jueves, 8 de junio de 2017

PIEZA DEL MES: JUNIO 2017

“MORTAJAS DE QUINTANA DE FUSEROS. Fiesta de la Cruz de Mayo. Procesión de los Amortajados”.

Donación: Junta Vecinal de Quintana de Fuseros
Investigador: D. David Gustavo López García
Investigador de las Tradiciones y del Patrimonio Cultural de la provincia de León.

Domingo, 11 de junio de 2017. 18:30 h.

Patio Espacio Peregrino. Planta baja
Museo Etnográfico Provincial de León. Mansilla de las Mulas.
Actividad Gratuita




El Museo Etnográfico Provincial de León perteneciente a la Diputación de León, en su programa de Actividad “Pieza del Mes”, ha programado para este mes de junio la disertación sobre dos nuevas piezas incorporadas mediante donación a la colección de la Diputación de León.

Estos objetos, relacionados con una más que insólita parcela oferente y devocional de la religiosidad popular, son dos "mortajas" (femenina y masculina) que forman parte de la "Procesión de los Amortajados" o "de las mortajas", en forma de simples hábitos vestidos por sus oferentes devotos en la Fiesta de la Cruz (3 de mayo) en el pueblo berciano de Quintana de Fuseros (ayuntamiento de Igueña), quien mediante la Junta Vecinal ha efectuado la donación.


Será D. David Gustavo López García, Investigador de las Tradiciones y del Patrimonio Cultural de la provincia de León, quien además de facilitar su donación nos acerque a una de las fiestas populares con más arraigo dentro de la religiosidad popular como es la Fiesta de la Cruz de Mayo, así como a esta tradición no única pero sí extraña por la mezcla de ofrecidos por promesa, devoción y rogativa, bien votiva u oferente, fusión antonímica entre lo festivo patronal con lo intimista, personal y familiar-grupal, en donde "los ofrecidos", mujeres y hombres que cumplen su promesa de asistir, vestidos con lo que hubiera sido su mortaja, a los actos en honor del Cristo de la Cabaña, para mostrar, tanto a la Virgen del Rosario como al Cristo aludido, su devoción en la creencia de su salvación del peligro personal expuesto o la sanación de la enfermedad padecida.



La “Procesión de los Amortajados” o “de las mortajas” como acto religioso popular estuvo auspiciado por la extinta Cofradía de Ánimas, con referencias al menos desde el siglo XVIII en el Catastro de Ensenada, y hoy desaparecida sin voluntad popular de recuperación como entidad, si bien mantenida la acción por voluntad propia de sus devotos así como por el apoyo y organización por parte de la Junta Vecinal, en mantener esta tradición.

Es por ello que su base social y estructural parece al menos garantizada en su conservación, a lo que hay que sumar la más que loable voluntad popular de permanecer apegada a la tradición y no al mercantilismo turístico, y con ello no efectuar variaciones de fechas, diarios y horarios en la fórmula y los actos asociados, si bien como en todas las tradiciones no permanece inmutable y elementos de tipo festivo más de raigambre patronal que se han ido introduciendo en los últimos años, como es la presencia en el cortejo de músicas festivas (dicho esto por la introducción de las gaitas y tamboril conviviendo con los devotos cánticos marianos) y lo diferente del ambiente de estremecimiento que no de solemnidad de otras épocas.

La acción se desarrolla en varias fases y espacios sociales y religiosos. Lo primero la reunión para vestirse se produce en la Iglesia parroquial, donde se mezclan devotos y ofertores con las imágenes de la Virgen del Rosario entronizada y de los distintos santos de retablo y capillas. Una vez iniciado el acto religioso por el párroco la comitiva parte presidida por una cruz procesional tras la que se sitúa la imágen de la Virgen del Rosario portada en andas por manos femeninas de forma rotativa, en un trayecto que se dirige hasta la Ermita del Santo Cristo de la Cabaña donde se oficia misa y posteriormente se incorpora la imagen del Cristo crucificado (con el sudario y crespones morados pendiendo de sus brazos y cintura) antecediendo a la Virgen y portado éste por hombres, devotos y ofertores, en una solemne procesión que recorre las calles en animado cantoral y música de gaitas, para regreso y entrada a golpe de campana en la Iglesia Parroquial, donde permanecerá el Cristo hasta San Isidro (15 de Mayo) cuando volverá en rogativa a la Ermita titular.

Los oferentes visten sus hábitos por encima de la ropa personal y festiva. El atuendo de los amortajados masculinos viste de sencillas camisolas en forma de hábitos en gran parte blancos, azules y morados, en simples diseños lisos, mientras que en las amortajadas sus camisolas o embatados son de colores rosas, azules o blancos, si bien en éstas además de los diseños lisos aparecen también los estampados y algún ceñidor (normalmente de la misma tela o cordón a la cintura). En muchas ocasiones las mujeres completan su hábito cubriendo la cabeza bien con pañuelos lisos iguales a la camisola o bien estampados. Todo ello hace que en la denominada mortaja normalmente se utilizen adecuaciones comercializadas de simples camisones, camisolas o batas lisas de tipo estival, más que las confeccionadas personalmente con sencillas telas vaporosas (que resultan asequibles económicamente y no complicadas en su elaboración técnica).

Finalmente ambos sexos portan velas encendidas durante la procesión.


En la provincia de León existieron otras procesiones parecidas a la realizada en Quintana de Fuseros, pero de ellas solo quedan recuerdos, como la de Nuestra Señora de la Garandilla  (Valdesamario) y de la Virgen de la Carballeda (Val de San Lorenzo), en sus respectivas fiestas. Si bien fuera de nuestra provincia, pero en lugares tan unidos como Galicia o Zamora, también existen procesiones de amortajados. En las primeras predomina un aire más festivo, con bulliciosas romerías como los ofrecidos al Nazareno de La Puebla de Caramiñal (La Coruña), y de “los ataúdes”, en Santa Marta de Ribarteme (Pontevedra), donde los ofrecidos son portados dentro de los ataúdes que hubieran servido para su entierro en caso de fallecimiento. Mientras que en Castilla y León, en Zamora contamos con la procesión del Santo Entierro que el día de Viernes Santo se celebra en Bercianos de Aliste (Zamora), aunque diferente con respecto a la berciana de Quintana, pues en ésta las mortajas blancas vestidas por los cofrades alistanos no resultan un ofrecimiento por ningún presunto milagro o sanación, sino un recordatorio de la finitud humana al vestir el sudario que llevarán en su propio funeral. Ritual similar al de Aliste se repite en Manganeses de la Lampreana (Zamora), también en Viernes Santo.


 Así pues en el Museo Etnográfico Provincial, este domingo no solo se revivirá un aspecto prácticamente desconocido de la Tradición Cultural Material e Intangible de la religiosidad popular berciana, sino que contaremos también con sus protagonistas y los objetos, pues nos acompañará un grupo del pueblo de Quintana de Fuseros que nos introducirá en persona su forma actual de entender este rito, que además ha sido documentado en soporte gráfico, sonoro y visual por parte del Museo, tanto para su conservación como para su interpretación y su reversión a la comunidad que lo representa. Es por lo tanto una ocasión especial para homenajear a un territorio y sus gentes, por su voluntad de conservación de expresiones irrepetibles e irremplazables de las tradiciones. 



ACTIVIDAD REALIZADA

D. Manuel Durández, 
Mayordomo de la Cofradía de las Ánimas.

Vecinas de Quintana de Fuseros.
                                               
D. David Gustavo López,  
Investigador de la Tradición.
                                                     

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