martes, 30 de abril de 2013

NOTICIA: Concha Casado reina en el Museo Etnográfico

dl | león 27/04/2013
La Diputación de León presenta hoy, a partir de las 18.30 horas, la Pieza del Mes de abril en el Museo Etnográfico de Mansilla que, en esta ocasión y con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro, se centrará en la bibliografía de la etnógrafa leonesa Concha Casado.
El encargado de presentar la pieza del este mes será Pío Cimadevilla, que ha sido cronista y biógrafo de la vida personal y profesional de Concha Casado y que, además, es amigo personal y discípulo, ya que la etnógrafa siempre ha mostrado su apoyo a las personas que se dedican al estudio y la investigación tanto en el ámbito leonés como en el del conjunto del país.
Esta iniciativa se realiza con el objetivo de poner en valor la figura de la etnógrafa, después de haberle hecho entrega de la Medalla de Oro de la Provincia. Asimismo se está preparando la inauguración de la biblioteca que llevará su nombre, que se realizará en breve plazo y estará ubicada en el propio Museo Etnográfico de Mansilla.
En este caso, a través del programa La Pieza del Mes, se realizará un análisis y comentario de la producción bibliográfica de Concha Casado durante toda su carrera investigadora.
Durante la presentación se hablará sobre las diferentes obras de Casado, desde su magnífica tesis lingüístico etnográfica El habla de la Cabrera Alta, del año 1947, hasta el último y reciente libro de La Cabrera, tal como era publicado por la Diputación de León en 2012 con motivo de la concesión de la Medalla de Oro de la Provincia.
Tampoco se olvidan los últimos proyectos de la investigadora, como Un carro chillón y algo más, el nuevo libro que Casado encabeza junto a otros investigadores y que mañana se presenta en el Val de San Lorenzo.
Esta publicación continúa los libros sobre la escuela madrileña de cerámica en 1926 en el Val, así como la serie fotográfica del profesor Aniceto García Villar. 

Pío Cimadevilla en un momento de su exposición junto con
Concha Casado, Jesús Celis y demás asistentes. Foto MEPL

NOTICIA: El libro 'La casa con cubierta de paja', de Joaquín Alonso, analiza este tipo de arquitectura popular de León

martes, 09/04/13 - 16:24 LEÓN, 9 (EUROPA PRESS)

La Fundación MonteLeón ha presentado este martes el libro 'La casa con cubierta de paja', cuyo autor es el etnógrafo e investigador leonés Joaquín Alonso González, y el cual forma parte de la colección sobre el estudio de la etnografía, tradición y arquitectura popular leonesa de la Fundación.


El libro 'La casa con cubierta de paja', de Joaquín Alonso, 
analiza este tipo de arquitectura popular de León 
Este libro trata de unir, sistematizar, analizar y definir una serie de tipologías de casa con cubierta de paja, que habitualmente y por defecto se llaman 'pallozas', pero que en realidad contempla una diversidad más amplia, desde casas de teito lacianiega, casas de sobera, casas de horcas y prejidas, y casa común de techo. Pero también las construcciones auxiliares, como los pajares, los hórreos, los molinos y las chozas o corrales.
Es decir, un tipo de construcción que está en "claro retroceso" por lo que este libro permite no sólo su estudio, sino que también aporta las claves para su restauración, conservación y mantenimiento.
"Hoy, cuando el mundo rural necesita tantos puntos de apoyo para fabricar su futuro, la conservación de este tipo de construcciones puede ser un excelente instrumento para que se valore esta demostración de arte popular y se apoye su puesta en valor y rentabilidad cultural", ha defendido el gerente de la Fundación MonteLeón, Dionisio Domínguez.
El autor, Joaquín Alonso González, lleva más de veinte años recopilando información y fotografías de este tipo de construcciones populares en la provincia leonesa, y el libro se asienta en imágenes de principios de siglo pertenecientes a dos fondos: el de Lueje, depositado en el Museo del Pueblo de Asturias, donde se ven casas de la montaña oriental, y en el archivo de José Luis Martín Galindo, del departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid.

Se creen que el origen de este tipo de viviendas es celta pero, según ha explicado el autor del libro, "no es cierto" ya que el contexto cultural es distinto. "Aunque tengan la misma forma, aquí había necesidades agrícolas y ganaderas individuales, mientras que en la cultura celta la economía era comunal", ha aclarado Alonso.
En este sentido, la herencia más próxima es la medieval y se han mantenido estas construcciones hasta los años 80. "Dos tercios de la provincia leonesa tuvo casas con cubierta de paja, pero a partir del siglo XVIII se empezó a utilizar la losa y la teja", ha indicado el autor.
Para Domínguez, Joaquín Alonso es un leonés "inquieto, etnógrafo y uno de los mejores estudiosos y conocedores de las tradiciones leonesas en todos sus aspectos, desde las leyendas, la artesanía popular, rutas poco transitadas por el territorio leonés, fiestas populares, hasta creencias y supersticiones populares".


CONTENIDO DEL LIBRO
El libro tiene un prólogo, firmado por el presidente de Caja España-Duero, Evaristo del Canto; una introducción y unos capítulos correspondientes al aspecto geográfico, dedicados especialmente al modo de vida basado en la economía ganadera. Otro capítulo habla de la herencia, donde se comentan antecedentes, y otro sobre los aspectos generales de la construcción, además de uno sobre las ordenanzas que dan motivo a las tipologías.
Según el propio autor, los capítulos "más fuertes" son los que hablan de cada uno de los modelos de arquitectura popular, con sus fotografías; además de las construcciones auxiliares "que también formaban parte del paisaje".
El libro añade un capítulo "curioso" sobre cómo se organizaban los concejos para paliar los incendios que arrasaban con este tipo de casas y, un último capítulo, con las conclusiones donde se trata la pérdida "de manera escandalosa" de este tipo de arquitectura. "Es un patrimonio excepcional y único que se ha dejado perder. Son casas difíciles de conservar si no es con ayuda pública", ha concluido Alonso.
(EuropaPress)

jueves, 25 de abril de 2013

PIEZA DEL MES. ABRIL 2013


“EL LEGADO BIBLIOGRÁFICO DE Dª CONCHA CASADO LOBATO al MUSEO”

Investigador: Pío Cimadevilla. Biblioteca Pública de León.

Sábado, 27 de Abril 18,30 h.
Biblioteca Concha Casado. Planta Segunda.
Museo Etnográfico Provincial de León, Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita

Este año en conmemoración del Día Internacional del Libro y ante la puesta en funcionamiento de la nueva Biblioteca Etnográfica “Concha Casado” en el Museo Etnográfico de la Diputación de León, éste se plantea realizar varias actividades relacionadas así como un pequeño homenaje propio a la insigne etnógrafa leonesa.

En este caso analizando y comentando la producción bibliográfica propia generada por Dª Concha Casado en toda su carrera investigadora profesional, y que ha sido objeto de cita reiterativa en toda la bibliografía sobre la cultura tradicional hispana y leonesa en particular, sobre todo en Indumentaria y como no, de su amada Cabrera.

Pues bien, con motivo de la donación de ésta producción conjuntamente con el resto de su biblioteca personal a este Museo Etnográfico Provincial de León, que mejor ocasión que volver a contar con ella, con la que aún continuamos trabajando a pesar de su longeva edad y seguimos molestando porque también su extensa sabiduría consuetudinaria nos es revelada en nuevos detalles de cualquier conversación disfrutada con ella, mediante ese orgullo, tesón y personal forma de entender la voluntad e imperiosa necesidad de estudio que solo puede comprender y justificar aquel que ha ofrecido una vida completa a la investigación del ser humano, su cultura, su lingüística y sus creencias y por todo ello auténtica Antropología Cultural.

Y qué mejor que conocer todo ello de la mano de uno de los que han sido cronistas biógrafos de su vida personal y profesional, D. Pío Cimadevilla, que regresa a este museo, esta vez no como investigador de heráldica que ya analizó los escudos del antiguo convento hoy museo, sino también como amigo personal y discípulo aunque solo sea por el apoyo que siempre mostró la etnógrafa sobre los que voluntariamente se afanan en el estudio y la investigación paciente, leonesa o hispana, y sobre todo la histórica, etnográfica, lingüística, religiosa, etc.

Son tantos los temas y tanta la producción que dan para esta y para más conferencias. Pero en este caso, en el Museo y contando con su presencia, sacaremos a la palestra, desde su magnífica tesis lingüístico etnográfica “El Habla de la Cabrera Alta…” allá por el año 1947 hasta el último y reciente libro de “La Cabrera, tal como era” publicado por la Diputación de León en 2012 con motivo de la concesión de la Medalla de Oro de la Provincia….pero sin olvidar los ya proyectos futuros que se materializan, puesto que al día siguiente 28 de Abril, se presenta en el Val de San Lorenzo, el nuevo libro encabezado por la autora y otros investigadores que continúa las series sobre la Escuela madrileña de cerámica en 1926 en el Val, y que en este caso continúa la serie fotográfica del profesor D. Aniceto García Villar con el denominado “Un carro chillón y algo más II”.

Por todo ello es más que motivo de satisfacción contar con Dª Concha, “la chica del mandil” de la Cabrera, para ofrecerle nuestro pequeño homenaje y nuestro reconocimiento, a una persona que ha aportado tanto en una fecha tan señalada.

martes, 23 de abril de 2013

NOTICIA: Los felices años 20

VAL DE SAN LORENZO. Presentan el segundo volumen de ‘Un carro chillón y algo más’.
s. lópez | redacción 23/04/2013

Ambientadas en la década de los felices años 20, un amplio archivo de imágenes de la localidad de Val de San Lorenzo, fotografiadas por Aniceto García, profesor de la Escuela Madrileña de Cerámica, se convierten en testigo antropológico a través del segundo volumen de Un carro chillón y algo más. Tomadas durante el verano de 1926, las instántaneas reflejan la vida y hospitalidad de la localidad a través de su gente, sus oficios, e incluso su religiosidad.

 Instantánea de Martín Alonso y familia
 tomada durante el verano de 1926. dl
La historia que cuenta la serie de este ejemplar a través de fotografías se plasmó a lo largo de las seis semanas de estancia de los profesores y los alumnos del curso de verano de la Escuela Madrileña de Cerámica en el Val de San Lorenzo. La escuela, al estar ligada a la Institución Libre de la Enseñanza, buscaba la convivencia y la integración de los alumnos con los vecinos del pueblo.
En la foto de la portada, se puede observar a Francisco Alcántara, director y fundador de la Escuela Madrileña de Cerámica, con su sombrero y el periódico bajo el brazo. A su lado, su hijo Jacinto Alcántara, el cual era también profesor de la Escuela y le sucedería como director de la misma, una vez finalizado el Curso de Verano de Val de San Lorenzo. Asimismo, aparece una señora que está sentada, y que se trata de una vecina del pueblo, Severina Cordero de la Puente.
En cuanto a la contraportada, aparecen tres imágenes. la de arriba, muestra a las hermanas Benita y Apolonia Cordero, mientras que debajo de ellas, hay un retrato de Pablo García, esposo de Aurora ‘La Rosendilla’ y debajo de éste, un niño pastor sin identificar.
El libro, editado por el Ayuntamiento del Val de San Lorenzo y patrocinado por la Fundación Conrado Blanco de La Bañeza se presentará el próximo domingo, día 28, a las 18.00 horas en el Museo Textil de Val de San Lorenzo.
 
Modelos para el verano de 1926 ( Diario de León - 25/04/2013 )
El museo textil de Val de San Lorenzo presenta este domingo el segundo volumen del libro sobre la labor de la Escuela de Cerámica en la localidad a principios de siglo.
 
cristina fanjul | león 25/04/2013 
 

Un Carro chillón y algo más, es el segundo volúmen de fotografías que Aniceto García Villar, profesor de la Escuela Madrileña de cerámica, realizó a lo largo del curso de verano de 1926 llevado a cabo por dicho centro educativo en Val de San Lorenzo. Este segundo libro, que se presenta el próximo domingo, recorre los rostros de los vecinos del pueblo con la indumentaria propia de la época. Los autores han realizado una ingente tarea de investigación y han conseguido identificar no sólo a los protagonistas de las imágenes sino que incluyea una descripción pormenorizada de la arquitectura que aparece en muchas fotos.
Cuenta Miguel Ángel Cordero que en el verano de 1926 recaló en Val de San Lorenzo la expedición de alumnos y profesores de la Escuela de cerámica de la Moncloa para realizar un curso de verano de dos meses de duración. Francisco Alcántara creó la escuela como extensión de la Institución Libre de Enseñanza y entre los profesores que dieron clase en la escuela destacan los Zuloaga (padre e hijo), Mariano Benlliure, Maruja Mayo o Vázquez Díaz. Un grupo de estudiantes llegaron entonces a Val de San Lorenzo y fueron repartidos por las casas del pueblo para convivir junto a sus vecinos. «Durante los dos meses de estancia se realizaron unos 300 trabajos en acuarela, así como algunos a base de arcilla», destaca Cordero.

El director del museo del Valde San Lorenzo destaca que en la mayoría de los trabajos aparecen los vecinos como modelos, que posaban para los jóvenes artistas recibiendo a cambio una cantidad de dos pesetas
Pues bien, este libro reúne unas noventa imágenes inéditas que el fotógrafo Aniceto García Villar realizó para dejar constancia para generaciones venideras de todo lo que había en Val de San Lorenzo.

Explica Miguel Ángel Cordero que estas imágenes se reconocen por su perfección y calidad, ya que fueron tratadas con plcas de cristal y plata, sin utilizar artificios.

El libro consta de ocho capítulos: Vida y Hospitalidad, alumnos y profesore, modelos y prácticas, paisaje y arquitectura, labores artesanas y faenas agrícolas, religiosidad popular, trabajos de campo y cultura material.

La obra ha sido editado por el Ayuntamiento de Val de San Lorenzo y está patrocinado por la Fundación Conrado Blanco de La Bañeza. Las fotografías son propiedad del Museo de Historia y el ayuntamiento de Madrid. En esta investigación han trabajado Concha Casado Lobato, José Ramón Ortiz del Cueto, José Luis Puerto, José Manuel Sutil Pérez, Javier López-Sastre y Miguel Ángel Cordero López.

La identificación de la indumentaria descrita, está realizada por José Manuel Sutil Pérez, trabajo en el que ha contado con la colaboración de Lorenza de Cabo Andrés y Javier García de Cabo. En cuánto a la identificación de la arquitectura, está realizada por Javier López-Sastre Núñez (arquitecto-restaurador). En la identificación de los personajes que aparecen en las imágenes, se ha podido contar con vecinas del pueblo: Benita Aguado, Josefa Centeno, Cionita Geijo, Pilar de la Fuente y Teresa Gallego.

domingo, 21 de abril de 2013

NOTICIA: Una americana en la Maragatería.

Una historiadora revela la investigación desarrollada por Ruth M. Anderson en León a principios de siglo.
 
cristina fanjul | león 21/04/2013
Se llamaba Ruth Matilda Anderson y puede decirse que fue una de las personas que con más afán se encargó de estudiar la etnografía leonesa a principios del siglo XX. En 1921, fue contratada por The Hispanic Society of America, la institución creada por el magnate Archer Huntington para estudiar las tradiciones españolas. Desde 1923 realizó tres expediciones de trabajo a la provincia: 17 de marzo a 3 de julio de 1923; 14 de noviembre de 1925 a 31 de mayo de 1926 y 5 de octubre de 1929 a 17 de noviembre de 1930. Las imágenes que realizó en estos viajes forman parte de la colección de la HSA, ya que constituyen documentos vívidos de costumbres y lugares que, en numerosos casos, ya no existen.
 
El trabajo que desarrolló en León se centró de manera especial en la Maragatería. Así lo explica Noemí Espinosa en su investigación La fotografía en los fondos de la Hispanic Society of America, que analiza el trabajo desarrollado en España por la etnógrafa norteamericana. Destaca Espinosa que Anderson sabía de las tradicionales formas de parentesco dentro de la comunidad maragata y aunque no hizo referencia explícita, se preocupó por mostrar la imagen de la mujer y la retrató en un estado de semi-aislamiento, al interior de la casa, recogiendo además las opiniones que le transmitieron acerca de la vida que llevaban. «Se esforzó por resaltar la ‘nobleza’ que históricamente se había atribuido a una comunidad cerrada como la maragata, pero los cambios comenzaban a apreciarse y con ellos se modificó esa situación de aislamiento», explica Espinosa. Entre estos cambios subraya la llegada del tren y los vehículos a motor, que provocaron la inmigración de muchos lugareños. Asimismo, fue capaz de realizar «un estudio dominado por la sensación de pérdida y abandono de una forma de vida cuyos elementos característicos comenzaban a reservarse para celebraciones especiales o momentos festivos».
 
Una de las constantes que mostró en su investigación Ruth M. Anderson fue la soledad y las duras condiciones de vida de las maragatas: «Las maragatas dicen que su vida es triste y monótona en sus casas, encerradas tras sus pesadas puertas y sus gruesas paredes. La separación doméstica de la familia maragata tiene características propias de Oriente», dijo en uno de sus cuadernos. Tal vez por eso, las representa en labores solitarias y, en numerosas ocasiones de espaldas, una situación de la que le hicieron partícipe sus protagonistas.
 
También se centró en las fiestas patronales y, para ello fotografió la fiesta del Dos de Mayo. Explica Espinosa cómo la norteamericana fue capaz de registrar con su cámara no sólo el espectáculo central de la fiesta, sino «las historias secundarias» que habitaban a su alrededor y que son una gran fuente de información de las costumbres de la época: «El baile se mantiene hasta bien entrada la tarde. Las mujeres casadas sacan sillas de sus casas y se sientan para charlar, mientras observan a los que bailan y cuidan a sus hijos. Los hombres mayores, pasean, fuman y hablan mientras el resto baila».
 
Ruth Matilda Anderson terminó el monográfico realizando un estudio de los trajes maragatos. Para ilustrar el de los hombes utilizó el que hizo en Val de San Lorenzo. «En este pueblo encontró el mejor ejemplo de traje maragato en la zona y uno de los habitantes del pueblo, al que aambién fotografió tejiendo una manta típica, le sirvió como modelo. Este traje fue muy valioso por varias razones. Primero porque pertenecía a uno de los habitantes más famosos del pueblo, el doctor Pedro Alonso Matanzo», revela Noemí Espinosa. Precisamente, dice sobre este médico en una de sus notas: «Santiago Millas se considera la capital de la Maragatería, que comprende cuarenta ciudades y pueblos en uns superfice de alrededor de diez kilómetros cuadrados al suroeste de Astorga. Preguntamos a nuestro amigo el doctor Matanzo para que nos informara de algún rinconcico’ en las montañas donde pudiéramos encontrar trajes y costumbres primitivas de los maragatos, pero nos dijo que todo se ha visto contaminado por el progreso, con lo que no hay ningún lugar que reúna las cualidades que buscamos».

martes, 16 de abril de 2013

EXPOSICIÓN TEMPORAL


“RUS ET URBS: De Bercianos a Olivares. La Semana Santa zamorana”.

Del 18 de Abril al 1 de Junio
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas. León.
VISITA GRATUITA

Organizan: Diputación de León, Museo Etnográfico Provincial de León, Diputación de Zamora, Universidad de Valladolid, Centro Internacional de Estudios de Religiosidad Popular, Estudio Teológico Agustiniano y colaboran Ayuntamiento de Bercianos de Aliste, Cofradía del Santo Cristo del Amparo (“Capas Pardas”).

-INAUGURACIÓN OFICIAL 18 DE ABRIL 12 H. Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.

Gracias a la articulación por parte de la Diputación de Zamora de diversas cofradías y artistas zamoranos, se ha podido articular conjuntamente entre el Centro Internacional de Estudios de Religiosidad Popular de la Universidad de Valladolid y el Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León esta Exposición Temporal para acercar a la sociedad leonesa y peregrinos jacobeos una muestra de dos de las más representativas manifestaciones de la Semana Santa zamorana como son la rural de Bercianos de Aliste y la de Olivares en plena urbe de Zamora declaradas de Interés Turístico Regional.

Por medio de fotografías, esculturas, altorrelieves, estandartes, sus Cristos Guías acompañados de sus lanzas, faroles, blandones, tambores y matracas, así como de las propias vestimentas de mortajas y Capas Pardas, son las que articulan una  magnífica muestra de toda la cultura material asociada a estas manifestaciones.

La Semana Santa de Bercianos es una joya dentro de las múltiples variantes del mundo rural. Conserva el espíritu de las celebraciones del s. XVII, aunque la cofradía que la mantiene, la de la Vera Cruz, al menos procede de dos siglos antes y sin embargo la construcción de la celebración continua el modelo del barroco rural. La cofradía es famosa por sus atuendos, las capas alistanas de honras utilizadas el Jueves Santo y la túnica denominada “vestimenta” que les cubre en la procesión del entierro el Viernes Santo.  En esta procesión calificada periodísticamente como una de las más auténticas de Castilla y León, participa todo el pueblo cantando una serie de motetes algunos del s. XVIII y otros del s. XIX, como el denominado Miserere castellano, una traducción libre del salmo en latín que se extendió por toda la comarca de Aliste por mor de los misioneros que recorrieron la comarca hasta mediados del s.XX. Tiene la peculiaridad de que los hombres cantan los versos en latín y las mujeres responden con la traducción del mismo verso en castellano.
           
La exposición no resultaría completa sin la muestra de la Cofradía del Santo Cristo del Amparo, vulgarmente conocida como la de “Las Capas Pardas”, que procesiona el Miércoles Santo por la noche desde la iglesia románica de Olivares en Zamora, como una de las más expectantes en la riquísima Semana Santa de la ciudad del Duero. Se trata de una reinterpretación en clave urbana de la estética rural alistana, pero que gracias al cuidado y respeto con el que se trasvasó esta tradición a la ciudad, no solamente no destruyó el original -algo que suele suceder con frecuencia-; sino que ha conseguido ensalzar ambas, el original en Bercianos, como muestra de las tradiciones seculares incardinadas en un pueblo, y el de la ciudad, que consigue hacer de la noche del Miércoles Santo una belleza estética inigualable y de poderoso reclamo turístico-espiritual.

La Cofradía de Bercianos es un modelo de imbricación entre la religiosidad popular, la estructura social y la economía; siendo además un ejemplo de pervivencia de tradiciones fácilmente fechables; y una muestra fosilizada de lo que ha sido la religiosidad popular en las comarcas del Noroeste Zamorano. A través de ella se conservan una serie de elementos tradicionales, como las capas pardas, unos modelos de cultura material religiosa, así como una tradición gastronómica y culinaria siendo uno de los motores importantes de la dinamización del pueblo y de la comarca.

Es de la mano de la visión espléndida de fotógrafos tan reputados como el sevillano Rafael Sanz Lobato (Premio Nacional de Fotografía 2011 y Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2003) o de los zamoranos Félix Marbán (Mención de Honor de Fotografía sobre Cultura Popular del MECD 2013) y el escultor Ricardo Flecha, lo que sumado a un Audiovisual elaborado por Euroideas para la Diputación de Zamora, por lo que podremos mostrar, ver, recibir y sentir más propias estas tradiciones de religiosidad popular tan cercanas que conforman el contexto y cohesión de una comunidad y la manifestación de la diversidad de la identidad.

TEXTOS EXPOSICIÓN
Bercianos de Aliste, enclavada en la comarca zamorana del mismo nombre rayana con Portugal, comparte con éste algunas características de cultura y patrimonio material e inmaterial, debiendo su nombre a la repoblación por habitantes venidos de El Bierzo en la Alta Edad Media cuando el rey de León se afanaba en consolidar sus territorios y poner en explotación las grandes extensiones yermas de sus dominios.

Su Semana Santa es la manifestación estelar alrededor de la cual gira la vida social, religiosa y cultural del municipio y, hasta algunas décadas también la económica. La responsable es la Cofradía del Santo Entierro a la que antiguamente sólo podían pertenecer los cabezas de familia. Este estatus se adquiría, como en todo el Reino de León, por matrimonio, o en su defecto cuando muerto el cabeza de familia el mozo estaba soltero y, aunque fuese entrado en años, ejercía en la casa esta función. Los recién casados pedían ingreso en la cofradía, y, una vez admitidos, pasaban a ser vecinos de hecho, con derecho al reparto de los quiñones comunales, y a sentarse en el concejo con voz y voto.

La pertenencia a la cofradía obligaba a participar en todos los actos de la misma, como las misas, los sermones y demás obras piadosas donde se exigía vestir la capa parda para ir al entierro de los cofrades difuntos, las procesiones de Jueves y Viernes Santo y las reuniones del concejo. Para la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo se debía vestir la túnica blanca, uniforme de la cofradía desde su fundación. La cofradía en origen de la Vera Cruz utilizaba túnicas de lino blanco propias de los disciplinantes, como en todas las de la misma devoción en España, y capuchón para guardar el anonimato en la penitencia como exigían las reglas.
Las Capas Pardas son similares a la de algunos pueblos portugueses, bellamente decoradas con sobrepuestos ahora negros, en otro tiempo pardos como el propio tejido. Algunos ejemplares poseen más de siglo y medio de antigüedad, siendo tejidas en telares tradicionales y cortadas por sastres de la comarca. La procesión del Jueves Santo en la que los cofrades suben hasta el calvario, lugar señalado con las tres cruces, es un momento crucial para contemplar la variedad de ejemplares que desfilan y la complejidad de los adornos (siempre de inspiración local o comarcal) que campean en las esclavinas.
La túnica blanca de nombre “la vestimenta”, la visten los cofrades el Viernes Santo durante el desenclavo y posterior procesión del Santo Entierro o de la Urna. Por los años sesenta del pasado siglo algunos periodistas comenzaron a denominarla “la mortaja”, porque con ella se entierra el cofrade y puestos a inventarse, con todo lo que tiene este tema de morboso, dijeron que era el regalo de la novia al novio (marido recién casado). Puesto que para ser vecino con derecho a quiñones, primero había que pedir cofradía, y una vez eras cofrade debías asistir inexcusablemente a los actos, entre ellos a la procesión del Santo Entierro, era lógico que la túnica se cosiera el primer año de casado, pero no por la mujer (antes novia) generalmente no muy hábil con la aguja, sino por su madre o sus parientes femeninas, aunque estuviese presente la recién casada. Lo cierto es que la túnica sirve de sudario al difunto. Adquiere la virtud atribuible al sudario precisamente porque el cofrade la porta durante la procesión y finalizada ésta se
guarda y no se lava hasta las vísperas de la Semana Santa siguiente para que no pierda la virtud.

El Desenclavo forma parte de uno de los ritos más impresionantes de esta Semana Santa. En la plaza de la Iglesia, en la tarde del Viernes Santo, un predicador, desde el púlpito preparado para la ocasión, va dirigiendo el ejercicio de descender a Cristo del patíbulo, después de haberle quitado, a indicaciones la corona de espinas, los clavos, etc. Los cofrades vestidos de blanco inmaculado, toman el cadáver se lo muestran a la Dolorosa colocada al lado con sus andas y a continuación lo depositan en la urna. La procesión con los cofrades en fila de a uno, comienzan el ascenso hasta el calvario. La urna la llevan los de túnica blanca, la dolorosa la portan las jóvenes. Abren la marcha los pendones, el negro el primero por ser color de luto, que es el que acompaña a los hermanos cuando mueren y detrás el morado, el de la cofradía.

En Bercianos de Aliste no se hace teatro, se vive la pasión y muerte de Cristo desde la conciencia de pueblo, de comunidad, de religión y esa es la razón por la cual todo el pueblo participa, como han participado siempre, como seguirán haciéndolo. Tampoco se interpreta ningún guión en Zamora, en la noche del Miércoles Santo cuando a las doce en punto con los golpes acompasados de la campana de la iglesia de San Claudio en el barrio de Olivares, los hermanos de la Hermandad del Cristo del Amparo salen también con sus capas pardas bordadas con la capucha calada, con chalecos de paño pardo o negro y un farol de hierro en la mano similar al que alumbraba las tareas ganaderas de los campesinos alistanos.

Esta procesión, una de las más bellas de Zamora, tomó como modelo la de Bercianos, pero con tanto mimo y cuidado, con tanto respeto por la tradición de un pueblo, que completó y dignificó a aquella.
Hoy día el que se quiera aproximar a la Semana Santa zamorana, tiene que ver ambas. En la de Zamora el silencio impresiona por los recorridos de calles tortuosas del barrio, los sonidos del bombardino, las matracas y el tambor destemplado marcando el paso a los cargadores del paso cuando el Cristo, ya de vuelta, se acerca a la puerta de la iglesia, y en la plaza el coro, también con las capas pardas, canta el Miserere en castellano. Miserere traducido del latín por el obispo de Buenos Aires, Don Manuel de Azamor, que extendieron los misioneros por Aliste y Alba. Es el mismo de Bercianos, pero entonado y afinado de otra manera, con una estética distinta que interpreta el mismo drama y sirve también para perdón.

COMISARIADO:
José Luis Alonso Ponga, José Ramón Ortiz del Cueto y Mª Pilar Panero.

ACTIVIDAD REALIZADA

José Luis Bermúdez (Diputado de Cultura de Zamora), Teodoro Martínez (Diputado de Cultura de León), Jesús Celis (Director del ILC), José Luis Alonso Ponga (Comisario de la Exposición), Félix Marbán (Fotógrafo) y José Ramón Ortiz del Cueto (Director del Museo Etnográfico Provincial de León)





sábado, 13 de abril de 2013

NOTICIA ETNOGRÁFICA

El Concejo opta a Patrimonio Mundial
Diario de León (13 abril 2013)

El documental ‘La voz del concejo’, de Bambara Zinema y la Asociación Facendera, con financiación de la Fundación Cerezales, es el primer paso para incluir en la lista de la Unesco el sistema asambleario leonés .


El concejo abierto, un sistema asambleario único y genuinamente leonés, opta a ser Patrimonio de la Humanidad. La Fundación Cerezales y la Unesco —organismo de quien depende la declaración de Patrimonio Inmaterial— avalan el documental La voz del concejo. El filme, que produce Bambara Zinema comenzó a rodarse en octubre, coincidiendo con San Froilán, para incluir imágenes de esta fiesta, y previsiblemente se estrenará en otoño en la Fundación Cerezales. Después, intentarán que se proyecte en festivales y televisiones.

Isabel Medarde codirectora del largometraje junto a la historiadora Teresa García Montes, de la Asociación Faceira, pretenden mostrar los «pros y los contras» de una democracia asamblearia que se remonta al siglo X. El documental explicará cómo funciona el concejo abierto y recogerá testimonios de historiadores, juristas, políticos y personas del ámbito rural donde sigue vigente.

Según la legislación vigente, el concejo abierto está reservado a los municipios menores de cien habitantes y a aquellos que tradicionalmente hayan funcionado así. En León tiene once siglos de tradición. Es un sistema de democracia directa único, que podría desaparecer si el Gobierno sigue adelante en su empeño de suprimir las juntas vecinales.

miércoles, 10 de abril de 2013

CICLO DE CINE "OTRAS MIRADAS, UN MISMO LENGUAJE"


“CROACIA”. Versiones Originales con Subtítulos en Castellano. Abril.

MUSEO ETNOGRÁFICO PROVINCIAL DE LEÓN. Mansilla de las Mulas (León).
Área de Didáctica.
Entrada Libre hasta completar aforo

Fechas: 12,13, 19, 20 y 26 de abril. Hora 17,30 h.

PELÍCULAS:
12 de abril: Sto je muskarac bez brkova? (¿Que es un hombre sin bigotes?)
13 de abril: Tu (Aquí)
19 de abril: Kako je poceo rat na mom otoku (Cómo empezo la guerra en mi isla)
20 de abril: Sto je Iva snimila 21. listopada (Que grabó Iva el 21 de octubre de 2003)
26 de abril: Oficir s ruzom (El oficial con la rosa)

La Diputación de León a través del Museo Etnográfico Provincial de León continúa en el mes de Abril con el Ciclo de Cine subtitulado en Castilla y León denominado 'Otras miradas, un mismo lenguaje' desarrollado por la Dirección General de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León a través del Servicio Territorial de Cultura de León y que itinerará en otras localidades de León.

Este programa pretende acercar las artes cinematográficas internacionales a distintos municipios de Castilla y León, siendo para el Museo una iniciativa muy válida tanto para acercar a los municipios del sur provincial como también a las personas una faceta, la de la antropología visual, donde se exhiben otras formas de expresión cultural y artística del cine actual, en este caso croata, que atraviesa diversos planos de la realidad actual e histórica reciente.

En este ciclo ya han sido proyectadas películas exentas de derechos y cedidas por las embajadas de India, Noruega, Rusia, Polonia y Alemania siendo programadas para este mes de abril las cinco películas correspondientes a Croacia.

Se presentarán en el Museo por este orden las cintas Sto je muskarac bez brkova? (Que es un hombre sin bigotes?) (109´), Tu (Aquí) (90´), Kako je poceo rat na mom otoku (Cómo empezo la guerra en mi isla) (97´), Sto je Iva snimila 21. listopada (Que grabó Iva el 21 de octubre de 2003) (106´), Oficir s ruzom (El oficial con la rosa) (106´), todas ellas de producción reciente, presentando historias diversas con contextos históricos diferentes algunos comprometidos en Croacia como es la independencia de Yugoslavia acaecida en 1991, así como nuevas formas oníricas o juveniles de nueva creación.

Buen momento supone para conocer y disfrutar de este arte, a buen seguro también visitado por otras nacionalidades como forma de enlace con sus raíces y cultura así como compartir experiencias y conocer las tradiciones leonesas existentes en el Museo las tardes de los viernes y sábados próximos, con el aliciente además doble de proyecciones internacionales en un marco histórico incomparable y donde la entrada a dicha actividad resulta totalmente gratuita.

NOTICIA: Pallozas y casas de teito, patrimonio de la incertidumbre.

Joaquín Alonso publica un libro sobre la pérdida de estas edificaciones tradicionales.
diariodeleon.es

n. g. sabugal | león 10/04/2013
«Estas construcciones de la arquitectura tradicional leonesa son patrimonio de la incertidumbre. La incertidumbre es su conservación, por lo que hacemos un llamamiento a los leoneses para manternerlas vivas». Se trata de las pallozas, la casa de teitu lacianiega, la casa de sobera, la casa de horcas y prejidas y la casa común de techo o teito y quien hace esta petición sobre su preservación es Dionisio Domínguez, gerente de la Fundación Monteleón, entidad que acaba de publicar el libro La casa con cubierta de paja.
Construcción de la cubierta del chozo en una imagen antigua del concejo de Acebedo.
   ángel cimadevilla
 
El volumen es un extenso e ilustrado estudio sobre este tipo de construcciones que recoge más de veinte años de trabajo del etnógrafo Joaquín Alonso. Un libro que no sólo reúne, sitematiza y define las distintas tipologías de casa con cubierta de paja, sino que sirve también de denuncia sobre la pérdida de esta tradición y de la escasa preservación de lo que aún resiste.
«En los últimos 20 años ha habido un deterioro tremendo y esta arquitectura ha ido perdiéndose. Hoy solamente quedan las pallozas de Balouta, Pereda de Ancares, Lumeras, Sorbeira y Campo del Agua», subraya Alonso.
 
Los motivos de la destrucción de construcciones de paja son varios. Principalmente la despoblación y el abandono de muchas actividades que daban sentido a estas edificaciones, pero también el desinterés de las instituciones políticas por su conservación.
 
También las tasas especiales de algunos ayuntamientos que gravaban este tipo de construcciones por el peligro de incendio que suponían, lo que supuso que empezaran a cambiarse por otro tipo de materiales, como teja o losa.
 
Una sustitución que empezó en el siglo XVIII y sobre todo cuando se cambió el lar tradicional por la conocida cocina de hierro, que ya necesitaba una chimenea que sobresaliera del tejado de paja, con el consiguiente peligro de fuego.
 
«En el 84 la Junta hizo un decreto para poner bajo protección los hórreos y las pallozas, pero se han seguido perdiendo porque al propietario hay que incentivarlo para que al final no decida demoler estas construcciones, aprovechar el solar y hacer una casa para su hijo», apunta Alonso.
 
El etnógrafo leonés liga además el origen de estas viviendas a la época altomedieval y no a los celtas. «La vinculación céltica me parece excesiva. La palloza, que sería la construcción de este tipo más primitiva, se relaciona sobre todo con una cierta economía autárquica y ganadera de montaña y, aunque pueda tener alguna raíz en esas construcciones castreñas de la Edad del Hierro, pertenecen a ámbitos diferentes. En el fondo responde a unas necesidades humanas y es la construcción más sencilla, por eso también se encuentra en otros países».
 
Además de las distintas tipologías de las casas, los techos de paja se hallan también en edificaciones auxiliares como pajares, hórreos, molinos y chozos, «que son las que mejor se ha mantenido», apunta Alonso.
Numerosas muestras de estas construcciones se pueden ver en las páginas del libro gracias a varias fotografías de principios del siglo XX que pertenecen a los archivos de Lueje y de José Luis Martín Galindo. «Éste es un patrimonio excepcional, único, que se ha ido dejando perder», lamenta el etnógrafo.

sábado, 6 de abril de 2013

NOTICIA: La ciudad ‘se vende’ este fin de semana con un programa repleto de actos

ASTORGA / Fiestas Santo Toribio
Esta quinta edición cuenta una vez más con la colaboración de Asemac

J. Callado / León
Astorga en la Calle ya está en marcha. Hoy arranca la quinta edición de Santo Toribio y la ciudad maragata se prepara para llenar sus calles de un colorido especial con un programa lleno de actividades para todos los gustos y edades.
La apuesta de la ciudad por el turismo es uno de los retos del equipo de Gobierno. La inversión para este evento que llega a su quinta edición será de 14.000 euros, además de la cantidad destinada al programa deportivo que será de unos 2.000 euros más en un evento que cuenta con la importante participación de Asemac (Asociación de empresarios de Astorga y Comarca).

Juan Simón resaltó “la importante labor que está realizando esta asociación (Asemac) para promocionar nuestra ciudad. Esta iniciativa beneficia a Astorga y lo único que podemos decir es que estamos realmente agradecidos porque este fin de semana va a servir para que nuestra gente disfrute de Astorga y que sea un punto de encuentro de los distintos puntos de la provincia”, apuntaba el edil socialista al respecto.
Las calles de Astorga tendrán este fin de semana un colorido especial
Es una Feria que bajo el Lema ‘Astorga en la Calle’, tratará de organizar un fin de semana atractivo para el consumidor, al que se le ofertarán además de diferentes productos distintas actividades como espectáculos, concurso de tapas, pases de moda, actividades infantiles 

Para la realización de este evento se ha buscado la colaboración tanto de comerciantes, como de empresarios de todos los sectores con el fin de que Astorga no se quede vacía. Tanto el Ayuntamiento como Asemac han hecho un llamamiento a la visita a la feria no sólo a los astorganos sino a los vecinos de toda la comarca y León con el fin de impulsar el comercio de la ciudad durante este fin de semana. 

Además,La Plaza del Ayuntamiento tendrá una carpa de 1.000 metros cuadrados donde habrá un total de 24 expositores, un escenario y otra zona habilitada para los más pequeños. La idea pasa por promocionar todo el patrimonio de la comarca y todos los visitantes podrán disfrutar de la gastronomía maragata, las tradiciones y la cultura.

NOTICIA: Jamuz muestra la juventud del sector

En la localidad resisten cinco talleres artesanos en los que trabaja gente joven.

c. j. domínguez | león 06/04/2013
El joven alfarero jiminiego, Jaime Argüello, demuestra su ancestral maestría.jesús F. salvadores
A mediados del siglo pasado, antes de ayer, como aquel que dice, había en la localidad de Jiménez de Jamuz (municipio de Santa Elena de Jamuz, al sur de la provincia) hasta 160 alfareros profesionales. Casi tantos como familias. Todos vivían del barro y ese arte único de sus habitantes para crear joyas dando vueltas al torno.
La sangría sobrevino en poco tiempo. Llegó la despoblación, seguida del descrédito de lo tradicional, la industria masificada de los cacharros de toda la vida, los chinos... Hoy son 5 los talleres artesanos del alfar que perviven. Pero aguantan. Y aún mejor: rejuveneciéndose. Los alfareros de raza actuales cuentan en muchos casos con menos de 40 años.
Sólo 28 tiene Jaime Argüello, el maestro que rige los destinos del Alfar Museo de Jiménez y que cogió el relevo a la muerte hace 6 años del mítico Martín Cordero que mantuvo viva la llama en tiempos oscuros. Y entre 6 y 12 años tienen los 1.500 escolares que cada año visitan la localidad, observando anonadados cómo los talleres se han congelado en el tiempo: siguen usando el torno de pie, rascando la tierra a pico y pala para extraer la arcilla y encendiendo cada año el último ejemplar vivo de horno mozárabe que queda en uso en España.
Por todo ello, Argüello sí considera que se vive una segunda juventud, dentro de las enormes dificultades comerciales que tiene un producto tan auténtico como caro. «Será la crisis o lo que sea, pero sí da la sensación de que hay más personas interesadas en hacer de su amor al arte su trabajo». Y al contrario de lo que parecía hace no tanto tiempo, «hay relevo garantizado por mucho tiempo».
Buena prueba de ello no son sólo las 4.000 visitas anuales de media a este museo o los miles de turistas, viajeros y a veces compradores que entran en los talleres activos de este pueblo, sino la hipnosis que produce verles trabajar como hace siglos.
«Cuando vamos a ferias como Fitur o Intur, donde hay atracciones de todo el mundo, nos ponemos a modelar con el torno allí en directo y siempre triunfamos, la gente se queda paralizada viéndonos, somos una atracción garantizada», resume con lógico orgullo.
Ahora bien, el joven maestro Argüello reclama que no se baje la guardia «y que, aunque sean tiempos de recortes, se mantengan todas las ayudas posibles, porque los hay que sufrimos más la crisis» y desaparecer sería «una tragedia» que ningún territorio se puede permitir. Por eso mismo, cree que iniciativas como los Días Europeos de la Artesanía «son importantes, porque nosotros en Jiménez ya tenemos bastante bombo, pero quienes están haciendo nuevas cosas, está claro que necesitan más publicidad, más vida».

NOTICIA: Las manos cotizan al alza


La celebración este fin de semana de los Días Europeos de la Artesanía coge en pleno auge al sector artesano leonés en el que están inscritas 125 personas, un 8% de profesionales más que hace tres años.

carlos J. domíngez | León 06/04/2013

En tiempos difíciles siempre queda el esfuerzo de las propias manos. Un viejo tipo de esfuerzo que en otros tiempos era vital en los pueblos de provincias como León, que después cayó en desuso y que hoy vuelve a resurgir con fuerza. Quizá por «culpa» de la depresión económica, la artesanía, los oficios de destreza y belleza que jamás igualará una máquina, parecen estar más de moda que nunca. Y en la provincia de León ocurre de manera especial.
Trabajo minucioso en el taller de alfarería de la localidad de Jiménez de Jamuz.jesús F. SALVADORES
Este fin de semana se celebran los Días Europeos de la Artesanía. Un evento que cada vez adquiere mayor auge en el viejo continente. La casualidad no es explicación suficiente para justificar que dos iniciativas leonesa coincidan estos días con esta celebración europea.
Por un lado, la Diputación acaba de abrir un espacio expositivo permanente para los artesanos de la provincia en la Cueva de Valporquero, uno de los espacios «estrella» de nuestro turismo. Sus casi 60.000 visitantes anuales tendrán ocasión de comprobar lo mucho y lo bueno que las mejores manos artesanas hacen hoy en León.
Y por otro, el Ayuntamiento inaugura precisamente hoy el Jardín de las Artes, de la mano de la Asociación del mismo nombre. Un espacio de exposición y venta de artesanía y de pintura que se desarrollará todos los sábados en el Jardín del Cid de la capital leonesa.
Ese auge del exquisito trabajo manual y personalizado se puede, además, comprobar de manera estadística. La Junta de Castilla y León abrió hace años un registro de talleres artesanos de la Comunidad bajo una misma marca identificativa que a día de hoy cuenta con 125 personas inscritas en la provincia leonesa. Obviamente, la inscripción es voluntaria y existen muchos más profesionales, pero aunque son todos los que están, sí están todos los que son. Y hace sólo tres años, la cantidad de artistas era del 8% menos.
León se sitúa como la tercera provincia con mayor número de artesanos registrados, sólo detrás de Valladolid y Salamanca. En Castilla y León se estima que hay casi 1.000 empresas artesanas censadas, que suman hasta 3.500 empleos. Y creciendo, muy especialmente en el entorno rural, lo cual conlleva un importante valor añadido.
En algunos casos, esta época de leve «renacimiento» ha supuesto que no se pierdan para siempre oficios que un día fueron vitales para nuestros pueblos, víctimas de una economía global y un mercado hostil e insaciable. Herreros, madreñeros o galocheros, toneleros, cesteros, cuchareros, esparteros, alfareros, mosaiquistas, canteros, vidrieros, afiladores, hojalateros, torneros, curtidores, sopladores de vidrio, boteros, encajeras, zapateros, colchoneros, lutieres, esquiladores, jugueteros o titiriteros tienen así una oportunidad de supervivencia, algunos salvados por la campana.
Pero también han florecido otras artesanías más acordes con los tiempos que corren, no menos meritorias. A veces hasta sorprende encontrar entre la lista de artistas de destreza manual a peluqueros, restauradores, ceramistas, encuadernadores de muy diversos materiales, diseñadores en escayola, artistas del fusing en vidrio o del patchwork, sastres, planchadores, bisuteros, rotuladores, pintores ornamentales de muros, jardineros, maquetistas o modelistas, y hasta pirotécnicos.
La conjunción de estas y otras labores tradicionales y modernas confiere a la artesanía leonesa actual sus valores más importantes, que están calando poco a poco en los consumidores actuales: rechazo al producto masificado y uniforme, casi siempre importado, búsqueda de la personalización, de la creatividad, la singularidad y el valor añadido del producto «de la tierra».

jueves, 4 de abril de 2013

COLABORACIÓN: LIMPIABOTAS; EL BETÚN DE LA DIGNIDAD

Autor: Toño Morala

                          Elías.
 
Elías era el nombre de un niño que con siete años trabajaba por las tardes de limpiabotas; por la mañana su abuela lo mandaba a la escuela. La caja de betunes, cepillos y trapos para el lustre era más grande que él. De esa manera ayudaba con las cuatro perronas al sustento de la casa. Así podríamos nombrar a miles de niños que en aquella época de posguerra y hambruna, trabajaban duro, muy duro para sobrevivir. Entre esos oficios manuales, el de limpiabotas tenía sus pros y contras. Los pros eran la poca inversión en la caja y demás útiles (cepillos, betún, trapos y anilina), los contras era el trabajar en la calle, la mirada de los demás por encima del hombro…y la tristeza de la necesidad. Los adultos trabajaban de otra manera; tenían más paciencia para aguantar las bromas y comentarios.  Para ser un limpiabotas de éxito se necesita educación, limpieza y gusto por el trabajo bien hecho. Manuel sólo quedaba satisfecho cuando los zapatos relucían. Manuel se autodenominaba como “el rey del brillo”. Por tres pesetas dedicaba unos cuantos minutos a limpiar, proteger y dar brillo al calzado de los demás. El resultado final no es lo único que destacaba; llamaba la atención por la pulcritud de su ropa y las buenas maneras. Los ojos eran tímidos y valientes pero, sobre todo, dignos. Antes era fresador hasta que un accidente de coche le dejó secuelas en una pierna. "Parar es morir. Había que seguir con un trabajo más leve". Aunque no había limpiado nunca un zapato, Manuel, exigente y perfeccionista, supo que podía aprender a ser el mejor.  "El limpiabotas habla con todo el mundo: desde mendigos a millonarios. Conocí de todo y eso es muy bonito". Tal vez por eso hay hasta ilustres que bajan del coche sólo para que Manuel dedicase unos minutos a repasarles los zapatos. Y así, pasaba un tiempo poco recordado de duro trabajo y pocas sonrisas.



A buscarse el pan limpiando zapatos.

La anécdota del limpiabotas y la Bolsa tiene varias versiones. Unas la atribuyen a Joe Kennedy, el millonario padre del presidente asesinado, y otras, a J. D. Rockefeller. Ambas se sitúan justo antes del Crack de 1929. En algunos casos el limpiabotas da consejos bursátiles y en otros, los pide, pero el final es el mismo: el millonario decide que “cuando los limpiabotas invierten en la Bolsa es el momento de sacar de ella todo el dinero”. Albert Lexie ha protagonizado una de esas historias que llegan al corazón. Este limpiabotas de Pittsburgh (Pensilvania, EEUU) ha guardado durante 32 años las propinas que ha recibido de los clientes para donárselas a los niños del Hospital Infantil de su ciudad. En total, 200.000 dólares destinados a los niños más necesitados. Lexie cobra por servicio cinco dólares, pero algunos clientes son bastante generosos con la propina. "La mayoría me dan seis dólares; otros siete", explica a Channel Action News. Desde 1981, cuando comenzó a trabajar en el hospital como limpiabotas, cada céntimo de esa propina lo guarda para los niños. Centavo a centavo, Lexie ha donado cientos de dólares a la semana a este hospital. "Lo hace porque adora a los niños", asegura el doctor Joseph Carcillo. "Ha donado un tercio del salario de toda su vida para una fundación infantil del Hospital", añade. El dinero está destinado a pagar el tratamiento de niños cuyos padres no pueden pagar su coste. "Es un filántropo, un emprendedor, eso es lo que es". Gente como esta es la que hace falta en el mundo. Esa humanidad del hombre sencillo y humilde, ese saber dar lecciones magníficas de solidaridad ganando muy poco y siendo muy solidario con sus iguales, y además un simple y llano limpiabotas, casi nada.

 

Los puestos fijos de  algunos limpiabotas con su clientela.
Otros grandes  humildes limpiabotas se lanzaron a la lectura y la filosofía… “Un día pensé: tengo que tener una opinión, puesto que me la piden. Entonces, empecé a leer.”
 Pedro se  levanta cada mañana temprano, camina bajo la noche y el frío atravesando la ciudad. Ya en el autobús,  saca un libro y se pone a leer. Hoy es “La consolación de la filosofía”. Llega a la estación del norte, y con paso cansino entra, pero no lleva equipaje, porque hoy no viaja, lleva sin hacerlo más de 35 años. Pedro es el limpiabotas de la estación. Quizás el último limpiabotas de la provincia; él no lo sabe. De sus manos manchadas de betún han vivido él, su mujer y sus tres hijos. Pedro ya es mayor, y cada vez tiene menos trabajo, pero se lo toma con filosofía, como ha hecho toda su vida, porque Pedro, ha pasado por muchas malas épocas. Una infancia pobre, de reformatorio y de posguerra, durmiendo en los soportales, una juventud quemada de militar, una vuelta dura…una hija encamada, un hijo drogadicto. Pedro se lo toma con filosofía, o más bien se agarra a ella como un clavo ardiendo. Pedro ha sabido conservar la cordura, ha sabido superarlo todo y sacar adelante a una familia. Pedro lleva algo en su interior. Una inquietud que le hace leer todos los libros que caen en sus manos, y ver todas las películas que puede. Tiene una memoria prodigiosa, gracias a la cual, es capaz de reproducir grandes fragmentos de aquello de lo visto y leído con lo que más ha disfrutado. Se sabe el discurso de Marco Antonio, en la película “Julio César” interpretada por Marlon Brando, muchos de los diálogos de James Cagney, o prácticamente todos los de “La Colmena”. Pero el limpiabotas, no sólo los suelta de carrerilla, los interpreta, y puede hacerlo porque los entiende.
Mientras vuelve a casa, con el menguado  sueldo que deja el cepillo, lleva la mirada honda del que ha buscado y ha encontrado. Buscando por la vida, descubro que
Martín Luther King también fue limpiabotas...
El verano era la mejor temporada para ellos. “Aunque haya más limpiabotas, hay más clientes. Entre los veraneantes hay muchos que viven solos en hotel, y esos vienen seguros a nosotros. Los que hacen una vida familiar son peores. Las amas de casa, limpiando el calzado de sus maridos, nos hacen una competencia ruinosa”, se quejaba el entrevistado. Los días de toros no había descanso para los 'limpias'. “Hay muchos señores que no conciben asistir a la corrida sin haberse limpiado el calzado y sin fumar un buen habano”. En 1946, los limpiabotas de nuestra ciudad cobraban una peseta con treinta céntimos por lustrar un par de zapatos y dejarlos relucientes como dos soles. Exhibir unos zapatos brillantes, “como los chorros del oro”, era signo de señorío y prestigio. Los trabajadores del pequeño cepillo y el betún que en pocos minutos transformaban unos zapatos polvorientos en espejos, eran en su mayoría conocidos por sobrenombres: “el gomina”, “el chulo”, “el feo…”. Era un trabajo de trapo, cepillo y muñeca. No había mujeres porque las féminas por regla general sólo trabajaban como modistas, costureras, lavanderas, dependientas o en el servicio doméstico. Eran las criadas las que llevaban los zapatos de la casa en la que trabajaban para que el limpiabotas los dejase como nuevos. Y los jefes militares disponían en sus propios domicilios de reposteros o asistentes (soldados en el servicio militar) para toda la familia. Por unos cuantos céntimos, luego 4 o 5 pesetillas (años 60) y más tarde por algún duro (años 70), mantenían un estatus de trabajador por libre. Casi siempre los clientes eran nacionales y los más insistentes eran los nuevos ricos, obsesionados con el brillo de sus 'Yankos'.

 

La foto produce escalofríos, niños limpiabotas.

Hoy en día con las graves crisis económicas, parece que vuelven a las grandes ciudades los limpiabotas… “¡¡¡limpia…limpia…limpia…!!!”, recorren con su caja y taburete bares y calles en busca de los clientes con zapatos para sacar lustre y unas monedas para la sobrevivencia digna. Es corriente leer en las esquelas los títulos nobiliarios, las graduaciones académicas y los tratamientos protocolarios del más variado pelaje, pero resulta chocante encontrarse en una esquela con la condición de limpiabotas del finado; gran paradoja de la vida, y gran dignidad la de la familia… Me lo imagino con su caja de limpiabotas, dando brillo a las estrellas.
 
Limpiabotas en una esquina de una  gran ciudad.