viernes, 29 de enero de 2021

NOTICIA: LA AQUIANA. La diosa del invierno


El Pico de La Aquiana ha sido siempre un lugar mágico cargado de leyenda; pero ahora, tras las copiosas nevadas y las últimas heladas, luce como un reino de hielo en plenos Montes Aquilianos. La imagen de la ermita cubierta de nieve petrificada se ha viralizado en redes sociales hasta convertirse en el símbolo del invierno en el Bierzo. AUGUSTO BLANCO


MARÍA CARRO 15 DE ENERO DE 2021
                AUGUSTO BLANCO
La Aquiana ha sido siempre un lugar mágico. Sin ser la cumbre más alta de los Montes Aquilianos, es la que tiene mayor magnetismo de la cadena montañosa que se erige sobre Ponferrada, marcada por las leyendas. Su ermita, construida a 1.846 metros de altitud, hace honores a la virgen de La Aquiana, una de las siete hermanas que se enamoraron del Bierzo en su peregrinar hacia Santiago y aquí se quedaron, cada una en un punto de la geografía comarcal. Todas vigiladas por la mayor, la encargada de su protección, La Guiana, la que escogió el lugar más alto y la que fue patrona del Bierzo hasta que La Encina recibió la corona.

Allí arriba, donde el cielo está más cerca y parecen tocarse las nubes cuando el día no está despejado, todo se ve distinto. Siempre. Da igual la época del año. Pero es ahora, tras las copiosas nevadas y las últimas heladas, cuando el paisaje roza la ilusión y ofrece una estampa tan antológica que parece ficticia. Un reino de hielo. Eso es La Aquiana. Y las fotos que lo atestiguan han corrido como la pólvora por las redes sociales, amplificando la fama mágica de una cumbre de la que Enrique Gil y Carrasco ya habló en su novela ‘El señor de Bembibre’, poniendo de relieve las tormentas y temporales que acechaban a la pequeña ermita cada vez que en el calendario mandaba el invierno.

                                            AUGUSTO BLANCO

Augusto Blanco y Óscar González fueron los primeros en llegar a La Guiana tras las últimas grandes nevadas. Ellos abrieron camino con sus motos de nieve y tuvieron que hacerlo al segundo intento, ya que el primer día que trataron de alcanzar la cima, las condiciones de la nieve hicieron imposible el acceso. De Augusto son las fotos que han conquistado Instagram en el Bierzo y se queda con la experiencia de haber sido el primero en ver el palacio de hielo en el que se ha transformado la ermita. Y no solo esta, también el edificio y las instalaciones de telecomunicación ubicadas a su lado. De hecho, Augusto y Óscar no subieron a la cima de La Aquiana por placer, lo hicieron porque el trabajo mandaba. Ambos se encargan del mantenimiento de las antenas que dan cobertura de Internet a Peñalba de Santiago, Montes de Valdueza, San Adrián y San Cristóbal. «Subimos a quitar el hielo de las antenas y a limpiar las placas solares», explica el autor de las fotografías.


                      AUGUSTO BLANCO
«Es impresionante», asegura Augusto. Tan impresionante que parece irreal. Nunca había visto algo parecido. Sí, paisajes nevados e instalaciones heladas sí ha encontrado en su trabajo. Pero lo de La Guiana es excepcional. Tanto que desde que se viralizaron las imágenes, otros han seguido sus pasos. Los más preparados, porque llegar allí arriba sigue sin ser tarea fácil. Hay metros de nieve helada. Tal vez la diosa lo está protegiendo.La estampa es mitológica. Parece de película. Todo está cubierto de nieve petrificada, de un blanco impoluto, como si las construcciones fueran de hielo. Se aprecian los perfiles como si hubieran sido tallados por el mismísimo Bóreas, el dios griego del invierno. También se llama Aquilón o Aquilo si la mitología es romana. Casualidad o no, la raíz de la palabra es la misma que la de La Aquiana. Quizás sea una diosa la que dio forma a tanta belleza.
Lo cierto es que, al margen de cualquier mitología, la realidad es contundente y de nuevo demuestra que es capaz de superar a la ficción. Cruzar bajo el arco helado de la emita de La Aquiana y solo ver un manto blanco y un inmenso cielo azul es un regalo y no divino.
AUGUSTO BLANCO

NOTICIA: El Día del Bibliobús en un año atípico

Responsables del ILC y Bibliotecas posan delante de un bibliobús. | DIPUTACIÓN

L.N.C. | 29/01/2021
 

DIPUTACIÓN. La Diputación aplaude el esfuerzo de los bibliobuses de León por seguir acercando la cultura al medio rural incluso en tiempos de pandemia.

El servicio de Bibliobuses de la Diputación de León celebró este jueves el día dedicado a estas bibliotecas móviles, y aprovechó para repasar un año que ha estado marcado por la crisis sanitaria derivada del Covid-19 con la que siguen cohabitando y que les obligó a interrumpir la marcha durante más de dos meses. Esa misma crisis sanitaria ha impedido celebrar, como acostumbra la institución provincial, el merecido homenaje a este servicio que tan buena acogida encuentra día tras día en los pueblos de la provincia, y la fiesta ha tenido que quedar reducida a la exhibición, de forma simbólica, de uno de esos vehículos frente al Palacio de los Guzmanes.

Aun así, los seis bibliobuses de la Diputación de León, servicio enmarcado en el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas dependiente del Instituto Leonés de Cultura (ILC), cerraron el 2020 con 64.478 kilómetros recorridos, 2.792 paradas en las 309 localidades visitadas y 60.778 préstamos realizados. Un año singular en el que, a pesar de todo, se incrementaron los socios, hasta llegar a los 13.824.

Los Bibliobuses de León –que atienden a una población de 126.630 habitantes de la provincia– desarrollaron su programación de animación a la lectura con un total de 14 actividades al entender que, aunque fuera preciso extremar las medidas de seguridad, constituyen un alivio para los vecinos del medio rural y un gesto de apoyo al sector cultural de la provincia, tan perjudicado por la crisis sanitaria.

También a través del Centro Coordinador de Bibliotecas, los Bibliobuses y las Bibliotecas Municipales mantenían el Concurso de Cocina cumpliendo con su sexta edición, un proyecto que ha servido una vez más para recopilar muestras de la gastronomía tradicional leonesa, cuyos mejores exponentes, junto con las recetas premiadas, han sido objeto de una publicación para que sean conocidas por todos. Los premiados fueron: Laura Merayo Vidal, de Posada del Bierzo (Bibliobús 4), en la categoría de Entrantes, por su receta de ‘torta de aceitunas’; Luis Álvarez Pérez (Biblioteca Municipal de Villablino), en Primer Plato, por su ‘arroz con riñones caldoso’, categoría en la que obtuvo una mención especial Adela Sereno González, de Santa Cruz de Montes (Bibliobús 4), con su ‘sopa de lechuga’. En cuanto al segundo plato, María Nélida Méndez González, de Fabero, y usuaria de bibliobús en la localidad de Lillo del Bierzo (Bibliobús 4), se alzó con el premio gracias a su receta de ‘lomo de cerdo escabechado’ y, por último, en postres, la ganadora fue Ana Belén Abella Sabugo, de Rabanal de Abajo (Biblioteca Municipal de Villablino), con sus ‘tortas de Antroido (Carnaval)’.

Desde la institución provincial, tanto el presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, como el diputado responsable del área de Cultura, Pablo López Presa, han querido reconocer «el gran trabajo que ha llevado a cabo el equipo humano de los bibliobuses, las bibliotecas municipales de la provincia y los centros escolares para, con su tesón, profesionalidad y motivación, hacernos a todos un poco más llevadero el día a día».

viernes, 15 de enero de 2021

NOTICIA: Bajar a Mansilla de las Mulas

Grupo de escritores, libreras, artistas y gentes de buen gusto
 en la fiesta de la poesía en Escalada.

Por Félix Maraña
Sucedía que en las fechas de Navidad, los nuestros bajaban desde la montaña todos los años a Mansilla para repostar. Una reata de bueyes uncida a carros sobrecargados de urces componía aquella patrulla de comercio y ceremonia anual. Los nuestros vendían urces y leña de roble bajo, a cambio de harinas, semillas, piensos para el ganado y encomienda para seguir tirando. Las urces eran el oro de la montaña. Se las vendían a los panaderos, a los molineros y a los bares y cantinas y a dos o tres hacendados, que tampoco eran muchos. Nada más descargar, y entregados unos manojos de urce y algunos hatillos de leña en el cuartel de la guardia civil, se iban a la plaza mayor. Eran ofrendas que se hacían al poder armado, como quien ofrenda rosas del rosal a la virgen de la ermita. Con el tiempo, al conocer a Fer, nuestro humorista de guardia, supe que aquellas leñas de los míos calentaban su cuerpo y su imaginación en el cuartelillo.

Luego, los nuestros pasaban en grupo al mercado, a los soportales, a tratar con los tratantes de ganado, por si se terciaba comprar una pareja de cerdos de recría, que el dinero en los bolsillos pesaba mucho. Y era una compra festiva, porque Mansilla era una fiesta, de legumbres, queso, rosquillas, nueces, castañas y póngame también unas naranjas.

También algún oncejo, aperos de labranza, alfanjes y jabones y píldoras para las ovejas, que la droga es más vieja que la humanidad. Como viene Reyes, una pistola de pistones, de las de juguete, por si acaso, que los niños no digan que vamos con los manos vacías. Antes, almorzaban en la cantina o en la fonda, de caliente y cuchara.

Mansilla era la catedral entonces. Fue perdiendo casi todo, como sus murallas, aunque le queda un hórreo cultivado, un museo y buena gente, porque truchas ya ni en el Esla. Pero ante todo le queda una memoria. De la memoria se encargan gentes que son en sí patrimonio, como Toño Morala, a quien no conocí hasta junio de 2014, en San Miguel de Escalada, en un encuentro espiritual con poetas de carne y hueso, que organizaba Alfredo García. Compuse, y me emociona, la fotografía oficial de aquel encuentro, con Antonio Gamoneda, Morala, Eloísa Otero y Salvador Negro.

Toño Morala, Antonio Gamoneda, Salvador Negro y Alfredo
 García en San Miguel de Escalada en 2014. | FÉLIX MARAÑA
Mi maestro y amigo Julio Caro Baroja, en un curso que impartió sobre cultura y vida local en Bilbao, en los primeros setenta del siglo XX, abogaba por alentar el cultivo de la memoria, del patrimonio material e inmaterial de la cultura popular, sus usos, lenguaje, costumbres, oficios, manías, amores, trabajos, haciendas, ganados y pescados y pecados, árboles y peces, dentro de los escenarios donde todo discurrió. Y eso es lo que ha hecho Toño Morala entre nosotros hoy, alentar el conocimiento, difundir con verbo directo y con imágenes incontestables esa historia concreta, que explica lo local y lo universal a la vez, porque recrea y reconoce los valores de una comunidad en el tiempo. Si hubiera un Toño Morala en cada pueblo y comarca, con su empeño, entrega, pasión razonada y solidaridad con los suyos, la vida sería menos aburrida, más dinámica y gozosa. Quede mi reconocimiento y este abrazo para tarea tan noble, para hombre tan singular entre los nuestros. Quede así testigo de su testigo de la cultura popular.


Félix Maraña es periodista y escritor vasco de origen leonés.

domingo, 10 de enero de 2021

NOTICIA: Cruce del Camino y la cañada

En la imagen, fotografía de l santuario de Pandorado. CUATRO VALLES







Estefanía Niño | 08/01/2021
lanuevacronica.com

SOCIEDAD. En Pandorado, en el municipio de Riello, el Camino Olvidado se cruza con el lugar donde nace la Cañada Real que va hasta Trujillo, una vía trashumante todavía en uso en plena Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna.

El Camino Olvidado entra en la comarca de Omaña a través del municipio de Riello. Una etapa marcada por el entorno natural y la tradición a su paso por las localidades de Riello, Pandorado, La Omañuela, Guisatecha, El Castillo, Vegarienza, Aguasmestas, Cirujales, Villaverde, y Marzán con destino al municipio de Murias de Paredes.
El alcalde de Riello, Manuel Rodríguez, señalaba que el Camino Olvidado «es un atractivo más para nuestro municipio, es un camino que a Santiago, y el municipio es cruce de caminos pues aquí, en Pandorado, nace la Cañada Real que va hasta Trujillo, se forma a través de varios cordeles de merinas, y es una vía trashumante, una vía verde, una vía de comunicación más con la que se cruza el Camino Olvidado». 


El río Omaña dibuja el paisaje a su paso por Riello.| MAURICIO PEÑA

La apuesta del municipio por potenciar este histórico Camino es clara, y así el regidor hacia referencia a las acciones de limpieza y desbroce que se realizan –en todas las juntas vecinales y también el trazado del Camino-. Sin embargo, este año la incertidumbre sanitaria provocada por el Covid-19 ha paralizado la actividad en la zona. «El problema que hemos tenido este año es que hemos tenido que cerrar, por el Covid-19, el albergue de peregrinos de Vegarienza, esperemos que cuando consigamos salvar el escollo de la pandemia pueda reabrirse».

La etapa a través de Riello nos ofrece un agradable paseo rodeados de naturaleza, no en vano el municipio forma parte de la Reserva de la Biosfera Valles de Omaña y Luna y cuenta con distintas figuras de protección natural, además de protección especial para aves como el urogallo o el águila, entre otras. Son muchos los atractivos de esta etapa, si bien el regidor recomienda especialmente a quienes la realicen la ermita de Pandorado, el entorno natural de La Omañuela, El Castillo, todo el Valle Gordo hasta Marzán, y el entorno del río.