miércoles, 4 de mayo de 2011

NOTICIA: El Rito de las Tinieblas

El rito de las tinieblas ( Diario de León - 03/05/2011 )

03/05/2011 LUIS MIGUEL VILA RODRÍGUEZ. DOCTORANDO EN HISTORIA

Con ocasión de la celebración de la Semana Santa en la explanada y alrededores del Museo Etnográfico Provincial de la Diputación de León en Mansilla de las Mulas aconteció por segunda vez la recreación del rito del Oficio de las Tinieblas que ha pasado con los tiempos de ser una expresión de la religiosidad oficial, y que formaba parte de su uso litúrgico y ceremonial, a una manifestación social de la religiosidad popular. La liturgia oficial prohibió el uso de metales desde la muerte de Cristo hasta el día de su resurrección por lo que se usaron carracas y matracas fabricadas en madera para las llamadas a oficios y en las procesiones en lugar de las habituales campanas y campanillas metálicas.

En los últimos años estamos asistiendo en los pueblos y ciudades de la provincia de León a múltiples manifestaciones por parte de instituciones públicas, asociaciones y particulares que pretenden dar a conocer diferentes facetas de la cultura tradicional leonesa. En síntesis podemos distinguir tres formas de acercamiento a la tradición; el científico, el interpretativo o divulgativo y el genuinamente reproductivo. En este último, una de las formas utilizada son las recreaciones, sistema de divulgación verdaderamente audaz ya que la acción educativa activa toda una serie de mecanismos muy eficaces, desde el estudio pormenorizado por parte de los organizadores de aquel aspecto tradicional que se quiere recrear, la recogida y selección del patrimonio tangible e intangible necesario para la recreación, la organización del evento con la necesaria implicación de más instituciones y personas, su difusión previa a través de los medios de comunicación, la realización del propio evento con la asistencia de numeroso público que de una manera sintética pero muy eficaz asimila lo fundamental de lo recreado.

Por un parte, con estas acciones, volvemos a revivir el aspecto teatral de la cultura tradicional en cuyas manifestaciones populares actuaba y participaba toda la comunidad, reflejado en el propio montaje actual hecho por los organizadores y los protagonistas encargados de materializarlo y, por otra parte, se utilizan los mecanismos de la cultura popular actual, más televisiva y cinematográfica, caracterizada por relegar a los asistentes a meros espectadores, aspecto reflejado en el público que asiste a las recreaciones. Mercados tradicionales, carnavales tradicionales, recreaciones de labores agrícolas y ganaderas, demostraciones en vivo de trabajos de alfarería y otros oficios, fiestas patronales con sus respectivas particularidades por zonas, romerías, exhibiciones de bailes tradiciones, muestras, comensalismos comunitarios y exposiciones en museos conforman una amalgama variopinta que pretendemos cartografiar, contextualizar y poner en valor para que el estudio de la cultura tradicional leonesa vaya más allá de un estudio teórico y académico y adquiera vida donde siempre estuvo, en los paisajes y paisanajes leoneses.

Podíamos plantearnos de dónde procede este esfuerzo colectivo o interés por recrear y, por tanto, revivir la tradición. Podemos destacar un impulso primigenio basado en la proximidad temporal y añoranza de la cultura tradicional que confiere a estas recreaciones un fuerte componente emocional, basado en un sentimiento identitario y un reconocimiento de nuestro propio entorno donde ha transcurrido incluso parte de la vida de nuestra actual sociedad más adulta y, en segundo lugar, en un plano de consumo cultural buscando una rentabilidad en forma de asistentes, tanto locales como foráneos, a dichos actos, como respuesta a la alta demanda actual de productos culturales. Lo ideal sería que estas recreaciones, además de buscar el componente económico y turístico, se hicieran sobre sus valores intrínsecos y de rigor y sobre la consideración de que todo ello constituye nuestro acervo cultural. Queda por ver cómo se desarrollarán estas actividades en el futuro cuando desaparezca el factor coyuntural de la proximidad temporal y emocional. De la cultura tradicional poseemos una gran variedad de bienes culturales materiales e inmateriales, gracias a una sensibilidad social muy activa en estos últimos años en forma de publicaciones divulgativas, actividades de recreación como la descrita y el auge de museos que tienen su base en la antropología cultural. El saber del pueblo se refleja en la cultura popular y ésta tiene una serie de rasgos positivos dignos de preservar como son el ser vital, colectiva, social, solidaria, contagiosa y de evolución y enriquecimiento diario. Podemos reflexionar también si estas recreaciones son la evolución natural de las manifestaciones de la tradición, es decir, como fruto de la cultura tradicional ruralizada o son representaciones, más o menos folclorizadas, fruto de la cultura popular actual como producto cultural entroncado con lo urbano y con el consumo cultural actual y en el marco de las tendencias de las teorías de la democratización cultural.

Tradicionalmente para una parte de la sociedad resulta una necesidad inmediata el empleo de la comunicación oral en el mantenimiento de la tradición y la asimilación cultural. Esta necesidad de comunicación oral se revela de vital importancia debido a que mantiene lo tradicional como un hecho vigente. Si consideramos que la cultura popular es eminentemente oral, que se va heredando de generación en generación, esta cultura tiene una necesidad de creación y recreación.

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