sus testigos son más escasos y aislados, perdiendo con ello cada vez más su personalidad como conjunto.
Estos mensajes de la experiencia que nos trasmiten los cuadros nos empujan a una reflexión que gira entorno a la imagen, en este caso la pintura, como testimonio etnográfico. El poder de la imagen reside en que al ser mirada produce sentimientos y emociones, la experiencia se interpreta, se organiza y da sentido a una mirada. Con ciertas imágenes, y aquí podríamos incluir las etnográficas, participamos a través de una identificación con los mensajes recibidos y compartimos con el grupo unas mismas vivencias, de alguna manera el yo individual se desvanece para formar parte emocionalmente de una colectividad.
Las imágenes de los cuadros de Pilar y Severino cumplen tres grandes funciones, por una parte la documental como testimonio de una realidad singular que está cercana a no repetirse nunca más, por otra parte una función artística, ya que busca hurgar en nuestra sensibilidad respecto a los paisajes de nuestra provincia y, por último, una función textual, la pintura es un medio de transmitir ideas y conocimientos. Es por estos motivos que entendemos que es totalmente válida la utilización de la pintura como un método cualitativo de investigación etnográfica, creando una etnografía visual, que desearíamos que fuera incluso multimedia, por lo menos en su divulgación, son loables en este sentido los esfuerzos que está haciendo el Museo Etnográfico Provincial en Mansilla de las Mulas
www.etnoleon.com.
Animo al lector a cumplir con la ley del etcétera, que básicamente dice que un espectador suple con su imaginación lo que en una imagen no ve, ampliar la visión holística, es decir, la capacidad para captar el contexto de una forma global. Sería deseable que a la vista de esta serie de cuadros el espectador intente conocer el entorno en que está situada esta arquitectura bien documentándose o, mejor aún, visitando La Cabrera, un paisaje que a buen seguro no les va a defraudar. Mientras tanto, éstos y otros artistas, ¿nos seguirán señalando eternamente lo que ha sido y ya no es?

jueves, 15 de octubre de 2009

COFIAS HOLANDESAS, MANTILLAS ESPAÑOLAS Y PAÑOS DE OFRENDA


El próximo LUNES 19 DE OCTUBRE, en horario vespertino y de forma extraordinaria, el Museo Etnográfico Provincial de León en Mansilla de las Mulas permanecerá abierto desde las 17,00 hasta las 20 horas para acoger la presentación e inauguración (17:30 h.) de la exposición temporal bifocal “Cofias Holandesas, Mantillas Españolas y Paños de Ofrenda” que permanecerá hasta el 29 de noviembre de 2009, coincidiendo con la presencia en el Museo de la visita de los participantes del X Congreso Internacional del Encaje (que este año gira alrededor de la figura de la reina Juana I de Castilla, organizado por la Asociación del Encaje de Castilla y León), así como la realización del PROGRAMA PIEZA DEL MES (18:00 h.), que en esta ocasión contará con la Etnógrafa Dña. Concha Casado, y disertará-guiará sobre “El Paño de Ofrendas de la colección Julio Carro Carro”, y las tradiciones sociales y religiosas que representan.


Reunir, catalogar y mostrar encajes españoles y belgas, fruto de la participación entre el Museo Etnográfico Provincial de León y el Museo del Encaje de Castilla y León, así como la colaboración del Museo De Meestoof de Sint-Annaland (Holanda), y su vinculación a la celebración del X Congreso Internacional del Encaje), han sido los objetivos clave de esta exposición.

La muestra consigue reunir a varios países, comunidades, museos y distintas tradiciones sociales y religiosas, a través del hilo conductor de las formas y técnicas eruditas desarrolladas en tres secciones. Las dos primeras, cofias y mantillas, se exhiben en el Museo Etnográfico en Mansilla de las Mulas y la tercera, paños de ofrenda, en el Filial del Museo del Encaje de Castilla y León en Villar del Monte.

Piezas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX cuya oportunidad única de exhibición conjunta, la frágil conservación material de la seda, su exquisita técnica de bolillos, el esfuerzo personal manual de fabricación, su innegable calidad artística y representatividad histórica, así como la catalogación y publicación de dicho conjunto, confieren a la exposición un carácter excepcional de primer orden.

Podemos contemplar en la exposición de Mansilla de las Mulas 22 cofias procedentes del museo De Meestoof de Sint-Annaland (Holanda) y 12 mantillas españolas del Museo del Encaje de Castilla y León (Tordesillas), así como el Paño de Ofrendas de la colección Julio Carro del Museo Etnográfico Provincial de León, complementados con material explicativo del proceso de elaboración y las distintas técnicas en el encaje de bolillos y realización de cofias, y representaciones de la joyería asociada a éstas.

Cofias y mantillas están elaboradas con bolillos (encajes de hilos continuos con fondo de tul). Técnica hoy casi desaparecida, y recuperada en proyectos como la escuela de encaje de Temse (Bélgica) y en el Museo del Encaje de Castilla y León en Tordesillas.

Las Cofias realizadas en encaje fino de Beveren (Bélgica) estaban destinadas a ornamentar trajes femeninos holandeses tanto católicos como protestantes. Además de encaje, presentan bordados en blanco realizados con múltiples técnicas.

Las Mantillas, como la pieza más representativa de la indumentaria de la mujer española, de larga evolución en forma y uso hasta la actualidad, resultan increíblemente delicadas, siendo elaboradas mediante hilo de seda las de técnica blonda y Chantilly, o con hilo finísimo las de ret-fi catalán.


Se complementa y completa la exposición con la segunda de las sedes, en donde una selección de Paños de Ofrenda ha sido reunida y expuesta en la filial del Museo del Encaje de Villar del Monte (León), que representan una tradición social y religiosa muy desarrollada en las comarcas leonesas y reinterpretada mediante la introducción en la indumentaria tradicional de los trajes populares y de gala de danzantes, así como una muestra de arquitectura popular recuperada para nuevos usos.

PIEZA DEL MES: OCTUBRE

PAÑO DE OFRENDA. Tradición cultural y religiosa.

Investigadora: Concha Casado Lobato (Investigadora Emérita del Consejo Superior de Investigaciones Científicas)


Durante el mes de Octubre y en relación con la visita del X Congreso Internacional del Encaje, y coincidendo con la inauguración de la exposición temporal bifocal "Cofias Holandesas, Mantillas Españolas y Paños de Ofrenda" en colaboración con el Museo del Encaje de Castilla y León, tanto en el Museo como en el filial del Encaje de Villar del Monte, programamos la Pieza del Mes.

En esta ocasión, y de forma excepcional tanto el día de la inauguración de la exposición el lunes 19 de Octubre a las 18 horas, como el domingo siguiente 25 en el mismo horario, la disertación de la prolija investigadora, persona, etnógrafa,  antropóloga e historiadora, versará sobre una de las joyas de la colección de D. Julio Carro Carro, el Paño de Ofrendas del Museo procedente de Santa Colomba de Somoza y ingresado en la colección a mediados de los años '60 del siglo XX.

Es por ello que habiendose instalado dicha joya en la exposición, y de contar con una sección de Paños de Ofrenda en La Cabrera, nos parece muy adecuado contar con la insigne propuesta para hacernos partícipes de uno de los elementos señeros del Área de la Religiosidad Popular, en concordancia con el tema de exposición y que permanecerá en el Museo para darle sentido a la exposición temporal.

De esta manera la Pieza del Mes elegida existente en la colección permanente del Museo cobra un lugar representativo en el marco de la exposición, acercando la conformación técnica, morfológica y tipológica, así como uso y rituales asociados al espectador, para entender en su justa medida el significado religioso, cultural y social que portaba así como sus reinterpretaciones posteriores.




sábado, 10 de octubre de 2009

Arquitectura tradicional culta leonesa.


Por Luis Miguel Vila. Licenciado en Historia.

La Carta del Patrimonio Vernáculo Construido (ICOMOS 1999) define que el Patrimonio Tradicional Construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo, la expresión de la diversidad cultural del mundo. Cuando uno recorre la provincia de León y se queda maravillado por las casas tradicionales que aún se conservan inmediatamente surge la inquietud de la necesidad de una arquitectura tradicional culta leonesa, es decir, edificaciones con proyecto arquitectónico, que pueda aplicarse a restauraciones de casas tradicionales, a las casas de estilo tradicional de nueva planta y casas modernas con elementos tradicionales.
En otras regiones españolas, el caso de Cantabria es sorprendente, en construcciones tan modernas como chalets adosados son fácilmente reconocibles una serie de detalles de su arquitectura tradicional que se repiten invariablemente, unos literalmente y otros reinterpretados, y que constituyen una arquitectura diferenciada con personalidad propia y que sirve como un elemento de autoestima enormemente eficaz para sus gentes.
La tipología de la casa leonesa es algo más difícil de definir ya que en León ha predominado la evolución desde la casa terrena del siglo XVIII, que en la mayoría de los casos constaba de una cocina donde hacía toda la vida una familia, y que evolucionaba como un elemento orgánico que iba creciendo según aumentaban las posibilidades económicas de la familia con la adenda de otras estancias.
En qué podemos colaborar o trabajar para hacer reconocible esta arquitectura tradicional leonesa y que tenga una coherencia de estilo, forma y apariencia; básicamente en la preservación de los volúmenes, en el uso de los materiales de construcción que siempre hemos tenido a mano; mampostería, pizarra, canto rodado, adobe o tapial, revocos o trullados de barro, este último en múltiples manifestaciones con el que se construyen edificios de lujo en muchas partes del mundo tan dispares como California o Marruecos y que ha sido usado por arquitectos tan revolucionarios como Frank Lloyd Wright, es por ello paradójico que una inmensa mayoría de los leoneses asocien la construcción en barro a la miseria y a unos modelos de vida ya superados que hay que eliminar de la memoria, sin embargo, si vamos consiguiendo que progresivamente vean sus casas en libros, exposiciones y medios de comunicación les hará ver éstas como algo a valorar y a conservar.



Otros elementos característicos de la arquitectura de esta provincia son visibles en las fachadas en forma de corredores, lo primero que singulariza la casa tradicional de León, ya que casas con corredor hay repartidas por toda la geografía leonesa. Estos corredores se manifiestan en la fachada principal abiertos y cerrados a modo de galería, con o sin tornapuntas. También son de una calidad estética notable los corredores interiores con portalinas (corredor sobre un pórtico) en la parte posterior de la casa. Es recomendable el uso de tejas y losas acordes con el entorno, los colores tierra tan cálidos de las fachadas y que tanto mimetizan las edificios de los pueblos con el paisaje circundante, un particular acierto son las casas agrarias de la Ribera con balcones o corredores y las casas de Tierra de Campos, sólo hay que darse un paseo por Santa María del Monte de Cea, un pueblo que emerge como fruto nacido de la tierra, para valorar su personal encanto. Particularizan también en otras comarcas leonesas las escaleras de acceso exterior de piedra o patines, los testeros resaltados y escalonados con grillandas y, por supuesto, la creación de evoluciones particulares de cada uno, ya que la tradición no es una cuestión estática sino dinámica y continua, no sólo hicieron tradición nuestros abuelos sino que nosotros la estamos haciendo también ahora. La reproducción de estos elementos arquitectónicos tradicionales en nuevos proyectos es una manera de equilibrar la imparable pérdida de estas construcciones por toda la provincia y lo que esto supone de herida para la cultura leonesa.
Los arquitectos leoneses tienen un importante papel en la posibilidad de sugerir estas tipologías, elementos distintivos y materiales autóctonos en edificaciones de nueva planta, ya Vitrubio, arquitecto romano del siglo I a.C. en sus “Diez libros de arquitectura” alabó la tierra cruda para construir todo tipo de edificios, palacios incluidos, a pesar de la dificultad que se les presenta por la omisión de este material en el Código Técnico de la Edificación de 2007 que descarta a priori enormemente su uso práctico en las nuevas construcciones al no poder ser homologados por las empresas de control de calidad para los seguros decenales obligatorios, con la particularidad sorprendente que el barro está incorporado ya en muchos códigos técnicos de otros países.
En el fondo se trata de convertir nuestra arquitectura tradicional en un espacio o lugar de vida contemporáneo que a su vez es una remembranza de la historia de nuestras raíces y cultura. Es el compromiso de la gente con su tierra, su tradición y su patrimonio tangible e intangible un símbolo del progreso de los pueblos.