miércoles, 17 de abril de 2019

NOTICIA: El ocaso del hórreo que no murió ahogado

Es del siglo XVIII y fue traído al Parque de los Reyes desde Pedrosa La familia que lo donó lamenta su abandono.

El hórreo de Pedrosa del Rey que se ha convertido en lugar de juegos
 en el Parque de los Reyes. JESÚS F. SALVADORES -
diariodeleon.es
VERÓNICA VIÑAS | LEÓN
15/04/2019

No es un decorado. Entre los arbustos del Parque de los Reyes está plantado un hórreo de finales del siglo XVIII. Le sucedió como al templo de Debod en Madrid, salvado de la presa de Asuán. También en este caso es el testigo de un pueblo que pereció bajo las aguas. Procede de Pedrosa del Rey, donde había tres casi iguales —con cubierta de teja árabe a cuatro aguas— y fue donado a León por los hermanos González Alonso. El de la familia Alonso Sutil desapareció cuando las compuertas del pantano de Riaño se cerraron el 31 de diciembre de 1987; y el tercero, fue trasladado a Boca de Huérgano.

La familia González Alonso asiste ahora con tristeza al ocaso de un hórreo que ya no preserva su puerta original. Inicialmente había una placa que explicaba su procedencia, pero desapareció hace tiempo. «Hórreo típico de la zona de Riaño, donado por los hermanos González Alonso de Pedrosa del Rey», rezaba la placa. Se trata de una construcción muy especial y única, que llegó a la capital leonesa gracias a un acuerdo con la Diputación. «Se redujo a piezas y se volvió a construir fiel a su diseño en un rincón del Parque de los Reyes, que se había inaugurado en 1982», cuenta la investigadora de la Universidad de León Laura González Garrido, nieta de los propietarios del hórreo.

Foto hecha por la familia González en 1988.
CEDIDA POR DEMETRIO GONZÁLEZ

Los arquitectos leoneses Eloy Algorri y Enrique Luelmo, que tardaron 24 años en recopilar la información para su libro Hórreos leoneses, publicado hace siete años, estiman que han sobrevivido 300 en toda la provincia, independientemente de su estado de conservación. Apenas son una tercera parte de los llegó a haber. El éxodo rural acabó con la mayoría; y otros, como el del Parque de los Reyes, se hallan «descontextualizados». Y ello a pesar de que desde 1984 los hórreos leoneses son Bien de Interés Cultural (BIC). Un patrimonio etnográfico excepcional. Un ejemplo de arquitectura tradicional absolutamente singular.

El que habita en la avenida de José Aguado tiene sus particularidades. De planta cuadrada, apoya su cuerpo de granero en cuatro pies. A diferencia del típico asturiano, el de los hermanos González Alonso «dispone de postes verticales en la formación de las esquinas de la caja, así como en el centro de cada paño, sujetando las tablas en disposición horizontal, posición distinta de las colondras verticales del asturiano», explica el citado libro.

Ya en el siglo I a. de C. el escritor Varrón habla de unos graneros elevados que se usaban en Hispania para conservar los cereales. En 1918 el investigador polaco Eugeniusz Frankowski elabora el primer censo en su libro Hórreos y palafitos de la Península Ibérica. Pese a lo chocante del título, se refiere a los del «distrito de Riaño». El del Parque de los Reyes, sucio, olvidado y ‘pintarrajeado’ fue una construcción imprescindible del paisaje de Pedrosa, situado originalmente en la plaza de aquella localidad. A los antiguos propietarios les gustaría que el hórreo luciese como cuando llegó a la ciudad, que recupere la placa y, quizá, que su interior pueda ser enseñado a los colegios.

El hórreo cuando estaba en Pedrosa. DEL LIBRO DE ALGORRI Y LUELMO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario