viernes, 9 de enero de 2015

NOTICIA: Enigma tallado

Es un misterio tallado en piedra, un enigma cincelado sobre una losa. Los hombres prehistóricos dejaron en mitad de Maragatería su rastro. Sobre una especie de altar, orientado al Teleno, el monte de los dioses astures y romanos. En un paraje único. El arcano de aquellos primeros hombres escrito en la roca. Son los petroglifos de Peñafadiel.
 
J.C. CAMPOS-

SUSANA VERGARA PEDREIRA 09/01/2015
Nadie sabe qué significa este mensaje encriptado que los antepasados del Neolítico tallaron en la piedra para asegurar quizá su eternidad. Cinco mil años de secreto, misterio escrito en la roca.
En mitad de la Maragatería. En un paraje dominado por el Teleno, en campo abierto, alzado sobre una inmensa llanura.
 
Se llega por la carretera que parte de Castrillo de los Polvazares rumbo a Filiel. Antes de llegar al pueblo, un camino de tierra conduce directo a los petroglifos de Peñafadiel. No es fácil encontrarlo. Tal vez eso protegió su supervivencia. Eso y el silencio de sus vecinos.
 
Antes de que los científicos llegaran al lugar, los habitantes de la zona sabían de la existencia de estos misteriosos grabados. De generación en generación pasó el relato de la extraña escritura en piedra.
 
Asombra el paisaje. Y el lugar escogido. Laberintos y cazoletas impresos en una ‘mesa’ pétrea que se alza a manera de altar sobre una llanura que se extiende hasta la sombra del Teleno, el monte donde moraban las deidades astures y luego las romanas. Quizá fuera este lugar de culto para los primeros moradores de esta tierra antigua. Quizá se arengara desde allí a los guerreros o se implorara la ayuda de los dioses para garantizar la supervivencia. Tal vez fuera el lugar elegido para los ritos mágicos de la fertilidad. O una representación solar, una especie de calendario agrícola para una sociedad que dependía de la naturaleza para vivir. O el ‘sagrario’ donde llevar a cabo ritos de iniciación.
 
Cinco mil años después se mantiene el misterio. Porque estos grabados hechos en piedra no son sólo una magnífica muestra del arte rupestre en la provincia, también contienen unos laberintos que podrían ser los más antiguos del mundo. No hay ninguno similar a estos en todo el mundo, seis laberintos prehistóricos juntos para los que aún no existe una explicación científica y sí muchas hipótesis.
 
RAMIRO-
 
Junto a ellos, una inscripción en forma de cartel intenta situar al viajero, una somera explicación para intentar comprender la grandeza de lo que se ve. En las dos grandes losas de Peñafadiel orientadas al Teleno, a quien rinden culto, aparecen los laberintos y cazoletas tallados sobre roca moraliza, que conforma la orografía de la zona.
 
Ahí está cincelado el gran enigma, una cruz de brazos iguales, un surco que desemboca en un haz de líneas y una especie de hoja. Unos dibujos para los que no hay solución.
 
Nadie sabe por qué los hicieron ni para qué. Tampoco cómo. Sorprende su perfección, el trazo artístico pero no el lugar elegido.
 
Desde antiguo, ha seducido al hombre el monte que domina Maragatería desde 2.188 metros de altura, el mirador de los dioses en esta tierra de leyenda, con sus nieves casi perpetuas y los arroyos bajando por sus laderas, el lugar donde se hicieron ofrendas al dios de la guerra, sacrificio de machos cabríos, caballos y quién sabe si también prisioneros, de estelas funerarias indígenas y culto a Minerva, Zeus Serapis y Marte Tileno.
 
A su sombra, hace miles de años, escribieron los hombres en piedra su destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario