jueves, 21 de julio de 2011

EXPOSICIÓN TEMPORAL: QUINTOS 1967 y amigos.

El SÁBADO 23 de Julio a las 19:00 h., el Museo Etnográfico Provincial de León en Mansilla de las Mulas acoge la inauguración de la EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA TEMPORAL “Quintos 1967 y amigos” que permanecerá abierta al público con visita gratuita hasta el 28 de Agosto de 2011 en el Patio Espacio Peregrino del Museo y que será presentada por la Excma. Alcaldesa de Mansilla de las Mulas Dña. Mª Paz Díez.

Esta muestra, comisariada y producida por Antonio García Ceballos, reconocido fotógrafo de la villa de Mansilla de las Mulas, en colaboración con el Museo Etnográfico Provincial de León de la Diputación de León, muestra una visión personal de una quinta, la de 1967 en Mansilla de las Mulas, Villomar y Mansilla del Esla, para celebrar con sus componentes el presente año su 65 cumpleaños.

Para esta fecha tan particular el Museo ha querido corresponder al comisariado por su colaboración tan activa y continua con las actividades del Museo y las realizadas en Mansilla, con esta muestra fotográfica que representa un homenaje no solo a esa quinta sino a las costumbres y vivencias de nuestros pueblos en los años ’60, además de enmarcarse en el programa de exposiciones del Museo para el año 2011.

Este programa recoge la realización de monográficos de fotografía histórica de interés etnográfico y la presente representa una muestra local que ejemplifica la presentación de un ítem del ciclo vital y por lo tanto una agrupación en forma de microcomunidad social. Asimismo es otro ejemplo a diversa escala, después de que ya se hayan celebrado una exposición regional (Sueños de Plata) y en la actualidad hasta el 11 de Septiembre aún se pueda disfrutar de otra exhibición provincial, proveniente de Ávila, que aglutina la fotografía etnográfica del primer tercio del siglo XX (Así Eramos. La mirada de Albert Klemm).

Lo mostrado en la que se presenta por lo tanto es lo vital, lo grupal, lo juvenil, la pertenencia a la comunidad, los ritos de paso con sus ítems sociales y culturales; en definitiva lo propio y también lo común, haciendo de ella, algo emotivo y sensorial a la vez que documental, en deonde todos podemos reconocernos o los más jóvenes puedan descubrir, y siempre enmarcado en un contexto, en un momento en que el éxodo hacia las ciudades despuebla los más pequeños núcleos rurales, pero a la vez instantes en los que se produce una incipiente activación económica que atisba nuevas perspectivas en el devenir histórico para núcleos más comerciales como en este caso la villa de Mansilla y la aglutinación comarcal que produce, así como también la propia Feria de San Martin y el mercado semanal como hitos aún hoy de plena vigencia.

miércoles, 6 de julio de 2011

"PIEZA DEL MES" JULIO 2011: “EL YUNQUE”. Materiales y trabajos en la Fragua.

Investigador-Museólogo: Doctora Dña. Consolación González Casarrubios.
Técnica Superior de Etnografía. Profesora Honoraria Departamento de Prehistoria y Arqueología. Museo de Artes y Tradiciones Populares de la Universidad Autónoma de Madrid.

Sábado 9 de Julio 19 h.
Área18: El Hierro. Planta 1.
Museo Etnográfico Provincial de León, Mansilla de las Mulas.Actividad Gratuita


El Museo Etnográfico Provincial de León en su Programa “Pieza del Mes”, recibe en julio la visita de la Doctora Dña. Consolación González Casarrubios, que ha sido hasta su reciente prejubilación, Técnica Superior de Etnografía en uno de los museos con más carisma y carácter docente e investigador que en el siglo XX se han dedicado a la Etnografía en España, y el aliciente de haber sido auspiciado, amparado y radicado en una universidad.
Será por lo tanto una ocasión única, para que esta especialista en los trabajos del hierro, nos introduzca de manera etnohistórica no solo en el hierro, sino además en un objeto tan importante en los trabajos de la fragua y de todas las economías a las que complementa (agraria, pastoril, transporte, comercio, etc.).

El yunque, junto al fuelle y al fuego, es un elemento indispensable en el trabajo de la forja y moldeado y por ello soporte y a la vez herramienta para el surgimiento de multitud de aperos y utillaje (fruto de la ciencia en la experiencia) así como de sus reparaciones (amortización y transformación), y por lo tanto hito importante en la cultura tradicional de forma tanto previa como posterior a la revolución industrial, habiendo comenzado a desparecer junto a los herreros con el desarrollo de los procesos de tecnificación agraria y de la sustitución mecánica de lo animal (y todos sus elementos relacionados) así como de la llegada de la tecnología de la soldadura moderna a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

Su imagen de bloque acerado con prolongaciones cónicas (con marca, peso, fabricante y lugar de origen) así como su mecánica, como soporte y transferencia de energía, a través del golpeo de materiales metálicos en forma incandescente puede resultar simple, pero traspasa ese primer apriorismo por los contenidos económicos, simbólicos e incluso artísticos que llega a contener y asimilar casi desde épocas prehistóricas y seguras en las religiones egipcia, griega y romana hasta época medieval y por supuesto contemporánea, ya como tratamiento social de reconocido oficio específico (debido a su carácter imprescindible en los trabajos vinculados al entorno laboral del hombre o domésticos de la mujer, hasta la generalización de los productos manufacturados).

Desde el punto de vista antropológico también destacar que en el trascurso de la vida cotidiana de la comunidad local, la fragua del herrero ha sido un significativo elemento de cohexión social, existente en cualquier pueblo por pequeño que fuera, como lugar de reunión exclusivamente masculino, donde se trataban los temas locales cotidianos y el cliente además ayudaba al herrero en su encargo.

Acero o Hierro, forjado o fundido, utilizado de forma instrumental incluso en la música no solo la tradicional sino en la culta o en la moderna y actual, por autores como Giuseppe Verdi, Richard Wagner o Josef Strauss y más recientes contemporáneos como Ringo Starr en The Beatles, Jean Michel Jarre, Judas Priest o Depeche Mode por citar algunos.

Todo ello conforma un ejemplo de elemento patrimonial económicamente fundamental en la sociedad tradicional, pero manifiestamente crucial en la cultura nacional y común europea u occidental.

domingo, 3 de julio de 2011

NOTICIA: La Cabrera, medio siglo después.

Alonso, hijo de Ramón Carnicer, repite el viaje que su padre emprendió en 1962 para escribir -"Donde las Hurdes se llaman Cabrera"- y graba un documental con el resultado.
La Cabrera, medio siglo después ( Diario de León - 03/07/2011 )
 
Hace medio siglo, el escritor, ensayista y profesor villafranquino Ramón Carnicer emprendía un intenso viaje a una de las comarcas más olvidadas, más recónditas, no ya de León, sino de toda España. El resultado fue un libro de contundente nombre y amplia resonancia, tan criticado por unos como alabado por la mayoría, que se llamó Donde las Hurdes se llaman Cabrera y que descubrió a muchos una tierra ciertamente atrasada pero fascinante por el patrimonio etnográfico, lingüístico e histórico que había acumulado tras siglos de aislamiento.

Ahora, el hijo de aquel ilustre erudito que afincó su residencia en Barcelona pero que recorrió medio mundo impartiendo su magisterio sin olvidar su patria chica, Alonso Carnicer, dedicado al periodismo y la comunicación, ha cubierto el mismo itinerario que su padre iniciara en 1962, aunque él, en vez de libreta y pluma, se hizo acompañar de cámara de vídeo y de Sara Grimal, profesional con quien suele trabajar realizando reportajes y documentales televisivos.

«A lo largo de dos semanas del pasado mes de junio hicimos todo el recorrido desde Puente de Domingo Flórez hasta La Baña y su lago, en busca del rastro del viaje realizado en junio de 1962 por mi padre», explica el propio Alonso Carnicer, para quien la gran sorpresa de esta nueva -˜expedición-™ ha sido «hallar que el recuerdo de aquel viaje y del libro que resultó de él, Donde las Hurdes se llaman Cabrera , está todavía muy vivo en todos los pueblos que visitamos y en sus habitantes».

Un libro, como recuerda el hijo del sabio villafranquino, «que fue polémico y que hizo que algunos se sintieran molestos, en algún caso, por la crudeza en el retrato de personas y lugares», pero que, no obstante, «la mayoría de personas con quienes hemos conversado consideran que jugó un papel muy relevante para sacar la comarca del olvido y de la desatención», asevera Alonso Carnicer.

«En el curso de nuestro recorrido -”continúa-”, hemos recogido imágenes y también el testimonio de muchas personas en más de veinte pueblos, con vistas a la elaboración de un documental, para poder comparar aquella Cabrera de hace casi cincuenta años con la actual». ¿Y cuáles han sido los cambios más notables percibidos por el equipo? «Los cambios han sido muy profundos en lo social, lo económico y lo demográfico, pero aún se conservan numerosos elementos en el paisaje, la arquitectura y, sobre todo, en la memoria de las personas que permiten encontrar una continuidad con aquella Cabrera que describió mi padre en su libro y que también fotografió», expresa el autor de un documental que, previsiblemente, se estrenará coincidiendo con los 50 años exactos del viaje de Ramón Carnicer a la Cabrera y el centenario de su nacimiento, durante el 2012.

«Hemos querido acercarnos a los pueblos y a sus gentes con la misma actitud con la que lo hizo mi padre -”recalca este realizador que vive en Barcelona pero que sigue con mucha atención los asuntos leoneses-” ; hemos querido oír el testimonio de muchos de sus habitantes (algunos de los cuales conocieron a mi padre) para saber cuál es la situación actual y las perspectivas de futuro. El documental mostrará cómo ha sido la evolución que ha habido en estas casi cinco décadas, lo que ha mejorado y las cuestiones que aún quedan pendientes».

sábado, 2 de julio de 2011

NOTICIA: Los Molinos de Naraguantes.

Molinos de Naraguantes

( La Crónica de León- 02/07/2011 )
Otero de Naraguantes ha reconstruido 4 de los 5 molinos que históricamente tuvo


En el Bierzo, casi a las puertas de Los Ancares, a sólo 32 kilómetros de Ponferrada, se encuentra la pequeña localidad de Otero de Naraguantes. Incluido en el término municipal de Fabero y encaramado en las alturas que dominan la zona, este pueblo se ha embarcado en la tarea de recuperar el patrimonio de sus mayores. Concretamente, ha reconstruido 4 de los 5 molinos que llegó a tener en otros tiempos. Estos molinos, movidos por un mecanismo que aprovecha las aguas del arroyo que baja de su montaña, tienen como rasgo original el estar casi todos situadosmuy próximos y a la entrada del pueblo. Aprovechaban el mismo cauce para realizar la molienda. La imagen delos molinos, cada uno seguido del otro, es impactante. El ingenio de los antiguos habitantes de Otero consiguió este curioso efecto, que unía lo estético a lo práctico.

Su forma es rectangular y tienen un tejado a dos aguas, con un característico resalte escalonado en la parte frontal. La cubierta es de pizarra, material muy abundante en los alrededores, aunque antiguamente estaban cubiertos con paja. Las paredes son de piedra, con una puerta en el frente y una pequeña ventana. Su aspecto se integra perfectamente con el paisaje berciano.

Molinos con nombre propio

Los molinos tenían sus propios nombres: ‘Queimao’, ‘Roquexo’, ‘Fondeiro’ y el ‘de Botas’. La función de los molinos era moler el centeno, cultivo muy extendido en otros tiempos por los alrededores, pero del que hoy, apenas quedancomo rastro estos testigos de piedra.

El funcionamiento era admirable por su simplicidad y su eficacia. Sus partes tienen nombres de acentos galaicos, tan propios de las tierras bercianas. El grano era recogido en un recipiente llamado ‘moxego’.

El ‘taravico’ lo movía y lo conducía através del ‘canalexo’ hacia la piedra. La molienda se hacía por la fricción de dicha piedra con la ‘muela’. Una pieza, llamada ‘tereruela’ hacía girar a ésta última. La piedra era movida por la fuerza del agua, conducida por el ‘rodezno’. La harina resultante de la molienda caía en el ‘brandal’. Finalmente, nada se desperdiciaba, nada se perdía: el agua empleada para mover el rodezno era devuelta al cauce para provecho de los otros molinos situados más abajo.

Para poder moler en estos pequeños edificios existía un sistema denominadode los ‘Comuneros del Molino’. Consistía en que los vecinos se organizaban en turnos, llamados ‘horas’.

Horas de molienda

Las ‘horas’ de molienda equivalían a un día y una noche uso enteros. Al principio, el número de ‘horas’ por ‘comunero’eran proporcionales a la cantidad de molienda que tenían. Con el paso del tiempo, todos los ‘comuneros’ tenían derecho al mismo número de ‘horas’. Así se evitaban conflictos y todos resultaban beneficiados. Esto era un ejemplo de los mecanismos de ayuda que tenían los pueblos hasta hace no tanto tiempo. Algunas de estas formas de auxilio entre vecinos todavía se conservan. El contrato por el que se regían estos turnos cuidaba al extremo cada detalle de su utilización.

Hay más ejemplos de molinos en esta área concreta del Bierzo. Son los de Paramo del Sil, Susañe y el que se encuentra a orillas del río Cúa, cerca de Bárcena de la Abadía (también recientemente restaurado). Son sólo un ejemplo más de la enorme riqueza y diversidad de la arquitectura tradicional leonesa.

Merece la pena subir hasta Otero para admirar el esfuerzo de sus habitantes, unidos en su Junta Vecinal,por conservar su riqueza cultural. Una iniciativa que es digna de imitar por parte muchos pueblos que están todavía a tiempo de salvar las pequeñas joyas de su patrimonio.